30 May

Introducción a ‘A un Olmo Seco’ de Antonio Machado

La frase de Antonio Machado, «Hoy es siempre todavía», destaca por su profundo significado de que aún hay tiempo y que no todo está perdido, es decir, la esperanza. Este sentimiento se refleja también en «A un olmo seco», obra que pertenece a la primera parte de Campos de Castilla, publicada en 1912. Esta colección se caracteriza por el profundo amor a la naturaleza, las descripciones de la tierra soriana (como en «Primavera soriana, primavera / humilde, como el sueño de un bendito») y poemas dedicados a su amada Leonor Izquierdo («Mi corazón espera / también, hacia la luz y hacia la vida, / otro milagro de la primavera»).

Biografía de Antonio Machado: Vida y Obra

Antonio Machado fue un poeta, dramaturgo y narrador fundamental de la Generación del 98, con una notable influencia en el Modernismo. Nació en Sevilla en 1875, pasó su juventud en Madrid y estudió en la Institución Libre de Enseñanza. Tras una estancia en París, fue profesor de francés en Soria durante cinco años. Allí descubrió y se identificó profundamente con el paisaje soriano («La tierra no revive, el campo sueña. / Al empezar abril está nevada / la espalda del Moncayo») y, además, conoció a su futura esposa, Leonor Izquierdo, quien lamentablemente falleció a causa de una enfermedad. Al comenzar la Guerra Civil Española, Machado decidió trasladarse a Valencia, posteriormente a Barcelona y, finalmente en 1939, emprendió camino a Collioure, en Francia, debido a sus diferencias ideológicas («Españolito que vienes / al mundo te guarde Dios. / Una de las dos Españas / ha de helarte el corazón»), donde finalmente falleció.

Argumento Central de ‘A un Olmo Seco’

En «A un olmo seco», Machado describe la situación de un olmo a orillas del río Duero que está a punto de fallecer a causa de un rayo que lo ha partido en dos mitades. Aun así, el poema es una muestra de esperanza, especialmente al final («milagro de la primavera»), pues el poeta anhela que el olmo vuelva a renacer gracias a la vida que encuentra en él a través de una rama verdecida.

Contexto e Inspiración de ‘A un Olmo Seco’

«A un olmo seco» fue compuesto en Soria en 1912 y publicado en la obra Campos de Castilla. Machado, en su afán por salvar a Leonor, solía pasear con ella por Soria. En una de esas salidas, encontró un olmo moribundo del que brotaba una rama verde, y lo interpretó como un poderoso símbolo de esperanza. Todo esto lo relacionó directamente con la delicada situación de su esposa, esperando un «milagro de la primavera» para su curación.

Temática Principal: La Esperanza y el Simbolismo de Leonor

El tema central del poema es la esperanza que Antonio Machado deposita en la recuperación de Leonor, su amada esposa, de la enfermedad que padece. Leonor está representada simbólicamente como el «olmo viejo», cuya poca fuerza se describe con imágenes como «ejército de hormigas en hileras / van trepando por él y en sus entrañas / urden sus telas grises de arañas». La esperanza, por su parte, también se encuentra vívidamente representada en versos como «algunas hojas verdes le han salido» o «milagro de la primavera».

Estructura Interna del Poema

Según su estructura interna, el poema puede dividirse en tres partes:

Primera Parte: Descripción del Olmo (Versos 1-14)

Esta sección abarca las cuatro primeras estrofas, hasta el decimocuarto verso. En ella, se realiza una minuciosa descripción del olmo («olmo viejo, hendido por el rayo y en su mitad podrido»), detallando su vejez, forma, color («hojas verdes», «musgo amarillento», «mancha blanquecina»), su estado («tronco carcomido y polvoriento») y su ubicación («la colina que lame el Duero»). Con esta descripción, Machado intenta expresar el estado anímico y físico de Leonor durante sus últimos años de vida.

Segunda Parte: El Destino del Olmo (Quinta Estrofa)

La segunda parte se encuentra en la quinta estrofa, donde Machado narra los posibles destinos del olmo: ser cortado («Antes de que te derribe, olmo del Duero / con su hacha el leñador»), convertido en leña («ardas en una miseria caseta»), o comparado con «los álamos cantores». Además, al final de esta estrofa, vuelve a nombrar la rama verde («quiero anotar en mi cartera la gracia de tu rama verdecida») como un potente símbolo de que el olmo todavía conserva vida.

Tercera Parte: La Esperanza de Renacimiento (Sexta Estrofa)

Por último, la tercera parte, presente en la sexta estrofa, expresa la esperanza de que la «rama verdecida» sea la posibilidad de que el olmo siga viviendo, lo que se traduce en la anhelada recuperación de su amada Leonor.

Recursos Literarios y Conexiones Intertextuales

Para dar forma al poema, el autor ha utilizado diversos recursos literarios como la personificaciónguardan») y las anáforasantes que»), entre otros, que se explicarán con más detalle más adelante. Además, «A José María Palacio», otra de las obras de Antonio Machado, aborda temas similares a «A un olmo seco», ya que menciona la «primavera», «ramas», describe paisajes («¡Oh mole del Moncayo blanca y rosa, / allá, en el cielo de Aragón, tan bella!»), y habla de la esperanza («Hay zarzas florecidas / entre las grises peñas»).

Métrica y Estilo Poético

Esta obra pertenece al género lírico, expresa sentimientos y predomina en ella la función poética. Es una silva formada por endecasílabos y heptasílabos de rima consonante, salvo el decimocuarto verso que queda suelto. En los versos heptasílabos («y en su mitad podrido», «al borde de un camino», «por valles y barrancas» y «mi corazón espera») se expresan ideas más sorprendentes que captan la atención del lector. Sin embargo, en los versos endecasílabos, aparecen las ideas más imaginativas («antes de que te descuaje un torbellino», «antes de que el río hasta la mar te empuje»). Cabe destacar que los primeros catorce versos del poema recuerdan la estructura de un soneto.

Figuras Retóricas en ‘A un Olmo Seco’

Machado emplea numerosos recursos literarios, entre los que se encuentran:

  • La comparación, con la que diferencia el estado del «olmo viejo» y los «álamos cantores», contrastando la vejez con la juventud.
  • La personificaciónguardan») y la animalizaciónlame el Duero»), que atribuye cualidades humanas o animales a elementos inanimados.
  • La hipérboleejército de hormigas en hilera»), que exagera una realidad.
  • Las exclamaciones para llamar la atención del lector (¡El olmo centenario, en la colina que lame el Duero!).
  • Un notable hipérbaton en la segunda parte de la obra, que altera el orden sintáctico habitual de la estrofa.
  • La metáfora, pues «mi cartera» expresa su corazón, su mundo interno o su yo poético.

Funciones del Lenguaje y Campo Semántico

En cuanto a las funciones del lenguaje, también está presente la función referencial, con una objetividad en la descripción del deterioro del olmo («olmo centenario», «hendido por el rayo»). Destaca el uso del lenguaje connotativo, empleando verbos que comparan la muerte («derribe», «arda», «empuje») y la vida («espera», «quiero anotar»), sustantivos con la misma función (vida: «álamos», «ruiseñores», «luz», «vida»; muerte: «hormigas», «arañas», «torbellino») y adjetivos («álamos cantores», «hojas verdes», «carcomido», «amarillento»). Todo el poema está ligado a la naturaleza y, por ello, el campo semántico es amplio e incluye términos como: «Duero», «primavera», «valles y barrancas», «camino», «sierras», «hogar», «lanza de carro», «yugo de carreta», «leñador», «carpintero», «pardos ruiseñores», entre otros.

Símbolos Modernistas y Tópicos Literarios

Además, en el poema aparecen los símbolos característicos del Modernismo: el «camino» que expresa la existencia humana; el «río», la vida; el «mar», la muerte; la «primavera», la juventud y plenitud de la vida. También emplea el tópico literario del locus amoenus, ya que describe un paisaje idílico a través de sus diversos componentes (prado, arroyo, árbol…) y lo relaciona, casi siempre, con el sentimiento amoroso.

Conclusión: La Poesía Intimista y el Paisaje del Alma

Este poema es un claro ejemplo de la poesía más intimista de Antonio Machado, caracterizada por su máxima sencillez y sobriedad, fruto del deseo de depurar el estilo interior. Y, aunque el poema pertenezca a Campos de Castilla, aparece una profunda descripción del paisaje soriano, lo que nos recuerda la célebre afirmación de Machado: «el paisaje es un estado del alma».

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