18 Nov
La fijación del derecho: Concepto y evolución
El Corpus Iuris Civilis como paradigma
Un ejemplo fundamental de la fijación del derecho es el Corpus Iuris Civilis. Esta obra, realizada por el emperador Justiniano y sus juristas, buscaba unificar y formalizar todo el ordenamiento jurídico del Imperio Romano. Se compone de cuatro partes:
- El Código (Codex)
- El Digesto (Digesta)
- Las Instituciones (Institutiones)
- Las Novelas (Novellae)
Concepto de fijación
A lo largo de la historia, se repite periódicamente el fenómeno denominado fijación del derecho. Este proceso consiste en reunir, ordenar y presentar reglas jurídicas preexistentes, y se manifiesta en dos aspectos complementarios:
- Fijación como Actividad: Un fenómeno histórico que expresa un movimiento o estilo jurídico específico, influenciado por elementos ideológicos, políticos y sociales. Esta actividad es inherentemente variable debido a su naturaleza histórica.
- Fijación como Resultado (Cuerpo Fijador): La cristalización de la actividad fijadora en una obra jurídica concreta, la cual es formalmente uniforme y corresponde a un concepto dogmático.
Se enfatiza que ninguna fijación o código nace ex nihilo (de la nada), sino que siempre recoge el ius o reglas preexistentes, que se convierten en sus fuentes una vez fijadas.
El concepto de código: De la antigüedad a la modernidad
El autor aborda el problema terminológico y conceptual que rodea al término «codificación».
El código en sentido amplio (códigos premodernos)
Históricamente, el término «código» se ha utilizado para referirse a cuerpos fijadores que cumplen con una idea esencial de ser «cuerpos compactos de derecho». En este sentido amplio, se consideran códigos obras como:
- El Codex Iustinianus (compilación de leyes imperiales).
- Las compilaciones canónicas (como el Corpus Iuris Canonici).
Estos son códigos jurisprudenciales o legislativos que responden a la necesidad de poner orden y claridad en el derecho vigente, pero que no anulan totalmente las fuentes jurídicas anteriores ni pretenden ser sistemas jurídicos cerrados y exhaustivos.
El código en sentido estricto (codificación moderna)
La codificación, en sentido técnico y moderno, designa un fenómeno reciente, surgido a finales del siglo XVIII, que no existió antes. Este tipo de código se distingue por las siguientes características:
- No es una mera recopilación.
- Aspira a ser la única fuente de derecho en su ámbito, derogando explícita o implícitamente todo el derecho anterior sobre la materia.
- Se construye sobre principios racionales y sistemáticos para formar un cuerpo autosuficiente y coherente.
El cuerpo fijador y el rol de los epígonos
El cuerpo fijador
El cuerpo fijador es la obra que resulta de la actividad de fijación. Sus características fundamentales son:
- Es una colección de reglas positivas (derecho legislado) o de ideas jurídicas (derecho de juristas, doctrina).
- Se concibe con una unidad y un orden propios.
Puede ser clasificado en dos tipos principales:
- Colecciones de leyes (leges): Recopilación de legislación imperial o estatutos.
- Colecciones de iura: Recopilación de opiniones de juristas, doctrina.
El cuerpo fijador se distingue de una mera colección de normas en que posee un principio de organización interna y una autoridad especial.
Los epígonos en la fijación
El término epígonos se refiere a los sucesores o seguidores de una obra de fijación ya realizada. Su labor es fundamental para la supervivencia y eficacia del derecho fijado, actuando como una segunda capa de «fijadores». La obra de fijación no termina con la promulgación del cuerpo fijador (sea código, compilación o digesto). Los epígonos se dedican a:
- Analizar y explicar el texto fijado, haciéndolo comprensible y aplicable a la realidad jurídica.
- Desarrollar el andamiaje doctrinal y conceptual a partir del texto fijo, transformando la colección de normas en un sistema coherente.
- Contribuir a adecuar el derecho fijado a las nuevas necesidades, evitando que el cuerpo fijador se vuelva obsoleto rápidamente.
Tipos de fijación: Derecho de juristas vs. Derecho legal
El autor clasifica las fijaciones principalmente en función de la autoridad de la que emanan, distinguiendo entre la obra del poder político (legislador) y la obra de la ciencia jurídica (juristas).
Fijaciones legislativas (o del legislador)
Son aquellas fijaciones que emanan de la autoridad política o soberana. Se realizan mediante un acto de voluntad imperativa (promulgación o sanción). Generalmente tienen por objeto fijar las leges (leyes, constituciones, estatutos imperiales o reales) y tienen un efecto directo de sustitución y derogación de las leyes anteriores. Ejemplos históricos son el Codex Iustinianus o las recopilaciones precodificadoras españolas e indianas.
Fijaciones jurisprudenciales o de juristas
Son aquellas que emanan de la autoridad científica o intelectual de los juristas. Su fuerza no reside en un mandato político, sino en la autoridad del saber (ratio scripta). Su objeto es fijar el ius (el derecho de los juristas, la doctrina) y tienen un efecto de selección y cristalización de las ideas jurídicas preexistentes. El ejemplo paradigmático es el Digesta de Justiniano. La fijación del ius commune en la Europa medieval, a través de la obra de los glosadores y comentaristas, también se considera una fijación de juristas.
Distinción clave
El derecho se ha fijado a través de estos dos cauces: el del poder (legislación) y el del saber (ciencia jurídica). En la codificación moderna (siglo XIX), el ideal fue intentar que ambos se unieran en un único cuerpo, de modo que el código fuera tanto una ley de origen legislativo como una obra de perfecta sistemática científica.
La fijación en el derecho de juristas
Los epígonos son esenciales, especialmente en las fijaciones de juristas (como el Digesto en la época medieval); el derecho fijado solo alcanza su plenitud y estabilidad a través del trabajo de sus seguidores, que lo convierten en un objeto de estudio y aplicación constante.
Causas de la fijación en el derecho de juristas
Cuando el derecho de juristas crece en volumen y diversidad, surge la necesidad de fijarlo. La pluralidad de autores y generaciones produce un derecho inmenso y multiforme. Frente a esta dispersión, los epígonos (juristas tardíos) elaboran obras de conjunto que condensan, seleccionan y fijan ese derecho. Estas obras epigonales cumplen la función de fijación: después de ellas, ya no se producen más obras de la misma naturaleza.
Carácter y efectos de las obras fijadoras
Son obras de juristas que adquieren valor de fuente formal de derecho. Su autoridad proviene del prestigio de los autores y se aplica en la enseñanza, los tribunales y la administración. Gozan de vigencia inmediata, sin requerir sanción estatal. Con el tiempo, son canonizadas: se consideran textos definitivos e inmutables, casi como si fueran leyes. Esto produce una “derogación jurisprudencial”, donde los textos anteriores caen en desuso, ya sea por haber sido incorporados o por haber sido excluidos de la obra fijadora.
La fijación en el derecho legal
A diferencia del derecho de juristas, donde los epígonos realizan directamente la fijación, en el derecho legal sus obras funcionan como presupuestos de la fijación legislativa: son la base sobre la cual puede construirse un código exitoso. El poder público impulsa la fijación cuando existe una fuerte necesidad social de ordenar lo jurídico. Un caso ilustrativo fue el proyecto de Julio César (44 a.C.) de reducir el derecho civil a unos pocos libros, el cual fracasó porque intentaba fijar un derecho de juristas aún en desarrollo.
Función de la doctrina en el derecho legal
En épocas de gran dispersión legislativa, la doctrina contribuye a fijar privadamente el derecho recopilando normas y sintetizando contenidos. Sin embargo, estas obras doctrinales carecen de vigencia propia.
El dilema del poder público
Ante una masa dispersa de normas, el poder público tiene dos caminos:
- Código perfecto: Una obra oficial y científica de síntesis. Exige tiempo y juristas preparados, pero si existieran, probablemente ya habrían realizado la obra, disminuyendo la urgencia.
- Código de circunstancias: Responde a la urgencia social momentánea, pero suele resultar en un fracaso por ser parcial, inmaduro y aumentar la confusión.
La condición de éxito de un código legislativo es que se apoye en trabajos científicos epigonales previos, caracterizados por su síntesis comprehensiva y su carácter de cierre de una larga tradición jurídica.
El derecho de profesores (Professorenrecht) y los tipos de códigos
El Professorenrecht como antecedente de la fijación legal
Se identifica el fenómeno del «derecho de profesores» (Professorenrecht) como el principal antecedente intelectual y material de muchas fijaciones legislativas. Su rol esencial es tomar el derecho disperso y someterlo a un riguroso proceso de sistematización y clarificación. En la Edad Media y la época moderna, el trabajo de los glosadores, postglosadores y humanistas condujo a la formación de un derecho común (ius commune) de alto nivel teórico. Cuando el legislador decide llevar a cabo una fijación legal, el material se toma directamente de las obras del derecho de profesores, no se crea ex nihilo (de la nada).
Códigos legislativos y códigos jurisprudenciales
La distinción entre derecho de juristas y derecho legal lleva a dos tipos de fijación:
- En el derecho de juristas, la fijación se produce por vía de autoridad: obras epigonales jurisprudenciales con vigencia propia.
- En el derecho legal, la fijación se produce por vía de potestad: obras legislativas (códigos) sancionadas por el poder público, pero basadas en obras doctrinales previas.
Epígonos jurisprudenciales vs. profesorales
- Juristas: Vinculados a la práctica, sus obras son fuente de derecho vigente en sí mismas.
- Profesores: Aislados de la práctica, sus obras son doctrinales y carecen de vigencia propia.
Por ello, las obras epigonales profesorales no pueden considerarse códigos, mientras que las jurisprudenciales sí admiten tal carácter, siendo denominados códigos jurisprudenciales. Ejemplos de estos últimos son la Magna Glossa o el Commentarium ad Edictum de Ulpiano.
El problema en países sin tradición jurídica propia
Los países nuevos o sin tradición epigonal recurren a copiar códigos extranjeros, adaptándolos mínimamente a su realidad. En estos casos, los códigos importados cumplen la función de obras epigonales respecto de la nueva fijación. En la práctica, carecer de tradición epigonal equivale a carecer de tradición jurídica.
Consolidación vs. Codificación: Dos modelos de fijación
La consolidación
Es un tipo de fijación que tiene como objetivo reunir el derecho preexistente para poner orden y claridad, pero sin la pretensión de sustituirlo o derogarlo totalmente. Las normas preexistentes conservan su vigencia aunque no hayan sido incluidas en el cuerpo consolidado. Ejemplos históricos son las antiguas Recopilaciones (como las Partidas en España).
La codificación
Se define como el cuerpo fijador moderno por excelencia y se distingue por su carácter exclusivo y sustitutivo. Es la forma más completa y ambiciosa de fijación, buscando crear un sistema jurídico nuevo, completo y exclusivo para una rama del derecho. El código moderno deroga toda la legislación anterior en la materia y se erige como la única fuente del derecho en su ámbito, caracterizándose por su ordenación racional y sistemática. El ejemplo paradigmático es el Código Civil francés de 1804 (Code Civil).

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