01 Oct

El Reinado de Alfonso XIII: Modernización, Regeneracionismo y la Crisis de la Restauración (1902-1923)

En 1902, Alfonso XIII alcanzó la mayoría de edad, poniendo fin a la regencia de María Cristina. España vivía una profunda crisis política. La muerte de Cánovas (1897) y Sagasta (1903) llevó a los partidos dinásticos a una lucha interna por el liderazgo, facilitando la aparición de nuevos partidos (socialistas, republicanos y nacionalistas), lo que provocó el agotamiento del sistema canovista. El clima de violencia se intensificó entre sindicatos y patronal, y el ejército estaba descontento por el Desastre del 98 y la Guerra de Marruecos.

Primeros Intentos de Revisionismo y la Semana Trágica (1909)

Entre 1902 y 1909 se produjeron los primeros intentos de revisionismo político para cambiar el sistema. Tras el asesinato de Cánovas, Francisco Silvela asumió el liderazgo del Partido Conservador. Formó gobiernos, pero abandonó la política en 1903, dejando a Antonio Maura como sucesor. Maura agravó la situación de crisis por su negativa a ceder el gobierno a los liberales. El estallido de la Semana Trágica en Barcelona (1909) aceleró la crisis.

Tras la Conferencia de Algeciras (1906), España ejercía un protectorado en el Norte de Marruecos. En 1909, miembros de las cabilas (tribus) atacaron a trabajadores españoles, y Maura decidió enviar tropas. Ensayó un plan de movilización de reservistas y su incorporación en Madrid y Barcelona. Las protestas no fueron atendidas por Maura, y cuando las tropas embarcaron en Barcelona, comenzaron los incidentes el 18 de julio.

En Barcelona, la organización Solidaridad Obrera, de tendencia pseudoanarquista, hizo un llamamiento a la huelga general el 26 de julio, a la que se sumó la UGT. El gobernador civil decretó el estado de guerra, y la situación derivó en violencia extrema: barricadas, vuelcos de tranvías, quema de conventos, enfrentamientos con la policía y huelgas. Durante tres días, la ciudad estuvo aislada del exterior, con intensas luchas callejeras, resultando en muertos, heridos y destrozos.

La represión posterior incluyó detenciones, procesos y condenas a muerte, destacando la ejecución de Ferrer Guardia, fundador de la Escuela Moderna, sin pruebas concluyentes. Este hecho promovió protestas dentro y fuera de España, y el rey provocó la dimisión de Maura.

La Crisis de 1917 y la Inestabilidad Gubernamental

Entre 1909 y 1917, Maura fue sucedido por el liberal Canalejas, de tendencia regeneracionista. Su asesinato por un anarquista en 1912 dejó a los liberales sin un dirigente claro. El rey llamó al conservador Eduardo Dato, pero los conservadores no lo aceptaron y, encabezados por Maura, formaron el partido maurista, dividiendo a la facción conservadora.

El estallido de la Crisis de 1917 (movimiento de las Juntas Militares) unió a diversos grupos para exigir una reforma política total:

  • Los catalanes de la Lliga Regionalista de Cambó.
  • Republicanos de Melquíades Álvarez y Lerroux.
  • El PSOE.

Dato cerró las Cortes. La UGT y la CNT convocaron una huelga general. Finalmente, Alfonso XIII dio paso a un gobierno de colaboración con Cambó y Maura. Este gobierno fue incapaz de dar una solución, y hasta 1923 se sucedieron trece gobiernos diferentes.

El Desastre de Annual y el Fin de la Restauración

El problema de la crisis política se agravó por dos factores principales:

  1. Las demandas de obreros y campesinos que pedían reformas laborales y cambios en la estructura de la propiedad.
  2. La Cuestión de Marruecos.

Tras la Conferencia de Algeciras (1906), España obtuvo el reconocimiento de sus derechos en la zona. La población rifeña, dividida en tribus o cabilas rebeldes, seguía a Abd-el-Krim, organizador de guerrillas contra los españoles. En 1921, el General Silvestre, sin contar con el Alto Comisario, General Berenguer, decidió atacar a Abd-el-Krim. La acción se saldó con una terrible derrota, el Desastre de Annual, donde la mayoría de los hombres fueron masacrados por los rifeños.

En Madrid, el Parlamento pidió responsabilidades y se inició el Expediente Picasso, que sugería que Silvestre había actuado en contacto directo con Alfonso XIII, saltándose el escalafón militar.

El Golpe de Estado de 1923

El Capitán General de Cataluña, Miguel Primo de Rivera, con el apoyo del Rey, proclamó el estado de guerra en 1923. Alfonso XIII entregó el poder a Primo de Rivera, consumándose el golpe de Estado. La Constitución de 1876 fue anulada, abriendo un abismo entre la monarquía y la clase política.

La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)

Tras la disolución de las Cortes, se formó el Directorio Militar, presidido por Miguel Primo de Rivera, con el apoyo del Rey. La reacción popular fue favorable, ya que se percibía como el fin de un sistema incapaz de resolver los problemas nacionales.

Estructura y Política Interna

En 1924, Primo de Rivera creó el partido La Unión Patriótica, intentando agrupar a los políticos que apoyaban el nuevo régimen. En 1925, el Directorio Militar se transformó en el Directorio Civil, refrendado por el pueblo mediante un plebiscito. En 1927, convocó la Asamblea Nacional Consultiva, cuyo objetivo era preparar y representar al gobierno, así como regular la legislación general para la normalidad. Sin embargo, la incapacidad del régimen para institucionalizarse fue lo que finalmente arruinó la Dictadura.

La Cuestión de Marruecos: El Desembarco de Alhucemas

Primo de Rivera se centró en afrontar la Cuestión de Marruecos. Ignoró el Expediente Picasso y resolvió el problema de la guerra. Aunque inicialmente era partidario de retirar las tropas de las zonas conquistadas, la situación cambió cuando Abd-el-Krim lanzó un ataque contra posiciones francesas. Esto resultó en la colaboración militar entre España y Francia.

Los españoles desembarcaron en la bahía de Alhucemas (1925) mientras los franceses atacaban por tierra. El líder árabe se entregó a los franceses. La paz se firmó en 1926, siendo este el mayor éxito de la dictadura.

Política Social y Económica

En la cuestión social, Primo de Rivera tuvo dificultades frente a los movimientos obreros, aunque consiguió la colaboración de los socialistas, mas no de anarquistas y comunistas. El PSOE y la UGT consideraron la dictadura provisional, y algunos de sus miembros participaron en instituciones del régimen (como Largo Caballero, que entró en el Consejo del Trabajo tras la muerte de Pablo Iglesias en 1925).

Los anarquistas, partidarios del terrorismo, disminuyeron en España a favor del anarcosindicalismo, y la CNT se enfrentó al Directorio. En 1926, se creó el Consejo del Trabajo (Organización Corporativa Nacional), con representación de obreros y empresarios bajo control estatal, siguiendo el estilo sindical de Mussolini en Italia. La UGT se prestó inicialmente, pero se retiró, y la CNT se negó, lo que llevó al fracaso del proyecto.

La política económica fue proteccionista e intervencionista, orientada a la nacionalización de la industria y la regularización del mercado, limitando la competencia, fijando precios y restringiendo la instalación de nuevas fábricas. El Gobierno estimuló las obras públicas para favorecer el desarrollo industrial. A corto plazo, esta política fue positiva, pero a la larga generó una gran deuda pública que heredó la II República.

El Fin de la Dictadura y la Proclamación de la República

Ante la falta de apoyo de sectores de la sociedad, el ejército y el Rey, Primo de Rivera dimitió el 27 de enero de 1930.

El General Berenguer se hizo cargo del Gobierno, anunciando la vuelta al régimen constitucional de 1876 y la convocatoria de elecciones generales. Este periodo fue calificado como la Dictablanda y el Error Berenguer. El republicanismo avanzó rápidamente entre:

  • Políticos tradicionales (monárquicos liberales y conservadores).
  • Nacionalistas.
  • Movimiento obrero, estudiantes e intelectuales.
  • Sectores del ejército.

Los republicanos optaron por la conspiración. En 1930, se reunieron en San Sebastián y firmaron el Pacto de San Sebastián, en el que participaron Lerroux (líder del Partido Republicano Radical), Azaña (Partido Reformista e intelectual) y Alcalá Zamora (quien se convirtió en presidente del comité revolucionario). Un levantamiento fracasó, y los miembros del comité revolucionario fueron detenidos y encarcelados.

Berenguer, incapaz de controlar la situación, presentó su dimisión en 1931. Alfonso XIII encargó al almirante Aznar formar gobierno, convocando elecciones municipales. Tras las elecciones, con un sufragio más limpio, Aznar declaró: «el país se acuesta monárquico y se levantó republicano». Alfonso XIII, aconsejado por Romanones, lanzó un manifiesto en el que comunicaba que dejaba el trono. La II República fue proclamada el 14 de abril de 1931.

La Segunda República Española: La Constitución de 1931 y el Bienio Reformista (1931-1933)

El Comité Revolucionario de San Sebastián se convirtió en el nuevo Gobierno Provisional, presidido por Alcalá Zamora. El mismo día de la proclamación de la República en Madrid, Francesc Macià, líder de Esquerra Republicana de Catalunya, proclamó en Barcelona una nueva República catalana independiente, lo que implicó una desautorización inicial del nuevo gobierno central.

En 1931 se celebraron elecciones a Cortes Constituyentes, resultando en una mayoría para la coalición de republicanos y socialistas, quienes elaboraron el nuevo texto constitucional.

La Constitución de 1931

La Constitución de 1931 se basó en el pensamiento democrático, buscando la redistribución de la riqueza, la creación de un estado de bienestar y la defensa del liberalismo. Sus características principales fueron:

  • Sistema político: República democrática bajo soberanía popular.
  • Separación de poderes: El poder legislativo recaía en unas Cortes unicamerales elegidas por sufragio universal (incluyendo por primera vez a las mujeres).
  • El Presidente de la República era elegido cada seis años.
  • Se preveía la concesión de Estatutos de Autonomía para Cataluña y el País Vasco.
  • Declaración de Derechos: Incluía libertad de expresión y asociación, derechos sociales (trabajo, educación y cultura), igualdad de cónyuges en el matrimonio, matrimonio civil y equiparación de derechos de hijos legítimos e ilegítimos.
  • Estado aconfesional: Reconocía la libertad de conciencia y de cualquier religión. Esto desató una oleada anticlerical, con ataques al clero y quema de conventos.

La Constitución fue aprobada en diciembre de 1931. Se formó el primer gobierno constitucional presidido por Manuel Azaña, integrado por republicanos de izquierda y socialistas. La Presidencia de la República recayó en Alcalá Zamora, de tendencia conservadora.

El Bienio Reformista (1931-1933)

El primer periodo de la República, conocido como el Bienio Reformista, se desarrolló tras la aprobación de la Constitución. Destacaron las siguientes reformas:

Reformas Sociales y Laborales

  • Impulsadas por el líder de la UGT y Ministro de Trabajo, Largo Caballero.
  • Medidas clave: seguro de enfermedad, vacaciones pagadas, jornada de ocho horas y salario mínimo.

Reforma Agraria (1932-1933)

Intentó atajar el problema de la redistribución de la tierra, aunque no se abordó a fondo. El Instituto de Reforma Agraria expropió fincas a cambio de indemnización. Esta reforma, sin embargo, empeoró el clima social debido a su lentitud y la resistencia de los terratenientes.

Reforma Militar

Promovida por Azaña para reducir el número excesivo de oficiales y garantizar la lealtad al nuevo régimen. En agosto de 1932, el General Sanjurjo se pronunció en Sevilla. El golpe fracasó, y Sanjurjo fue detenido junto a sus compañeros. Además, se creó la Guardia de Asalto, un cuerpo encargado del orden público, con el fin de sustituir al ejército en estas funciones.

Problemas Estructurales

  • Problema Religioso: La quema de conventos e iglesias provocó que la Iglesia y los católicos dejaran de apoyar a la República.
  • Problema Regionalista: Dividió a la sociedad entre quienes defendían la unidad de España (Ejército, CEDA, Carlistas, Falange, PSOE o PC) y los regionalistas del País Vasco y Cataluña. En 1932, Cataluña obtuvo su Estatuto de Autonomía (la Generalitat), y el País Vasco lo obtendría en 1936, bajo el PNV.

Política Educativa y Cultural

Se realizaron grandes esfuerzos en la enseñanza primaria. La República culminó la evolución cultural de generaciones anteriores, destacando pensadores como Ortega y Gasset, Azaña o Eugenio d’Ors; científicos como Gregorio Marañón; y escritores como Juan Ramón Jiménez, Pérez de Ayala o Ramón Gómez de la Serna, además de los miembros del Grupo del 27. En música, destacó el «Grupo de los 8», el cine surrealista de Buñuel, y pintores como Miró, Dalí y Picasso. La República permitió la asunción de la mujer en ámbitos culturales, con figuras como Rosa Chacel, Carmen Conde y María Zambrano.

El Fin del Bienio Reformista

En septiembre de 1933, las maniobras políticas del Partido Radical de Lerroux buscaron expulsar a los socialistas del gobierno. La coalición republicana perdió apoyo debido a hechos como los de Casas Viejas (Cádiz, 1933). En este suceso, campesinos se sublevaron y atacaron a la Guardia Civil. El envío de la Guardia de Asalto justificó una represión brutal: un viejo anarquista se atrincheró en su casa con hijos, nietos y vecinos, lo que desencadenó la represión. La casa fue incendiada y sus ocupantes ametrallados, asesinando después a doce hombres del pueblo.

Este evento rompió la coalición: el PSOE rompió con Azaña, y los anarquistas se alejaron del juego político. Finalmente, Azaña presentó su dimisión, y Alcalá Zamora convocó elecciones para noviembre de 1933.

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