09 Oct
Contexto Histórico de la Segunda República Española (1934-1936)
El Bienio Negro y la Crisis (1934-1936)
- Prisiones llenas debido a delitos políticos (consecuencia de la Revolución de 1934).
- Restitución de las propiedades a los jesuitas.
- La CEDA controla el gobierno: José María Gil Robles es nombrado Ministro de la Guerra y Francisco Franco, Jefe del Estado Mayor Central.
- Suspensión del Estatuto de Autonomía de Cataluña.
- Caso de corrupción: el Estraperlo (ruleta trucada en los casinos de España).
- Convocatoria de nuevas elecciones en España (febrero de 1936).
Dos grandes bloques se presentaron a las elecciones de febrero de 1936: las izquierdas, aliadas en el Frente Popular (Front d’Esquerres de Catalunya), y las derechas, organizadas en el Bloque Nacional (Front Català d’Ordre).
Consecuencias del triunfo del Frente Popular
- El triunfo del Frente Popular supuso la aceleración de las reformas iniciadas en 1931, la amnistía de los presos de las revoluciones de 1934, el restablecimiento del Estatuto de Autonomía catalán, y la elaboración de los estatutos vasco y gallego.
En el mes de mayo, Manuel Azaña fue nombrado nuevo Presidente de la República, y Casares Quiroga, Jefe del Gobierno.
La Polarización y el Camino al Conflicto (Febrero-Julio 1936)
- Triunfo de la agrupación de izquierdas. Nombramiento de Manuel Azaña como Presidente de la República y Casares Quiroga como Presidente del Gobierno.
- Creciente enfrentamiento y polarización entre las izquierdas y las derechas.
- Asesinatos del teniente Castillo y de Calvo Sotelo (eventos clave que precipitaron el golpe).
- Clima de violencia social: Patrullas de extrema derecha y extrema izquierda actuaban fuera de la ley.
La sociedad intuía la posibilidad de un nuevo golpe de Estado ante el temor a una revolución social. El General Mola, Sanjurjo, los africanistas y amplios sectores descontentos contra la República justificaron una CONSPIRACIÓN MILITAR.
Orchidaceae: Características, Diversidad y Morfología de las Orquídeas
Las orquídeas u orquidáceas (nombre científico Orchidaceae) son una familia de plantas monocotiledóneas que se distinguen por la complejidad de sus flores y por sus interacciones ecológicas con los agentes polinizadores y con los hongos con los que forman micorrizas.
La familia comprende aproximadamente 25.000 especies (algunas fuentes informan de 30.000), y quizá otros 60.000 híbridos y variedades producidas por los floricultores, por lo que resulta ser una de las familias con mayor riqueza de especies entre las angiospermas. Pueden ser reconocidas por sus flores de simetría fuertemente bilateral, en las que la pieza media del verticilo interno de tépalos —llamada labelo— está profundamente modificada, y el o los estambres están fusionados al estilo, al menos en la base.1
Las orquídeas constituyen un grupo extremadamente diverso de plantas, que pueden tener desde unos pocos milímetros de longitud (ciertas especies de los géneros Bulbophyllum y Platystele) hasta constituir gigantescas agregaciones de varios cientos de kilogramos de peso (algunas especies de Grammatophyllum) o presentar longitudes de hasta 13,4 m, como es el caso de Sobralia altissima, una orquídea recién descrita en 1999 en el Perú.2 3 Del mismo modo, las flores de las orquídeas varían en tamaño desde menos de 1 mm y difícilmente visibles a simple vista (Platystele) pasando por las grandes flores de 15 a 20 cm de diámetro en muchas especies de los géneros Paphiopedilum, Phragmipedium y Cattleya hasta los 76 cm de las flores de Phragmipedium caudatum. La fragancia de sus flores no es menos variable, desde el delicado aroma de Cattleya hasta el repulsivo hedor de las flores de ciertas especies de Bulbophyllum.3
Se encuentran en la mayor parte del mundo, si bien son especialmente abundantes en los trópicos. No obstante, su capacidad de adaptación les ha permitido conquistar un sinnúmero de nichos ecológicos, desde los más secos y calientes del planeta hasta los más húmedos y fríos ya que se distribuyen desde las regiones polares hasta el ecuador.3
La familia ha sido reconocida por los sistemas clásicos de clasificación de plantas, como el sistema de Cronquist,4 así como por los más modernos, como el sistema de clasificación APG II y el sistema de clasificación APG III.5 6
Índice
- 1 Descripción
- 1.1 Hábito
- 1.2 Raíz
- 1.3 Hojas
- 1.4 Flor
- 1.5 Inflorescencia
- 1.6 Fruto y semilla
- 2 Etimología e historia
- 3 Ecología
- 3.1 Distribución y hábitat
- 3.2 Biología de la polinización
- 3.3 Biología de la germinación
- 4 Evolución y filogenia
- 5 Taxonomía
- 5.1 Apostasioideae
- 5.2 Cypripedioideae
- 5.3 Vanilloideae
- 5.4 Orchidoideae
- 5.5 Epidendroideae
- 6 Importancia económica
- 6.1 Multiplicación
- 6.2 Cuidados
- 6.3 Propagación a gran escala
- 7 Orquídeas emblemáticas o extremas
- 8 Véase también
- 9 Referencias citadas
- 10 Bibliografía
- 11 Enlaces externos
Descripción
Hábito
Las orquídeas son plantas herbáceas, perennes (raramente anuales), terrestres o epífitas, ocasionalmente trepadoras, algunas veces saprófitas o, raramente, micoheterotróficas. Con respecto a las orquídeas epífitas, se dice que pueden llegar a ser eternas. De hecho, en la naturaleza, su supervivencia está ligada a la vida del árbol que las sostiene. Se conocen plantas recolectadas a mediados del siglo XIX que todavía están creciendo y floreciendo en muchas colecciones.7
Los tallos son rizomas o cormos en las especies terrestres. En las especies epífitas, en cambio, las hojas se hallan engrosadas en la base formando pseudobulbos que sirven para almacenar agua y nutrientes y que, por lo general, están recubiertos por las vainas foliares membranosas que se secan con la edad.8
Existen dos tipos básicos de crecimiento dentro de la familia: el tipo simpodial, que origina tallos múltiples, y el tipo monopodial, que origina un solo tallo.9 El tipo simpodial de crecimiento es el más común dentro de la familia. La mayoría de estas orquídeas presentan pseudobulbos que funcionan como reservorios de agua y nutrientes. La planta sostiene los pseudobulbos casi verticalmente y el crecimiento y desarrollo posterior de nuevos tallos se produce horizontalmente, entre los pseudobulbos preexistentes. Cada nuevo pseudobulbo se origina en la base de los anteriores y, con su crecimiento, origina nuevas hojas y raíces. Las hojas originadas en cada pseudobulbo pueden durar muchos años, proveyendo nutrientes para toda la planta, hasta que se tornan marrones y mueren. Aun sin hojas, cada pseudobulbo continúa sosteniendo el crecimiento y suministrando la energía necesaria para el crecimiento del resto de la planta y para la floración. Algunos ejemplos de orquídeas con este tipo de crecimiento son los géneros Cattleya, Dendrobium y Oncidium.9 Las orquídeas con crecimiento monopodial, a diferencia de las anteriores, presentan un solo tallo principal que crece erecto e indefinidamente desde el centro de la planta.10 Normalmente, el tallo va creciendo hacia arriba y se originan raíces en los nudos, las cuales crecen hacia abajo. La planta, conforme va creciendo, pierde las hojas inferiores a medida que se forman nuevas hojas en el extremo superior. Algunas especies de orquídeas con este tipo de crecimiento son aquellas pertenecientes a los géneros Ascocentrum, Phalaenopsis y Vanda.9
Raíz
Las orquídeas terrestres a veces presentan raíces tuberosas. En las orquídeas epífitas, en cambio, las raíces son aéreas y están muy desarrolladas, cuelgan de los árboles y son verdes y gruesas. Las raíces de las epífitas tienen una doble función: son las estructuras que se encargan de captar los nutrientes que la planta necesita y funcionan, además, como elementos de fijación. Las raíces en este tipo de orquídeas típicamente poseen una epidermis esponjosa, formada por muchas capas de células muertas a la madurez y con paredes celulares engrosadas, llamada velamen. El velamen constituye una vaina esponjosa y blanquecina que rodea por completo a la raíz. Si el tiempo está seco, sus células están llenas de aire; pero cuando llueve se llenan de agua.7 Según algunos autores el velamen es un tejido que absorbe agua, según otros nunca se ha observado el paso de agua del velamen al córtex de la raíz. Su función principal parece ser la de protección mecánica, además de impedir la excesiva pérdida de agua de la raíz en períodos de deficiencia hídrica. Además, cuando el velamen se llena de agua se vuelve transparente permitiendo a la luz alcanzar el tejido verde de las raíces y, por ende, facilita la fotosíntesis.11 12 13
Hojas
Del rizoma o de los tallos aéreos nacen las hojas, las cuales son simples y de margen entero, generalmente alternas, espiraladas, dísticas o verticiladas, muchas veces plicadas, basales o a lo largo del tallo, a veces reducidas a vainas o a escamas, usualmente con venación paralela y envainadoras en la base. Pueden presentar pecíolo o ser sésiles y no presentan estípulas. Las especies adaptadas a períodos de sequía tienen hojas carnosas que cumplen la función de reserva de agua en épocas de escasez.14 15 3
Flor
Ninguna familia de plantas tiene una gama de flores tan variada. Las flores están altamente especializadas en relación a sus polinizadores. Son bien conocidas las variaciones estructurales que facilitan la polinización por una determinada especie de insecto, pájaro o murciélago.
Las flores pueden surgir, dependiendo del género y la especie, de la base de la hoja, del rizoma o de algún entrenudo del pseudobulbo. Son hermafroditas (raramente unisexuales), en general zigomorfas (de simetría bilateral), usualmente resupinadas (es decir, las partes florales giran 180° durante el desarrollo), muchas veces conspicuas y epíginas (es decir, las piezas del perianto se disponen por encima del ovario).
En la gran mayoría de los géneros, las flores están formadas por tres piezas externas llamadas sépalos, dos laterales y uno dorsal, y tres elementos internos llamados pétalos, el inferior modificado en un labio o labelo de tamaño mayor y color más intenso que los demás. Algunos autores interpretan al perianto de las orquídeas como un perigonio, formado por seis tépalos dispuestos en dos verticilos.16 17 Las diferentes piezas del perianto pueden estar separadas entre sí o fusionadas en la base.
Los sépalos, o tépalos externos, son usualmente petaloideos (similares a pétalos), imbricados. A veces los dos sépalos laterales se encuentran fusionados en un solo elemento llamado «sinsépalo». Los pétalos, o tépalos internos, están siempre separados, a veces presentan puntos, manchas y colores.

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