06 Feb

Este poema está escrito por el poeta español Antonio Machado. Nacíó en Sevilla en 1875, fue profesor de francés se exilió a Francia en 1939. Fue miembro de la Generación del 98, aunque su obra inicial se suele situar en el movimiento literario Modernismo, en este caso, el poema pertenece a los rasgos y carácterísticas de la Generación del 98. El poema se llama A un olmo seco y pertenece a la obra Campos de Castilla, escrito en 1912, también escribe Soledades, publicada en 1903 y ampliada en 1907 con el título de Soledades, galerías y otros poemas, este fragmento pertenece a esta última obra. Desde 1934 a 1939,  publica una obra en prosa llamada Juan de Mairena.

Argumento

A causa de su amor por la tierra de Castilla, el autor encuentra en éste un tema para su poesía, y en el caso concreto de este poema, se centra en la descripción de un olmo, que es una especie de árbol que abunda en el país, el cual se halla en la ribera del río Duero, de manera que consigue crear la imagen de un paisaje en la mente del lector, además de transmitir la pena que da el árbol agonizante, que ya es viejo y será destruido, ya por causas climáticas como por el hombre, pero también trayendo una brizna de esperanza por el hecho de la aparición de unas hojas nuevas.

Tema.

Descripción sensible y patética de un viejo olmo, del cual resurge la vida gracias a la primavera.

También se puede ver que el autor hace referencia a un tópico literario: «tempus fugit», con el símbolo del camino en el verso
21.

Estructura

Según la estructura externa, podemos observar que el poema se divide en cinco estrofas, las dos primeras están formadas por cuatro versos, la tercera y la cuarta están formadas por tres versos cada una y la última consta de dieciséis versos, en total 30 versos. Se alternan versos endecasílabos, heptasílabos y también hay la presencia de un verso libre, es decir que la rima será tanto de arte mayor como de arte menor. La rima es consonante y, por tanto, el esquema métrico quedaría de esta forma: 11A, 7b, 11A, 11B; 11C, 11D, 11C, 11D; 11E, 11F, 11E; 11F, 11G, 11G; 11H, 11H, 11I, 11J, 11I, 11J, 7k, 11K, 11L, 11-, 7l, 11M, 11N, 7M, 11N, 11M. La estructura del poema no es ningún tipo de composición regular, aunque las cuatro primeras estrofas forman un soneto; pero, aun así, el poema completo no lo forma.

Este poema se divide en tres partes: La primera llega hasta el verso decimocuarto, en la que hace una descripción general del estado del árbol, y de su situación y entorno, citando la aparición de las hojas nuevas con la llegada de la primavera, y también lo compara con otra especie, los álamos.

En la segunda parte, que ocupa casi todo el resto del poema exceptuando los tres últimos versos, el poeta expresa su deseo de dejar constancia escrita de la aparición maravillosa de esas hojas entre tanta muerte y podredumbre, después de haber citado todo lo que puede ocurrirle al árbol en tal estado.

Los tres últimos versos formarían la tercera y última parte, ya que en ellos no se habla ya del olmo, sino que se expresa un deseo una esperanza.

Los recursos literarios de forma que he encontrado son: algunos encabalgamientos como en los versos 3-4, 5-6 o 6-7 (el autor utiliza este recurso para dar énfasis a la última palabra del verso o para dar a ver al lector que la oración todavía no ha acabado); una anáfora en los versos 15, 19, 22 y 24 donde la palabra que se repite es «antes»; un hipérbaton en el verso 24: «antes que el río hasta la mar te empuje».

Los recursos literarios de significado que he encontrado son: algunas personificaciones a lo largo del poema, como por ejemplo «ejército de hormigas»; creo que el poema en sí es una metáfora.

Todo el poema es un símbolo, es decir, una metáfora en la que el autor representa a su mujer tras el personaje de un robusto árbol como es el olmo. Creo que el autor intenta plasmar una realidad a través de símbolos y no directamente desde un punto de vista objetivo.

En su poesía Machado usa multitud de símbolos, en este texto emplea algunos de ellos, como por ejemplo el camino que se identifica con la vida: »Al borde de un camino» (v.21), con el que indica la vida al final de ese camino, es decir, los últimos momentos de la vida del olmo.

El símbolo más llamativo es el olmo, que se puede comparar con su mujer Leonor, aunque también podría simbolizar España, ya que está sumergida en una profunda crisis y la ramita verde es la esperanza por ver que esa situación mejore. Otro símbolo podría ser la esperanza representada por la ramita verde. Todos estos símbolos engloban al tema del tiempo, que es una preocupación constante en la obra de Machado.


En relación a su estructura simbólica o literaria, Machado utiliza un hipérbaton y da un rodeo (perífrasis) para hablar de la primavera: Las frecuentes lluvias del mes de Abril y la posterior llegada del buen tiempo en Mayo.


 Los signos de admiración dan más énfasis a la frase, ayudándonos a comprender lo que para el autor significa Castilla: ‘‘¡El olmo centenario en la colina que lame el Duero!»

La parte descriptiva nos da una rápida visión del paisaje y coloca al olmo en un ambiente. Hay una personificación del Duero que »lame» la colina para dar sensación de que esta está cerca del río. El agua del río al estar en continuo movimiento es símbolo de la vida. Machado emplea gran cantidad de adjetivos que nos ayudan a ver el estado tan lamentable en que se encuentra el olmo: »un musgo amarillento» »Corteza blanquecina», »Tronco carcomido y polvoriento».

 El poeta compara al pobre olmo con otros árboles, los álamos y emplea otra personificación al decir que los álamos guardan el camino. Además los califica de árboles »cantores» aunque en realidad se refiera al canto de los pájaros. Aunque solo cita a los álamos para compararlos con el olmo al cual ve completamente solo sin ningún pájaro.


Machado vuelve a usar el hipérbaton para exponer antes de la conclusión, todo lo que puede ocurrirle al olmo en su estado.


Utiliza el adverbio »antes» como anáfora con lo que quiere expresar un deseo o voluntad antes de que ocurra alguna de esas cosas.

 El poeta desea guardar un recuerdo escrito del maravilloso hecho de la ramita verde: »Quiero anotar en mi cartera la gracia de tu rama verdecida» Quiere terminar el poema con esta frase para darle sinceridad y veracidad.


Los tres últimos versos se apartan del tema concreto del olmo y parecen reflejar algún deseo o esperanza de Machado: »Hacia la luz y hacia la vida». Tal vez se refiere a la aparición de una nueva vida, mientras otra se va (Su esposa moribunda). El término primavera podría tener un doble significado, refiriéndose, metafóricamente, a la juventud fresca y vital.

Aunque el poeta habla del olmo en tercera persona hasta la mitad del poema, posteriormente se dirige al árbol como si este pudiera contestarle. Con este recurso, parece que le esté dando alma al ser vegetal, de manera que al referirse al árbol este se parece más a una persona capaz de transmitir sensaciones al lector. De hecho, nos recuerda a la mujer del poeta, Leonor, en sus últimos días de vida, o incluso se puede interpretar que habla de la propia situación española de la época, a la sociedad española concretamente.


En estos dos primeros versos hay una gran utilización de los fonemas /o/, /i/, /e/, /d/ y con esta aliteración se produce una sensación de patetismo y desolación.

Pero tras esta primera triste imagen, se da paso a un hecho que es importante para el yo poético:

“con las lluvias de Abril y el sol de Mayo,

algunas hojas verdes le han salido.”

Utiliza un hipérbaton para cambiar el orden normal de la frase y damos al final un elemento alegre o esperanzador en contraposición con la anterior desolación. Y da un rodeo (perífrasis) para situarse en el tiempo en el que ha ocurrido la salida de esas hojas verdes, que es, aunque se sobreentiende, la primavera.

Él lo expresa mediante dos hechos carácterísticos de esta estación: las frecuentes lluvias del mes de Abril y la posterior llegada del buen tiempo en Mayo.

Como ya se ha dicho, el poeta siente gran estima por las tierras altas de Castilla y en el poema nos sitúa al olmo, del cual hace otra vez referencia a su edad, calificándolo ahora de “centenario”:

“…en la colina

que lame el Duero!…”

El yo poético lo expresa con el verbo “lamer’, es una prosopopeya ya que la colina no tiene lengua, pero esta expresión acerca más la colina al río que si por ejemplo utilizara la expresión “al lado” o “junto”. Y este hecho, que la colina y el olmo estén tan cerca del río, embellece y da más vida al paisaje que se ha creado en nuestra mente, por estar el río siempre en constante movimiento y ser el agua símbolo de vida. La descripción que sigue del olmo parece que tenga diversas partes diferenciadas, ya que primeramente utiliza gran cantidad de adjetivos que nos ayuden a ver en qué estado tan lamentable se encuentra éste:

“…Un musgo amarillento

le mancha la corteza blanquecina

al tronco carcomido y polvoriento.

“Por la forma en que está construida esta frase, ésta toma velocidad, es decir, se pronuncia rápidamente, y jugando con los fonemas de los adjetivos (aliteración) /a/, /e/, /i/, /o/ nos produce una sensación desagradable, de podredumbre, de manera que queda relacionada con la descripción inicial, en la que ya se nombra este hecho. Posteriormente, el yo poético compara al pobre olmo con otros árboles, los álamos.


“Ejército de hormigas en hilera

va trepando por él,…”

Naturalmente, no se trata de un ejército de tales insectos, pero los compara metafóricamente con uno porque siempre se encuentran juntas en gran número y porque su organización, como la de las abejas, es perfecta, sabiendo cada una lo que debe hacer.

Además, estos versos sirven para indicar, como los anteriores, que los únicos seres vivos que quieren vivir en él son las hormigas silvestres, que se alimentan de inmundicias, y las arañas, las cuales “urden”, es decir, tejen sus telas en las “entrañas”, en el interior podrido del árbol.


En todo el resto del poema hasta el final, excluyendo los tres últimos versos, el yo poético cambia el orden normal de la escritura (hipérbaton), en la que el sujeto y el verbo van primeros, seguidos de los complementos correspondientes. Este recurso lo utiliza para exponer, antes de la conclusión, todo lo que puede ocurrirle al olmo en su estado. El modo verbal cambia a subjuntivo, expresando la posibilidad, ya que el yo poético no sabe realmente lo que ocurrirá.


Al principio de cada uno de esos hechos que expone, utiliza el adverbio “antes” como anáfora, de manera que ya se supone que el yo’ poético quiere expresar un deseo o voluntad antes de que ocurra alguna de esas cosas, pero este deseo no se nos es revelado hasta cash el final del poema, finalizando ya toda la narración aunque después haya una pequeña reflexión personal .El primer caso que expone es:

“Antes que te derribe, olmo del Duero,

con su hacha el leñador, y el carpintero

te convierta en melena de campana,

lanza de carro o yugo de carreta;”

Cambiando el orden normal de la frase, lo que primero se le aparece al lector es el verbo, en este caso “derribar”, de manera que éste ya se da cuenta enseguida de las cosas horribles que pueden ocurrirle al pobre árbol, después de haber sentido el patetismo de la descripción anterior. En este caso el que derriba al olmo es el leñador, para que después el carpintero lo transforme en algo útil. No puede utilizarlo para hacer cosas hermosas, ya que su madera no está en buen estado, así que el yo poético nos enumera algunos instrumentos de madera sencillos, que sean de utilidad y no para decorar y ser vistos, como por ejemplo los muebles, sino la melena de una campana, es decir, el armazón de madera que va unido a ella y que sirve para voltearla, o instrumentos que se utilizan en el campo, como una lanza de carro (la vara de madera que va unida por uno de sus extremos al juego delantero de un carruaje y sirve para dirigirlo) o un yugo de carreta (instrumento al cual, en forma de yuntas, se unen los animales de labor). Otra de las cosas que podría pasarle es que acabara ardiendo en un fuego tierra. Con el adverbio “mañana”, utiliza una metonimia, ya que no se refiere en realidad al día siguiente sino a cualquier día futuro.


El yo poético se vale de una metáfora, “rojo”, para describir el hecho que se estaría quemando. Pero en realidad, para el yo poético lo triste no es que acabara quemado, sino que ardiera en “alguna mísera caseta” seguramente de algún labrador que vive en el campo como indica el verso:

“al borde de un camino;”

y no en la ciudad, en la casa de alguien bien acomodado. Ese sería el verdadero deshonor.

Seguidamente da paso a otra posibilidad, al hecho que fuera arrancado por un torbellino. El término “torbellino” puede tener dos significados, ya que el árbol se encuentra en la ribera del Duero y el movimiento de las aguas de un curso fluvial

recibe el nombre de torbellino, al igual que el movimiento de rotación del aire. El verso:

” y tronche el soplo de las sierras blancas;”

Podría explicarse si el poeta o el paisaje que describe se encontraran en el paso del Duero por Soria, ya que ese “soplo” podría traducirse por el aire frío que llega de las montañas nevadas del Sistema Ibérico, o si o puede ser que el yo poético se refiera a la futura llegada del invierno.

Y el último caso que expone es que el olmo pueda ser arrastrado por la fuerte comente del río, que se encuentra en su curso alto y tiene abundante caudal, hasta que éste lo dejara en el mar tras su larga travésía, pasando

“por valles y barrancas,”

Finalmente, el yo poético nos hace conocedores de su deseo. Él lo expresa en los dos versos siguientes:

“olmo, quiero anotar en mi cartera

la gracia de tu rama verdecida.”

Después de haber visto el estado lamentable del olmo y la pequeña chispa de vi que de él brotaba, el yo poético desea guardar un recuerdo escrito del maravilloso hecho.

Pero en realidad, aunque parezca una contradicción, ya lo ha hecho en el mismo poema, de manera que ha dejado esta frase para el final, cuando ya ha hablado extensamente del árbol, y parece que el poema no haya sido compuesto intencionadamente, sino simplemente en la mente del autor. Este recurso expresivo da sinceridad y veracidad al poema. El yo poético, aunque ha descrito todo el árbol en general, en la idea principal en la que quiere centrarse y con la que quiere terminar el poema es en la aparición de esas nuevas hojas verdes, con la gracia de tu rama ‘Verdecida.” es decir, la hermosura de una rama a la que califica de “verdecida”, o sea, coloreada por el vivo color verde de las hojas nuevas. En los tres últimos versos parece que el yo poético se aparta ya un poco del tema concreto del olmo:

“Mi corazón espera

también, hacia la luz y hacia la vida,

otro milagro de la primavera.”

En este caso sus escritos van dirigidos a un árbol, en concreto a un olmo del que extrae detalles y reflexiones parecidas a las humanas, porque en la obra a la que pertenece este poema el autor pretende la reflexión sobre los grandes temas de la existencia humana, angustiándose por el paso del tiempo y la muerte a causa del fallecimiento de su esposa. Así que en este poema, bajo la simple apariencia de la descripción de un árbol podemos encontrar un segundo sentido, comparable con una vida humana, con su juventud, madurez y el posterior deterioro con el paso de los años. Pero no todo el poema gira en torno a esta idea, sino que se centra, entre la ruina del olmo, en una pequeña esperanza de resurgimiento de la vida, en forma de hojas verdes nuevas con la llegada de la primavera, para así representar una nueva vida que nos sustituirá cuando muramos.

Existen dos formas de interpretar el poema, una hace referencia a la muerte y la otra a la grave crisis que sufre España.

Todos los autores de la Generación del 98 plasman el tema de España y expresan su descontento y malestar con la situación del país.


Por otro lado, todos los autores en algún momento de su obra tratan el tema de la muerte ya que éste es universal.


Este poema trata magníficamente el tema del tiempo, encarnado en la esperanza porque mejore tanto la enfermedad de su mujer como la situación de España. Nos hace pensar que aunque se esté mal siempre hay una opción de que todo se arregle (La ramita verde), y también que la vida se acaba, que lo representa con el final del camino. Machado usa un lenguaje simple y sencillo a la vez que culto.

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