03 Oct

Circulación Mayor o Circulación Somática

La sangre (rica en O₂) sale del ventrículo izquierdo por la arteria aorta y se distribuye a todo el cuerpo a través de sus múltiples ramas, extendiéndose hasta el sistema capilar, donde se forman las venas que recogen la sangre pobre en O₂. Estos vasos confluyen para desembocar en la vena cava superior (que recoge la sangre de cabeza, cuello, tórax y miembros superiores) y vena cava inferior (que recoge la de abdomen, pelvis y miembros inferiores). Finalmente, estas grandes venas drenan su contenido en la aurícula derecha del corazón.

Regulación del Sistema Cardiovascular (SCV)

El sistema cardiovascular (SCV) es regulado por mecanismos generales que responden a los cambios hídricos, electrolíticos, pH y de presión arterial, en los cuales se combinan mecanismos hormonales (renina, angiotensina, aldosterona, antidiurética, factor natriurético) y nerviosos.

Regulación Nerviosa del Corazón

En lo que respecta al corazón, este responde a una regulación dada por el sistema nervioso autónomo (SNA), cuyo principal componente se ubica en el Bulbo Raquídeo. Se identifican dos centros reguladores con funciones opuestas:

  • Centro Cardioinhibidor: Responsable del tono parasimpático (depende del nervio vago). Este provoca un efecto cronotrópico e inotrópico negativo. En otras palabras, disminuye la frecuencia cardíaca y disminuye la fuerza de contracción. En consecuencia, disminuye el volumen/minuto y la presión arterial.
  • Centro Vasomotor: Responsable del tono simpático del corazón, que provoca un efecto cronotrópico e inotrópico positivo (aumento de la frecuencia y de la contractilidad) al actuar sobre receptores Beta-adrenérgicos.

Regulación de Vasos Sanguíneos

En los vasos sanguíneos predomina el tono simpático (mediado por receptores alfa, que son los más abundantes). La estimulación de los receptores alfa produce vasoconstricción (aumentando la presión arterial) y el estímulo de receptores Beta produce vasodilatación.

Fisiología Cardíaca y el Ciclo de Bombeo

El corazón, a manera de bomba, impele la sangre hacia el sistema vascular arterial durante la fase de contracción o sístole y la aspira del sistema venoso durante una fase relativamente pasiva o de relajación, la diástole.

Estas fases se alternan y entre ambas se completa un ciclo cardíaco. Las partes del corazón normalmente laten en sucesión ordenada: la contracción auricular (sístole auricular) va seguida de la contracción de los ventrículos (sístole ventricular) y durante la diástole las cuatro cámaras están relajadas. El latido cardíaco se origina en un sistema de conducción especializado, capaz de descargar de forma espontánea una corriente eléctrica que se propaga a través de este sistema a todas las partes del miocardio. En condiciones normales, el nodo sinusal actúa como marcapasos cardíaco, descargando a un ritmo promedio de 70-75 latidos por minuto.

Eventos Eléctricos y Mecánicos del Ciclo Cardíaco

El ciclo cardíaco se define como la secuencia sincronizada de eventos eléctricos y mecánicos que ocurren durante un latido cardíaco completo. Estos eventos incluyen la despolarización y repolarización del miocardio, la contracción (sístole) y la relajación (diástole) de las diferentes cavidades cardíacas, el cierre y apertura de válvulas asociadas y la producción de ruidos concomitantes. Los eventos mecánicos del ciclo se resumen en:

Diástole

Cuando la diástole se inicia, hay una pequeña fase (protodiástole) que termina al cerrarse la válvula aórtica y pulmonar, impidiendo el retorno de sangre hacia el ventrículo. Seguidamente, el miocardio se relaja (relajación isométrica) y la sangre fluye al corazón, a través de las venas cavas y pulmonares, llenando las aurículas. Luego se abren las válvulas AV (tricúspide y mitral) y el ventrículo se llena de sangre a gran velocidad (fase de llenado rápido). Posteriormente, la velocidad del flujo sanguíneo disminuye (fase de llenado lento). En total, el ventrículo recibe cerca del 70% del fluido sanguíneo en forma pasiva. La presión diastólica final de los ventrículos oscila en 80 mmHg en el izquierdo y 10 mmHg en el derecho.

Sístole Auricular

La contracción auricular impulsa sangre adicional hacia los ventrículos. La contracción del músculo auricular que rodea a los orificios de las venas cavas y pulmonares disminuye su abertura, y la inercia de la sangre en movimiento hacia el corazón tiende a mantenerla en él. El cambio en la relación volumen-capacidad aumenta la presión auricular y se incrementa también la del ventrículo hasta que ambas se igualan.

Sístole Ventricular

En la fase de contracción isométrica o isovolumétrica, el volumen ventricular permanece inalterado, la presión ventricular aumenta y las válvulas AV son empujadas a la posición de cierre. Cuando la presión creciente en cada ventrículo excede la presión diastólica, las válvulas aórtica y pulmonar se abren y se inicia una rápida eyección de sangre, que luego se enlentece progresivamente. La presión del ventrículo sube a un máximo (120 mmHg el izquierdo y 25 mmHg en el derecho) y luego declina antes de terminar la sístole.

En general, todas las fases descritas se completan en menos de un segundo, por lo que la duración de un ciclo cardíaco determina la frecuencia cardíaca, que se expresa en latidos por minuto.

Cálculo y Determinantes del Gasto Cardíaco (GC)

La cantidad de sangre impulsada hacia el sistema arterial por cada ventrículo durante la sístole corresponde al Volumen Sistólico (VS), y el resultado de multiplicar este por la frecuencia cardíaca (FC) se denomina Gasto Cardíaco (GC). (GC = VS x FC). El volumen sistólico (de cada ventrículo) en un hombre adulto en reposo es de aproximadamente 70 a 80 ml; en la mujer puede ser un 10% menor. Por ejemplo: En un hombre promedio, el gasto se calcularía de la siguiente manera:

  • Gasto Cardíaco: 70 ml/latido x 75 latidos/minuto = 5250 ml/min (es decir, que en condiciones normales aproximadamente se eyectan de cada ventrículo 5 litros de sangre por minuto).

Factores que Modifican la Función Cardíaca: Cronotropismo e Inotropismo

Es importante señalar que existen diversas variables que pueden alterar las fases del ciclo cardíaco. Como una primera aproximación a los factores que modifican la función cardíaca, encontramos el inotropismo y el cronotropismo, que pueden verse alterados por efectos del tono autonómico (simpático, parasimpático):

  • Cronotropismo (Automatismo): Se entiende como la capacidad que tienen las fibras cardíacas para generar un impulso nervioso rítmico y automático (autoexcitación). Esto se traduce en el número de contracciones por unidad de tiempo (equivalente a la frecuencia cardíaca), factor determinante del volumen/minuto.
  • Inotropismo (Contractilidad): Se entiende como la fuerza o tensión que desarrollan las fibras miocárdicas para acortarse, posibilitando la contracción (ventrículo). Es la propiedad que posibilita la función de “bomba” del corazón y el gasto cardíaco.

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