27 May

La Guerra Civil Española

Introducción

La Guerra Civil Española (1936-1939) marcó el trágico fin de la Segunda República.

La profunda polarización de la sociedad española durante la Segunda República desembocó en un intento de golpe de Estado que degeneró en un devastador conflicto civil que se prolongaría hasta 1939.

Desarrollo del Conflicto: Causas y Estallido

Ante la inminente victoria de la coalición del Frente Popular en las elecciones de febrero de 1936, grupos de militares antirrepublicanos, liderados por el general Mola, planearon un golpe de Estado que se precipitó tras el asesinato de Calvo Sotelo, líder de la extrema derecha, el 13 de julio.

El pronunciamiento militar se inició el 17 de julio en Melilla y triunfó rápidamente en el Protectorado de Marruecos. El general Franco asumió el mando del Ejército de África.

El levantamiento, sin embargo, fracasó en gran parte del territorio peninsular, dividiendo España en dos zonas: la del bando sublevado (nacional), de ideología derechista y católica, y la zona republicana, apoyada por los partidos políticos progresistas.

Este fue el inicio de una cruenta Guerra Civil que no concluiría hasta el 1 de abril de 1939.

Desarrollo del Conflicto Bélico

Primera Fase: Del Paso del Estrecho a la Batalla de Madrid (Julio 1936 – Marzo 1937)

Al mando del Ejército de África y con el apoyo de Italia y Alemania, Franco cruzó el Estrecho de Gibraltar y avanzó hacia Madrid, mientras que Mola lo hacía desde el norte, logrando tomar San Sebastián e Irún.

Las tropas sublevadas fracasaron en este primer intento de tomar Madrid.

Intentaron nuevamente conquistar Madrid mediante una serie de batallas clave como la de Ciudad Universitaria, Jarama y Guadalajara, pero no lograron su objetivo.

Segunda Fase: La Campaña del Norte y las Ofensivas Republicanas (Abril 1937 – 1938)

Franco centró sus esfuerzos en atacar el territorio republicano del norte, ocupando Bilbao, Santander y Asturias en abril de 1937. Este avance incluyó el trágico bombardeo de Guernica por parte de la aviación alemana de la Legión Cóndor.

Los republicanos lanzaron algunas contraofensivas significativas, como las de Brunete, Belchite y Teruel; esta última, sin embargo, volvió a caer en manos de los sublevados en febrero de 1938.

Tercera Fase: La Batalla del Ebro (Julio 1938 – Diciembre 1938)

Franco desplegó un ataque a lo largo del frente de Aragón con la intención de alcanzar el Mediterráneo y dividir la zona republicana en dos.

En julio de 1938, la República lanzó su última gran ofensiva, dando inicio a la batalla más sangrienta de toda la Guerra Civil: la Batalla del Ebro. A pesar de la resistencia republicana, esta batalla permitió a las tropas sublevadas conquistar Cataluña y la zona levantina.

Cuarta Fase: La Caída de Cataluña y el Fin de la Guerra (Diciembre 1938 – Abril 1939)

A mediados de diciembre de 1938, comenzó la ofensiva de las tropas franquistas contra Cataluña. Finalmente, Barcelona cayó el 26 de enero de 1939, y el presidente de la República, Manuel Azaña, junto con la mayoría del gobierno, se exiliaron a Francia.

El 9 de febrero de 1939, la resistencia republicana en Cataluña finalizó. Hubo intentos de negociar la paz con Franco, pero este exigió la rendición incondicional.

Finalmente, las tropas franquistas se hicieron con el control de Madrid el 28 de marzo de 1939, y el 1 de abril, Franco firmó el último parte de guerra, declarando el fin del conflicto.

Evolución Política en Ambas Zonas Durante la Guerra Civil

La Zona Republicana

Tras el golpe de Estado, el gobierno republicano decretó la disolución del ejército tradicional y la creación de batallones de voluntarios.

En septiembre de 1936, se estableció un gobierno de unidad nacional, presidido por Francisco Largo Caballero, dirigente del PSOE, e integrado por socialistas, republicanos, nacionalistas y anarquistas.

Los enfrentamientos internos entre las distintas fuerzas gubernamentales estallaron con los llamados Hechos de Mayo de 1937 en Barcelona, culminando con la disolución del Gobierno de coalición. Largo Caballero dimitió, y el socialista Juan Negrín accedió a la presidencia, trabajando para que las instituciones funcionaran con normalidad.

En los últimos meses de la guerra, volvieron a surgir profundas diferencias entre los republicanos. El coronel Segismundo Casado, con la ayuda de políticos socialistas y de algunos miembros de la CNT, organizó una conspiración. Sus intentos de entablar negociaciones con Franco precipitaron el final del conflicto.

La Zona Sublevada

Tras la muerte del general José Sanjurjo el 20 de julio de 1936, se constituyó en Burgos la Junta de Defensa Nacional, que asumió todos los poderes del Estado. El 1 de octubre de 1936, la Junta designó a Francisco Franco como Jefe del Gobierno del Estado y Generalísimo de los Ejércitos. Durante este periodo, la Iglesia católica mostró su claro apoyo a los sublevados. El levantamiento comenzó a presentarse como una verdadera «cruzada» liderada por Franco, a quien se empezó a llamar el Caudillo.

En abril de 1937, falangistas y carlistas fueron unificados en la Falange Española Tradicionalista y de las JONS (FET y de las JONS), conocida posteriormente como el Movimiento Nacional, imponiéndose así el modelo de partido único propio del fascismo.

Franco consolidó su poder absoluto con la creación de la Junta Política y el Consejo Nacional de la Falange. En febrero de 1938, formó su primer gobierno. Franco mantendría el control total del Estado y del Gobierno hasta 1973.

Dimensión Internacional del Conflicto

La Guerra Civil Española fue un conflicto de gran impacto internacional. Los medios de comunicación norteamericanos y europeos le dedicaron una considerable atención, y fue ampliamente debatida por políticos y organizaciones obreras. En general, la opinión pública occidental apoyaba a los republicanos, ya que defendían la democracia frente al avance del fascismo.

La URSS vio en este conflicto una oportunidad para aumentar su influencia y, potencialmente, provocar una revolución en España. Ambos bandos solicitaron ayuda exterior y realizaron un considerable esfuerzo diplomático.

El bando sublevado recibió apoyo directo y significativo de Alemania e Italia. Los republicanos, por su parte, obtuvieron ayuda de la URSS y un apoyo más limitado de Francia. Además, un grupo importante de voluntarios extranjeros, conocidos como las Brigadas Internacionales, formado por unas 40.000 personas de ideología izquierdista, acudió desde diversos países para apoyar a la República.

Francia y el Reino Unido, junto con otras democracias europeas, crearon el Comité de No Intervención, cuyo objetivo era evitar el envío de armas a cualquiera de los bandos. Sin embargo, este acuerdo fue sistemáticamente ignorado por Alemania, Italia y la URSS.

Conclusión

El golpe de Estado y la subsiguiente Guerra Civil fueron un punto de inflexión crucial en la historia de España. Este conflicto puso fin al sistema democrático de la Segunda República, que fue sustituido por una dictadura militar presidida por Francisco Franco.

La Guerra Civil dejó un trágico saldo de muertos (se estima en unos 500.000, incluyendo tanto soldados como civiles). A nivel económico, las consecuencias fueron devastadoras: destrucción masiva de infraestructuras y comunicaciones, devastación de viviendas y las considerables deudas contraídas por el bando franquista con Alemania e Italia.

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