20 Jul

La Evolución de la Narrativa Hispanoamericana a partir de 1940

En la evolución de la narrativa hispanoamericana han influido distintos factores: las circunstancias históricas y sociales de Hispanoamérica, que generaron en los intelectuales una conciencia crítica que los llevó a plantearse su actitud ante la realidad; la importancia del paisaje y el mundo mítico de las culturas indígenas y afroamericanas, y la influencia de las literaturas europea y norteamericana, especialmente el impulso de las vanguardias y de las innovaciones narrativas del siglo XX. Distinguiremos, en la narrativa hispanoamericana, dos grandes orientaciones relacionadas con la visión del mundo: la realista y la innovadora, que llegó a su esplendor con las obras de la nueva narrativa.

El realismo dominó casi por completo la producción de los primeros treinta años del siglo XX. Estaba fundado en la creencia de que es posible representar una realidad percibida como objetiva: el paisaje, el hombre y los conflictos sociales y políticos. Pero la nueva narrativa supuso la ruptura con el realismo tradicional e implicó un cuestionamiento del mundo percibido como real y del concepto de verosimilitud; la obra de Jorge Luis Borges y la influencia del surrealismo fueron fundamentales en este proceso de cambio.

En la década de los años cuarenta se publicó una serie de obras que mostraban el cambio operado, pero su consagración definitiva no llegó hasta los años sesenta. Hablamos de esa perspectiva innovadora en la que se observan distintas tendencias, aunque destacan especialmente el realismo mágico, que incorpora elementos maravillosos, y el realismo fantástico, que introduce en la aparente normalidad lo irracional, lo inexplicable, o que presenta la realidad como una ficción, una ilusión. En los inicios de la nueva narrativa fue determinante la influencia del surrealismo, que puso en cuestión la noción de realidad de la época. La renovación se manifestó fundamentalmente en dos tendencias: el realismo mágico y el realismo fantástico.

El realismo mágico es una poética que integra lo maravilloso en el universo narrativo sin que produzca extrañeza o se perciba como opuesto o distinto a lo real. Realidad y fantasía se presentarán íntimamente enlazadas:

  • Unas veces, por la presencia de lo mítico, de lo legendario, de lo mágico.
  • Otras, por el tratamiento alegórico o poético de la acción, de los personajes o de los ambientes.

Y, en el terreno de la estética, se notará un mayor cuidado constructivo y estilístico. Los autores atenderán a las innovaciones formales aportadas por los grandes novelistas europeos o americanos (como Kafka, Joyce, Faulkner). Y asimilarán elementos irracionales y oníricos procedentes del surrealismo. Destacamos como pioneros, cada uno a su modo, a Borges, Miguel Ángel Asturias, Alejo Carpentier y Juan Rulfo. En la década de los años cuarenta surgió el maestro indiscutido de los nuevos narradores: Jorge Luis Borges.

Jorge Luis Borges (1899-1986): Pionero de la Nueva Narrativa

La obra narrativa de Borges comenzó con la publicación de Ficciones (1944), volumen que reunía dos libros de cuentos: El jardín de senderos que se bifurcan (1941) y Artificios (1944); más tarde, en 1956, añadió tres cuentos posteriores. Su producción continuó con El Aleph (1949), El informe de Brodie (1970) y El libro de arena (1975), además de otros relatos recogidos en diferentes publicaciones.

Los cuentos de Borges se caracterizan, salvo excepciones, por ponernos en contacto con lo excepcional, con lo insólito. Su verdadero objetivo es proponernos sutiles juegos mentales, invitarnos a complejos ejercicios de imaginación y ponernos ante ciertos problemas metafísicos. Sus temas predilectos, casi obsesivos, son:

  • La identidad humana
  • El destino del hombre
  • El tiempo, la eternidad y el infinito
  • El mundo como laberinto
  • La muerte

El punto de arranque de un cuento de Borges puede ser un párrafo leído en una enciclopedia, en un libro de Historia, o en un tratado cabalístico… (pero, atención, puede tratarse de un libro imaginario). Otras veces arranca de un mito clásico, de una leyenda antigua, de un suceso histórico o literario.

Borges persiguió un estilo llano y, tal como él mismo lo manifestara, se preocupó por «simplificar el vocabulario» utilizado entonces en la literatura argentina, y «preferir las palabras habituales y narrar los hechos como si no los entendiera del todo». De sus cuentos no se atreve a «afirmar que son sencillos, porque lo esencial es el juego, la ironía, el puro placer de fabular, de crear, pero también de inquietar. Su concepción idealista lo llevó a construir mundos de ficción que cuestionan la lógica de la realidad. En la realidad caben tanto lo racional como lo absurdo; el ser humano actúa respondiendo a causas que no suelen depender de su voluntad.

Julio Cortázar (1914-1984): El Realismo Fantástico y la Experimentación

Nació en Bruselas y se crió en Argentina. Estudió Magisterio, profesión que ejerció durante un tiempo. Fue profesor en la Universidad de Cuyo (Argentina), pero abandonó el cargo al triunfar el peronismo en 1945. Escribió poesía bajo el seudónimo de Julio Denis. En 1951 se instaló definitivamente en París, donde trabajó en organismos internacionales. Defensor de las ideas progresistas, apoyó las revoluciones cubana y nicaragüense y celebró el triunfo de Salvador Allende en Chile.

Admiró a Miguel Ángel Asturias, a Alejo Carpentier, a Borges, así como a escritores europeos de la talla de Joyce, Kafka, Virginia Woolf, Camus. Y por ello, su «realismo fantástico» se revela deudor tanto de la liberación imaginativa de las Vanguardias, y en especial del Surrealismo, como de la tradición americana de la que él forma parte.

Cortázar inició su producción literaria como cuentista:

  • Bestiario (1951)
  • Final de juego (1956)
  • Las armas secretas (1959)

Entre sus libros de cuentos posteriores podemos citar Historias de cronopios y de famas (1962), Todos los fuegos el fuego (1966), Octaedro (1974) y Alguien que anda por ahí (1977). Los relatos de Julio Cortázar muestran una especial concepción de lo fantástico en la que se presenta una realidad compuesta por aspectos que van más allá de lo rutinario y aceptado: lo inesperado, lo excepcional, lo irracional, lo intuido.

Su novela Rayuela (1963) fue una auténtica conmoción por su complejidad estilística y por su singular composición que permite al lector varios modos de seguir la lectura y de “recrear” así, en cierto modo, la novela. Posteriormente publicó 62, modelo para armar (1968), surgida a partir del capítulo 62 de Rayuela, donde el personaje de Morelli traza el boceto de un libro; Libro de Manuel (1973), y el volumen de cuentos Un tal Lucas (1979). Además, escribió textos misceláneos como La vuelta al día en ochenta mundos (1967) y Último round (1969). Junto a su última esposa escribió un diario de viajes, Los autonautas de la cosmopista. Un viaje atemporal París-Marsella (1982).

En estas narraciones irrumpe a veces lo insólito, que altera y transforma la vida cotidiana. En general hay una búsqueda existencial, un ansia de autenticidad, de libertad y de pureza. Sus textos también incluyen reflexiones sobre la creación y el lenguaje poéticos. El Gíglico es una lengua de palabras inventadas que sigue las normas morfosintácticas, y que, pese a no saber qué significa, lo podemos entender.

Renovación de la Narrativa Hispanoamericana (1940-1960): Orígenes del Cambio

Se ha discutido con frecuencia dónde situar la fecha de aparición de la nueva novela hispanoamericana. Cronológicamente, la aparición durante los años 40 de una serie de obras de Borges, Bioy Casares, Onetti, Miguel Ángel Asturias y Alejo Carpentier supuso una clara ruptura con el realismo telúrico-social anterior y el inicio de formas narrativas mucho más complejas, además de una visión de la realidad que incluye nuevas dimensiones, sobre todo la metafísica y la existencial, por un lado, y la sobrenatural, onírica y mágica, por otro.

En este proceso de renovación debemos señalar como principales factores del cambio:

  • El influjo del surrealismo.
  • El peso de los renovadores europeos y norteamericanos.
  • La influencia de las teorías filosóficas irracionalistas y existencialistas (Heidegger, Sartre, etc.).

Principales Innovaciones Narrativas

Las principales innovaciones que se producen son:

  • Progresiva sustitución de lo urbano por lo rural (y cuando el tema rural y natural se mantienen, es con un nuevo tratamiento). Se incorpora, además, el tema existencial.
  • Recuperación de los elementos mágicos de los mitos y leyendas americanos.
  • Presencia del onirismo.
  • Abandono de la estructura realista tradicional.
  • Adopción de los elementos narrativos más innovadores y renovación del lenguaje mediante la incorporación de muchos mecanismos vanguardistas.

La corriente que da origen a esta narrativa se denomina realismo mágico. Jorge Luis Borges, Miguel Ángel Asturias, Juan Rulfo y Alejo Carpentier son los escritores que emprenden la renovación de la narrativa hispanoamericana que desemboca en el realismo mágico.

La Nueva Novela Hispanoamericana: El Fenómeno del «Boom»

Desde 1962 se asiste tanto en España como en el resto de Europa al desarrollo sorprendente de la novela hispanoamericana, hasta entonces marginada y desconocida, pese a su importancia. Se trataba en realidad de un conocimiento repentino de una novelística que se había desarrollado en su propio aislamiento americano durante años y que al aparecer súbitamente daba la sensación de un «Boom», de un surgimiento imprevisto. Se trata también, en buena medida, de un fenómeno editorial en el que tienen responsabilidad editores y editoriales. Además, no se trata solo de que aparezcan nuevos e importantes novelistas, sino que muchos de los que venían publicando desde tiempo atrás, escriben en estos años algunas de sus obras más significativas. Es el caso de Onetti, Sábato, Cortázar o Lezama Lima.

El «Boom» no tiene carácter generacional. Lo conforman escritores de diversas edades y países, y frecuentemente con escasa relación entre ellos. Aunque también sus estilos y preocupaciones son diversos, puede afirmarse que en general lo llenan novelistas que siguen el proceso de renovación ya iniciado en los años 40. Así, en lo temático se continúa el desarrollo de temas señalado por la generación anterior, fundamentalmente el gusto por la novela de tema urbano y por una nueva novela rural, y sobre todo se consolida la integración de lo fantástico y lo real.

La mayoría de los especialistas suele situar el punto de arranque de este fenómeno mediático, centrado sin excepciones en el género novelístico, con obras que obtuvieron no solo un gran reconocimiento crítico sino también un elevado número de lectores, en junio de 1963, con la publicación de la mítica y revolucionaria Rayuela, del argentino Julio Cortázar, que fue contemporánea de los primeros títulos significativos del peruano Mario Vargas Llosa (La ciudad y los perros, 1963), del mexicano Carlos Fuentes (La muerte de Artemio Cruz, 1962) y sobre todo del colombiano Gabriel García Márquez, cuya novela Cien años de soledad (1967), consolidó el «Boom» hasta el punto de convertirse en la obra más famosa, vendida y traducida de la lengua española, entre todas las posteriores a Don Quijote.

Características Formales de las Obras del «Boom»

Desde el punto de vista formal, las obras del «Boom» se caracterizan por la renovación de técnicas novelescas a través de la incorporación de las de la novela experimental. En definitiva, se rompe con la técnica realista, pero ello no supone un alejamiento de la realidad, sino una voluntad de abordarla desde otros ángulos. Muy en general, se puede decir que estos novelistas han asimilado las innovaciones técnicas que se habían producido en la novela universal a lo largo del siglo XX (Proust, Joyce, Kafka o Faulkner, por ejemplo, están presentes en casi todos). También es significativa la influencia en los más relevantes —García Márquez, Fuentes, Vargas Llosa…— de la narrativa española clásica, en especial de Cervantes y algunos autores barrocos. Además, se pueden destacar las siguientes características (no aplicables a todos los autores):

  1. Preocupación por el desarrollo de las estructuras narrativas: Esto exige un lector extraordinariamente activo, dispuesto a organizar una materia narrativa que se le entrega de forma muy compleja.
  2. Gran variedad de recursos narrativos: Es frecuente la ruptura de la línea argumental y de la narración lineal para constituir a veces verdaderos rompecabezas temporales. También son habituales el uso de técnicas de contrapunto, la combinación o superposición de personas narrativas y puntos de vista, el empleo del monólogo interior…
  3. Unión de diferentes géneros literarios: Bajo la forma de la novela.
  4. Experimentación lingüística: Con diversas causas y efectos. Por ejemplo, la búsqueda de una identidad cultural en García Márquez, la descripción extremadamente precisa en Carpentier
  5. Importancia de lo histórico-social: Lo verdaderamente original de la novela hispanoamericana es que todo este proceso de renovación, lejos de convertirse en un puro experimentalismo estetizante, se pone al servicio de una literatura muy comprometida con la realidad de una tierra sometida a violentos y traumáticos procesos históricos. De ahí la novedad que supone una novela muy equilibrada entre lo estético y la denuncia histórica, que ha servido de modelo a buena parte de la novela contemporánea no solo en Europa, sino también en otros ámbitos. (Como ejemplos, El tambor de hojalata, del alemán Günter Grass, o Hijos de la medianoche, del hindú Salman Rushdie, presentan fuertes influencias de este realismo fantástico característico de la novela del «Boom»).
  6. Rechazo de la moral burguesa y de ciertos comportamientos.

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