27 Dic
Bloque 4: La España de los Borbones (Siglo XVIII)
4.1. La Guerra de Sucesión Española y la Política Exterior
Carlos II dejó en su testamento la Corona de España a Felipe (Duque de Anjou), nieto de Felipe IV y de Luis XIV de Francia. Existía otro pretendiente: el Archiduque Carlos de Habsburgo, otro nieto de Felipe IV e hijo del emperador alemán. En 1701, llegó Felipe V a Madrid para tomar posesión del trono. Se formó una gran alianza (Austria, Gran Bretaña, Holanda, Portugal, Saboya y Prusia), dando inicio a la Guerra de Sucesión Española (1701-1715), que estalló también como una guerra civil en España.
Tras las batallas de Almansa, Brihuega y Villaviciosa, la guerra se decantó en España hacia el lado borbónico. Al morir el emperador alemán en 1711, el Archiduque Carlos heredaba el trono imperial. Los ingleses retiraron su apoyo y abandonaron Cataluña y Baleares. Se firmaron los Tratados de Utrecht y Rastatt, que contemplaban:
- La renuncia al trono francés para Felipe V y sus descendientes.
- El reconocimiento de Felipe V como Rey de España.
- La pérdida de todos los territorios europeos: Flandes, Milán, Cerdeña y Nápoles pasaron a Austria, y Sicilia a Saboya.
- La concesión a Gran Bretaña del navío de permiso y el tratado de asiento, iniciando así la hegemonía británica.
La Política Exterior de Felipe V y los Pactos de Familia
La política exterior estuvo condicionada por Isabel de Farnesio, quien quería recuperar las antiguas posesiones españolas para que sus hijos reinaran en ellas. España recuperó Cerdeña y Sicilia. Se formó la Cuádruple Alianza (Gran Bretaña, Francia, Austria y Holanda) que derrotó a España, la cual, por la Paz de Cambrai, debió ceder lo conquistado, pero obteniendo ducados. Tras esto, España escarmentó y en adelante siguió una política de alianzas, a través de los Pactos de Familia con Francia:
- Primer Pacto: Guerra de Sucesión de Polonia, finalizada en 1735 (Tratado de Viena).
- Segundo Pacto: Guerra de Sucesión Austríaca, finalizada en 1738 con la Paz de Aquisgrán, que supuso para España la recuperación de los ducados, donde reinó el infante Felipe.
Con Fernando VI llegó un periodo de paz y neutralidad. Con Carlos III (1759-1788) hubo intervención en varios conflictos:
- Tercer Pacto: Guerra de los Siete Años (1756-1763), finalizada con la Paz de París.
España intervino a favor de los colonos en la Guerra de Independencia de EE. UU. El reinado de Carlos IV estuvo marcado por la Revolución Francesa. España se mantuvo en la tradicional alianza contra Gran Bretaña, lo que llevaría al desastre de Trafalgar y, finalmente, a la invasión francesa.
4.2. El Modelo Absolutista Borbónico y las Reformas Administrativas
La llegada de Felipe V (1700-1746) supuso la implantación del modelo absolutista francés, basado en dos principios fundamentales: centralización y uniformidad. Los tres objetivos principales fueron:
- La reforma del gobierno y la administración.
- El control sobre la Iglesia (Regalismo).
- La intervención del Estado en la economía (Mercantilismo).
Los Decretos de Nueva Planta
Mediante los Decretos de Nueva Planta, aplicados en 1707 en Valencia y Aragón, en 1715 en Mallorca y en 1716 en Cataluña, se suprimieron los privilegios de los reinos orientales:
- Fueros, Cortes y Diputaciones.
- Consejos municipales y el cargo de Justicia Mayor de Aragón.
- Sistemas fiscales y monetarios propios.
Se impusieron las leyes e instituciones de Castilla (incluida la supresión de aduanas interiores). La igualdad no fue total, ya que se estableció un impuesto único para cada reino.
Reorganización de la Administración
En la administración central, se relegó el sistema basado en los Consejos y se crearon las Secretarías de Despacho (precursoras de los ministerios). El Consejo más importante pasó a ser el Consejo de Castilla.
En la administración territorial, se crearon, a imagen de Francia, las Intendencias y las Capitanías Generales como representantes de la autoridad real. Las Intendencias eran circunscripciones territoriales de tamaño medio, precursoras de las actuales provincias, y estaban gobernadas por intendentes (gobernadores civiles) con poderes administrativos, fiscales, judiciales y militares (sustituyeron a los virreyes).
Se sustituyeron los viejos tercios por un ejército permanente y se reforzó la armada para defender la ruta de Indias. El control de la Iglesia se llevó a cabo por una política regalista, concediéndose a la Corona el derecho de Patronato Universal. En la economía, se implantó el mercantilismo, reflejando la política centralizadora e intervencionista.
4.3. Reformas Económicas y la Política Colonial
La política centralizadora y reformista se reflejó también en el ámbito económico mediante las siguientes medidas:
Impulso de la Agricultura
Se buscó aumentar la producción desde los postulados de la fisiocracia. La liberalización del comercio de los cereales provocó fuertes subidas de precios. La propiedad agraria siguió en manos de la nobleza y el clero, y la libertad de los precios de cereales se suprimió posteriormente. Los logros de la política agraria fueron limitados.
Incremento de los Ingresos del Estado
Se intentó incrementar los ingresos mediante la creación de una única contribución (para lo cual se elaboró el Catastro de Ensenada), junto a la financiación de la deuda mediante los vales reales, gestionados por el Banco de San Carlos.
Fomento de la Industria y el Comercio
Se promovió la creación de Manufacturas Reales y obras públicas para fomentar el comercio, los transportes y las comunicaciones.
Política Borbónica en América
La política borbónica en América estuvo destinada a reforzar estructuras estatales que permitieran una eficaz explotación de sus riquezas y garantizar la obtención de ingresos para la metrópoli y la monarquía. Se crearon nuevos virreinatos (Nueva Granada y Río de la Plata) para un mayor control político y fiscal.
Principales Medidas Coloniales:
- Remodelación administrativa de los nuevos virreinatos.
- Revitalización de la emigración a América.
- Incremento de la presión fiscal.
- Creación de un ejército colonial permanente.
- Represión de las protestas de criollos, mestizos e indígenas en Perú y Bolivia.
Aumentó el control de la Iglesia americana, que se debilitó con la expulsión de los jesuitas (1767) y el desmantelamiento de los enclaves indígenas conocidos como las reducciones en Paraguay. El principal objetivo era mantener el monopolio de explotación económica y eliminar la competencia extranjera e impedir el desarrollo industrial de las colonias. Se suprimió el monopolio comercial y se adoptó una política de liberalización comercial. En el siglo XVIII, sobresalió el crecimiento económico, beneficiado también por la supresión de aduanas y la apertura del mercado peninsular y americano.
4.4. La Ilustración y el Despotismo Ilustrado de Carlos III
La Ilustración fue la corriente de pensamiento difundida por Europa en el siglo XVIII, base intelectual de las reformas ilustradas, y se caracterizó por:
- El empleo de la razón y la crítica para mejorar la sociedad.
- El fomento de la economía nacional como medio para aumentar el bienestar social y el poder de la monarquía.
- El desarrollo del conocimiento científico y la educación como base del progreso.
Se difundió en España a través de canales como:
- Las academias.
- Las nuevas instituciones de enseñanza superior.
- Las Sociedades Económicas de Amigos del País.
Se crearon a su vez consulados para proteger la actividad comercial. Intelectuales más destacados fueron el escritor Jovellanos, el poeta Menéndez Valdés, el autor teatral Moratín y el pintor Goya, autor de una pintura tenebrosa, irracional e impresionista.
El Reinado de Carlos III (1759-1788)
El reinado de Carlos III fue el periodo más característico del Despotismo Ilustrado en España: una política absolutista basada en la razón y encaminada a mejorar la vida de los súbditos y aumentar el poder de la monarquía, sin cambiar la estructura jerárquica de la sociedad. Para llevarla a cabo, se rodeó de ministros bien preparados (italianos y españoles).
Sus proyectos no fueron bien recibidos y llevaron al conocido como Motín de Esquilache (1766). A raíz de esto, Carlos III accedió a destituir a Esquilache y aprovechó la ocasión para expulsar a los jesuitas (1767), culpándoles del motín.
En lo económico, su reforma más importante fue el impulso a la agricultura (destacando el Tratado de la Regalía de Amortización, escrito por Campomanes en 1765). Además, se impulsaron manufacturas y se declaró la honorabilidad de todos los trabajos. La política centralizadora y reformista se reflejó también en la política económica intervencionista y mercantilista, en la que destacamos el intento de crear una única contribución, la creación de Manufacturas Reales y obras públicas para fomentar el comercio, los transportes y las comunicaciones.

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