05 Feb

1 Orígenes de la Revolución industrial

Desde mediados del siglo XVIII, el Reino Unido experimentó un gran crecimiento económico como consecuencia del paso de una economía agraria a una industrial. Este proceso, denominado Revolución industrial, tuvo varias causas:

  • Las transformaciones en la propiedad, productividad y explotación de la tierra.
  • Un notable crecimiento demográfico que propició importantes flujos migratorios hacia la ciudad.
  • El desarrollo de diversas innovaciones tecnológicas y su introducción en la industria, que permitió la mecanización de los procesos productivos.
  • Una mejora sensible de las comunicaciones terrestres y marítimas.
  • Una progresiva inversión del capital en actividades industriales y una incipiente división del trabajo.

Las transformaciones agrarias

La Revolución industrial estuvo precedida por cambios en la propiedad y las formas de producción en la agricultura. Se procuró eliminar el barbecho de la rotación de cultivos y se introdujeron mejoras técnicas, como la selección de semillas, la cosechadora mecánica y el uso de fertilizantes. También se ampliaron los cultivos con productos que provenían de las colonias (como el maíz y la patata) y se extendieron los campos de regadío.

En 1760 se pusieron en marcha las leyes de cercamiento (Enclosure Acts), que transformaban los campos abiertos en propiedades privadas. Esto originó que los campesinos sin tierra emigraran a las ciudades, así como el incremento de las inversiones en nuevas técnicas y el aumento de la producción.

Crecimiento demográfico

Las mejoras en las condiciones higiénicas y los avances en medicina tuvieron como resultado un descenso de la mortalidad, especialmente de la mortalidad catastrófica e infantil. La natalidad siguió en niveles altos, por lo que hubo un crecimiento natural de la población y, por tanto, también del consumo agrario.

Este proceso fue más lento en zonas del sur y este de Europa, donde continuaban produciéndose crisis de subsistencia.

Las innovaciones tecnológicas

Un elemento clave que impulsó la Revolución industrial fue la incorporación de las innovaciones tecnológicas a la producción.

El invento más importante fue la máquina de vapor de James Watt (1769), que usaba el carbón como combustible. Desde entonces, esta fuente de energía comenzó a usarse para la mecanización de todos los procesos productivos y para el desarrollo de los transportes.

La expansión de los transportes

Entre 1750 y 1850 hubo una mejora significativa de los medios de transporte en el Reino Unido.

• Transporte terrestre. Experimentó un gran impulso con el nuevo sistema de pavimentación de carreteras, pero sobre todo con el desarrollo del ferrocarril.

En 1804, Trevithick presentó la primera locomotora capaz de tirar de un vagón y en 1825 George Stephenson presentó su Locomotion. En 1830 se inauguró la línea de ferrocarril entre Liverpool y Manchester.

• Transporte marítimo y fluvial. Las mejoras en la navegación se realizaron en dos frentes. Por un lado, el Reino Unido creó una red de canales para conectar los centros extractores de materias primas con las áreas industriales. Por otro lado, se aplicaron las innovaciones técnicas a los barcos. El barco a vapor de Robert Fulton, a comienzos del siglo XIX, supuso una reducción de los tiempos de desplazamiento.

Otro aspecto que favoreció la industrialización en el Reino Unido fue la inversión de capitales en la industria. El origen de gran parte de ese capital provenía del comercio entre Inglaterra y América: la conexión triangular entre el comercio de manufacturas producidas en Europa, el tráfico de esclavos con la costa occidental de África, y las plantaciones y minas americanas.

2 Aparición de las primeras fábricas

Con la Revolución industrial nació el sistema de fábricas, caracterizado por la mecanización de la producción en la que se utilizaban nuevas fuentes de energía y la creación de grandes instalaciones donde se concentraban los trabajadores asalariados.

El sistema fabril sustituyó a la producción artesanal y las agrupaciones gremiales fueron desapareciendo. El uso de las nuevas fuentes de energía para impulsar la maquinaria propició el aumento de la producción y cambió la organización del trabajo. Se intensificó la actividad laboral, con largas jornadas, unos horarios estrictos y una actividad constante.

La industria textil

Las innovaciones tecnológicas se aplicaron de forma temprana a los procesos productivos en la industria textil.

Las nuevas hiladoras y telares permitían mover cientos de hilos al mismo tiempo e incrementar la velocidad de fabricación. El desarrollo de esta industria se debió al aumento de la demanda interna (desaparición de aranceles, mejora en los transportes y crecimiento de la población) y a la expansión del mercado exterior (mercados en las colonias británicas y poderío naval).

La minería y la industria siderúrgica

La minería y la industria siderúrgica tuvieron un gran desarrollo. A finales del siglo XVIII se generalizó el uso del carbón de coque, en lugar del vegetal, que liberaba más energía y permitía la fundición del acero en altos hornos.

Las fábricas se concentraron cerca de las minas de carbón. La generalización de altos hornos transformó el aspecto del Reino Unido y, posteriormente, de muchos espacios en Europa.

3 La expansión europea de la Revolución industrial

La industrialización y las transformaciones económicas que se produjeron en el Reino Unido a finales del siglo XVIII llevaron a este país a liderar la economía mundial hasta finales del siglo XIX e influyeron en el resto de Europa.

La industrialización se extendió por el continente de forma gradual y con cierto retraso debido a la Revolución francesa, las guerras napoleónicas y la Restauración.

Para que se produjera en cada país el desarrollo industrial era preciso que confluyeran una serie de factores, como el crecimiento de la producción agraria, la transición demográfica, la fortaleza del mercado interior y exterior y la introducción de la tecnología.

Tras el Reino Unido, se industrializaron en primer lugar:

  • Francia. A partir de 1830 contó con el apoyo de la banca privada, que impulsó la construcción de ferrocarriles y la industria del acero. Además, se benefició de un importante desarrollo de la exportación de capitales a través de la expansión colonial.
  • Imperio alemán. La industrialización se vio favorecida por la creación de la Unión Aduanera Alemana (Zollverein), que fomentaba los intercambios comerciales, la intervención estatal en la inversión para la minería y en la siderurgia, y la concentración de empresas en grandes familias, como los Krupp.

• Otros países rápidamente industrializados fueron Bélgica y Países Bajos, que contaron con el apoyo de la banca y la inversión estatal en el sector minero y metalúrgico, y Suiza, que introdujo medidas liberales en su economía.

En el resto de Europa, esta primera oleada industrializadora se desarrolló solo en regiones concretas, como Cataluña y País Vasco en España o el norte de Italia. En Europa Oriental fue más tardía, limitada a algunas regiones de los Imperios austrohúngaro y ruso a finales del siglo XIX. Fuera de Europa, hay que reseñar el crecimiento de Estados Unidos y Japón, con un importante desarrollo a partir de la segunda mitad del siglo XIX.

4 La sociedad de clases y el movimiento obrero

La introducción del liberalismo político y económico y el desigual reparto de la riqueza generó un cambio profundo en la estructura social. A esto se unieron las consecuencias de la industrialización, el crecimiento de las ciudades y los cambios culturales y de mentalidad. Todo ello derivó en la aparición de la sociedad de clases y el movimiento obrero.

Características de la sociedad de clases

La nueva sociedad se componía de individuos teóricamente iguales ante la ley, que se agrupaban en clases sociales abiertas: la pertenencia a una clase social dependía de la riqueza, por lo que era posible la movilidad.

La sociedad de clases estaba formada por los siguientes grupos:

  • Clases populares y trabajadoras. La mayoría seguía dedicada a actividades agropecuarias, aunque el desarrollo industrial dio origen a la clase obrera, que vivía en los suburbios de las ciudades y trabajaba en las fábricas en condiciones laborales muy duras.
  • Clase media. Estaba compuesta por profesionales liberales tanto del mundo urbano como rural (médicos, notarios, abogados..), gran parte de los hombres de negocios, medianos propietarios de tierras que comercializaban sus productos y obreros especializados.
  • Clase alta. Incluía la antigua aristocracia terrateniente y las familias burguesas que aumentaron sus beneficios con la industrialización. Este grupo invirtió sus capitales en una gran variedad de negocios, en la banca y en propiedades rurales y urbanas.

Las mujeres en la sociedad industrial

En el siglo XIX hubo una mayor representación del trabajo femenino. En el mundo rural, la mujer siguió teniendo un papel trascendental, mientras que en las ciudades trabajaban sobre todo en el servicio doméstico, el pequeño comercio, lavanderías, todo tipo de industria alimentaria y en la nueva industria textil.

Las mujeres estaban discriminadas laboralmente y cobraban un salario inferior por el mismo trabajo.

En este contexto surgió el feminismo como movimiento político y social. La Declaración de Seneca Falls (1848) en el estado de Nueva York detalló los abusos y la discriminación sexista y propuso un programa de reivindicaciones frente al dominio masculino.

Primeros movimientos obreros

Como consecuencia del crecimiento demográfico y de los nuevos sistemas de organización del trabajo, el nivel de vida de la clase trabajadora empeoró de forma evidente en la primera mitad del siglo XIX.

Las primeras protestas surgieron en el Reino Unido entre 1811 y 1816 a través del ludismo. Este movimiento aglutinó el descontento de los artesanos por la introducción de las máquinas en el proceso productivo.

El cartismo (1838-1848) fue la primera expresión política del movimiento obrero. Su denominación se debe a la Carta del pueblo, documento enviado al Parlamento británico, en el que se reivindicaba, entre otras cuestiones, el derecho al voto universal masculino y el voto secreto.

Primeros pensadores socialistas

Los primeros pensadores socialistas alertaron sobre la desigualdad creciente que estaba provocando el proceso de industrialización. Fueron denominados socialistas utópicos por la naturaleza de sus propuestas de mejora.

  • Henri de Saint-Simon (1760-1825). Defendió que el Estado debía redistribuir la riqueza de forma racional y equitativa.
  • Charles Fourier (1772-1837). Frente a la industria de tipo capitalista, basada en la explotación de la clase obrera, proponía cooperativas autosuficientes.
  • Robert Owen (1772-1837). Fue muy crítico con las condiciones laborales de los obreros. Owen era socio de una fábrica textil de New Lanark, lo que le permitió elevar los sueldos en su fábrica, mejorar las viviendas de sus trabajadores y proporcionarles educación y sanidad.

5 Desarrollo del movimiento obrero

En la segunda mitad del siglo XIX se desarrolló con fuerza el movimiento obrero, que luchaba por mejorar las condiciones laborales de los trabajadores. El marxismo y el anarquismo dieron a este movimiento una base ideológica, y los sindicatos, los partidos políticos y las internacionales obreras fueron sus principales vehículos de protesta.

Marxismo y anarquismo

El marxismo surgió de las propuestas de Karl Marx y Friedrich Engels, recogidas en el Manifiesto comunista (1848) y, de una forma más amplia, en El capital (1867).

Esta teoría considera que, en la economía capitalista, los dueños de los medios de producción (burguesía) se apropian de los beneficios que generan los obreros (proletariado) con su fuerza de trabajo. Esta explotación origina el enfrentamiento entre ambas clases sociales (lucha de clases). Para superarlo, Marx propone que el proletariado se haga con el poder político (dictadura del proletariado) y que se instaure una economía comunista en la que el Estado controle la propiedad y la gestión de los medios de producción. Así se conseguiría una sociedad igualitaria, sin clases, en la que se suprimirían las diferencias económicas y sociales.

El anarquismo defiende la libertad del individuo por encima de cualquier autoridad. Basado en las utopías igualitarias del siglo XVIII, propugna la abolición de la propiedad privada y la desaparición del Estado. Sus principales pensadores fueron Bakunin y Kropotkin.

Sindicalismo y primeros partidos socialistas

Los sindicatos son agrupaciones de trabajadores formadas para defender sus derechos. Tuvieron su origen en las Sociedades Cooperativas de Socorro Mutuo y se generalizaron en el último tercio del siglo XIX. Los dos principales sindicatos del momento fueron la Trade Unions Congress (1868), en el Reino Unido, y la Confédération Générale du Travail (1895), en Francia. Los sindicatos utilizaron la huelga como principal herramienta de protesta.

Aunque esta fue duramente penada por las autoridades políticas hasta comienzos del siglo XX, mediante su uso consiguieron la reducción de la jornada laboral, mejores condiciones laborales y mayor protección social.

Los partidos políticos socialistas surgieron posteriormente. El primero fue el Partido Socialista Alemán (SPD) en 1875, seguido por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en 1879 y el Partido Laborista inglés en 1905. El SPD alemán y el Partido Laborista inglés tuvieron un éxito electoral notable en las primeras décadas del siglo XX.

Las internacionales obreras

Según el Manifiesto comunista, «los obreros no tienen patria», ya que todos, independientemente de su nacionalidad, tenían los mismos problemas sociales y laborales. Así nació la idea de una organización obrera internacional.

La Primera Internacional obrera o Asociación Internacional de Trabajadores (AIT) surgió en Londres en 1864.

Impulsó el movimiento obrero y tuvo una gran acogida en Francia, Bélgica, España e Italia. Se disolvió en 1876 debido a los enfrentamientos internos entre marxistas, más proclives a una lucha política dentro del sistema de partidos, y anarquistas, que rechazaban el Estado e insistían en la insurrección proletaria.

La Segunda Internacional se fundó en 1889 y duró hasta 1914, con el inicio de la Primera Guerra Mundial. Esta organización, que también sufrió divisiones, instauró algunas de las características identitarias del movimiento obrero, como estabiecer el himno de La Internacional y el Día de los Trabajadores el 1 de mayo. 4A pesar de las divisiones, el balance del movimiento obrero fue positivo para la clase trabajadora. Se redujeron las horas de trabajo, se ampliaron los descansos, se desarrolló el derecho de huelga, se extendió el derecho al voto y la participación política de los trabajadores, y se mejoraron los sueldos.

El materialismo histórico

Según Marx, el fundamento de la realidad humana es la actividad económica. La forma concreta que adopta dicha actividad económica en un lugar y época determinados explica la estructura social, la forma política, las creencias, etc., y se denomina modo de producción. El materialismo histórico es la teoría marxista que explica la historia universal como una sucesión de modos de producción. Esta teoría ha tenido un gran impacto en las interpretaciones de muchos historiadores, economistas y sociólogos, que conciben el capitalismo como un proceso transitorio.


6 La Segunda Revolución industrial
La Segunda Revolución industrial, también llamada gran capitalismo, se desarrolló entre 1870 y 1914 y se caracterizo por la irrupción de nuevas industrias e importantes cambios en las fuentes de energía, la organización del trabajo, las fuentes de financiación, la tipología de empresas y los transportes.
Nuevas fuentes de energía
La electricidad y el petróleo contribuyeron a cambiar los procesos industriales. El uso masivo de la electricidad tuvo dos grandes hitos:

-Innovaciones tecnológicas, como la dinamo (Zénobe

-Gramme) y la bombilla (Thomas Alva Edison).

-El sistema de corriente alterna, ideado por Niko-la Tesla, permitió generar electricidad en centrales hidroeléctricas (lo que reducía la contaminación) y transportarla hasta los puntos de consumo (fábricas y ciudades) por medio de cables de alta tensión.
El petróleo ganó importancia, especialmente tras la invención del motor de explosión y el uso de la gasolina como fuente de energía en los medios de transporte.

Nuevas industrias

La industria química experimentó un gran crecimiento gracias a las innovaciones científicas y tuvo un efecto multiplicador en otras industrias, como la metalúrgica (aleación de metales), la textil (tintes, fibras sintéticas, telas artificiales), la alimentaria (producción, procesado y conservación de alimentos) y la automovilística (com-bustibles, neumáticos).

Nuevas formas de organización del trabajo

Los procesos de organización del trabajo se transformaron para aumentar la producción en masa y reducir los costes.El taylorismo redujo los tiempos con la especialización del trabajador en una única tarea y la remuneración en función del rendimiento.Poco después, el fordismo, que debe su nombre al fabricante de automóviles Henry Ford, mejoró el sistema de Frederick Taylor al introducir las cadenas de montaje, que evitaban que el obrero tuviera que des-plazarse.

Nuevas fuentes de financiación

El desarrollo industrial obligó a los empresarios a realizar grandes inversiones, por lo que se vieron en la necesidad de buscar nuevas fuentes de financiación.Esta circunstancia propició la aparición de las sociedades anónimas, empresas formadas por la unión de capitales individuales. Cada socio poseía participaciones (acciones) en la empresa, según su aportación en capi-tal, trabajo o conocimientos, y obtenía la parte proporcional de los beneficios.La necesidad de financiación favoreció a la banca, que comenzó prestando dinero a los empresarios a cambio del pago de intereses. Posteriormente, se decidió a invertir en las empresas, convirtiéndose en un socio más.Asimismo, la bolsa de valores se erigió en el mercado en el que se compraban y vendían las participaciones o acciones de las empresas, simplificando la manera de invertir.

Nuevas formas de organización empresarial

Las necesidades de la producción y el deseo de conseguir mayores beneficios llevaron a las empresas a la creación de congiomerados por medio de la concentración empresarial:

  • Cárteles. Uniones horizontales de empresas que se dedicaban a la misma actividad industrial.
  • Trusts. Uniones verticales de empresas que intervenían en las distintas fases de producción.
  • Holdings. Sociedades financieras formadas por bancos y empresas de varias ramas industriales.

Estos conglomerados empresariales realizaron prácticas monopolísticas, evitando la libre competencia, repartiéndose el mercado, controlando la producción o fijando los precios.

Revolución en los transportes

A lo largo del siglo xix, el ferrocarril y la navegación a vapor experimentaron un proceso de innovación continuo que mejoró ambos medios de transporte para mercancías y personás. Se redujeron los precios y los tiempos, se incrementaron la capacidad transportable Y las infraestructuras y se incorporaron nuevas regiones a los circuitos comerciales.Durante la Segunda Revolución industrial aparecieron nuevos medios de transporte, como el tranvía, el ferrocarril urbano, el automóvil o el avión, que terminaron de propiciar la revolución del transporte.


7  Consecuencias y expansión de la Segunda Revolución industrial

La Segunda Revolución industrial tuvo un impacto trascendental a nivel eco-nómico, social y cultural: prácticas monopolísticas, crecimiento demográfico, desarrollo y planificación urbana y nuevas formas de sociabilidad.

Consecuencias económicas

La concentración empresarial y la creación de monopolios llevó al control de los precios y del mercado, y a la eliminación de la competencia. Además, el desarrollo de la banca permitió las inversiones a escala mundial.

La Segunda Revolución industrial se caracterizó por el librecambismo, o la no intervención estatal en la actuación de entidades privadas, con el fin de aumentar la productividad y la competitividad. Sin embargo, la falta de control por parte del Estado llevó a la creación de grandes monopolios que dominaban los mercados a nivel internacional.

Con el desarrollo del capitalismo surgieron las crisis económicas cíclicas que, por la forma en la que se había comenzado a globalizar la economía, podían afectar a un gran número de países al mismo tiempo. La primera gran crisis del capitalismo fue la Depresión de 1873, que afectó a Estados Unidos y a Europa.

Crecimiento demográfico y migraciones

La población europea se duplicó en el siglo xix debido a la consolidación de la transición demográfica. En algunos países, el crecimiento fue moderado, mientras que otros, como el Reino Unido, triplicaron su población.

El siglo xix incrementó las migraciones interiores y exteriores en Europa.

Por un lado, se produjo un éxodo rural de campesinos que se desplazaron a las ciudades a trabajar en las fábricas. Este movimiento de población fue más intenso en el norte de Europa, donde hubo un mayor desarrollo industrial que en los países mediterráneos. Por otro lado, parte de la población europea emigró fuera del continente. Esos desplazamientos se intensificaron a partir de 1880. Los principales destinos fueron Estados Unidos, Brasil, etc…

Las ciudades industriales

Las fábricas se construyeron en la periferia de las ciudades, alrededor de las cuales se establecieron los barrios obreros. Las viviendas tenían unas condiciones insalubres, con escasos servicios de alcantarillado e higiene. No solían disponer de una iluminación adecuada y algunas tenían habitaciones comunes para los miembros de la familia. Las condiciones de miseria convirtieron a estas barriadas periféricas en foco de enfermedades, pobreza y delincuencia.

En contraste con los barrios obreros, se construyeron ensanches para la bur-guesia, en muchas ocasiones junto al casco antiguo de las ciudades. Estos espacios contaban con viviendas individuales y una planificación cuidada con calles de trazado geométrico y grandes avenidas, alejadas de la industria.

Los ensanches se convirtieron en el centro de las actividades comerciales y culturales de las ciudades. Las estaciones de ferrocarril comenzaron a formar parte del entramado urbano y, a finales del siglo xix, los tranvías y trenes subterráneos (metro) aparecieron por primera vez en las grandes urbes.


Cambios culturales y de consumo

Los cambios en la estructura social y económica llevaron consigo una transformación de las relaciones sociales. Por un lado, se reforzó el espacio privado del individuo en torno a la casa y, por otro, se impulsaron los nuevos espacios de sociabilidad.

  • Los salones y cafés se convirtieron en punto de encuentro de aristócratas y burgueses, y de escritores y periodistas que discutían de arte o política.
  • En las tabernas se congregaba la clase trabajadora, donde se compartían experiencias laborales y se forjaban solidaridades en la lucha obrera.

En esta época comenzó a generalizarse la práctica del deporte, tanto en su carácter más elitista (golf y tenis) como en el más popular (fútbol y ciclismo).

Por otra parte, los cambios en el proceso de producción, como el montaje en cadena, abarataron los costes, lo que se tradujo en un aumento del consumo.

Se construyeron los primeros grandes almacenes comerciales, como las

Galerías Lafayette en París o los almacenes Harrod’s en Londres. Este incremento en el consumo solo se produjo en un número reducido de familias y se afianzó a comienzos del siglo xx.

Uno de los grandes avances culturales del siglo xix fue la generalización de la educación obligatoria. Casi todos los Estados europeos asumieron la finan-ciación, el control del contenido y el reclutamiento del profesorado.

Asimismo, de forma gradual, se produjo la secularización de la sociedad y, con ello, la pérdida de influencia política y social de la religión.

Expansión de la Segunda Revolución industrial

Alemania y Estados Unidos se erigieron en nuevas potencias industriales a finales del siglo xix y principios del xx. En el caso de Alemania, la disponibilidad de recursos naturales (carbón y hierro), la tradición del trabajo manufacturero doméstico y el sistema educativo fueron sus principales ventajas.

El período de 1860 a 1914 fue la etapa de despegue industrial de Estados Unidos. Una de sus ventajas fue el mercado interior, debido al importante crecimiento demográfico y a su elevada capacidad de consumo, así como su liderazgo en las innovaciones tecnológicas.

El Reino Unido fue perdiendo importancia, ya que no hubo grandes inversiones en las nuevas industrias. Francia ganó impulso a principios del siglo xx gracias a la industria del automóvil y Japón comenzó su proceso de industrialización a partir de 1870, debido a la inversión estatal en la industria.

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