18 May

El español de América y la lengua española en el mundo. La necesidad de una norma panhispánica


1.El español de Ámerica


 El castellano que se habla en América no constituye una variedad homogénea, al contrario hay muy pocos rasgos que estén extendidos en todas las zonas hispanohablantes. Tampoco se puede establecer una caracterización clara del español americano frente al que se utiliza en España, pues son escasos los fenómenos dialectales significativos que no tengan algún paralelo en la Península o en Canaria.La diversidad de fenómenos dialectales en Hispanoamérica y su heterogénea distribución se debe a distintas causas históricas y sociales. En primer lugar, hay que tener en cuenta que el castellano que llevan allí los colonizadores es ya diverso: a América llegaron gente de muy distinta condición social (militares, funcionarios, eclesiásticos, pero principalmente gente del pueblo) y también de procedencia geográfica variada (andaluces, extremeños, castellanos, leoneses y vascos…). Por eso no podemos extrañarnos de que algunos rasgos particulares de ciertas zonas americanas coincidan con otros peninsulares. Sucedía no solo que la mayor parte de marinería de las flotas procedía de Sevilla y de la costa andaluza, sino también que todo el que quería establecerse en las colonias debía pasar una larga temporada de espera en esta ciudad, hasta que llegase el momento de embarcar, conviviendo pues con una variedad del castellano –la sevillana-, ya bastante diferenciada. Otro factor que explica la distribución dialectal del español en América es la propia historia de la colonización. En cambio, en las tierras altas del interior aparecen rasgos más cercanos a la norma del norte de España, lo que suele explicarse atendiendo a dos hechos: primero su menor contacto con la metrópolis, lo que justificaría que la influencia del modo de hablar de Sevilla fuera menos importante que en las zonas costeras; segundo, por la influencia que ejercieron sobre estos territorios las cortes virreinales de México y Lima que utilizaban un castellano menos popular: funcionarios y eclesiásticos se sujetaban más a la norma considerada como correcta, que las universidades, creadas muy pronto, se encargaron de divulgar.Se ha discutido mucho sobre el grado de influencia de las lenguas amerindias en el español americano. Algunos defendieron que fue determinante y que el sustrato indígena está en la base de los fenómenos dialectales fonológicos y morfológicos más importantes: según estos, el español en el Nuevo Mundo constituiría una evolución independiente respecto del castellano de la Península. Sin embargo, que la distribución geográfica de esos fenómenos (el yeísmo, la aspiración –s, el seseo, etc.) no se corresponde en absoluto con el mapa de las lenguas indígenas y, sin embargo, es clara la relación existente entre los principales rasgos dialectales americanos y los que se producen en Andalucía y Canarias. Hoy en día, se acepta que la influencia de las lenguas autóctonas es menor de lo que en principio se pensó, sin embargo son muchos los términos procedentes de esas lenguas que han pasado al habla hispanoamericana –e incluso a la lengua común.

1.2.Rasgos lingüísticos del español americano

Como ya se ha señalado apenas hay rasgos dialectales que tengan un carácter general, están asociados a zonas. Por eso no resulta demasiado útil hablar de zonas dialectales en Hispanoamérica más allá de la distinción expresada más arriba:
zona del Caribe, más innovadora, y las tierras altas (México, Perú y sus zonas de influencia históricas) más conservadoras. Vamos a ver los rasgos más característicos independientemente de su localización concreta.


RASGOS FÓNICOS


SESEO. Prácticamente toda Hispanoamérica es seseante. En algunos lugares aíslados, sin embargo, quedan restos de ceceo. YEÍSMO. También muy extendido, ASPIRACIÓN DE LA –S IMPLOSIVA, que a menudo se asimila a la consonante siguiente e incluso llega a perderse, aunque también se puede mantener. CONFUSIÓN DE L R IMPLOSIVAS. Se produce casi en las mismas zonas que la aspiración de –s. A menudo cae también la r final. ASPIRACIÓN DE J Y G+E, I. Se da sobre todo en América Central, el Caribe, y las costas de Colombia y Venezuela.

RASGOS MORFOSINTÁCTICOS

VOSEO. Es un fenómeno típico de ciertas zonas de América. En el siglo XVI, las formas de tratamiento eran tú para los inferiores y en las situaciones de confianza, y vos en los demás casos. Al generalizarse por aquel tiempo el uso de vuestra merced (usted) como tratamiento de respeto, en España vos acabó desapareciendo y sus usos fueron absorbidos por tú y usted. Lo mismo sucedió en parte de Hispanoamérica. En otras zonas sin embargo, fue la forma tú la que desapareció, de manera que hoy en día se utiliza vos para el tratamiento de confianza.
AUSENCIA DE LEÍSMO, LAÍSMO, LOÍSMO. Sólo en algunas zonas se pueden encontrar casos aislados de persona: yo le vi esta mañana. USO DE SUFIJOS. En la creación léxica, es característica de Hispanoamérica la utilización de sufijos diferentes a los utilizados en España. Así, son frecuentes los términos colectivos o de acción y efecto creados mediante el sufijo –ada, -ida: muchachada, platicada, levantada. El diminutivo es –ito, que se emplea, además, con muchísima frecuencia: patroncito, ahorita, mamacita.
FORMAS VERBALES. Se prefiere el pretérito perfecto simple en usos en los que en España empleamos el compuesto. También se observa la preferencia por la forma –rafrente a –se en el imperfecto de subjuntivo. Es característico, asimismo, la existencia de perífrasis verbales desconocidas en España: sabe venir a casa (suele venir), mándese entrar (entre), y el hecho de que se utilicen a menudo en lugar de las formas verbales de futuro: si le preguntas, ha de decirte una mentira (te dirá).
ADVERBIOS, PREPOSICIONES Y CONJUNCIONES. Tienen frecuentemente usos que son extraños al castellano peninsular.

2 El español en el mundo

Convendría referirse ahora a otros lugares del mundo donde el español tiene o tuvo protagonismo. Además de en España y en Hispanoamérica, el castellano se habla también: en Filipinas, en las antiguas colonias africanas, en muchas ciudades de Estados Unidos. En Filipinas, el castellano fue durante la época colonial una lengua minoritaria que utilizaban los grupos dominantes: funcionarios, administradores, militares, comerciantes… El pueblo filipino siguió siempre expresándose en su lengua autóctona el tagalo y solo aquellos que estaban en contacto con las autoridades coloniales llegaron a aprender bien el español. Ello explica que, tras la Guerra del 98, al pasar a depender económica y culturalmente de Estados Unidos el inglés sustituyera al castellano como lengua de la cultura y de las actividades públicas. Continuó siendo lengua oficial hasta 1986, se enseñaba en las escuelas y en la universidad y era conocida por algunos grupos cultos, pero desde entonces está en franco retroceso. En Estados Unidos es la segunda lengua en importancia. Su vitalidad se debe a que sigue siendo la lengua utilizada por los hispanos tradicionalmente en estados como California y Nuevo México también, por supuesto, por los millones de emigrantes procedentes de Hispanoamérica y sus descendientes, que forman comunidades muy importantes

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