22 Sep

7. Caracterización lingüística de los textos narrativos
Nivel morfológico
• Uso del pretérito perfecto simple para enunciar los hechos, y del pretérito imperfecto de indicativo para presentar el desarrollo de las acciones.
• Uso del presente de indicativo, con significado actual o histórico.
Nivel sintáctico
• Predominio de la modalidad oracional enunciativa.
• Gran abundancia de CC Tiempo y CC Lugar.
• Abundan las coordinadas copulativas y subordinadas adverbiales de relación causal.
• Presencia de los estilos directo e indirecto.
Nivel léxicosemántico y
textual
• Uso de verbos de acción, movimiento y habla/ pensamiento.
• Uso de adverbios deícticos de lugar y tiempo.
• Marcadores discursivos que indican orden cronológico, así como conectores de todos los tipos.

4. El texto narrativo: concepto. Historia y discurso


 La narración es una modalidad textual que consiste en la ordenación de una serie de sucesos, reales o imaginarios, ocurridos a uno o varios individuos en un determinado tiempo.
 Empleamos narraciones en muy diversos ámbitos: conversación cotidiana, libros de historia,
noticias o reportajes, biografías, etc. Pero, especialmente, la narración se ha desarrollado en la literatura (poemas épicos, cuentos, novelas, etc.) y otras artes, como el cine.
 Las narraciones pueden tratar sobre acontecimientos reales (noticias, historia…) o sobre
hechos inventados (literatura); pero en este caso deben ser verosímiles: parecer verdaderos sin serlo.
 Al analizar una narración, debemos tener claros ciertos conceptos que pueden confundirse:
• Historia/ discurso: llamamos historia a la sucesión de los acontecimientos según el orden cronológico y el principio de causa-efecto. En cambio, el discurso sería la presentación de los sucesos en el orden escogido por el emisor (p. E., con saltos).
• Argumento/ tema: el argumento nos informa del contenido concreto de la narración. En
cambio, el tema es la idea fundamental que quiere transmitir el escritor. Dos narraciones
pueden tener distinto argumento pero un mismo tema (p. E., crítica a la sociedad).
5. Estructura de la narración
 Existe una inmensa variedad de estructuras narrativas. Las más frecuentes son:
1. Estructura dramática: los episodios se organizan en tres partes bien diferenciadas:
a) Planteamiento: se sitúa la historia en el espacio y en el tiempo, se presenta a los personajes y se apuntan los acontecimientos que conducen al conflicto (se pasa de una situación
estable a otra inestable).
b) Nudo: episodios que desarrollan el conflicto, en tensión creciente.
c) Desenlace: resolución del conflicto.
2. Estructura circular: el desenlace es igual o semejante a la situación inicial. 
3. Estructura in medias res: el inicio del relato se sitúa aproximadamente en el centro de la historia que se está narrando, para luego volver hacia atrás y narrar todo lo sucedido antes, hasta
llegar al centro de nuevo y continuar de ahí en adelante linealmente hasta el final.
4. Estructura in extremas res: el relato comienza casi en el desenlace de la historia: se produce
un gran salto hacia atrás y se va contando la historia (normalmente en orden lineal) hasta volver
al punto donde comenzó el relato.
5. Estructura especular o en abismo: una historia incluye en su trama un reflejo de sí misma,
que puede repetirse hasta el infinito: un escritor escribe la obra que estamos leyendo, unos personajes leen un libro o asisten a una representación en la que ellos son personajes, etc.
6. A veces recurre el autor a la técnica del contrapunto: se van alternando diversas secuencias
de hechos no relacionados ni temporal ni espacialmente.
 En cualquiera de estos tipos el narrador puede dejar sin resolver el conflicto, lo que da lugar
a narraciones abiertas. Ello permite al lector interpretar personalmente la resolución del conflicto.
6. Elementos de la narración
 Además de la acción (ya estudiada al hablar de la estructura)
, en una narración debemos
analizar lo referente a los personajes, el marco espacio-temporal, el narrador y su punto de vista. También estudiaremos cómo se reproducen los diálogos y el discurso de los personajes.

6.1. Personajes


 Son los seres que hacen avanzar la narración: sin ellos no es posible la acción. Suelen ser
humanos, pero podrían ser animales (muchas veces humanizados) u otras realidades.
 Al analizar los personajes, debemos atender a diversos criterios:
• Función en la historia: pueden ser principales, secundarios o fugaces. Son principales el
protagonista (individual o colectivo) y su oponente, el antagonista. Los personajes secundarios, en cambio, cobran menos importancia, pero son necesarios en algunos pasajes de la
obra. Los personajes fugaces o comparsas solo aparecen episódicamente.
• Caracterización: el narrador da a conocer a los personajes de diversas formas: sobre todo,
mediante descripciones directas; pero también conocemos a un personaje por lo que dicen
de él otros personajes; o por lo que el propio personaje hace y dice, y cómo lo hace y dice.
 No todos los caracteres alcanzan el mismo grado de profundidad: distinguimos:
 Personajes planos o tipos: no evolucionan a lo largo del relato, se comportan igual
de principio a fin.
 Personajes redondos o individualizados: evolucionan según lo que van viviendo en
la historia. Resultan más creíbles: incluso pueden ser imprevisibles, contradictorios.

6.2. El espacio y el tiempo


 Juntos constituyen el marco que ubica la trama (no siempre está claramente especificado).
 El espacio es el escenario donde transcurre la acción y se desenvuelven los personajes. Puede ser un espacio único (una sola habitación, un pueblo) o múltiple (cambios de lugar); también
puede tratarse de un lugar real o fantástico, rural/ urbano; abierto/ cerrado, etc. Cada tipo de espacio
contribuye a crear un ambiente que da un tono determinado a la narración (terror, alegría…). 
 El tiempo es el momento en que se produce la acción. Es uno de los elementos más complejos en algunas narraciones. Por eso, conviene distinguir varios conceptos aquí:
• Tiempo externo: indica en qué época histórica o fecha ocurren los hechos y cuánto tiempo
duran (p. E.: ocurre en 1932 y los hechos narrados abarcan cinco meses).
• Tiempo interno: indica cómo presenta estos hechos el narrador. Hay que distinguir:

Orden: los hechos pueden presentarse:


a) en orden lineal (cronológicamente, de principio a fin);
b) con saltos temporales, hacia el pasado (flashback, retrospección o analepsis) o
hacia el futuro (flashforward, prospección o prolepsis).
c) con varias acciones simultáneas o en paralelo.
 Duración: un mismo hecho puede presentarse con distintas perspectivas temporales:
a) escena: los hechos van sucediendo a la misma velocidad que se cuentan, como si
los viéramos en una película o en el teatro (p. E., en los diálogos).
b) resumen: se cuentan en pocas palabras unos hechos que debieron de durar bastante
tiempo (p. E., se resume una conversación en unas frases).
c) pausa descriptiva: la acción se detiene para incluir reflexiones del narrador o para
presentar un personaje, describir un lugar, etc.
d) elipsis: no se cuentan ni se resumen hechos que debieron de ocurrir en un lapso suficientemente grande (unas horas o días, semanas, etc.).
e) alargamiento: se dedica mucho tiempo a contar hechos que debieron de durar poco, como si ocurrieran a cámara lenta.

3.3. Narrador y punto de vista narrativo


 Recordemos que el narrador no es el autor de la obra, sino otro personaje inventado por él,
dentro de la narración para contar su historia. La elección de esta figura determina desde qué punto
de vista o perspectiva se cuenta la historia, con qué grado de implicación se cuentan los hechos
narrados, y también hasta qué punto se conocen esos hechos. Distinguimos entontes:
a) Narrador externo: cuenta una historia en la que no participa como personaje. La cuenta desde fuera, normalmente en 3ª persona. El narrador transmite una sensación de objetividad y
distanciamiento. Puede presentar una perspectiva ilimitada (narrador no focalizado), relatando todo tipo de hechos, o bien contar los hechos de forma parcial (narrador focalizado), por
ejemplo, ofreciendo solo los datos que conoce un personaje (o varios).
 

Según su conocimiento sobre los hechos, distinguimos dos tipos de narrador externo:


• Narrador omnisciente: es una especie de Dios de la novela: lo sabe todo sobre los
acontecimientos pasados y futuros, conoce tanto el interior como el exterior de los personajes. Puede estar focalizado en algún personaje o no limitar su perspectiva. A veces
introduce comentarios o críticas hacia sus personajes (incluso, en 1ª persona).
• Narrador observador, objetivo o conductista: cuenta sólo lo que se percibe con los
sentidos. No se introduce en los pensamientos de los personajes ni opina sobre su conducta. Se limita a registrar los hechos, como si se tratara de una cámara de vídeo. También puede focalizarse en algún personaje o no estar focalizado.
b) Narrador interno: siempre es un narrador focalizado; cuenta la historia en 1ª persona, desde
dentro, pues participa en ella como personaje. Según esta participación, puede ser: 
• Narrador protagonista: cuenta hechos que ha vivido como personaje principal. Resulta muy verosímil, pero también muy subjetivo (a veces poco fiable).
• Narrador testigo: es un personaje secundario, que ha participado en los hechos en mayor o menor medida, sin protagonizarlos (también narra en 3ª persona, por tanto). 

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