18 Jun

1. La Naturaleza Humana como Base de una Concepción de la Educación

De la concepción del ser humano se deriva la idea de:

  1. Los Fines a conseguir en la Educación: personales, sociales, ideales o materiales, entre otros.
  2. La Posibilidad de lograrlos: mayor o menor educabilidad del ser humano, mayor o menor dificultad de la Educación.
  3. Los Medios para conseguirlos: métodos adecuados a la psicología del educando.
  4. La Consideración de los factores personales, sociales y ambientales: como condicionantes, coadyuvantes u obstaculizadores de la Educación.

La concepción pedagógica depende también de la concepción del hombre; existen tantos sistemas pedagógicos como sistemas antropológicos. A cada nueva idea de hombre que surge, aparece su correspondiente nueva propuesta educativa. No puede afirmarse que cualquier tipo de Educación sea bueno, y tampoco se puede demostrar objetivamente qué tipo es el mejor.

La idea que las personas tienen de la Educación no es arbitraria ni espontánea, ni es cuestión de la iniciativa de cada educando. Surge de la necesidad de proponer unas normas objetivas, sensatas y razonables, que derivan necesariamente de la práctica normal y ética de la vida social.

La discusión sobre el tema toma una forma antinómica. Una Antinomia es la contradicción existente entre dos principios que concurren en la constitución de una cierta realidad. Sin embargo, debe afrontarse desde una concepción dialéctica. La Dialéctica es el proceso de evolución progresiva de la realidad a través de una constante superación de antinomias. El educador debe utilizar conscientemente las antinomias, algunas de las cuales se irán solucionando en el transcurso del proceso pedagógico (dificultades de la acción educativa), y otras podrán ser aprovechadas educativamente (elementos activos). Es decir, se trata de captar la dialéctica interna del proceso pedagógico y, partiendo de ella, configurar conscientemente ese proceso a la vez dialéctico y antinómico.

A continuación, se presentan las tres concepciones o visiones antinómicas de la naturaleza humana y de la educabilidad humana:

2. La Educación Basada en una Concepción Optimista de la Naturaleza Humana (Optimismo Antropológico)

Aunque es una concepción antigua, se ha generalizado en nuestro mundo occidental contemporáneo y ha derivado en un utopismo en el que hay un deseo latente de que la persona sea en sí misma tan estupenda como nos gustaría que fuera.

Responde a una cosmovisión llamada naturalismo. Se distinguen dos tipos de naturalismo:

  • Científico: No admite otra realidad que la natural. Se opone a lo ideal y a lo espiritual.
  • Romántico: Toma la naturaleza como la expresión máxima de la realidad, como paradigma de todos los valores. Se opone a lo ‘artificial’ (la sociedad y la cultura).

Corrientes del Naturalismo Romántico

El naturalismo romántico afirma que la naturaleza humana es perfecta: tiene en sí misma unos fines satisfactorios y medidas para lograrlos plenamente. Dentro de esta concepción, se distinguen varias corrientes:

  1. Liberalismo: Deja al individuo que realice espontáneamente todas sus posibilidades naturales, que se manifiestan en sus deseos íntimos y personales.
  2. Radicalismo Anarquista: Extiende el deseo de libertad y espontaneidad a todo el ámbito social, rechazando toda autoridad y coacción de las instituciones sociales.
  3. Liberacionismo: Aspira a suprimir injusticias de los pueblos y grupos marginados.
  4. Idealismo Metafísico: El hombre es un ser que evoluciona espontánea y necesariamente hacia la plenitud espiritual.

En todos estos casos, toda intervención humana controladora y correctora aparece como negativa, y cada uno ha dado lugar a sistemas pedagógicos específicos. Veámoslos:

2.2. La Educación Permisiva y Autogestionada

El principio fundamental es que el niño se desenvuelve bien por sí mismo, por lo que toda intervención educativa resulta superflua. Se adopta una actitud educativa de ‘no intervención’, conocida como educación negativa.

Esta corriente intenta adaptar la educación a la psicología infantil, considerando al niño como tal, no como un ‘adulto pequeño’. Algunos de los puntos discutibles de esta teoría son:

  • Pretende que el niño sea moldeado por fuerzas de la naturaleza y no por la sabiduría humana.
  • Comete el error del principio básico de que “el hombre es bueno y la sociedad o cultura es mala”, puesto que la sociedad es un reflejo del hombre, y si la sociedad es mala, será porque el hombre tiene aspectos que no son buenos.

El origen de esta concepción optimista antropológica, de la pedagogía liberal, se remonta a Rusia a principios del siglo XX y al movimiento de la Escuela Nueva de la misma época, con figuras como Dewey, Decroly, y especialmente María Montessori, para quien el deber del educador es estimular al niño para que su naturaleza se desarrolle lo más plenamente posible.

Otras Formas de Pedagogía Liberal

  • La escuela de Summerhill, basándose en la premisa de Freud de que ‘si no hay represión, no hay neurosis’, pretendía educar para obtener individuos mentalmente sanos a través de un sistema educativo en el que no había imposición de ningún tipo y que no se supeditaba en absoluto a la sociedad.

    Consideraba que el trabajo es una penosa necesidad humana cuyo ejercicio hay que retrasar lo más posible. Sobran la religión y los ideales superiores: el ideal humano se reduce a un funcionamiento vitalista (vivir la vida).

  • La Pedagogía Institucional es un sistema de autogestión pedagógica que surgió del movimiento francés de los años 70, inspirado en las ideas psicológico-antropológicas de Carl Rogers. Rogers sostenía que los desequilibrios mentales de las personas no provienen de desarreglos internos, sino que son causados por un mal ambiente social. Por lo cual, la curación de la enfermedad no sería un tratamiento terapéutico, sino liberar al sujeto de los influjos externos nocivos, con lo que se restablecería el equilibrio mental propio del ser humano. Este método terapéutico es más efectivo cuando se realiza en grupo, y se llama “centrado en el cliente” porque es el paciente –o el grupo– quien tiene toda la iniciativa y acción, siendo el maestro un mero “facilitador” de los procesos de aprendizaje de los propios alumnos.

  • La Pedagogía de Los Verdes Alemanes constituye una crítica neomarxista a la sociedad capitalista, de signo anarquizante y antiburgués, basada en un individualismo antiautoritario y una liberación de todas las normas sociales represoras. Su base antropológica afirma la bondad de la naturaleza humana, la suficiencia de un desarrollo innato de las capacidades personales, la sociedad y su sistema educativo como causa del mal desarrollo del hombre, el asegurar el buen funcionamiento de este solo mediante unas condiciones ambientales favorables, y la afirmación del derecho y de la capacidad individuales para una autodeterminación ilimitada. Se critica el sistema escolar vigente; la escuela debe servir a las libres iniciativas de cada individuo, acomodándose a la autodeterminación de este. Se busca anular la obligatoriedad escolar e introducir un tipo de educación informal, en la que cada individuo obtenga la instrucción que le interesa en contacto con las cosas de la vida y sus experiencias.

3. La Educación Basada en una Concepción Pesimista de la Naturaleza Humana

3.1. La Naturaleza Humana Vista con Pesimismo Antropológico

El hombre es visto de modo negativo. La vida le depara gran cantidad de conflictos, dolores, problemas o frustraciones, ya que el mal anida en la misma entraña del hombre, lo que le provoca frecuentes desviaciones morales y situaciones límite.

Esta perspectiva mantiene que la naturaleza humana está corrompida y fuera del auxilio cristiano. Como fuentes de la miseria humana se identifican:

  • La supremacía coercitiva y represiva de la naturaleza.
  • La caducidad de nuestro propio cuerpo.
  • La insuficiencia de nuestros métodos para regular las relaciones humanas en la familia.

Freud también tiene una visión negativa del hombre: toda la civilización supone una renuncia a los instintos.

3.2. La Educación Represiva y Autoritaria

Dado que la acción educativa se encuentra con un sujeto humano torcido y difícil de enderezar, para conseguir ‘enderezarlo’ ha de adoptar unos métodos rigurosos. Surge un tipo de educación con dos formas principales:

  • Educación Coactiva: Tiende a inhibir las malas tendencias humanas y a dotar al hombre de tendencias buenas que le faltan.
  • Educación Socializante: Desea adaptar al hombre a lo que la vida social exige de él. También es coactiva.
  • Es una educación rigorista –autoritaria– en cuanto a que toma tintes tenebrosos y poco humanos; se dice, por ejemplo, que ‘si un hijo pega a su padre se le amputará la mano’.
  • Es una educación represiva, en cuanto a que considera que en el niño hay tendencias negativas y en el adulto aún hay más. Para conseguir que el hombre vaya bien, hay que adoptar la regla de Kant de hacer que el hombre fenoménico (nivel sensible) se supedite al hombre nouménico (nivel racional). Todo esto se consigue corrigiendo lo negativo a través de la disciplina, que tendrá una triple función: mantener, prevenir y reprimir.
  • Debe ser una educación severa.
  • La educación obliga al individuo a adaptarse a la sociedad. Normalmente se admite esta como una de las funciones esenciales y necesarias de la educación. Es una función coactiva y, desde las concepciones que subrayan mucho esta misión suya de socialización, la educación se convierte en muy autoritaria y conformadora.

4. La Educación Basada en una Concepción Realista de la Naturaleza Humana

Esta postura admite que el hombre posee a la vez rasgos positivos y negativos, con lo cual su educación estará mediando entre ellos.

4.1. La Concepción Realista de la Naturaleza Humana

El hombre sería bueno y malo a la vez. Una observación objetiva y completa del ser humano nos lleva a esta conclusión, y por eso la llamamos una tesis “realista”.

Coincidiendo con Spencer, Pestalozzi concluye que el hombre, en medio de la grandeza de su naturaleza, ha de tener conciencia de su debilidad. Fromm concibe al hombre como un ser condicionado a la vez por la animalidad y por la racionalidad, situándolo a medio camino entre el bien y el mal, dependiendo de sí mismo la orientación que tome.

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