23 May
La Transición Española: De la Dictadura a la Democracia (1975-1982)
El Gobierno de Arias Navarro y los Primeros Pasos (1975-1976)
La primera etapa de la Transición en España, que abarcó de 1975 a 1978, comenzó con el gobierno de Arias Navarro. En diciembre de 1975, el Rey respaldó a Arias para que continuara como presidente del Gobierno, buscando no alarmar a los franquistas, y designó a Miranda como presidente de las Cortes para facilitar el avance hacia un régimen parlamentario. Aunque Arias Navarro defendía el franquismo, su programa de reformas era limitado —incluyendo libertades de prensa, reunión y asociación—, sin intención de instaurar una democracia real, sino una más controlada.
A finales de 1975 y durante 1976, la conflictividad social creció, evidenciada por huelgas y movilizaciones feministas. La actividad de ETA contra las fuerzas del orden también aumentó, lo que llevó a la ultraderecha a demandar medidas más estrictas. El temor a un posible golpe de Estado por parte del Ejército ante el clima de inestabilidad fue una preocupación central que moderó a las fuerzas democráticas.
La creación de la Coordinación Democrática, que unificó a la Junta Democrática y la Plataforma de Convergencia Democrática, representó el proceso de unidad de la oposición. Esta coalición abarcaba desde liberales y democristianos hasta comunistas, exigiendo amnistía, legalización de partidos y sindicatos, y elecciones libres.
El Rey, ante la inacción del gobierno de Arias Navarro, solicitó su renuncia, que se produjo el 1 de julio de 1976. Le reemplazó Adolfo Suárez, quien, a pesar de ser un burócrata franquista y generar desconfianza en la oposición, fue elegido por su experiencia y conexiones dentro del franquismo. Suárez inició rápidamente el proceso de Transición hacia la democracia, estableciendo un calendario para la amnistía de presos políticos, una reforma constitucional y la convocatoria de elecciones generales libres en el plazo de un año.
El Gobierno de Adolfo Suárez y la Reforma Política (1976-1977)
El Gobierno español redujo la represión política y el presidente Suárez entabló conversaciones con la oposición democrática, incluyendo a líderes como González (PSOE), Carrillo (PCE) y Comisiones Obreras, con el objetivo de implementar una reforma sindical. Este ambiente de apertura llevó a la dimisión del general De Santiago, un ultraconservador, quien fue reemplazado por el general liberal Mellado, esencial para la reforma del Ejército.
Un hito en el camino hacia la democracia ocurrió en septiembre de 1976 con la presentación del Proyecto de Ley para la Reforma Política, ideado por Miranda. Este proyecto incluía la soberanía popular, la inviolabilidad de los derechos individuales y la transformación de las Cortes en un órgano bicameral elegido por sufragio universal. A pesar de las presiones de Suárez, del presidente de las Cortes y del Rey, los procuradores aceptaron la ley que significaba su propia desaparición, constituyendo un acto de suicidio político.
El 18 de noviembre de 1976, las Cortes franquistas aprobaron la reforma, lo que facilitaba el desmantelamiento del régimen franquista desde dentro. El 15 de diciembre, se ratificó la ley mediante un referéndum, con la oposición adoptando la abstención y los franquistas votando en contra.
El año clave fue 1977, donde la violencia y el terrorismo aumentaron dramáticamente, tanto por parte de ETA y GRAPO como de grupos de extrema derecha, como los Guerrilleros de Cristo Rey, destacando la Matanza de Atocha, en la que murieron cinco abogados del PCE. La inestabilidad y la amenaza de un golpe militar alimentaban un ambiente de incertidumbre.
Suárez, fiel a su promesa, avanzó en la legalización de partidos y sindicatos, incluyendo la controvertida legalización del PCE. Antes de las elecciones generales, el Gobierno trabajó en la normalización política, suprimió el TOP (Tribunal de Orden Público), decretó una nueva amnistía y finalizó el Movimiento Nacional. Mientras tanto, D. Juan de Borbón renunció al trono, manteniendo el título de Conde de Barcelona.
El Gobierno de la UCD y la Constitución de 1978
El Gobierno de UCD, liderado por Suárez desde julio de 1977, se enfocó en abordar la crisis económica y promover la adhesión a la Comunidad Económica Europea (CEE). En octubre de 1977, se firmaron los Pactos de la Moncloa para reducir la inflación y reformar fiscalmente el país. La reforma de la Hacienda incluyó impuestos sobre la renta, el gasto y el patrimonio, gestionados por los ministros Ordóñez y Quintana.
Reconociendo las autonomías, Suárez inició contacto con Josep Tarradellas en Cataluña y creó el Consejo General Vasco.
La Constitución Española de 1978: Consenso y Fundamentos
La redacción de la Constitución Española de 1978, resultado de consensos entre diversas fuerzas políticas, fue aprobada el 6 de diciembre de 1978, con un 67% de participación. Este texto, extenso y detallado, define un Estado social y democrático de Derecho y establece las bases del sistema parlamentario.
El Consenso Constituyente
Por primera vez en la historia de España, la redacción de un texto constitucional no iba a responder a la voluntad de un único partido o corriente ideológica, sino al acuerdo de los más importantes. Se creó una comisión de siete personas. Elaborado el borrador, se debatió en el Congreso y el Senado, siendo aprobado por mayoría tras 3200 enmiendas.
Características Principales de la Constitución de 1978
- Es un texto largo con 11 títulos y 169 artículos.
- Tiene una declaración de derechos pormenorizada y parte de la soberanía nacional.
- Define al Estado como social y democrático de Derecho, aconfesional, con la forma de una Monarquía parlamentaria en la que el Rey ha perdido todos sus poderes.
- El Poder Legislativo reside en las Cortes, compuestas por el Congreso de los Diputados y el Senado. El número de senadores es fijo por cada provincia, además de los que designan las Comunidades Autónomas, en tanto que los diputados por provincia varían en función de la población.
- El Poder Ejecutivo, separado del anterior, lo ejerce el Gobierno, presidido por quien el Rey proponga entre el partido más votado o con mayoría en el Congreso. Solo puede ser sustituido antes de elecciones mediante un voto de censura constructivo.
- El Poder Judicial es independiente, corresponde a los tribunales y existe un Tribunal Constitucional que vela por el cumplimiento e interpretación de la Constitución.
- La Constitución reconoce por primera vez la autonomía política de las regiones y nacionalidades históricas, diferenciándose entre ambas. Las nacionalidades históricas (Cataluña, País Vasco y Galicia) se caracterizan por tener antecedentes de reivindicación nacionalista y rasgos culturales y lingüísticos propios, lo que les permitió acceder a mayor autogobierno y con más rapidez. En cambio, las regiones obtuvieron menos competencias y de forma más lenta. En contra de los deseos del Gobierno, Andalucía se coló por referéndum entre las primeras.
- Establece la mayoría de edad a los 18 años.
- Se establecía la posibilidad del divorcio, que se aprobaría más tarde.
- Se abolía la pena de muerte.
- Establecía una economía mixta, que reconocía la propiedad privada y el mercado libre, pero también la posibilidad de la intervención estatal en la vida económica.
El Fin de la Transición y el Primer Gobierno Socialista (1981-1996)
En 1981, tras la dimisión de Adolfo Suárez, Leopoldo Calvo-Sotelo se convirtió en presidente en medio de un intento de golpe de Estado (23-F). Su mandato generó la LOAPA y la Ley del Divorcio, además de iniciar la adhesión a la OTAN. Las elecciones fueron adelantadas a octubre de 1982.
El Triunfo del PSOE y la Era de Felipe González (1982-1996)
El triunfo del PSOE en las elecciones del 28 de octubre de 1982 marcó el cierre de la Transición en España, ya que por primera vez un partido no relacionado con el franquismo asumió el poder, consolidando la democracia. Con Felipe González como líder y más de diez millones de votos, el Gobierno socialista inició una etapa de profundas transformaciones.
Uno de los mayores retos fue enfrentar una crisis económica severa, adoptando medidas drásticas como la devaluación de la peseta, el incremento de los tipos de interés y el aumento de impuestos. Entre las medidas destacadas estuvo la reconversión industrial, que cerró empresas no rentables y resultó en pérdida de empleo y desindustrialización. En reformas sociales, se impulsaron cambios administrativos y leyes controvertidas, como la despenalización del aborto.
En política exterior, logró la incorporación a la Comunidad Económica Europea (CEE) en 1985, con la membresía efectiva en 1986, y revisó su postura sobre la OTAN. Contra la pertenencia a la OTAN, Felipe González convocó un referéndum que ratificó la permanencia de España en la organización.
El PSOE renovó su mayoría absoluta en 1986, y tras ajustes económicos iniciales, el país experimentó un crecimiento sostenido hasta 1992, marcado por la Exposición Universal de Sevilla y los Juegos Olímpicos de Barcelona, eventos que impulsaron grandes inversiones en infraestructuras, incluyendo el AVE Madrid-Sevilla y la remodelación urbana. En 1991, se aprobó la LOGSE, que reformó el sistema educativo.
Sin embargo, en 1993 surgió una crisis económica global que impactó a España. Durante la lucha contra el terrorismo, se lograron avances gracias a la cooperación internacional, aunque surgieron escándalos como el de los GAL y casos de corrupción en el PSOE. En 1993 comenzó la cuarta legislatura socialista, marcada por la corrupción, lo que llevó a adelantar elecciones en mayo de 1996, donde ganó el PP de Aznar.
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