26 May
Valencia: Morfología Urbana y Evolución Histórica
1. Situación, Emplazamiento y Morfología
Valencia está situada junto al mar Mediterráneo, en la desembocadura del río Turia, sobre una llanura costera. Este emplazamiento ha favorecido tanto el desarrollo agrícola como su vocación comercial desde la época romana. La ciudad tiene una morfología urbana compleja, dividida en tres áreas principales: el casco antiguo, el ensanche y la periferia. A lo largo de su historia, el crecimiento de la ciudad se vio limitado por el río Turia al norte, que contuvo su expansión hasta el siglo XX.
2. Evolución y Características del Casco Antiguo
El casco antiguo de Valencia tiene su origen en la época romana y se localiza en un meandro del río Turia, sobre un altozano que protegía la ciudad de inundaciones. Su situación fue estratégica tanto para las comunicaciones como para la actividad económica agrícola. Durante la Edad Media, el casco antiguo estuvo rodeado por murallas, primero musulmanas y luego cristianas, que cumplían funciones defensivas, fiscales y sanitarias.
El plano de la ciudad era irregular en la época musulmana, con calles estrechas y tortuosas, aunque fue ligeramente regularizado después de la conquista cristiana. La trama del casco antiguo es compacta y, con el tiempo, se densificó. La edificación, inicialmente baja, fue reemplazada por edificios más altos, lo que llevó al deterioro de algunas áreas y dio lugar a procesos de renovación. El casco antiguo alberga monumentos importantes como la catedral, iglesias y palacios, que también contribuyen a su función cultural y turística.
3. El Ensanche y la Periferia Urbana
A partir de mediados del siglo XIX, el crecimiento de Valencia impulsó la expansión de la ciudad debido a la prosperidad agraria, el desarrollo industrial (en sectores como la madera, el mueble y la metalurgia) y la revolución de los transportes (con una red ferroviaria que conectaba la ciudad y la modernización del puerto). Se derribaron las murallas medievales para permitir la expansión, creando una nueva ronda exterior.
El primer ensanche (1877) se planificó con un diseño en cuadrícula, inspirado en el de Cerdá en Barcelona, y consistió en una zona burguesa con manzanas amplias y casas grandes. Un segundo ensanche (1907) extendió la ciudad aún más, hacia el antiguo Camino de Tránsitos.
Por otro lado, las barriadas industriales se desarrollaron principalmente en la zona portuaria y en el sur, con viviendas de mala calidad que rápidamente se deterioraron. A partir de la segunda mitad del siglo XX, la industria, los servicios y la inmigración impulsaron el crecimiento de una extensa periferia, especialmente en el oeste y sur del ensanche.
Los principales ejes de crecimiento urbano desde mediados del siglo XX incluyen la transformación del norte de la ciudad tras la riada del Turia de 1957, lo que permitió crear un gran parque ajardinado en el antiguo cauce y desarrollar equipamientos como un campus universitario y un recinto ferial. En el sur, la creación de un nuevo cauce para el río Turia permitió una mejor circulación de tráfico y la integración del puerto en la ciudad. Hoy, la periferia valenciana alberga industrias (metalurgia, química, textiles, etc.) y sectores terciarios, como el turismo, y ha visto el crecimiento de instituciones políticas y administrativas, como el parlamento de la Comunidad Autónoma.
Jerarquía Urbana Española (1991)
a) El Sistema Español de Ciudades
El sistema urbano en España está organizado jerárquicamente según el tamaño de la población, las funciones que desempeñan y el área de influencia de cada ciudad:
- Metrópolis Nacionales: Son las ciudades más grandes (Madrid y Barcelona), con más de 3 millones de habitantes. Desempeñan funciones altamente especializadas, sobre todo en el sector terciario y en industrias de alta tecnología. Tienen una amplia área de influencia que abarca todo el país y están fuertemente conectadas con otras metrópolis globales.
- Metrópolis Regionales: Ciudades como Valencia, Bilbao, Sevilla, Málaga y Zaragoza, con poblaciones entre 1,5 millones y 500.000 habitantes. Realizan funciones administrativas y comerciales de alto nivel dentro de sus respectivas regiones, con áreas de influencia regionales.
- Metrópolis Subregionales: Incluyen ciudades como Oviedo, Murcia, Alicante, A Coruña, Granada o Valladolid, con poblaciones entre 500.000 y 250.000 habitantes. A pesar de ser más pequeñas, mantienen funciones especializadas, como universidades y servicios altamente especializados. Su área de influencia es generalmente subregional o regional, especialmente en comunidades autónomas uniprovinciales.
- Ciudades Medias: Son capitales de provincia que tienen una población de entre 250.000 y 50.000 habitantes. Estas ciudades tienen funciones terciarias menos especializadas, relacionadas principalmente con el comercio y servicios provinciales como la administración, la educación y la sanidad. Algunas también cuentan con especializaciones industriales o portuarias.
b) Tipos de Subsistemas Urbanos
Las relaciones entre ciudades forman diferentes tipos de subsistemas urbanos:
- Monocéntricos Primados: En estos subsistemas, una ciudad domina de manera absoluta, concentrando gran parte de la población y funciones. Las demás ciudades tienen una relación de dependencia con la principal.
- Monocéntricos Jerarquizados: Aunque una ciudad ocupa la cúspide del sistema, existen varios niveles jerárquicos subordinados que cumplen funciones específicas.
- Policéntricos: En estos sistemas, varias metrópolis compiten entre sí, resultando en relaciones intensas y flujos mutuos de dependencia entre las ciudades.
Distribución Espacial de los Subsistemas
- Eje Septentrional: Incluye Galicia y el País Vasco, con ciudades que forman un sistema discontinuo, como Pamplona, León y Burgos, que dependen de estos núcleos metropolitanos.
- Eje Mediterráneo: Va desde Girona hasta Cartagena y se divide en varios subsistemas:
- Subgrupo Catalán: Barcelona, como ciudad primada, dirige este subsistema, con ciudades en la costa que se conectan por carreteras importantes.
- Subgrupo Valenciano-Levantino: Valencia, como ciudad principal, lidera un sistema equilibrado con ciudades como Alicante y Castellón.
- Eje Andaluz: Sevilla domina en el oeste de Andalucía, mientras que en el este, Málaga y Granada también tienen influencia sobre sus respectivas áreas.
- Eje del Valle del Ebro: Zaragoza es la ciudad principal de este subsistema, conectado con las regiones de la periferia vasca y catalana.
- Interior Peninsular: Madrid, como la gran metrópoli, domina esta área y tiene una influencia sobre Castilla-La Mancha, Segovia, Ávila y otras ciudades cercanas.
- Archipiélagos: Los archipiélagos canario y balear tienen subsistemas urbanos particulares. En Canarias, Las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife son las principales ciudades que se distribuyen la influencia sobre las islas orientales y occidentales, respectivamente. En Baleares, Palma es la ciudad dominante.
c) Distribución y Población
Más del 75% de la población española vive en ciudades. El sistema urbano ha provocado una importante migración interna del campo a las grandes ciudades, especialmente entre 1950 y 1975, lo que ha dado lugar a una mayor concentración de población en el eje este de España, que incluye los subsistemas catalán y valenciano-levantino. En cambio, en el centro de la Península, con excepción de Madrid y Valladolid, la urbanización ha sido más limitada, lo que se traduce en una menor densidad de población en comparación con otras zonas del país.
Evolución Histórica de las Ciudades Españolas
La evolución de las ciudades españolas a lo largo de la historia puede dividirse en varias etapas clave que marcan su desarrollo urbano y social.
La Ciudad Preindustrial
Etapa Pre-urbana y Romana
La ciudad preindustrial comenzó en la etapa pre-urbana, cuando los pueblos fenicios, púnicos y griegos fundaron las primeras ciudades en la Península Ibérica, principalmente a lo largo del litoral mediterráneo, destacando Cádiz como la primera ciudad de Occidente. Posteriormente, durante la época romana, se consolidó la urbanización en la Península, con la creación de nuevas ciudades o colonias romanas sobre poblaciones preexistentes, como Córdoba, Tarragona o Barcelona. Los romanos implantaron un modelo urbano caracterizado por un trazado geométrico con calles perpendiculares (cardus y decumanus) y el foro como centro de la vida urbana, lo que dejó una huella importante en la planificación urbana.
Edad Media: Ciudades Cristianas y Musulmanas
Con la caída del Imperio Romano, la urbanización sufrió un retroceso durante la Edad Media debido a las invasiones bárbaras. No fue hasta el siglo X, impulsado por la Reconquista y la apertura del Camino de Santiago, cuando las ciudades comenzaron a resurgir. Durante esta etapa, se fundaron nuevas ciudades como Segovia, Ávila y Salamanca, cuyas fundaciones respondían principalmente a necesidades militares y comerciales. Las ciudades cristianas, con un paisaje urbano más pequeño, amurallado y con calles estrechas, estaban orientadas a la defensa. En contraste, las ciudades musulmanas, como Córdoba y Toledo, se caracterizaban por su trazado sinuoso y su muralla protectora. Los planos urbanos musulmanes presentaban calles angostas y quebradas, con adarves o callejones sin salida, lo que reflejaba la influencia de las defensas y la topografía local.
Renacimiento e Ilustración
En el Renacimiento y la Ilustración, las ciudades españolas vivieron un período de prosperidad y crecimiento demográfico. Durante estos siglos, la urbanización se intensificó con mejoras en las infraestructuras urbanas, como la construcción de puentes, y una remodelación de la trama viaria, regularizando los antiguos trazados islámicos. Este proceso dio lugar a la creación de nuevas plazas, fortificaciones y una mejora en las condiciones de vida, con la incorporación de elementos como el saneamiento y el alumbrado público. Las ideas ilustradas promovieron la creación de grandes avenidas y el embellecimiento de los espacios públicos, destacando ejemplos como la Puerta de Alcalá en Madrid o las plazas mayores en ciudades como Salamanca.
La Ciudad Industrial (Siglo XIX)
La ciudad industrial llegó en el siglo XIX, cuando la urbanización se aceleró debido al desarrollo industrial y la mejora de las infraestructuras viarias, como el ferrocarril y las carreteras. En este período, las ciudades empezaron a adaptarse a nuevas necesidades, con reformas urbanas y el crecimiento de la industria, especialmente en regiones como el País Vasco, Cataluña y Asturias.
Las reformas interiores en las ciudades buscaban mejorar las condiciones de vida de la población, aliviar la presión social y mejorar los servicios urbanos mediante la creación de nuevas calles y el saneamiento. Esta transformación también se reflejó en los planes de ensanche, una de las grandes aportaciones al urbanismo de la época, que consistían en la creación de nuevas áreas urbanas, con un trazado ortogonal y edificios dispuestos alrededor de patios centrales. Los planes de ensanche de Madrid, Barcelona y Valencia, entre otros, favorecieron la expansión de la ciudad, pero también contribuyeron a la segregación social, ya que los nuevos barrios eran destinados a la vivienda burguesa.
Conceptos Clave en Urbanismo y Turismo
- Chabolismo:
- Proceso de creación y proliferación de asentamientos marginales en los que predominan las viviendas autoconstruidas, llamadas chabolas.
- Ciudad Dormitorio:
- Núcleo urbano ubicado en las proximidades de una ciudad central, en el que buena parte de la población trabaja en otra ciudad, generando importantes movimientos pendulares.
- Ciudad Jardín:
- Zona urbana diseñada para una vida saludable y de trabajo. Tendrá un tamaño que haga posible una vida social plena, no debe ser muy grande, su crecimiento será controlado y habrá un límite de población.
- Ciudad Lineal:
- Modelo urbano, propuesto por Arturo Soria, constituido por una franja urbanizada, estructurada linealmente a lo largo de un eje o vía de transporte principal. Une dos ciudades ya existentes, de manera que el territorio quedaría triangulado por cintas urbanizadas.
- Turismo Rural:
- Conjunto de actividades turísticas realizadas en espacios rurales, vinculadas con el disfrute del campo como principal atractivo turístico. Se trata de una modalidad turística relacionada con la oferta de alojamiento rural, ya que, de manera generalizada, se entiende que es la actividad turística que se realiza cuando se usan como alojamiento las casas de turismo rural.
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