05 Dic

La generación del 27 está formada por un grupo de escritores y escritoras que nacen en fechas similares, con una formación, experiencias y rasgos comunes, como la oposición al estilo y temática de la generación del 98, y cuyas obras más representativas se publican entre 1920 y 1939. Estos
escritores y escritoras se reúnen en torno a la Residencia de Estudiantes de Madrid, el Lyceum club femenino y al Centro de Estudios Históricos.
El nombre de la generación surge a raíz de la celebración del tercer centenario de la muerte de Góngora en el Ateneo de Sevilla en 1927 y sus componentes son: Pedro Salinas, Jorge Guillén, Gerardo Diego, Vicente Aleixandre, Luis Cernuda, Dámaso Alonso, Rafael Alberti, Federico García Lorca, Manuel Altolaguirre y Emilio Prados. A estos hay que incluir también el grupo de mujeres filósofás, artistas, poetas, pintoras, tan imprescindibles como ellos, de las que cabe mencionar a Concha Méndez, María Teresa de León, María Zambrano, Carmen Baroja, Carmen Conde, Rosa Chacel, Josefina de la Torre, Maruja Mallo, entre otras que recibirían el nombre de “las sinsombrero”.
los componentes del 27 presentan rasgos comunes como la mezcla de tradición y modernidad (Vanguardismo); el ansia de belleza, la alternancia del hermetismo (poesía de minoría) y la claridad; la creación de un vocabulario poético brillante y sugerente que separa la realidad cotidiana de la literaria; la utilización del verso libre junto a estrofas tradicionales como el soneto, el romance o la seguidilla; y la variedad de temas, vanguardistas o tradicionales como el amor, la muerte o el paisaje.En la evolución de esta generación se distinguen tres fases, pero no todos los poetas las adoptan en la misma medida ni en el mismo tiempo. La primera etapa dura hasta 1927 y se encuentra bajo las ifluencias de las vanguardias y la poesía pura de Juan Ramón Jiménez, que busca la belleza total a través de la depuración del lenguaje, siendo la metáfora el gran instrumento. Destaca Gerardo Diego con Imagen y Manual de espumas. En el Futurismo destaca Rafael Alberti con Cal y canto y Pedro Salinas con Presagios, Seguro Azar y Fábula y signo. La segunda etapa abarca desde 1927 hasta la Guerra Civil y las circunstancias históricas llevan a los
autores a intervenir en política, aumentando el compromiso social lo que lleva a la rehumanización y el interés por la lírica de Antonio Machado. Esto coincide con la irrupción del Surrealismo, que da preferencia a los sentimientos humanos y aborda temas como la libertad, el amor o los sueños. Destacan Vicente Aleixandre con Pasión de la tierra, Lorca con 
Poeta en Nueva York y Rafael Alberti con Sobre los ángeles. La influencia directa de Pablo Neruda, autor de Veinte poemas y una canción
desesperada. La tercera etapa se sitúa después de la guerra en la que el grupo se dispersa debido a que algunos mueren, otros se quedan en España y otros se exilian. La evolución les encamina hacia estéticas muy distintas pero todos abordan temas humanos agudizados por el sufrimiento de la guerra y sus consecuencias. Desde España, la poesía deriva a un humanismo angustiado con tonos existenciales con Hijos
de la ira de Dámaso Alonso e Historia del corazón de Vicente Aleixandre. Por otro lado, no hay que olvidar al poeta
Pastor Miguel Hernández quien, por edad, pertenece a la Generación del 36 pero que ha sido incluido por la crítica en la del 27 por su muerte prematura y afinidades poéticas y personales. Desde la cárcel escribe Cancionero y romancero de ausencias, en el que recuerda a su mujer y a su hijo en las Nanas de la cebolla. Es el primer poeta del Siglo XX que se interesa por temas sociales y es un autor que actúa como puente entre la generación del 27 y los autores de posguerra.Y, ya por último, la influencia artística de “Las Sinsombrero”, mujeres que fueron capaces, en una sociedad de hombres, de poder estudiar y perfeccionar su vocación artística y mostrarla al mundo. De ideales republicanos,ocuparon su asiento en las tertulias culturales de los cafés literarios del Madrid de la época.
Publicarían sus obras en importantes revistas como fue la Revista de Occiente. Su actitud fue rompedora, abierta y con la intención de transformar el panorama cultural y artístico de una España convulsa.
En conclusión, la generación del 27 es considerada, desde la crítica literaria, una época de singular creatividad que se extiende desde 1918 a 1939 con un nexo común: la conjunción de tradición e innovación debido a la herencia de la literaria vanguardista y de la literatura tradicional castellana.

El misterio de la cripta embrujada es una novela del escritor Eduardo Mendoza publicada en Abril de 1979 por la editorial Seix Barral. Se trata de la primera novela de un tetralogía de novelas de género policíaco formado por las obras: El misterio de la cripta embrujada (1979), El laberinto de las aceitunas (1982), La aventura del tocador de señoras (2001) y El enredo de la bolsa y la vida (2012). La obra se encuentra inmersa en un contexto histórico literario de gran libertad por la muerte del dictador Francisco Franco y, por tanto, la relajación de la censura, y por la vuelta a la narratividad después de la aventura experimental de los 70.La novela es una divertida parodia de la novela policíaca que sirve para retratar a la sociedad barcelonesa de la transición de manera, a veces, un tanto esperpéntica. Así pues, presenta el momento convulso, de la transición a la democracia. El genero policíaco permite conocer a través del personaje-detective la realidad de la calle en todos sus estamentos porque su labor es preguntar observar lo que ocurre sin intermediarios que manipulen lo ocurrido. Para ello hay varios géneros, no solo el poliaco. El mas característico es el de la novela picaresca por la presencia de un personaje “marginal” que cuenta su historia en primera persona; por el humor negro y finalmente, por la manera de interpelar al lector. Otros géneros también presentes podrían ser el de caballerías y el de la novela gótica o de terror. La trama está protagonizada por un detective sin nombre explícito, interno en un manicomio, al que le prometen la libertad a cambio de que resuelva el caso de la desaparición de una niña en un colegio de la alta sociedad en el barrio de San Gervasio. Tras muchas peripecias, cambios de identidad, muertes y persecuciones y, ayudado por una antigua alumna del colegio, el detective resuelve el caso pero no recupera su libertad. La acción principal transcurre en apenas dos o tres días y el tiempo es coetáneo al momento en el que se escribe la novela ya que el autor hace alusiones al régimen político, Se intercalan episodios del pasado y del pasado inmediato. El narrador emplea la técnica del flashforward, es decir adelanta acontecimientos que van a ocurrir con el fin de captar el interés del lector. La acción avanza también recorriendo espacios muy diferentes de la Barcelona del momento, desde el barrio chino a la zona acomodada la ciudad.En cuanto al estilo, el narrador y el protagonista utilizan un estilo bastante culto que contrasta con el lenguaje coloquial, e incluso soez, del resto de personajes. En conclusión, el misterio de la cripta embrujada es considerada la primera novela de una tetralogía de novelas policíacas y humor negro publicada en los primeros años de la Democracia haciendo parodia de la corrupta sociedad barcelonesa. 

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