28 Abr

Orígenes y Características de la Lírica Griega

Entre el siglo VII y el siglo V a.C. floreció en Grecia la poesía lírica. La distingue de la épica el interés por el yo, el aquí y el ahora, por una necesidad expresiva de la interioridad. En la poesía épica, el autor describía el universo mítico y las gestas heroicas como realidades objetivas, sin implicaciones personales.

En la Grecia antigua, la lírica fue el género privilegiado por los poetas para expresar emociones, sentimientos y reflexiones personales que eran compartidas por los destinatarios. El yo del poeta se entiende como representativo, no como biográfico. Esto quiere decir que la lírica señala la primera manifestación de la individualidad. Se trata, como el resto de poesía griega arcaica y clásica, de poesía de ocasión, dirigida a la colectividad.

Hay grandes diferencias entre la concepción de la lírica antigua y la actual. La lírica griega arcaica se afirma entre los siglos VIII y VI a.C. Todos los textos líricos de la antigüedad nos han llegado en papiros muy fragmentarios, excepto los epinicios de Píndaro y las elegías de Teognis.

Contexto Social y Ejecución

La sociedad griega, que se desarrolló con características profundamente innovadoras durante la segunda colonización, produjo diversas formas de poesía. El lugar de encuentro ya no era la fiesta de la corte soberana, sino el simposio. El público también era diferente, pues se trataba del clan aristocrático o un grupo más amplio que podía ser la polis entera o todos los griegos reunidos para una fiesta panhelénica.

La lírica se divide en Lírica Monódica y Lírica Coral. A la lírica monódica pertenecen también el yambo y la elegía. La poesía lírica arcaica, también llamada mélica, es inseparable de la música y la danza. Estaba acompañada durante la ejecución pública de instrumentos musicales de cuerda. La lira era el instrumento privilegiado y preferido, de ahí el nombre de poesía lírica. También existían instrumentos de percusión, en especial en las fiestas dedicadas a Dioniso.

Lírica Monódica

La lírica monódica abarca aquellas ejecuciones llevadas a cabo por un solista. La poesía monódica, el yambo y la elegía tienen en común el simposio, el lugar preferido para su ejecución. Los simposios, a partir de Homero, favorecieron el desarrollo de la lírica monódica, una lírica destinada sobre todo a un disfrute en el banquete, es decir, reducida a un grupo cohesionado.

El simposio es la ocasión y el momento de encuentro de un grupo restringido, homogéneo y cohesionado, a menudo tras una fiesta pública. Durante este se preveía la discusión política y otras discusiones de interés común, además de contar con la presencia del aedo para la creación y publicación oral. El simposio deriva del banquete épico y es el lugar en el que prosperan el yambo y la elegía.

Una de las mayores personalidades, no solo de la poesía monódica sino de toda la poesía griega y la cultura occidental, es Safo. Sus composiciones fueron recogidas por los filólogos alejandrinos en nueve libros según la métrica.

Dentro de esta poesía también destacan las figuras de Alceo y Anacreonte.

  • Alceo es considerado como un gran innovador de la poesía griega, a pesar de que no dispongamos de ningún poema completo de él. Es un poeta fuerte y original, famoso por su interés político y su melancolía al observar la suerte humana. Aun así, otras veces olvida las circunstancias personales y canta al dios de la fiesta.
  • Anacreonte, sin embargo, canta canciones frívolas en el banquete, de vino y amor, a veces también con un tono melancólico. A veces trasluce también la sátira o las canciones de tipo erótico.

Lírica Coral

La lírica coral, relacionada tradicionalmente con Esparta, era cantada por un coro. Se solía acompañar por una lira, aunque, a veces, era el aulós u otros instrumentos, y tenía como finalidad las ceremonias religiosas. Casi siempre incluía mitos y temas moralizantes.

Encontramos diversos subgéneros: los himnos, el ditirambo, los epinicios, las odas, entre otros. La lírica coral se ubica cronológicamente entre los siglos VII y VI a.C. Algunos de los certámenes, festivales o cultos donde se interpretaba debieron reservar un papel esencial a las mujeres.

No es fácil resumir cómo pasamos de la lírica popular a la literaria, y mucho menos a la coral. Lo que sí está claro es que el «centro» coral de la composición era mítico, mientras que el proemio y el epílogo debían referirse a la ocasión en que se representaba (fiesta, culto, entre otras).

El poeta coral cuya obra mejor se ha conservado es Píndaro. Su figura ha sido objeto de un fuerte debate por parte de la investigación desde muy pronto. Sabemos que compuso himnos, cantos de procesión, ditirambos, cantos de danza y sus famosos epinicios. En sus odas, la tarea primaria es alabar al vencedor, pero también son numerosas las referencias al poeta, las características de su labor y el valor de la poesía. Otros elementos destacados en su obra son la sentencia (gnome) y la riqueza de su lenguaje poético.

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