13 Jun
Contexto Histórico-Cultural de Roma: Un Viaje a Través de su Historia
De los Orígenes a la Fundación del Imperio (Siglos VIII-I a. C.)
Roma fundó un imperio que duró casi un milenio. Este imperio tuvo como eje el mar Mediterráneo y abarcó Europa Occidental, parte de Europa Central, el Norte de África y el Próximo Oriente, cubriendo prácticamente todo el mundo conocido de la época. Fuera de sus fronteras quedaban los «bárbaros» (extranjeros).
Los romanos fueron grandes difusores de su civilización y transmisores de la cultura y el arte griego a una gran variedad de pueblos, que se incardinaron en la historia universal. Entre sus aportaciones más originales destacan el vasto campo del Derecho Romano y la lengua latina para Europa Occidental, base de las lenguas románicas. Roma fue la mayor ciudad de la Antigüedad y cabeza de este imperio.
Roma fue fundada como una pequeña ciudad etrusca en el siglo VIII a. C. Aunque modestos agricultores en sus inicios, sus orígenes míticos se vincularon (muy posteriormente) a la mítica Troya, con la leyenda de Rómulo y Remo. Durante el periodo etrusco, el régimen de gobierno fue la Monarquía.
Durante el siglo V a. C., los reyes etruscos fueron expulsados y se organizó la República, un régimen mixto de gobierno en el que participaban el pueblo (los comicios), el Senado de carácter aristocrático (los patricios) y unas magistraturas fuertes, entre las que destacaban los cónsules y los tribunos de la plebe. Con la República, Roma comenzó su expansión por la península Itálica, convirtiéndose progresivamente en un pueblo de guerreros con una enorme capacidad militar. En los siglos III y II a. C. se adueñaron del Mediterráneo Occidental (incluyendo Hispania), y en los siglos II y I a. C. del Mediterráneo Oriental.
Impacto de la Expansión Territorial
Esta enorme expansión territorial modificó todas las estructuras de Roma:
- Aumento de la esclavitud como mano de obra masiva en la agricultura, las minas y las industrias.
- Extraordinario desarrollo del comercio y de la red de transportes por toda Europa (las calzadas romanas).
- Grave inestabilidad política de la República, que abrió un periodo de guerras civiles y de predominio político del ejército y sus generales.
El Imperio Romano: Auge y Crisis (Siglos I-V d. C.)
Uno de esos generales, Julio César, concibió la idea de fundar una monarquía, pero fue asesinado. Su sobrino Octavio Augusto (27 a. C. – 14 d. C.) lo consiguió, abriéndose una nueva etapa en la historia de Roma que se conoce como el Alto Imperio. Los emperadores o césares tuvieron todo el poder político que antes estaba repartido entre el Senado y las distintas magistraturas. Se sucedieron varias dinastías, pero lo importante es que durante los dos primeros siglos el Imperio conoció su mayor apogeo. Casi todo lo que ha pervivido de las grandes realizaciones del arte romano se ubica en esta etapa, que también se conoce como la Pax Romana.
Sin embargo, esta gran civilización comenzó a entrar en decadencia en el siglo III d. C., hasta su casi completa destrucción en el siglo V d. C. Esta época se conoce como el Bajo Imperio.
Factores de la Decadencia Imperial
Este es uno de los giros más impresionantes de la Historia, que podemos resumir en los siguientes procesos:
- Inseguridad político-militar: crisis de las fronteras, invasiones de los pueblos germánicos, inseguridad de las ciudades que comenzaron a amurallarse, etc.
- Ruralización de la vida como consecuencia de la inseguridad, de la crisis del comercio y de la industria. El campo comenzó a ser el eje de la vida económica y social.
- Crisis del sistema esclavista.
- Ruptura de la unidad del Mediterráneo: el Imperio incluso se dividió en dos partes en el siglo IV, el de Occidente con capital en Roma y el de Oriente con capital en Constantinopla (después llamada Bizancio).
- Empuje irresistible del cristianismo, que acabaría sustituyendo a los viejos dioses romanos y al culto al emperador, convirtiéndose el obispo de Roma en el sucesor de San Pedro y cabeza de la cristiandad.
El Imperio Romano acabaría siendo destruido en Occidente, siendo sustituido por varios reinos germánicos sobre su antiguo solar. Esto sucedió en el siglo V d. C., marcando el inicio de lo que se llamó la Edad Media.
Roma: Legado y Evolución de una Civilización Eterna
Roma, verdadero suceso histórico, nació como una ciudad-estado en el centro del Mediterráneo, asumiendo la herencia de la cultura griega clásica —su estética, refinamiento y pensamiento— y añadiendo nuevos elementos como el pragmatismo, un gran desarrollo urbano y un poder político y territorial no conocido hasta entonces.
El origen de Roma como ciudad se encuentra vinculado al río Tíber y a las siete colinas sagradas entre las que se ubicaba. Se trataba de un emplazamiento de origen comercial que, con el tiempo, logró imponerse inicialmente a sus vecinos cercanos, para acabar dominando la península Itálica primero y el mar Mediterráneo después. Cabe señalar que Roma llegó a su máxima expansión territorial en tiempos del emperador Trajano, a comienzos del siglo II d. C., abarcando territorios que se extendían desde la península Ibérica y Britania hasta el río Éufrates, pasando por el Norte de África.
Con la conquista de Grecia por las legiones romanas en el siglo II a. C., la cultura griega sufrió un auténtico colapso y el centro de gravedad artístico y cultural se trasladó a Roma. A partir de este momento, el Mediterráneo Occidental salió de su aislamiento, adoptando las bases del pensamiento y del arte griego. Los dioses romanos terminaron por asimilarse a los dioses griegos y el arte se helenizó, comenzando una importación masiva de obras de arte que continuaría en los siglos siguientes.
El periodo de la República se hundió en medio de las guerras civiles del siglo I a. C., dando lugar a la aparición del Imperio, una nueva etapa histórica que arranca con la figura ineludible de Augusto, primer emperador romano y artífice de la Pax Romana. Se impuso, pues, el poder personal del emperador, convertido en dueño absoluto y divinizado como los monarcas helenísticos. Con el Imperio llegó el máximo esplendor de Roma. Es el periodo de mayor producción artística y literaria, del gran desarrollo urbano y de la construcción de grandes infraestructuras.
A partir del siglo III d. C., el Imperio comenzó a mostrar deficiencias que lo llevarían a su desaparición en el siglo V d. C. No hubo una única causa, pero cabe señalar la crisis de las ciudades y la progresiva ruralización del Imperio, el aumento de las desigualdades sociales y, por supuesto, la imposibilidad de controlar sus extensas fronteras ante la llegada de los pueblos bárbaros, a los que Roma, llegado un momento, fue incapaz de asimilar y darles una cultura.
Principales Etapas de la Historia Romana
- Monarquía Etrusca: Siglos VIII a. C. – VI a. C.
- República Romana: Siglos V a. C. – I a. C.
- Imperio Romano: Siglos I a. C. – V d. C.
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