16 Ago
La Revolución Industrial: Un Cambio de Época
La Revolución Industrial, iniciada en Gran Bretaña a finales del siglo XVIII, se expandió por Europa, Japón y Norteamérica a mediados del siglo XIX. Este periodo marcó un antes y un después en la producción, basándose en la mecanización, las innovaciones tecnológicas y el uso de nuevas fuentes de energía como el carbón y el vapor. La industrialización trajo consigo una nueva organización económica, el capitalismo, y transformó profundamente la sociedad, dando lugar a dos nuevas clases sociales: la burguesía, poseedora del capital para invertir, y el proletariado, la fuerza laboral de las fábricas.
Factores que Impulsaron la Industrialización
La Revolución Industrial se originó en Gran Bretaña gracias a una confluencia de factores:
- Un sistema político con un Parlamento influyente, donde la burguesía tenía gran peso.
- El crecimiento demográfico, que aumentó la demanda de productos y la oferta de mano de obra.
- La abundancia de materias primas, como el carbón vegetal y mineral.
- Mejoras en el transporte, desde ríos y canales hasta la llegada del ferrocarril.
- La posesión de un imperio colonial que proporcionaba materias primas (algodón) y mercados para la exportación.
El Sistema de Producción Fabril
Tres elementos fueron cruciales para el inicio de la industrialización:
- Mecanización: Las máquinas reemplazaron progresivamente el trabajo humano.
- Fuentes de Energía: La fuerza humana o animal, el viento y el agua fueron sustituidos por la máquina de vapor.
- Sistema Fabril: La concentración de obreros en fábricas permitió la producción en serie y un aumento masivo de la producción.
La Revolución Agrícola y sus Consecuencias
Las transformaciones en el campo, conocidas como la revolución agrícola, impulsaron el aumento de la producción. Esto se debió a:
- Una nueva ordenación de la propiedad, con las Leyes de Cercamiento (Enclosure Acts) que concentraron la tierra en manos de grandes propietarios, obligando a muchos campesinos a emigrar a las ciudades.
- La mecanización y la introducción de nuevos sistemas de cultivo.
Cambios en los Sistemas de Cultivo
La difusión de la rotación cuatrienal de cultivos (sistema Norfolk) combinó cereales con plantas forrajeras, eliminando el barbecho, aumentando la tierra cultivada y mejorando la dieta humana.
Mecanización del Campo
La invención de nuevas máquinas agrícolas, como la sembradora de Jethro Tull, nuevos arados, trilladoras y segadoras, aumentó la eficacia y redujo la necesidad de mano de obra. La introducción de cultivos como la patata y el maíz diversificó la producción y elevó la cantidad de alimentos.
La Revolución Demográfica y la Expansión Urbana
A mediados del siglo XVIII, la población británica y europea experimentó un crecimiento significativo debido al aumento de la producción agrícola, las mejoras en higiene y medicina, la disminución de epidemias, el adelanto en la edad de matrimonio y el aumento de la esperanza de vida. Las consecuencias directas fueron un incremento de la mano de obra y del consumo.
La Expansión de las Ciudades
El crecimiento poblacional y el éxodo rural hacia las zonas industriales provocaron la expansión de las ciudades. La ciudad industrial se caracterizó por:
- Segregación social por barrios: Distinción entre zonas residenciales burguesas y barrios obreros.
- Derribo de murallas y aparición de nuevos barrios.
- Nuevos medios de transporte como el tranvía y el ferrocarril.
- Nuevas infraestructuras: empedrado, alumbrado y alcantarillado.
- Nuevos servicios: hospitales, mercados y teatros.
Los barrios burgueses ofrecían viviendas lujosas y confortables, rodeadas de amplias avenidas y zonas verdes. En contraste, los barrios obreros carecían de infraestructuras básicas y sufrían el hacinamiento.
La Invención de la Máquina de Vapor
La invención de la máquina de vapor por James Watt en 1769 revolucionó la producción. Esta máquina, que aprovechaba la fuerza del vapor para generar movimiento continuo, se aplicó a diversas industrias, aumentando la productividad, abaratando costes y disminuyendo los precios de venta. Su impacto se sintió en la industria textil, la maquinaria agrícola, los transportes, los molinos y la minería.
Principales Industrias de la Revolución Industrial
A mediados del siglo XVIII, la industria textil algodonera experimentó un gran auge en Inglaterra, impulsada por la prohibición de importar tejidos manufacturados de las colonias y la mecanización de los procesos de hilado y tejido. La demanda de hierro para la fabricación de barcos, maquinaria y herramientas estimuló la industria siderúrgica. El uso del carbón como combustible para la fundición del hierro impulsó la minería, convirtiéndose en la principal fuente de energía. La invención del convertidor Bessemer en 1855 permitió la producción de acero, un material más resistente y ligero, fundamental para la construcción.
Las regiones carboníferas se convirtieron en centros industriales, dando lugar a los»paisajes negro» por la contaminación generada por la quema de carbón y los residuos industriales.
El Triunfo del Capitalismo y el Crecimiento Financiero
La Revolución Industrial consolidó el capitalismo, sustentado por el liberalismo económico y la iniciativa privada. Este sistema se basaba en:
- La propiedad privada de los medios de producción.
- La búsqueda del máximo beneficio como motor económico.
- La mínima intervención del Estado en la economía.
- La regulación del mercado por la ley de la oferta y la demanda, aunque sujeta a crisis cíclicas de superproducción.
La necesidad de grandes inversiones para la creación de fábricas y empresas impulsó el desarrollo de las entidades bancarias y la creación de sociedades anónimas, donde el capital se divide en acciones negociadas en la Bolsa.
Librecambio y Proteccionismo
Se debatieron dos posturas económicas: el librecambio, que defendía la no intervención estatal en el comercio internacional, y el proteccionismo, que abogaba por aranceles a los productos extranjeros para proteger la industria nacional.
La Nueva Sociedad de Clases y los Movimientos Sociales
La estructura social dejó de basarse en el nacimiento para depender de la posesión de riqueza, dando lugar a la división entre la burguesía (dueña del capital) y el proletariado (trabajadores que vendían su fuerza laboral a cambio de un salario).
El Inicio del Movimiento Obrero
La conflictividad entre burguesía y proletariado dio lugar a los primeros movimientos sociales:
- Ludismo: Destrucción de máquinas como protesta contra los bajos salarios y el desempleo.
- Sociedades de Socorro Mutuo: Asociaciones para ayudar a los trabajadores en caso de enfermedad o paro.
- Sindicatos: Organizaciones que reunían a obreros de un mismo oficio para defender sus intereses, reivindicando mejoras salariales, reducción de la jornada laboral y regulación del trabajo infantil.
Denuncia de la Desigualdad y Nuevas Teorías Políticas
A mediados del siglo XIX, surgieron pensadores como los socialistas utópicos, que denunciaron la propiedad privada como causa de desigualdad y propusieron formas de propiedad colectiva. La Iglesia Católica, a través de la encíclica Rerum Novarum, abogó por la mejora de las condiciones del proletariado mediante leyes sociales.
Tras las revoluciones de 1848, emergieron dos corrientes políticas que abogaban por la transformación social:
- Marxismo: Denunció la explotación a través de la plusvalía y defendió la conquista del poder para crear un Estado Obrero que aboliera la propiedad privada.
- Anarquismo: Promovió la libertad individual, la solidaridad social, la propiedad colectiva y el rechazo a la autoridad del Estado, abogando por la revolución y la huelga general.
Marxistas y Anarquistas: La Unión Obrera Internacional
Ambas corrientes impulsaron la creación de las Asociaciones Internacionales del Trabajo (Internacionales) en 1864 y 1889, buscando la unión obrera internacional para luchar contra el capitalismo. Ambas organizaciones fracasaron debido a rivalidades internas y al estallido de conflictos bélicos.
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