30 Oct

Impresionismo

La palabra “Impresionismo”, en tanto que utilizada para referirse a un movimiento artístico, tiene un origen muy concreto que se remonta al año 1874. En abril de ese año, un grupo de artistas, encabezados por Monet, Renoir, Degas, Pissarro, Sisley y Morisot, fundó una «Sociedad anónima cooperativa de artistas pintores, escultores, grabadores, etcétera». Lo que estos artistas tenían en común era su desprecio por el arte tradicional oficial en favor de nuevas formas de expresión artística mucho más innovadoras y el hecho de que sus obras habían sido reiterada y casi sistemáticamente rechazadas por los distintos jurados de tendencia conservadora de las muestras oficiales del Salón.

El 15 de abril de 1874, en un local cedido por el fotógrafo Nadar, abrió sus puertas al público la primera exposición de este grupo. Monet expuso, entre otras obras, una vista del puerto de El Havre con el sol entre las brumas del amanecer y algunos mástiles de barcos. La respuesta del público y de la crítica ante la muestra fue implacable: insultos, mofas, una auténtica humillación pública para los artistas.

El 25 de abril, un crítico llamado Louis Leroy publicó un artículo en la revista Charivari que tuvo mucha repercusión y que se titulaba: «Exposición de los Impresionistas». El artículo era demoledor con los artistas y sus obras, y de ahí en adelante el término “Impresionismo” se extendería para referirse a la concepción del arte de este grupo, que pasaron a ser los impresionistas.

Características principales

Una característica fundamental del Impresionismo, influenciada por la fotografía y el grabado japonés, es la búsqueda de captar en las obras la temporalidad, la apariencia fugaz del fenómeno que quieren representar. Ya se trate de un paseante, de un campo de amapolas o de la atmósfera cambiante frente a la fachada de una catedral, lo fundamental es lo que el artista percibe y cómo se siente frente a lo que percibe. En palabras de Pissarro, se trata de «no proceder según reglas o principios, sino pintar lo que se observa y lo que se siente».

En consecuencia, el Impresionismo deja de lado el enfoque tradicional que exigía al artista contar una historia o transmitir un mensaje de tipo moral. La descripción de la forma, relegada a un segundo plano, queda subordinada a la definición de las condiciones particulares de iluminación. Por eso, los artistas impresionistas buscarán condiciones pintorescas de iluminación como retos a su genio, recurriendo a:

  • Iluminaciones de interior por luz artificial, como Edgar Degas y sus bailarinas.
  • La iluminación natural filtrada, como Auguste Renoir y la luz pasando entre hojas de árboles.
  • La iluminación al aire libre con reflejos en el agua o multitudes, como Claude Monet.

La pintura pasa a ocuparse de aquello que le es intrínseco: la luz y el color, y en ningún caso a la descripción formal del volumen heredada del clasicismo. Así, las formas se diluyen, se mezclan o se separan de forma imprecisa dependiendo de la luz a la que están sometidas, dando lugar a esa «impresión» que le da nombre al movimiento.

Simbolismo y Odilon Redon

El Simbolismo es un movimiento literario y de artes plásticas que se originó en Francia en la década de 1880, paralelo al postimpresionismo, y que surgió como reacción al enfoque realista implícito en el Impresionismo. Tanto el Impresionismo como el idealismo y el naturalismo académico se habían identificado con los problemas contemporáneos, políticos, morales e intelectuales. Los artistas de 1885, disgustados por la incapacidad de la sociedad para resolver estos problemas, buscaron nuevos valores basados en lo espiritual.

Desean crear una pintura no supeditada a la realidad de su momento, rechazan lo que trae consigo la vida diaria: la aglomeración, la actividad industrial y la degradación. Los simbolistas consideran que la obra de arte equivale a una emoción provocada por la experiencia. Tratan de exteriorizar una idea, de analizar el yo. Les interesa la capacidad de sugerir, de establecer correspondencias entre los objetos y las sensaciones, el misterio y el ocultismo. Sienten la necesidad de expresar una realidad distinta a lo tangible y tienden hacia la espiritualidad. El símbolo se convierte en su instrumento de comunicación, decantándose por figuras que trascienden lo material y son signos de mundos ideales y raros. Hay una inclinación hacia lo sobrenatural, lo que no se ve, hacia el mundo de las sombras.

La revelación de Freud acerca de la vida de los sueños y la existencia de una parte irracional en lo humano es aplicada al programa simbolista, reivindicando la búsqueda interior. Cultivarán el subjetivismo, el antirracionalismo y aflorará el interés por el cristianismo y las tradiciones diversas. Estudian la ambigüedad, la belleza hermafrodita, lo andrógino, la femme fatale que destroza cuando ama, lo femenino devorador. La mujer brota del mundo del inconsciente y, para huir de la realidad, adopta forma de esfinge, de sirena, de araña o de genio alado. Los seres que aparecen en ese mundo de sueño serán incorpóreos.

Prestan especial atención a la forma, pero la ponen al servicio de unos ideales que van más allá de la pura apariencia. Plasman sus sueños y fantasías por medio de la alusión al símbolo y a una rica ornamentación. A veces utilizan colores fuertes para resaltar el sentido onírico de lo sobrenatural. Puede decirse que es una pintura de ideas, sintética, subjetiva y decorativa. Los precursores de esta nueva pintura son Gustave Moreau, Puvis de Chavannes y Odilon Redon.

El Cubismo

Fue un movimiento artístico desarrollado entre 1907 y 1914, nacido en Francia y encabezado por Pablo Picasso, Georges Braque, Jean Metzinger, Albert Gleizes, Robert Delaunay y Juan Gris. Es una tendencia esencial, pues da pie al resto de las vanguardias europeas del siglo XX. No se trata de un ismo más, sino de la ruptura definitiva con la pintura tradicional.

El término cubismo fue acuñado por el crítico francés Louis Vauxcelles, el mismo que había bautizado a los fauvistas motejándolos de fauves (fieras). En el caso de Braque y sus pinturas de L’Estaque, Vauxcelles dijo, despectivamente, que era una pintura compuesta por «pequeños cubos». Se originó así el concepto de «cubismo».

A pesar de ser pintura de vanguardia, los géneros que se pintan no son nuevos, y entre ellos se encuentran sobre todo bodegones, paisajes y retratos. Se eliminan los colores sugerentes que tan típicos eran del impresionismo o el fovismo. En lugar de ello, utiliza como tonos pictóricos apagados los grises, verdes y marrones. El monocromatismo predominó en la primera época del cubismo; posteriormente, se abrió más la paleta.

Con todas estas innovaciones, el arte acepta su condición de arte y permite que esta condición se vea en la obra, es decir, es parte intrínseca de la misma. El cuadro cobra autonomía como objeto con independencia de lo que representa, por ello se llega con el tiempo a pegar o clavar a la tela todo tipo de objetos hasta formar collages. La obra resultante es de difícil comprensión al no tener un referente naturalista inmediato, y ello explica que fuera el primero de los movimientos artísticos que necesitó una exégesis por parte de la «crítica», llegando a considerarse el discurso escrito tan importante como la misma práctica artística. De ahí en adelante, todos los movimientos artísticos de vanguardia vinieron acompañados de textos críticos que los explicaban.

Expresionismo (1905-1913)

Estilo surgido en Alemania que trata de dar al espectador una visión de los sentimientos del artista. Forma, color y textura están al servicio de esa transmisión de los estados de ánimo del autor. Supone el inicio de la pintura abstracta en sentido estricto, ya que se desvincula por fin del referente. Es una pintura subjetiva que deforma y exagera. Sus grandes influencias fueron autores consagrados como Goya y El Greco, y otros más recientes como el belga James Ensor y el noruego Edvard Munch.

Grupos y artistas

Los dos grandes grupos de artistas del movimiento fueron:

  • Die Brücke (El Puente): Formado en Dresde, principalmente por Ernst Kirchner y Emil Nolde.
  • Der Blaue Reiter (El Jinete Azul): Compuesto en Múnich por Vasily Kandinsky, Franz Marc y Paul Klee.

Ambos grupos compartían objetivos y rasgos comunes, aunque con algunas diferencias estilísticas que los dividían.

La estética expresionista

La primacía de lo subjetivo, fantástico, deforme o irracional caracteriza a la estética expresionista. El deseo de subjetividad constituía su base, materializada tanto en las artes plásticas como en la literatura y la música. En pintura, el expresionismo surgió como reacción al impresionismo y su visión objetiva de la naturaleza. Los pintores expresionistas propugnaban una visión más personal y apasionada de lo que la naturaleza les sugería. “Expresión” se oponía, pues, a “impresión”.

Esta estética suponía también un rechazo de los valores de la sociedad burguesa de la época y planteaba el arte como un instrumento de crítica político-social. Las culturas primitivas, los dibujos infantiles y el arte de los enfermos mentales proporcionaron a los expresionistas un modelo para la renovación artística, basada en la intuición y la creatividad sin trabas. Recibieron además la influencia de pintores postimpresionistas como Vincent van Gogh y de sus contemporáneos fauvistas.

El concepto tradicional de belleza quedó negado por la creación expresionista, que deformó las figuras para extraer de ellas una visión cruda y personal de la realidad en la que se resaltaban la soledad, el dolor y el horror de la guerra.

Persecución nazi

El expresionismo contemporáneo se desarrolló desde 1905 hasta finales de la década de 1920 y sufrió el tremendo impacto de la Primera Guerra Mundial. Posteriormente, sus representantes fueron perseguidos por los nazis. Las obras de estos artistas fueron ridiculizadas por Hitler en la exposición de Arte Degenerado en Múnich en 1937. Una parte de la obra fue destruida y otra vendida.

Modernismo (Art Nouveau)

El Art Nouveau, también conocido como Modernismo, fue un movimiento artístico, arquitectónico, gráfico y decorativo que surgió a finales del siglo XIX y tuvo su auge de 1890 a 1910. En Europa, el movimiento se conoce bajo diferentes nombres (Art Nouveau en Francia, Modern Style en Inglaterra, Jugendstil en Alemania y Sezession en Austria).

El Art Nouveau es un arte joven, libre, innovador que busca una ruptura total con las influencias del arte histórico. Bajo el mecenazgo de una burguesía rica y poderosa, el movimiento trasciende para incorporar artes mayores (pintura, escultura, arquitectura) y menores (cerámica, joyas, mobiliario, grabado, carteles, etc.). Aunque de poca duración, fue un movimiento clave en la transición del siglo XIX al siglo XX, del neoclasicismo a la modernidad y a los ismos del arte contemporáneo.

Antecedentes

A mediados del siglo XIX, el movimiento prerrafaelita, inspirado en los antiguos maestros del Renacimiento, y el movimiento Arts & Crafts, que rehabilita el trabajo hecho a mano, promueven un regreso al arte decorativo. Al mismo tiempo, el japonismo y las artes niponas influyen en los artistas europeos, quienes son afectados por las formas planas de colores vibrantes y las composiciones libres de los grabados en xilografía japoneses.

Frente a una creciente industrialización, surge una nueva preocupación por valorar el trabajo individual, artesanal y ornamental. Estas nuevas preocupaciones, en conjunto con las influencias mencionadas, favorecen la aparición del “nuevo arte” que, de cierta forma, embellece un estilo de vida ya muy industrializado. El primer diseño clasificado como Art Nouveau es una ilustración de 1883 del diseñador y arquitecto Arthur Mackmurdo para la cubierta de un libro.

Temas destacados

La naturaleza es la reina en el Art Nouveau. Se destacan las formas orgánicas entrelazadas, los motivos vegetales, la línea curva y la sensualidad. Las formas son sinuosas, florales e innovadoras. Se abandonan los temas diarios a favor de temas simbólicos y conceptuales donde la mujer y la naturaleza son enfatizadas.

Artistas de importancia

Alfons Mucha (1860-1939)

Fue el máximo exponente del Art Nouveau. Por un tiempo, el movimiento fue conocido como Mucha Style. Los carteles litográficos que el artista checo realiza para la actriz francesa Sarah Bernhardt son su salto a la fama. Su estilo, altamente copiado, exalta a las mujeres, quienes a menudo aparecen en su trabajo rodeadas por profusas flores y formas orgánicas.

Gustav Klimt (1862-1918)

Gran simbolista austriaco, realizaba obras altamente ornamentadas que también realzan a la mujer. Plasmado en su propio universo erótico, el desnudo femenino es alabado. La sensualidad de Klimt se expresa por las formas fluidas, etéreas y sexuales que ornamentan los fondos. El exotismo se mezcla con el erotismo, y las mujeres de Gustav Klimt se transforman en diosas lánguidas.

Características

  • Inspiración en la naturaleza y uso profuso de elementos de origen natural, con preferencia en los vegetales y las formas redondeadas de tipo orgánico entrelazándose con el motivo central.
  • Uso de la línea curva y la asimetría, tanto en las plantas y alzados de los edificios como en la decoración.
  • Tendencia a la estilización de los motivos, siendo menos frecuente su representación estrictamente realista.
  • Uso de imágenes femeninas en actitudes delicadas y gráciles, con un aprovechamiento generoso de las ondas en los cabellos y los pliegues de las vestimentas (drapeado).
  • Actitud tendente a la sensualidad y a la complacencia de los sentidos, llegando hasta el erotismo en algunos casos.
  • Libertad en el uso de motivos de tipo exótico, sean estos de pura fantasía o con inspiración en distintas culturas, como por ejemplo el uso de estampas japonesas.
  • Aplicación envolvente del motivo, donde el elemento destacado de tipo orgánico envuelve o se une con el elemento que decora.

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