17 Jul

Esencia y Existencia:


Las cosas son, y son lo que son, en el hombre:
La existencia precede a la esencia. La existencia del hombre resulta la unidad del ser y de la nada, es decir la unidad de lo que él es de hecho (facticidad) y de lo que no es. El hombre a diferencia de otras cosas, es lo que no es y no es lo que es (únicamente después de la muerte, el hombre ya es, y es lo que ha sido). La facticidad son todos los hechos que no hemos elegido pero que nos afectan o conciernen. Estos hechos no son dados de manera ya azarosa, y siempren están ahí, entre la libertad.
Lo dado, básiicamente, es la historia, situación personal e histórica, particular y variable, siempre limitada por la condición humana, universal y permanente, o conjunto de los límites que definen nuestra situación en el mundo. La existencia integra, pues los siguientes elementos: A) Las posibilidades existenciales de una libertad que tiene que elegir. B) Una situación particular y variable. C) Los límites de la condición humana, universal y permanente. Al otorgarle primacía a la existencia de y a la historia, Sartre niega el concepto clásico de esencia o naturaleza humana, entendida como ese núcleo, universal y fijado para siempre, que daría contenido al ser y al obrar del hombre. Si tal cosa se diera, éste no podría construir su vida desde la indeterminación de la libertad, pues todo lo que hiciera estaría ya implícito en esa realidad, y determniado por ella. Para Sartre, cualquier filosofía esencialista supone una renuncia a la libertad. El hombre ya no sería dueño de su destino, sino que estaría determinado a recorrer un camino escrito de antemano en las estrellas, diseñado por la muerte del Dios creador, o prefigurado en su naturaleza se convertiría pues en un objeto más. Al combinar algo dado, ya hecho (facticidad) con algo no dado, todavía por hacer (libertad) la existencia humana presenta la estructura de un proyecto, de una pregunta, de un problema, que son realidades esencialmente inacabadas. La libertad es, pues, una nada, una negatividad, un vacío, una relación con la posibilidad y en esta recide la humanidad del hombre, y ser hombre no significa otra cosa sino estar ´´condenado a ser libre«.

Angustia y Responsabilidad:


Para Sartre la libertad es la categoría antropológica fundamental: el hombre no es consecuencia de determinismo algún, es una consecuencia de lo que él mismo ha decidido ser. El existencialismo es un humanismo, describe tres afectos que acompañan la libertad: la angustia, el desemparo y la desesperación

. La angustia

Es el sentimiento más importante hasta el punto de que Sartre llega a declarar que el hombre es angustia, distingue la angustia del mero miedo,, el miedo aparece ante un peligro concreto y se relaciona con el daño o el supuesto daño que la realidad nos puede inflingir, la angustia no es por ningún motivo concreto, ni de ningún objeto extremo, es miedo de uno mismo de nuestras decisiones, de nuestras consecuencias. Es la emoción o sentimiento que sobreviene con la conciencia de la libertad al darnos cuenta de nuestra libertad, nos damos cuenta de lo que somos, nos hace sentirnos responsables radicales de nuestra propia existencia. Este sentimiento lo conocen todas las personas que tienen responsabilidades. La angustia siempre acompaña al hombre no sólo en los casos de decisiones extrema y que huimos de ella, con conductas de mala fe, no creyéndonos responsables de nuestras acciones

. El desamparo

Es una consecuencia de la soledad, el elegir es inevitable, personal e intasfrerible. No podemos dejar de elegir, incluso cuando optamos por no elegir, elegimos no elegir, elegimos dejarnos llevar por la circunstancia, la pasión o la legalidad. No vale excusarse indicando que estamos cumpliendo una orden de un superior o un mandato del Estado, siempre pdríamos no hacerlo, sólo sino aceptamos nuestra libertad, solo si nos consideramos como un eslabón más en la cadena de las cosas podemos creer que la relación viene de fuera, pero esto es una trampa, es una conducta de mala fé. Tampoco podemos refugiarnos en la excusa de la fuerza de una pasión o de la presión de la circunstancia, lo que hacemos depende solo de nosotros. Nuestra decisión es intrasferible y los valores que tomamos para tomar estas decisiones nos los inventamos, pues no hay una tabla de valores de lo correcto y lo no correcto, en ningún sitio está escrito lo que debemos hacer, estamos en el plano de lo humano. Sartre recuerda la frase: Si Dios no existiera, todo estaría permitido, siendo este el punto de partida del existencialismo.

La desesperación

Debemos comprometernos con un proyecto, debemos elegir nuestro ser y esta eleción no debe descansar en la esperanza de su realización inevitable pues sólo podemos contar con lo que depende de nuestra voluntad, el modo no se acomoda necesariamente a nuestra voluntad, siempre hay factores imprevistos y de ahí la desesperación.


El ateísmo y libertad:


Ser libre es una consecuencia invitable del ateísmo. Compara la concepción creacionista, la cual según Dios ha creado al hombre y al mundo, con la visión técnica del mundo. En el caso de los objetos artificiales la esencia precede a la existencia, la esencia es el conjunto de rasgos que invariablemente deben estar presentes en un objeto para que este objeto sea lo que es. Cuando queremos fabricar un objeto primero nos hacemos una idea de él, nos formamos un concepto en el que se incluyen las cuialidades que le van a definir y su utilidad, su finalidad. Por ejemplo en un libro o cortapapel, el artesano se ha inspirado en el concepto de libro o de cortapapel, intenta que a todo aquello que llamamos libro o cortapapel estén presentes los rasgos que piensa mediante el concepto o idea correspondiente. En la Edad Moderna la noción de Dios entra en crisis pero no ocurre lo mismo con la idea de que la esencia precede a la existencia y, en el caso concreto del hombre, se sigue pensando que existe la naturaleza humana, y a cada hombre como un ejemplo del concepto hombre, exactamente igual. Si Dios no existe, hay por lo menos un ser en el que la existencia precede a la esencia y que este ser es el hombre (El hombre no es otra cosa que lo que él se hace, este es el primer principio del existencialismo, pero el hombre no tiene naturaleza, no tiene una esencia por lo que es libre y es lo que el mismo ha decidido ser. La reivindicación sartriana de la libertad es tan radical que le lleva a anegar cualquier género de determinismo. No cree en el determinismo teológico, biológico ni social, ni Dios nos ha dado un destino irremediable, ni la Naturaleza ni la sociedad determinan nuestras enfrentarse a la situación, ni siquiera los valores, la ética, se presentan como un límitposibilidades, nuestra conducta, somos lo que hemos querido ser. Estamos condenados a ser libres: condenados porque no nos hemos dado a nosotros mismos la libertad, no nos hemos creado, no somos libres de dejar de ser libres. No hay, digamos temperamentos natos de cobarde, o valeroso o generoso, uno por su actos se hace cobarde o mezquino u honrado. La libertad se presenta como el modo de e de la libertad, pues en realidad dice Sartre, los valores no existen ants de que nosotros los queramos, no existen los valores como realidades independientes. La libertd se refiere a los actos y voliciones particulares, esta idea tiene dos consecuencias

: A)

Hace al hombre radicalmente responsable (de nosotros mismos y del resto de la humanidad, lo que nos trae sentimiento de angustia o la conducta de mala fé)
B) Hace del existencialismo una filosofía de la acción.

El Hombre como proyecto:


La negación de la existencia de Dios trae como consecuiencia inmediaita la eliminación de todo lo esencialismo. Lo prioritario para el existencialismo no es la esencia sino la existencia. El hombre sabe que es pura contingencia, indeterminación absoluta, proyecto siempre inconcluso y constantemente decidible. Ahora bien, Sartre distingue dos niveles de ser apoyándose en el análisis fenomenológico de Edmund Husserl, que dice que lo carácterístico de la conciencia es la intencionalidad, es decir, el ser siempre conciencia de algo que no es ella, el constituir en un tender a, o proyectarse hacia. A eso a lo que tiende la conciencia Sartre lo llama ser-en sí (lo que aparece a la conciencia y por lo tanto, una manifestación que debe ser desvelada, descrita fenomenológicamente) y ser-para sí (es un tender hacia el ser-en sí que no es ella). Conocer algo es darse cuenta de que yo no soy ese algo conocido, es saber que soy distinto, creando un abismo entre el en sí y el para sí, introduciendo la nada.
El ser para sí es el Dasein de Heidegger.
La idea de Dios no es más que la pretensión fallida de que el ser-en sí y el ser-para sí coincidan, siendo un producto de mala fé. Pero como esto es imposible (Dios no existe ni puede existir), entonces el proyecto humano esta destinado al fracaso, resultando ser una pasión inútil, mientras vive no és, sino que existe. Según Sartre, la esencia de las relaciones entra las conciencias es el conflicto, ni siquiera el amor escapa al absurdo, ya que mediante él, intentamos cosificar al otro, acapararlo como objeto cuando lo amamos. Tampoco si somos amados escapamos del masoquista deseo de dejarnos atrapar y absorber como si fuéramos un ser en-sí. Esto justifica la máxima sartreana que afirma que el infierno es el otro.


4.1:


Pertenece a El Existencialismo es un humanismo (invitación al quietismo y aislamiento del iindividuo, desde el comunismo, relativismo moral y a la tendencia del lado sórdido de la realidad desde el comunismo). Tras la segunda Guerra Mundial, el existencialismo se convirtió en Francia en un término que, más allá de su sentido estrictamente filosófico, reflejaba un estado de ánimo presidido por el estado de fracaso de la razón y descréditos de los viejos discursos ideológicos, incapaces de evitar los horrores de la guerra. El hombre parecía haberse convertido en un lobo para el hombre y nada permitiría confiar en la bondad de la naturaleza humana. Este libro es para plantear una reflexión filosófica sobre el hombre contemporáneo

: Dios ha muerto. Podemos distinguir dos etapas de pensamientos de Sartre: La primera presidida por el existencialismo ( El Ser y la nada, La náusea, A puerta cerrada o la obra a comentar). En la segunda etapa, concilia el existismo con el marxismo, siguiendo este sin estar en ningún partido comunista ( Crítica de la razón dialéctica y Situaciones).

4.2:


Irracionalista, subjetivista, vistalista, con filósofos como Jasper y Heidegger, y autores como G. Marcel (1930 – 1960). Kierkegaard se puede considerar el primer existencialista, y pueden ser encuadrados en esta corriente Unamuno e incluso Shelling o Agustín de Hipona. El existencialismo aparece como heredero del Romanticismo, presentando dos tendencias: una cristiana y otra atea. En el existencialismo cristiano el individuo da paso a un personalismo comunitario, y el pesimismo se modera o atenúa gracias, al sentido del misterio y a la esperanza religiosa de la salvación.

Contexto Histórico:


Comienza la época de las ideologías y desarrollo de la ciencia. En la segunda mitad del sXIX, especialmente entre 1870 y 1914, se da la segunda revolución industrial. La tercera revolución comienza después de la Segunda Guerra Mundial, la revolución científico-técnica. Tras la Gran Guerra, el liberalismo entra en crisis en Europa, además, la insuficiencia del liberalismo puro se hizo patente en la gran crisis económica del 1929. Ante esta situación general caótica, surgen las dictaduras y los fascismos: son la nueva solución totalitaria, que se enfrenta a la otra solución totalitaria del XIX, el comunismo. Tras la Segunda Guerra Mundial, tras la caída del muro de berlín (1989). Los dos principales vencedores fueron Estados Unidos y Rusia, que se repartieron la influencia en el mundo. DE este modo aparecen los dos grandes bloques: el occidental o primer mundo, y el oriental o segundo mundo. Hay que destacar la participación de Sartre en el Mayo francés del 68 y su oposición a la guerra de Argelia. Por último, tras el hundimiento del comunismo, capaz de crear riqueza y de dar libertad, queda como principal actor EEUU.

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