24 Jul

El Reinado de Isabel II (1843-1868)

2.1 La Década Moderada (1844-1854)

Este periodo estuvo marcado por el gobierno del Partido Moderado, con Narváez como figura política predominante. Se aprobó la Constitución de 1845, que supuso una reducción significativa de las libertades respecto a la anterior constitución. Se fortaleció el poder de la Corona, otorgando a Isabel II la facultad de nombrar ministros y disolver las Cortes. El sistema parlamentario se estructuró en dos cámaras: el Senado, cuyos miembros eran designados por la reina, y el Congreso, elegido mediante voto censitario, lo que limitaba la participación a las clases más adineradas.

Se estableció la religión católica como oficial del Estado. En cuanto a la organización estatal, se implementaron reformas importantes:

  • Creación de la Guardia Civil en 1844.
  • Fundación del Banco de España.
  • Implantación de un sistema métrico común.
  • Establecimiento de un nuevo sistema de impuestos, incluyendo el impuesto territorial y el de consumos, este último con un impacto considerable en las clases populares.

En 1851 se firmó un Concordato con la Iglesia, buscando mejorar las relaciones institucionales tras el proceso desamortizador. El dominio de este periodo recayó en una oligarquía compuesta por terratenientes, burgueses y militares. La participación política fue escasa y la represión, notable. Durante esta etapa, tuvo lugar la Segunda Guerra Carlista (1846-1849), motivada por la pretensión carlista de que Isabel se casara con Carlos VI. El conflicto concluyó con la amnistía general tras el matrimonio de Isabel con su primo Francisco de Asís.

2.2 El Bienio Progresista (1854-1856)

En 1854, una serie de protestas y rebeliones, como la Vicalvarada, y la aparición del Manifiesto de Manzanares, que reclamaba reformas, precipitaron un cambio de gobierno. Los progresistas accedieron al poder, con Espartero nuevamente al frente. Se impulsaron diversas reformas:

  • Ampliación de las libertades políticas.
  • Aprobación de la Ley de Ferrocarriles en 1855.
  • La Desamortización de Madoz en 1855, que implicó la venta de bienes de la Iglesia y de los ayuntamientos con el objetivo de obtener financiación y dinamizar la economía.

Las consecuencias de esta desamortización fueron:

  • Aumento de la superficie cultivable.
  • Reducción de bosques y pastos comunales.
  • Beneficio principal para las clases adineradas, en detrimento de los campesinos.
  • Transformación del paisaje urbano por la venta de edificios religiosos.
  • Empeoramiento de las condiciones de vida de muchos campesinos, que perdieron sus tierras y se convirtieron en jornaleros.

En 1856 se intentó aprobar una nueva Constitución progresista, conocida como la Constitución «non nata». Sin embargo, el poder retornó a los moderados con O’Donnell y Narváez, quienes reinstauraron la Constitución de 1845.

2.3 La Última Fase del Reinado de Isabel II (1856-1868)

Este periodo se caracterizó por la alternancia en el poder entre la Unión Liberal (liderada por O’Donnell) y el Partido Moderado (con Narváez). A pesar de una aparente estabilidad, el descontento social creció debido a la exclusión política de amplios sectores. La Unión Liberal, un partido de centro con fuerte influencia militar, impulsó reformas económicas y administrativas, una política exterior activa y fomentó el crecimiento económico a través del ferrocarril, la banca, la inversión de capital extranjero y el desarrollo de infraestructuras. En 1857 se promulgó la Ley Moyano, que regulaba la enseñanza no universitaria.

La creciente oposición se manifestó en motines y sublevaciones, como el motín del cuartel de San Gil (1866) y las sublevaciones campesinas de Loja. En política exterior, se llevaron a cabo la Guerra de África (1859-1860), una expedición fallida a México y la intervención en Conchinchina.

La crisis económica de 1866, provocada por la quiebra de bancos y empresas, y la escasez de algodón debido a la Guerra de Secesión en Estados Unidos, agudizó el malestar general. Como respuesta, en 1866, progresistas, demócratas y miembros de la Unión Liberal firmaron el Pacto de Ostende con el objetivo de derrocar a Isabel II.

El Sexenio Democrático (1868-1874)

3.1 La Revolución de 1868 y la Regencia de Serrano

La Revolución Gloriosa estalló en septiembre de 1868, iniciada por un pronunciamiento militar en Cádiz liderado por Prim, Serrano y Topete. Tras su derrota en la batalla del puente de Alcolea, Isabel II se vio forzada al exilio. Se constituyó un Gobierno Provisional presidido por Serrano, con la participación de progresistas y unionistas. En 1869, se aprobaron importantes reformas económicas, como el arancel Figuerola, y la Constitución de 1869, que establecía la monarquía parlamentaria, el sufragio universal masculino, la libertad de culto y el reconocimiento de derechos individuales.

Paralelamente, estallaron la Guerra de Independencia de Cuba (Grito de Yara) y sublevaciones campesinas en el sur. Serrano fue nombrado regente en 1869, mientras Prim se encargaba de buscar un nuevo monarca, recayendo la elección en Amadeo de Saboya.

3.2 El Reinado de Amadeo I (1871-1873)

Amadeo de Saboya ascendió al trono en 1871 sin un apoyo popular significativo. Su principal valedor, el general Prim, fue asesinado poco después. El reinado de Amadeo I se vio marcado por la Tercera Guerra Carlista, la intensificación del conflicto en Cuba y la oposición de republicanos, carlistas y sectores del ejército. Ante la imposibilidad de gobernar, abdicó en 1873.

3.3 La Primera República (1873-1874)

Tras la abdicación de Amadeo I, se proclamó la Primera República. Fue un periodo breve y convulso, caracterizado por la división interna entre partidarios del federalismo y del centralismo. Figueras fue el primer presidente, seguido por Pi i Margall, quien presentó una Constitución federal que nunca llegó a aplicarse. Posteriormente ocuparon la presidencia Salmerón y Castelar. Durante este tiempo, se produjeron las revueltas cantonales, el avance carlista en el norte y la continuación de la guerra en Cuba.

3.4 El Final del Sexenio y el Golpe de Pavía

En enero de 1874, el general Pavía dio un golpe de Estado, disolviendo las Cortes y poniendo fin al gobierno de Castelar. Se instauró un gobierno autoritario bajo la regencia de Serrano. El 29 de diciembre de 1874, el general Martínez Campos proclamó en Sagunto la restauración borbónica con Alfonso XII, hijo de Isabel II, poniendo fin al Sexenio Democrático y dando inicio a la Restauración.

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