22 May
Objeto de la Sociología
Individuos, Sociedad y Sociología
La idea de fundamentar una ciencia de la sociedad fue posible gracias a la aparición de la sociedad como una nueva categoría conceptual, surgida de los procesos histórico-sociales que marcaron el nacimiento del capitalismo y la Edad Moderna. En los orígenes de la sociología está, pues, el proyecto de una física social y el anhelo de encontrar un Newton que resumiera, en forma de leyes generales aplicables a todos los casos empíricos, los complejos mecanismos de funcionamiento del universo social.
Delimitar el objeto de la sociología presenta una dificultad particular por dos razones:
- Porque, en su elaboración a lo largo de la historia científica, es formulado a la luz de diversas interpretaciones ofrecidas por las teorías sociológicas.
- Porque la sociología, como construcción científica sobre la realidad social inacabada y cambiante, presenta un margen de indefinición teórica y de imprecisión metodológica en continuo replanteamiento.
El pluralismo de la sociología y sus causas
Definir la sociología parece una tarea condenada al fracaso, salvo que recurramos al expediente de la definición sociológica, mediante el cual la sociología es lo que hacen los sociólogos. Este fracaso se debe, mayormente, a la inexistencia de acuerdo tanto respecto a qué es la sociología como acerca de su objeto de estudio.
Los manuales de sociología comienzan con una definición general de la disciplina como «estudio científico de la vida social humana» o como «rama del conocimiento cuyo objeto es la dimensión social de lo humano». Estas definiciones generales y neutras, con las que todos los sociólogos acordarían en un primer momento, son inoperantes, en tanto que los mismos sociólogos discreparían inmediatamente a la hora de precisar lo que sea «estudio científico», las características de ese conocimiento, «vida social humana» o «dimensión social de lo humano».
Sztompka clasifica las sociologías en torno a tres divisiones heredadas del sentido común: individuos y sociedad; estático y dinámico; y potencialidad y actualidad. Según opten por uno u otro de los tres pares de polos y según los combinen, tendremos distintas versiones del objeto de la sociología.
Existen distintas teorías de la sociología: imágenes profesionales, nivel micro o macro, variables independientes que se consideran como los principales agentes explicativos, apoyo popular en la comunidad de sociólogos, ideologías políticas… «Las propias variaciones de las relaciones sociales, su carácter plástico y cambiante, la gran capacidad de los seres humanos para adaptarse a las nuevas situaciones, dificulta la persistencia de modelos conceptuales rígidos en la teoría sociológica».
Según Beltrán, el objeto de la sociología es «de una complejidad inimaginable» y de una «excepcional especificidad» (debido a la dimensión subjetiva humana), lo que requiere un pluralismo cognitivo y metodológico.
No hay una forma racional de elección entre teorías incompatibles, y tampoco hay un recurso neutral que permita compararlas. El sociólogo se adhiere a ellas por coherencia con su concepción del mundo y con sus firmes valores, por socialización académica y profesional, por influencias personales o por una mezcla de todas ellas.
El Estudio de lo Social
Según Aron, «la sociología es el estudio que quiere ser ciencia de lo social en tanto tal, ya sea al nivel macroscópico de vastos conjuntos, clases, naciones o civilizaciones».
Lo social se ha interpretado de diversas maneras:
- Comportamiento en sociedad.
- Acervo simbólico cuyos materiales son los usos o vigencias colectivas que cada generación hereda de las anteriores.
- Trama de las relaciones sociales, roles, instituciones y grupos.
Inkeles propone tres vías de acceso complementarias al objeto de la sociología:
- Histórica: búsqueda de los problemas centrales basados en el pasado.
- Empírica: indagando en fuentes documentales.
- Analítica: clasificando las ciencias en criterios lógicos y epistemológicos.
Los sociólogos aplican tres criterios a los conocimientos existentes sobre el comportamiento humano en sociedad:
- Consiste en la naturaleza de las variables utilizadas para describir la jerarquía de niveles que se encuentran en la realidad de la acción humana, originando disciplinas académicas.
- Obedece a los modelos teóricos que explican sociológicamente la acción humana.
- Utiliza la conceptualización del contenido de estas variables, ya que solo a través de los conceptos es posible establecer la significación de los datos y transformarlos en hechos susceptibles de explicación.
La Orientación Disciplinar de lo Social
En la aplicación del primer criterio, es preciso especificar:
- Las variables culturales y sociales conciernen a colectividades y, siguiendo a Parsons, pueden ser clasificadas en naturaleza simbólica, social, política y económica.
- Una variable cultural se refiere a lo que debe ser asimilado individualmente y es transmitido, como elemento común de la colectividad, mediante cualquier sistema de símbolos.
- Una variable social alude al proceso de interacción social en cualquiera de sus aspectos de intercambio entre los individuos.
La sociología tiene por objeto primordial y nuclear la explicación y la comprensión de variables relativas a las colectividades, atendiendo exclusivamente a variables de esa misma naturaleza.
Las Orientaciones Dimensionales de lo Social
«La captación de la naturaleza de la realidad social solo es factible si previamente la configuramos en un modelo, idealmente lógico y heurísticamente eficaz, que ordene y dé coherencia al desorden o incongruencia con que aquella realidad se nos aparece».
Estas diferentes perspectivas se configuran como instrumentos de investigación y análisis que orientan la delimitación del objeto de la sociología, ya que «toda teoría incluye y excluye, esto es, presta atención a determinados aspectos de la realidad y/o a otros. Se interesa solo por determinadas relaciones».
Esta diversidad de parcelas se reduce, según Boudon, a tres:
- Las sociedades globales (cambios cualitativos y cuantitativos, sistema).
- El individuo y el campo social en el que se sitúa.
- Los grupos, las instituciones, las comunidades.
Tres ámbitos competen también a la sociología, según Berger y Luckmann: la sociedad con su dinámica propia; la sociedad como producto del hombre; y el hombre como producto de la sociedad.
La falta de consenso respecto a un objeto único de la sociología se traduce en una pluralidad de enfoques teóricos que coexisten desde los orígenes de la disciplina, pese a que en determinadas etapas alguno haya obtenido preeminencia sobre los demás.
Frente a este hecho, se dan dos posiciones.
Por un lado, quienes defienden la posibilidad de la integración. Entre ellos, Martindale y Freund. Por otro, quienes niegan tal posibilidad y optan por el pluralismo cognitivo.
Como alternativa, cabe mencionar una serie de opciones dicotómicas desarrolladas en el devenir histórico de la sociología, en torno a las cuales se han suscitado múltiples debates y que operan como dimensiones básicas de lo social, orientando su proyección teórica. La elección de cada modelo sociológico sobre las dualidades propuestas no implica una correspondencia unívoca absoluta, porque algunos enfoques participan de ambos términos de la contradicción según el aspecto concreto que señalan.
Individualismo-Colectivismo
El individualismo considera como unidad básica del análisis sociológico a los individuos en interacción. La realidad última de lo social reside en lo interindividual, de modo que la sociedad es una simple denominación. Para el colectivismo, las unidades sociológicas básicas son las entidades colectivas.
Consenso-Conflicto
La primera alternativa se interroga por las causas de integración y reproducción de las sociedades, adoptando un modelo teórico de sociedad como un todo armonioso. Por el contrario, el enfoque conflictual se interesa por las tensiones internas y las causas de la desorganización social como resultado de permanentes conflictos entre grupos antagónicos.
Naturalismo y lo Social como Específico y Propio
Según la primera acepción, la sociedad es una prolongación de la realidad material, la única existente, que debe ser explicada conforme a modelos científicos similares a los de las ciencias naturales. Para la segunda, lo social posee su propia peculiaridad por referirse al ser humano, y su comprensión es irreductible a otras esferas.
Objetivismo-Subjetivismo
Desde el objetivismo, se mantiene el análisis sociológico con independencia del actor social estudiado. Frente a eso, los subjetivistas afirman que el sujeto investigado debe participar de alguna manera en la explicación de su comportamiento.
Estática-Dinámica
La consideración dinámica de la sociedad incide en las causas, circunstancias y consecuencias del cambio social, mientras que el enfoque estático concibe la sociedad en su permanencia y constancia. Ambas posibilidades deben contemplarse más bien como gradientes de un continuum, pues lo frecuente es el reconocimiento de diversos grados de dinamicidad social.
Neutralidad-Compromiso
Esta disyuntiva cuestiona las implicaciones objetivas del sociólogo en su reflexión e investigación, así como las repercusiones posteriores de las mismas.
Historicidad-Ahistoricidad
La primera, frente a la segunda, ubica la acción social en la dimensión histórica, por cuanto acaece como consecuencia temporal de acontecimientos que son actualizados por los agentes sociales. Esto permite interpretar los procesos de cambio en relación con sus antecedentes y circunstancias históricas.
En primer lugar, el entendimiento de lo social se da en tres niveles de reflexión y análisis, interconectados y complementarios:
- La sociedad como realidad de interacciones humanas multiformes, interdependientes y dinámicas que constituyen una realidad colectiva y condicionante de los sujetos.
- Las instituciones sociales en cuanto elemento estructural que ofrece marcos y funciones de la actividad social, donde se actualiza el flujo procesual de las conexiones interhumanas.
- La acción social entendida como toda conducta significativa para el sujeto.
Y en segundo lugar, la consolidación científica del objeto, tanto por su elaboración conceptual como por su tratamiento metodológico, al estudiarlo de forma racional y objetiva.
Los Campos de Estudio de la Sociología
Campos de la Sociología según Índices Temáticos
Inventarios de Investigación y Términos Congresuales
Campos Temáticos Fundamentales de la Sociología
Cultura
Definición de Cultura
¿Una Cultura o Culturas?
La Cultura y sus Elementos
Valores
Normas
Ideas, Conocimientos y Creencias
Bajo el nombre de ideas se incluyen conocimientos y creencias. Los conocimientos son las ideas que tienen o pueden tener base empírica. Las creencias son fundamentalmente ideologías; no pueden ser contrastadas con la realidad o validadas por completo, lo cual impide que tengan el valor de realidad para el creyente. No tienen base empírica en qué apoyarse. Se plasman en el folclore, las leyendas, los proverbios, los mitos… Su razón de ser es difusa, pero la mayoría de las explicaciones de tales creencias descubren su función integradora en los grupos.
Los Símbolos
Formados por un elemento material y otro ideacional o significado. El elemento afectivo que lo caracteriza lo hace esencial para entender el símbolo. Hace referencia a una realidad pluridimensional, intuitiva, captada de forma afectiva que encierra multitud de significaciones (ejemplo: una bandera). Los seres humanos transformamos los elementos de la vida social en símbolos.
Toda actividad humana está mediada por el sistema simbólico. Constituye el requisito cultural de los sistemas de interacción social. Actúan como elementos del lenguaje y de la conducta, así como determinados colores, formas y disposiciones que puedan adoptar los objetos materiales.
Cultura Material y Tecnológica
Los artefactos son los elementos tangibles de la cultura; son cosas materiales que los seres humanos crean y utilizan. La comprensión de los artefactos supone tres tipos de apreciación: los usos del artefacto, los valores implícitos en él y los conocimientos necesarios para que el artefacto funcione correctamente.
Los artefactos de una sociedad manifiestan los valores de esa sociedad y también revelan la tecnología de una sociedad, entendiendo por tecnología el conocimiento aplicado de que dispone una sociedad y que le sirve para sobrevivir; es el vínculo de unión entre el entorno natural en el que vive una sociedad y su universo cultural.
Socialización
Concepto
La socialización se puede definir como el proceso por el cual los individuos interiorizan las normas y los valores de la sociedad en la que viven. La socialización procede, pues, de un aprendizaje: el individuo, debido a múltiples interrelaciones que tiene con otros, aprende progresivamente a adoptar un comportamiento conforme los otros esperan de él. «El proceso por cuyo medio la persona humana aprende e interioriza, en el transcurso de su vida, los elementos socioculturales de su medio ambiente, los integra a la estructura de la personalidad, bajo la influencia de experiencias y de agentes sociales significativos, y se adapta así al entorno social en cuyo seno debe vivir».
Etapas
Socialización Primaria
Comienza en el nacimiento y se prolonga durante la infancia. Es la más determinante, puesto que proporciona al niño sus primeras referencias sociales que le marcarán durante toda su existencia y actuarán enseguida como un filtro. Según Berger y Luckmann, «la socialización primaria es la primera por la que el individuo atraviesa en la niñez; por medio de ella se convierte en un miembro de la sociedad».
Socialización Secundaria
Se desarrolla a continuación, a lo largo de todo el recorrido social del individuo. Freud aportó dos ideas para comprender el proceso de socialización: las personas empiezan desde la infancia a interiorizar las normas sociales, y las experiencias en la infancia son claves para el desarrollo posterior de la personalidad.
Fase Oral (0-1 año)
El niño establece dependencia oral con el mundo que le rodea. Esta etapa solo existe entre la madre y él.
Fase Anal (1-3 años)
Hay exigencias de nuevas demandas, se imponen al niño obligaciones que este no espera. La madre actúa como socializadora, y el niño aprende a convivir con el resto de la familia. Las relaciones del niño con la familia y viceversa se realizan a través de la madre.
Fase Edípica (4-Pubertad)
El niño comienza a ser miembro de la familia en su conjunto, aprende roles familiares y aprende a distinguir el papel sexual que le toca representar. Al niño se le imponen presiones de tipo social para adecuar su conducta al papel masculino o femenino.
Fase de Adolescencia
El individuo empieza a exigir independencia. Interioriza el resto de los papeles sociales más allá de la familia y lo que ocurra de ahora en adelante tiene que ver con lo sucedido en las etapas anteriores.
Jean Piaget describe de una manera más completa las etapas del proceso de socialización. Parte de la base de que la socialización e interiorización de conocimientos es lo mismo, y a partir de ahí se dedicó a observar cómo los individuos consiguen tales conocimientos; no estaba interesado en qué aprendían los niños, sino en cómo aprendían.
Considera que el estudio del desarrollo de la inteligencia o del proceso de socialización ha de observarse en el progresivo desarrollo de las operaciones que oscilan desde las acciones sensomotoras iniciales de cualquier recién nacido hasta las operaciones más abstractas. El proceso en cuestión se debe tanto al elemento biológico como al modo cultural que proporcionan los elementos de la experiencia.
Etapa Sensomotriz (2 primeros años de vida)
Los niños conocen el mundo solo mediante los sentidos.
Etapa Preoperacional (2-7 años)
El niño es capaz de entender y emplear algunos símbolos, como las palabras.
Etapa de las Operaciones Concretas (7-11 años)
Los niños son capaces de percibir las relaciones causales de su entorno.
Etapa de las Operaciones Formales (sobre los 12 años)
El niño es capaz de razonar en términos abstractos y críticamente.
La contribución más importante de Piaget al estudio de la socialización es la idea de que este es un proceso predecible, en el que intervienen la biología y las experiencias sociales que el individuo va acumulando a lo largo de su vida.
La sociedad se manifiesta de este modo en la transmisión de las reglas sociales, puesto que —y así lo señala Durkheim— la cohesión social está en juego en el curso del proceso de socialización.
Todo proceso de socialización se acompaña de sanciones destinadas a evaluar los comportamientos en función de los objetivos previamente fijados: «la sociedad dispone de sanciones, con cuya ayuda es capaz de imponer sus prescripciones. Quien no representa su rol, es castigado; quien lo representa, es recompensado, o al menos no es castigado. La conformidad con los roles preestablecidos no es solo una imposición de determinadas sociedades modernas, sino una característica universal de todas las formas sociales».
Las sanciones negativas (castigos: desde la mirada desaprobadora hasta el castigo infligido al que desobedece) privan a las personas de bienes materiales o inmateriales, y las sanciones positivas (recompensas: desde la sonrisa hasta la recompensa) proporcionan ventajas y prestigio social, sirviendo para fijar los límites de lo que se puede hacer. En esas condiciones, un niño que hubiera vivido fuera de toda sociedad humana ignoraría lo esencial de las reglas de la vida social y debería, para poder evolucionar normalmente entre los seres humanos, ser socializado.
Agentes de Socialización
La inculcación de las reglas sociales no se realiza jamás de forma natural; necesita la intervención de diversas instancias sociales que concurren al éxito del proceso. La célula familiar es el primer agente de socialización, tanto en las sociedades modernas y complejas como en las sociedades menos avanzadas tecnológicamente; el niño se forja progresivamente su propia identidad en referencia a su modelo familiar, particularmente fijándose en su padre y su madre. Hasta que el niño no se incorpora a la escuela, la familia es la única institución que transmite al niño una serie de valores. Esta institución ocupa hoy en día un lugar determinado, pues el niño es escolarizado cada vez más temprano. La escuela es una instancia de socialización especializada que cumple una función de selección decisiva para la distribución de los roles sociales.
Otro agente de socialización es el grupo de pares: un grupo informal de juegos y tiempo libre de niños y jóvenes de la misma edad y posición social, y con unos intereses comunes. Todo un conjunto de prácticas sociales contribuye a relacionar a los adolescentes entre sí. La socialización se efectúa entonces principalmente por la pertenencia a una clase de edad que induce a menudo a un cierto número de comportamientos y de gustos comunes. Al contrario de lo que ocurre en la célula familiar y en la escuela, en los grupos de pares los chicos pueden evadirse del control de los adultos.
Teorías de la Socialización
La socialización es un proceso central en la vida social y ha sido objeto de un vivo cuestionamiento por los sociólogos. ¿De qué manera la sociedad llega a marcar de forma duradera a los individuos?
Una primera explicación es proporcionada por la escuela culturalista y, particularmente, por R. Linton, así como por la corriente funcionalista de R. Merton.
Estos autores insisten en la manera en que una sociedad asigna a un individuo una posición particular que lleva consigo un conjunto de roles sociales correspondientes. Existe, pues, una relación directa entre el rol y el estatus, lo que significa que el estatus ocupado por un individuo determina lo correspondiente a sus roles sociales, así como la manera precisa de cumplir con ellos; esto conlleva a actuar en función de las expectativas del otro que definen las diversas categorías del rol social.
Según Linton, esto se puede ampliar más para comprender mejor lo que las personas esperan de la conducta de los individuos de otros estatus correspondientes al mismo sistema: «Todo estatus está ligado a una función en particular, pero desde el punto de vista del individuo, las dos cosas no representan por ningún concepto lo mismo. Sus estatus les son adscritos por su edad y su sexo, nacimiento o matrimonio dentro de una unidad familiar particular, y así sucesivamente. Sus funciones las aprende fundándose en sus estatus, ya sean adscritos o adquiridos, y hasta donde representan conducta manifiesta, la función es el aspecto dinámico del estatus, pues es lo que el individuo tiene que hacer para justificar su ocupación».
Un individuo ejerce, por otro lado, una pluralidad de roles sociales más o menos compatibles entre sí, ligados al conjunto de los estatus que posee: una misma persona puede ser, a la vez, padre de familia, trabajador en un banco, músico aficionado, concejal… Ciertas condiciones pueden revelarse contradictorias y engendrar un conflicto de roles.
Para G. H. Mead, un rol social no se puede reducir a una posición ocupada en la jerarquía social. Todo rol social es el producto de una interacción social: la identidad del individuo resulta, como dice Mead en su obra Espíritu, persona y sociedad, de una relación con los demás.
El individuo se socializa mediante una adquisición de rol, es decir, por el mecanismo que consiste en adoptar el punto de vista de los demás, teniendo en cuenta el efecto que produce sobre él; por ejemplo, cuando un niño comienza a modelar su persona imitando las actitudes de sus padres. Progresivamente, el niño interioriza las reglas del juego social; desde pequeños aprendemos a aceptar los roles de los otros y a colocarnos en su lugar.
El individuo construye progresivamente, por el proceso de socialización, su propia identidad; es lo que Mead llama el «sí mismo» de las personas. El «sí mismo» se divide en un «yo» y en un «mí». El «mí» establece las instancias de control de la personalidad relacionadas con las normas sociales, mientras que el «yo» representa el componente de espontaneidad e impulsividad.
La sociedad es entonces aprendida a partir de un esquema general e impersonal que permite conservar referencias en sus relaciones con los demás; es lo que Berger y Luckmann denominan tipificación.
Goffman observa el comportamiento cotidiano de los enfermos y dice que ellos, lejos de aplicar mecánicamente las directivas de los miembros de la institución, elaboran progresivamente sus roles sociales. Distingue así dos maneras de actuar en un hospital psiquiátrico:
Ajuste Primario
Consiste en aceptar las exigencias de los miembros de la institución, lo que tiene como consecuencia un cierto número de retribuciones (estar bien visto por los miembros de la institución da derecho a una serie de privilegios).
Ajuste Secundario
Vuelve de nuevo a utilizar medios prohibidos, o a alcanzar fines ilícitos y esquivar así las pretensiones de la institución relativas a lo que él debería hacer o recibir, y por tanto lo que él debería ser. A Goffman lo que más le interesa es el ajuste secundario y lo define como «cualquier arreglo habitual que permite al miembro de una organización emplear medios o alcanzar fines no autorizados, o bien hacer ambas cosas, esquivando los supuestos implícitos acerca de lo que debería hacer y alcanzar, y en última instancia, sobre lo que debería ser. Los ajustes secundarios representan vías por las que el individuo se aparta del rol y del ser que la institución daba por sentados a su respecto».
Este autor demuestra así que, en un contexto donde el margen de acción del individuo está reducido al mínimo, este se queda como un actor que evoluciona ciertamente en un marco fuertemente apremiante, pero no está, por otro lado, desprovisto de todo recurso para defender su identidad social.
Bourdieu insiste en un doble aspecto de la realidad social: objetividad (cuando esta se manifiesta como una cosa, exterior al individuo) e interioridad (cuando se adapta). Para comprender este doble aspecto, formula un concepto: el habitus. Según Bourdieu, el habitus es el doble movimiento por el cual la realidad social se impone en los espíritus y los cuerpos, así como sus modos de construcción por los sesgos de diversas prácticas sociales. El habitus, según Bourdieu, puede ser definido como «la orquestación sin director de orquesta».
Control Social, Normas y Desviación
El Control Social
Puede ser definido como el conjunto de dispositivos empleados en una sociedad para asegurar la cohesión social y el respeto de las normas establecidas. La mayor parte de las normas sociales, es decir, las reglas de conducta definidas en una sociedad dada y cuya violación entraña una sanción, son transmitidas en el curso del proceso de socialización.
Los tipos de control social, extremadamente variados, reflejan la existencia de normas diversas. Se pueden distinguir entre:
Normas Sociales
Suscitan la reacción de todo el cuerpo social (imagen de una tribu procediendo a la expulsión de uno de sus miembros) o, más generalmente, de un grupo social hacia quienes no han respetado una norma.
Normas Jurídicas
Implican la intervención de instituciones especializadas encargadas de formular la norma legal y la forma de aplicarla.
La Desviación
Designa el conjunto de comportamientos que se alejan de la norma social y que son objeto de una sanción.
Funcionalismo y Desviación
Durkheim considera que la desviación cumple cuatro funciones esenciales para la sociedad:
- La desviación contribuye a consolidar los valores y las normas sociales.
- La respuesta a la desviación contribuye a clarificar las barreras morales.
- La respuesta a la desviación fomenta la unidad social.
- La desviación fomenta el cambio social.
El fallo de regulación social que caracteriza a las sociedades en cambio tiene por principal efecto alterar su cohesión; esto es lo que, según él, pone en evidencia mediante el concepto de anomia. Ausencia de leyes en el sentido etimológico, la anomia significa para este sociólogo el debilitamiento de la influencia de las normas sociales sobre las conductas individuales.
El sociólogo Merton utiliza, en su análisis de la desviación, el concepto de anomia forjado por Durkheim. Mediante la teoría de la anomia, explica el fenómeno del delito a partir de una condición de ausencia de normas, o anomia, principalmente en períodos de recesión económica, cuando las oportunidades de lucha y consecución están suspendidas laboral y educativamente. En este concepto de anomia, se ponía el énfasis no solo en la estructura de oportunidades desiguales, materializada en los obstáculos impuestos a personas de clase, raza o posiciones sociales diferentes, sino también en las tensiones producidas en las personas pertenecientes a niveles específicos de formación social, las cuales no habían podido alcanzar ningún sentido de la riqueza material, tan exaltada como el objetivo por excelencia de la vida en sociedad.
La anomia toma entonces un sentido diferente al de Durkheim: el acento no está puesto en la ausencia de reglas susceptibles de delimitar los objetivos legítimos para el individuo, sino más bien en la existencia de un desajuste entre los medios poseídos por el individuo y sus objetivos, lo que lo lleva a recurrir a medios ilícitos.
Reconocimiento y Estigmatización de las Desviaciones
En los años cincuenta, Edwin Lemert aportó al análisis de la desviación un programa que conlleva, por una parte, el estudio de la desviación primaria (la transgresión de la norma) y, por otra parte, el estudio de la desviación secundaria (el reconocimiento y la calificación de esta desviación por una instancia de control social). A este segundo aspecto se han dedicado los sociólogos interaccionistas (Lemert, Goffman, Becker, Cicourel…). Ellos han señalado que una desviación reconocida como tal supone un proceso de designación o de estigmatización.
Según estos sociólogos, la desviación no es más que un rol asumido por quien es víctima de la estigmatización de los otros. Y, si persiste, ese rol puede entrañar una modificación de la personalidad del individuo, así como una modificación de sus relaciones sociales. Se entra entonces progresivamente en una «carrera de desviado». Los investigadores han descrito así la entrada en esas carreras de delincuentes, toxicómanos, prostitutas o enfermos mentales.
La teoría del etiquetaje considera dos puntos de vista en la comisión de un delito: el delincuente es visto como un «etiquetado» y, a su vez, se ve a quienes ponen y delimitan las etiquetas. «Etiqueta», «estigma», «anormal», «desviación» son términos afines en esta teoría. La fijación de normas es la manera de mostrar esta ambivalencia. Si en nuestros códigos, por ejemplo, hay más importancia y penalidad a los delitos contra el patrimonio que contra otro tipo de delitos, querrá decir que la clase social que tiene bienes es la que etiqueta a la clase social que no los tiene.
Becker sostiene que la desviación, en tanto que transgresión de una norma social, no es una patología fijada al individuo transgresor, sino más bien el producto de una disfunción del sistema social. Es un juicio social, una etiqueta, una calificación aplicada al desviado a título de sanción, en nombre de las normas producidas a iniciativa de los «emprendedores de la moral» que tienen el poder en la sociedad.
Teorías Sociológicas de la Transgresión
Las teorías sociológicas de la transgresión se pueden agrupar en tres grandes tipos de enfoques:
Enfoque Culturalista
La criminalidad fue el principal tema de trabajo de los sociólogos de la Escuela de Chicago. Entre 1920 y 1930, toda una serie de trabajos ponen en evidencia el papel de la aculturación de los emigrantes, la formación y el desarrollo de las bandas de delincuentes y el efecto de la segregación urbana. A menudo se clasifica a estos trabajos como enfoques de ecología urbana porque el análisis de la estructura urbana es el corazón de las relaciones sociales. No obstante, es en torno al concepto de cultura donde giran las tres nociones centrales del conjunto de las investigaciones.
Desorganización Social
Para W. Thomas y F. Znaniecki, los numerosos emigrantes que desembarcan regularmente en EE. UU. están concentrados en los barrios pobres, forzados a cohabitar con otros grupos culturales y confrontados, además, a las contradicciones que surgen entre la cultura de origen de su comunidad y la cultura estadounidense individualista. Esta tensión y las contradicciones debilitan las normas y las solidaridades, creando una ambivalencia y una incertidumbre que facilitan la transgresión.
Conflicto de Culturas
En 1938, T. Sellin sistematiza la noción de conflicto de culturas, señalando que la desviación proviene de la coexistencia de una cultura que valoriza o tolera una práctica prohibida por otra cultura.
Educación Desviada
Para E. Sutherland, la desviación no resulta de una falta o de un conflicto, sino simplemente de un aprendizaje. Se apoya en que el comportamiento criminal es aprendido en la interacción con otras personas por un proceso de comunicación. Una parte principal de este aprendizaje incluye:
- El aprendizaje de técnicas para cometer una infracción.
- La adopción de ciertos tipos de motivos, de móviles, de racionalizaciones y de actitudes.
Enfoque Desigualitarista
Desde finales de los años treinta, los sociólogos estadounidenses se preguntan sobre el papel de las desigualdades sociales, relegando a un segundo plano el de las culturas de origen. R. Merton es uno de los primeros en comprender la importancia de las diferencias entre las aspiraciones al éxito social que envuelve la ideología individualista de las sociedades modernas y la realidad de las desigualdades sociales que, en realidad, no ofrecen los medios para que cada uno las alcance. Partiendo de ello, R. Cloward y L. Ohlin hicieron enseguida de esta idea de frustración un verdadero mecanismo general.
Enfoques Racionales o Estratégicos
Es difícil saber qué es necesario entender por racionalidad del actor. Se trata simplemente de decir que los individuos no son autómatas inconscientes, que actúan generalmente con motivos precisos y adaptándose al contexto. ¿Pero es eso suficiente para explicar la transgresión de las normas? Ciertamente, está probado que el delincuente planifica su vida, ve los efectos probables de sus actos y de sus palabras, aprende técnicas, etc.
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