08 Oct

El Modernismo: Origen, Características e Influencias Literarias

El Modernismo es un movimiento esteticista nacido en el último cuarto del siglo XIX y que se da por finalizado alrededor de 1914. Surge en Hispanoamérica y alcanza su máximo esplendor con Rubén Darío.

La aparición de este movimiento en España coincide con una crisis de valores tradicionales y un clima general de desánimo, lo que provocó el alejamiento del sistema y el rechazo contra la burguesía. En Hispanoamérica, influye el rechazo del imperialismo. El malestar del modernista provoca actitudes como la bohemia.

Influencias Estéticas del Modernismo

Las influencias más destacadas del movimiento son:

  • El Romanticismo: Aporta la sensibilidad y la subjetividad.
  • El Parnasianismo: De él toma el ideal de belleza, la perfección formal y el culto a la forma.
  • El Simbolismo: Le debe la musicalidad, la emoción y, especialmente, el uso de símbolos.

Rasgos Temáticos y Estilísticos

El Modernismo se caracteriza por una serie de temas recurrentes y una renovación formal:

  • Exotismo y Escapismo: Búsqueda de mundos lejanos, épocas pasadas (temas históricos) y la evasión de la realidad circundante.
  • Fantasía: Vuelve a la literatura y será una de las constantes temáticas en la poesía.
  • Cosmopolitismo: Reflejo de su forma de vida y su interés por las grandes capitales, especialmente París.
  • El Amor: Aparece idealizado, imposible y, a menudo, de manera provocativa y sensual.

Innovaciones Lingüísticas y Métricas

En el lenguaje, destaca el enriquecimiento del vocabulario mediante la incorporación de cultismos y la presencia del cromatismo (uso de colores como recurso estético).

En la métrica, se muestra gran interés por la exploración rítmica del verso, usando versos apenas utilizados en la poesía tradicional española (como los eneasílabos), otros que habían sido olvidados (el alejandrino) y estrofas como la cuaderna vía.

Figuras Clave del Modernismo

Rubén Darío: El Maestro

Rubén Darío fue el maestro del Modernismo y expandió el movimiento por Europa. Podemos ver la evolución del Modernismo en tres obras fundamentales:

  1. Azul… (1888): Supuso el anuncio de una nueva sensibilidad. Está dividido en tres partes y formado por cuentos en prosa poética y varios poemas.
  2. Prosas profanas (1896): Donde vemos el Modernismo en todo su esplendor, compuesto por poemas de gran riqueza formal.
  3. Cantos de vida y esperanza (1905): En el cual, la poesía dio un giro hacia temas más intimistas y existenciales como el paso del tiempo, la religión y la muerte.

El Modernismo en España

Los jóvenes poetas españoles se sintieron atraídos por las innovaciones de la nueva poesía y las incorporaron a su obra, aunque con un tono más intimista:

  • Manuel Machado: En sus versos conjugó el andalucismo y el cosmopolitismo de París, junto a la intimidad melancólica.
  • Antonio Machado: Comenzó haciendo poesía modernista. Se puede observar esta influencia en el libro Soledades, galerías y otros poemas, publicado como un libro intimista.
  • Juan Ramón Jiménez: Inicia su producción poética bajo la influencia de Rubén Darío, como se aprecia en obras tempranas como La soledad sonora.

El Modernismo supuso para la lírica española la mayor renovación métrica desde el Renacimiento. La huella que deja el Modernismo se hace patente en toda la poesía española del siglo XX.


Al-Ándalus: Historia y Legado de la Presencia Musulmana en la Península Ibérica

Los musulmanes nombraron Al-Ándalus a los territorios de la Península Ibérica que ellos dominaron entre el 711 y el 1492. Cabe destacar la trascendencia de la civilización islámica en la Península, donde la población adoptó la lengua, costumbres y los sistemas económicos musulmanes. La conquista convirtió a la Península en zona de contacto entre las dos grandes civilizaciones: la islámica y la cristiana.

La Conquista y el Emirato Dependiente (711-756)

En el año 711, un pequeño ejército musulmán dirigido por Tarik y Musa llegó a la Península. En la batalla de Guadalete muere don Rodrigo, último rey visigodo. En los años posteriores, los musulmanes dominarán toda la Península salvo la cornisa cantábrica.

La rápida expansión se debió a la debilidad del reino visigodo, ya que la mayoría de la nobleza prefirió pactar con el nuevo poder. Gran parte de las conquistas se realizaron gracias a las capitulaciones, como el Pacto de Teodomiro.

Al-Ándalus era inicialmente otra provincia del imperio Omeya con capital en Córdoba. El califa de Damasco nombraba a los gobernadores, siendo el primero Abd al-Aziz. Los que participaron en la conquista se establecieron en distintas zonas:

  • Los árabes en el Guadalquivir.
  • Los sirios en Granada.
  • Los egipcios en Levante.
  • Los bereberes en el centro y norte de la península.

Entre ellos hubo muchos conflictos. Fueron derrotados en la batalla de Poitiers (732) a manos de los francos liderados por Carlos Martel y en la batalla de Covadonga (722) contra los primeros núcleos de resistencia cristiana.

El Emirato Independiente (756-929)

En el 750, los abasíes asesinaron a la dinastía Omeya. El único superviviente fue Abderramán I, quien huyó y se refugió en Al-Ándalus, donde fundó el Emirato Independiente de Córdoba (756). Así, Al-Ándalus se independizó en lo político del Califa de Bagdad, pero en lo religioso seguía dependiendo de él. Abd al-Rahmán I fue quien consolidó el Estado. Entre sus sucesores cabe destacar a Abd al-Rahmán II, quien fundó la ciudad de Murcia (Mursiya) en el 825.

El Califato de Córdoba (929-1031)

En el 912 accedió al emirato Abd al-Rahmán III, quien se autoproclamó califa en 929, rompiendo de esta forma la dependencia religiosa con Bagdad. Bajo su mandato se produjo el momento de mayor esplendor económico, cultural y político de Al-Ándalus. Construyó la ciudad-palacio de Medina Azahara, desde la cual gobernó su enorme imperio.

El califa Hisam II dejó las riendas del Estado a Almanzor. Este llevó a cabo numerosas campañas contra los reinos cristianos. Tras la muerte de Almanzor, comienza la decadencia económica, política y militar, y el avance de los núcleos cristianos. Se inició una etapa de conflictividad caracterizada por la constante sucesión en el puesto de califa y por una guerra civil entre tres grupos que acabarían dividiendo el territorio en Taifas en el año 1031.

Los Reinos de Taifas y las Invasiones Norteafricanas

Al-Ándalus quedó fragmentado en pequeños reinos independientes (Taifas), con menor poder económico y militar, lo que favoreció el avance de los reinos cristianos. Durante el siglo XI, unas taifas se anexionaron con otras, formando reinos algo mayores como el de Sevilla.

La Intervención Almorávide

Tras la conquista de Toledo por parte de Alfonso VI de Castilla y León (1085), los reinos taifas pidieron ayuda a los almorávides. Con su ayuda, suspendieron el avance cristiano y unificaron Al-Ándalus tras la batalla de Sagrajas en 1086, pero no pudieron recuperar Toledo. Finalmente, el imperio almorávide cayó en 1144, desintegrándose de nuevo Al-Ándalus en los llamados Segundos Reinos de Taifas.

La Intervención Almohade

Los almohades unificaron nuevamente Al-Ándalus hacia 1172. Mantuvieron esta situación de predominio militar sobre los cristianos hasta que fueron derrotados en la crucial batalla de las Navas de Tolosa en el 1212 contra los reinos cristianos. Tras esta batalla, el imperio almohade se fue descomponiendo y nuevamente surgieron los reinos de taifas.

El Reino Nazarí de Granada (1237-1492)

Muhammad I, un rey de taifas, conquistó Granada en 1237 y fundó el Reino Nazarí de Granada, que subsistió hasta 1492. A inicios del siglo XV, empezó su declive, culminando cuando el último rey Nazarí, Boabdil, rindió la ciudad a los Reyes Católicos, quienes de esta manera conquistaron el último reino musulmán de la Península.

La toma de Granada supuso el final de ocho siglos de presencia musulmana en la Península Ibérica. Este periodo se caracterizó por el desarrollo de una rica cultura árabe, lo que ha conformado un destacado legado cultural andalusí muy notable en agricultura, urbanismo, literatura y arte.

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