18 Sep

El Siglo XVIII: La Llegada de los Borbones y la Transformación de España

En el año 1700, la muerte sin descendencia del último monarca de la Casa de Habsburgo, Carlos II, marcó el inicio de una nueva era en España con la llegada al trono de la dinastía de Borbón, de origen francés. El siglo XVIII se caracterizó por profundas reformas en todos los ámbitos.

Transformaciones Políticas

A nivel político, se consolidó el sistema conocido como despotismo ilustrado. Un hito fundamental fueron los Decretos de Nueva Planta, que supusieron la pérdida de los fueros tradicionales para la Corona de Aragón. La política exterior española durante este siglo estuvo marcada por una creciente dependencia de Francia, aunque se mantuvieron y, en algunos casos, se expandieron los dominios americanos, mientras se cedían las posesiones europeas.

La Guerra de Sucesión (1701-1713)

La instauración de la dinastía Borbón en 1700 no fue pacífica. La Guerra de Sucesión, que se extendió hasta 1713, tuvo como pretexto la disputa por el trono español entre dos príncipes europeos. En el fondo, se dirimía la hegemonía en Europa. Las potencias se dividieron: el Archiduque Carlos, apoyado por Inglaterra y otros estados, fue reconocido por algunos, mientras que Felipe de Anjou (Felipe V), nieto del rey francés, contó con el respaldo de Francia. Esta guerra fue tanto internacional como civil. Castilla y Navarra apoyaron a Felipe V, mientras que los reinos de la Corona de Aragón (Cataluña, Valencia, Aragón y Mallorca) se inclinaron por el candidato austriaco, temerosos de una política centralista que pudiera anular sus fueros.

Tratados de Paz y Consecuencias Internas

Las conversaciones de paz iniciadas en 1711 culminaron en los tratados de Utrecht (1713) y Rastatt (1714). Si bien la guerra en España no concluyó hasta la rendición de Barcelona en 1714 y el fin de la resistencia en las Baleares en 1715, los tratados de paz tuvieron un alto coste para España. Felipe V cedió territorios europeos, Gibraltar y Menorca a cambio de reconocimiento internacional. Internamente, los Decretos de Nueva Planta abolieron los fueros de los reinos que apoyaron al candidato austriaco, imponiendo las leyes, el sistema de impuestos y las instituciones de Castilla, y estableciendo el castellano como única lengua oficial.

Reformas Institucionales y Centralización

Los reyes borbónicos implementaron nuevas figuras e instituciones para fortalecer el carácter absolutista y centralista del Estado:

  • Se crearon los Secretarios, cuya reunión periódica conformó el Gabinete.
  • Se conservaron las Cortes de Castilla, pero su poder se vio mermado, siendo convocadas principalmente para aprobar propuestas reales o para actos protocolarios.
  • Se buscó disminuir el poder de la Iglesia Católica mediante la política del regalismo. Un ejemplo notable fue la expulsión de los jesuitas por Carlos III, tras el Motín de Esquilache.

Política Exterior

La llegada de Felipe V supuso un giro radical en la política exterior, estableciendo una alianza militar con Francia a través de los Pactos de Familia, y convirtiendo a Inglaterra en un rival.

Reformas Económicas y Sociales

Conscientes del atraso económico, los monarcas borbónicos impulsaron reformas modernizadoras orientadas a la racionalidad y la eficiencia:

Reorganización Fiscal

Se reorganizó el sistema de impuestos, centralizándolos y unificándolos, con la excepción de Navarra y el País Vasco. El Estado asumió directamente la recaudación de tributos, que se basaban en las propiedades rústicas y urbanas de los súbditos (excluyendo clero y nobleza) y en la tradicional alcabala.

Innovaciones Financieras

Se creó el Banco de San Carlos, vinculado al Estado, que sentó las bases para el futuro Banco de España. A partir de 1780, se emitieron los vales reales, títulos de deuda pública endosables que funcionaron como una forma de papel moneda.

Cultura y Ciencia

El siglo XVIII también fue testigo de notables progresos en ciencia y cultura, impulsados por la introducción del pensamiento ilustrado.

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