14 Abr

El Nacionalismo Vasco: Orígenes y Evolución

El sistema político liberal de la Restauración defendía el **centralismo** y la **uniformidad** de todos los territorios del estado. A este planteamiento respondió la ley de supresión de los fueros a las Provincias Vascas en 1876, una vez superada la 3ª guerra carlista. La organización centralista del estado pretendió desconocer las peculiaridades jurídicas, políticas y sociales existentes en estos territorios.

Reacciones a la Abolición de los Fueros

Dentro de este proceso, la Ley de 1876 que eliminó los fueros vascos provocó dos tipos de reacciones en la sociedad vasca:

  • La de los que supieron rentabilizar la situación para transformar la pérdida en **conciertos económicos** con Madrid en provecho propio.
  • La de los que, apelando al **tradicionalismo**, defendieron la recuperación íntegra de los fueros. Estos últimos eran los perdedores de la Guerra Carlista, partidarios de un País Vasco tradicionalmente agrario, contrario al fenómeno urbano y su industria, para quienes la defensa de los fueros totales equivalía a la defensa de lo esencialmente vasco. La industrialización y la masiva llegada de inmigrantes eran señaladas como enemigas de la sociedad tradicional vasca, junto con el gobierno liberal español, que había abolido sus fueros.

El Surgimiento del Nacionalismo Vasco

De esta corriente nace la **Asociación General de Vizcaya**, el origen del Partido Nacionalista Vasco (PNV) fundado por **Sabino Arana** en 1895. El lema del nacionalismo vasco era «Dios y Ley Vieja», que se basaba en la unión de los nacionalistas vascos a favor de la religión católica y de la recuperación de los fueros y tradiciones vascas.

El nacionalismo vasco surgió a finales del siglo XIX con lo que llamamos el **bizkaitarrismo**, ya que comenzó siendo un partido vinculado exclusivamente a Vizcaya, aunque con posterioridad incluyó en su reivindicación a todas las provincias con población vasca. Los elementos en que se basaba la nacionalidad vasca se asentaban en la raza, la religión, la lengua, la ley, el carácter y las costumbres (artículo 8).

El impulsor de este nacionalismo fue el fundador del EAJ-PNV, **Sabino Arana**, que apostaba por la ruptura de todo vínculo con España y la proclamación de la independencia. Según este, la independencia política preservaría a la sociedad vasca de los males del mundo moderno, como el laicismo, los emigrantes, la industrialización. Desde una perspectiva fuerista tradicional, se limitó a recoger y dar coherencia a estas ideas y las depuró. Será a partir de 1898 cuando, tras la victoria electoral que le llevó a la diputación vizcaína, adopta una posición más posibilista, buscando «una autonomía lo más radical posible dentro de la unidad del estado español”.

Tensiones Internas y Evolución del PNV

Pero el partido no fue capaz de conseguir nada en los pasos de los primeros seguidores de Sabino Arana, hasta que amplió sus bases hacia una burguesía más moderna e industrial. Fue entonces cuando apareció la tensión interna entre los defensores de la independencia y los que buscaban, como objetivo más viable y práctico, la autonomía dentro del estado español.

Junto al nacionalismo etnicista y ruralista de Sabino Arana, apareció el de Ramón de la Sota, procedente del liberalismo fuerista. Los sectores enfrentados serán apoyados por diferentes revistas: *Euskalduna* será el órgano de los pragmáticos de Ramón de la Sota y *Aberri* servirá a los independentistas liderados por Luis Arana.

En 1906 el PNV celebró su primera asamblea, en la que mostró sus avances como la creación de las Juventudes Vascas y los primeros batzokis.

En 1910, el PNV sufrirá una escisión entre sus elementos más progresistas, separándose el grupo Askatasuna, que era partidario de un nacionalismo laico y republicano. Sin embargo, no tendrá éxito hasta la 2ª República cuando se funde EAE-ANV.

En 1916 los nacionalistas de De la Sota apartan a Luis Arana de la directiva del partido que adopta el nombre de **Comunión Nacionalista Vasca**. El autonomismo es el argumento que defienden y ello les supuso un amplio triunfo en las elecciones municipales de 1917. Además, los buenos negocios de la Primera Guerra Mundial enriquecieron a la burguesía vasca y consolidaron el nacionalismo como un nacionalismo burgués que pretendía acomodarse a una autonomía descentralizada dentro del estado.

La vía moderada fue contestada por el propio Luis Arana, quien siguió manteniendo los principios sabinianos e independentistas por lo que sería expulsado del partido. Los escindidos fundaron un nuevo PNV más radical que CNV.

Tras la dictadura de Primo de Rivera, ambas ramas se reconciliaron y formaron un renovado PNV que tendrá un gran protagonismo en la Segunda República consiguiendo para Euskadi el primer estatuto de autonomía de su historia en 1936.

Con la victoria franquista en la guerra civil, la actividad del PNV se realizará desde el exilio y todos los batzokis serán clausurados.

Divisiones Durante la Primera Guerra Mundial

Durante la Primera Guerra Mundial, el nacionalismo vasco experimentó divisiones en dos líneas principales:

  • **Moderados** (Ramón de la Sota): «euskalerrikos», nacionalistas, representados por la Comunión Nacionalista Vasca.
  • **Intransigentes e independentistas**: Liderados por Gallastegui y Luis Arana, este grupo, conocido como «Aberri».

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