14 Mar
Política y Sociedad bajo Felipe III y Felipe IV
Felipe III (1598-1621): Un Reinado Pacífico
Felipe III, aunque con poderes más recortados, heredó un gran imperio y un gran ejército, pero también una enorme deuda y dos guerras: una con Inglaterra y otra con los Países Bajos. Su reinado se caracterizó por la búsqueda de la paz, tanto por el cansancio general como por la grave situación de la Hacienda. Se firmó la paz con Inglaterra en 1604 (tras la muerte de Isabel I) y en 1609 la Tregua de los Doce Años con los Países Bajos. No obstante, al final de su reinado, España se vio involucrada en la Guerra de los Treinta Años.
En política interior, en 1609 se decretó la expulsión de los moriscos, primero en Valencia y al año siguiente en Aragón y Castilla.
Felipe IV (1621-1665): Reformas y Desafíos
Hijo de Felipe III, Felipe IV era culto y con un mayor interés por las tareas de gobierno y los problemas de España. Sin embargo, delegó el gobierno en el Conde-Duque de Olivares, quien, a diferencia de su predecesor, quería el poder para gobernar. Olivares tenía una sincera voluntad de reforma, pretendiendo restaurar la posición internacional de la monarquía, lo que exigía un gran esfuerzo económico y militar.
Política Interior: La Unión de Armas
Olivares presentó su proyecto de la Unión de Armas (1625), según el cual todos los reinos debían participar en el esfuerzo común, como lo hacía Castilla. Este esfuerzo era necesario para mantener la integridad del Imperio y la continuidad de su hegemonía. No obstante, la idea suscitó una fuerte resistencia de los reinos, pues chocaba con sus fueros, que representaban la tradición y la libertad.
Política Exterior: La Guerra de los Treinta Años
Durante este reinado, España, en apoyo de Austria, participó en la Guerra de los Treinta Años (1618-1648). Al principio, la guerra fue favorable, pero la situación cambió con la derrota de Rocroi (1643) por los franceses, que habían entrado en guerra en 1635 apoyando al bando protestante. La Paz de Westfalia en 1648 puso fin a la guerra, pero supuso:
- El fin de la hegemonía española.
- El fracaso de los Habsburgo españoles y austriacos.
- La confirmación de la hegemonía francesa como gran potencia europea.
- El reconocimiento de la libertad religiosa.
- La independencia oficial de las Provincias Unidas del Norte (Países Bajos – Holanda).
La imposibilidad de Carlos II de tener descendencia abrió la disputa por el trono español. A partir de 1697, dos candidaturas se enfrentaron:
- Felipe de Anjou, candidato borbónico, apoyado por aquellos que pensaban que el respaldo de Francia evitaría la desmembración de la monarquía.
- El Archiduque Carlos de Austria, Habsburgo, hijo del emperador de Alemania, apoyado por la Corona de Aragón.
Un mes antes de morir, Carlos II nombró heredero a Felipe de Anjou.
Evolución Económica del Siglo XVII: Una Época de Recesión
Agricultura
La agricultura se caracterizó por una aguda crisis, sobre todo en las regiones interiores, donde la caída de la producción se debió en gran parte a la disminución de la mano de obra campesina por el receso demográfico. También se produjo una reorientación de una parte de los campos de trigo hacia otros cultivos más rentables, como la cebada o el centeno (forrajeros) o la vid. En el norte hubo una gran extensión del maíz, que se convirtió en el cultivo básico y más consumido en Galicia. A finales de siglo, la recuperación fue lenta, penosa y muy desigual.
Ganadería
Hubo una gran disminución de la ganadería bovina y de la producción lanar.
Artesanía
La artesanía también acusó los efectos de la crisis. Aunque no afectó a todos los sectores, sí golpeó a los de mayor peso (el textil, la metalurgia y la construcción naval), lo que tuvo graves consecuencias: pérdida de empleos, atraso tecnológico y dependencia de productos extranjeros. En algunos casos, se elaboraron tejidos de menor calidad para el consumo popular, incapaces de competir con los tejidos de lujo fabricados en el extranjero.
Comercio
El volumen comercial se resintió notablemente a lo largo del siglo porque se produjo el acaparamiento por extranjeros del comercio con América, no solo por el contrabando, sino también a través de agentes españoles que actuaban por cuenta de extranjeros (burlando la prohibición legal que les impedía comerciar con el Nuevo Continente).
Hacienda
El esfuerzo bélico del siglo XVI había dejado la Hacienda Real en una situación lamentable de endeudamiento, que se acentuó aún más en esta centuria. Además, empezó a disminuir el volumen de metales preciosos procedentes de América. Los principales prestamistas fueron banqueros italianos y portugueses (de origen judío). Los intentos de Olivares para resolver tan caótica situación (Unión de Armas, red de erarios, etc.) fracasaron y las dificultades y los imperativos de la guerra obligaron a buscar con urgencia nuevas fuentes de ingresos (algunas utilizadas en el siglo XVI) que afectaron sobre todo a Castilla:
- Alteraciones monetarias:
- Acuñación de monedas (el vellón) solo con cobre (sin contenido de plata).
- Reducción de su contenido metálico.
- Aumento de su valor legal.
Esto provocó un verdadero caos monetario y una inflación galopante.
- Creación de nuevos impuestos.
- Exigencia a la nobleza de “donativos voluntarios”.
- Venta de cargos públicos.
- Venta de señoríos de realengo.
- Venta de privilegios de villazgo.
- Venta de títulos nobiliarios.
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