28 Ago

¿Qué problemas condujeron a una nueva guerra?

La etapa comprendida entre 1918 y 1939, conocida como el periodo de entreguerras, es uno de los periodos más convulsos de la historia contemporánea, especialmente en Europa.

Los desequilibrios económicos mundiales

Estados Unidos salió muy beneficiado de la Primera Guerra Mundial: no se había producido ninguna destrucción en sus territorios, sus pérdidas humanas eran relativamente pequeñas y la venta de alimentos, armas y productos industriales a los aliados le aportó enormes beneficios. Al terminar la guerra, Estados Unidos se había convertido en la primera potencia económica mundial. Además, muchos países de Europa estaban endeudados con Estados Unidos como consecuencia de los préstamos de guerra. Esta constante expansión estadounidense, junto con los préstamos de guerra, empobreció a los países europeos.

La posguerra en Alemania

Los problemas económicos fueron especialmente graves para Alemania, que no podía pagar las reparaciones de guerra exigidas por el Tratado de Versalles. Esta situación provocó un gran aumento del paro y un vertiginoso descenso del nivel de vida.

Los efectos de la Revolución Rusa y el levantamiento espartaquista

Las dificultades económicas provocaron una grave crisis social. En enero de 1919 se produjo en Alemania el levantamiento de la Liga Espartaquista, un grupo comunista que pretendía proclamar un gobierno de consejos obreros según el modelo soviético. Fue duramente reprimido, y sus principales líderes, como Rosa Luxemburgo, fueron asesinados.

Estados Unidos: Los Felices Años Veinte y la Gran Depresión

Los Felices Años Veinte (1918-1929)

Fue una década de prosperidad, los llamados Felices Años Veinte, donde el modelo de vida americano se convirtió en un referente mundial. El aumento de los salarios, las campañas publicitarias, la compra a plazos y los préstamos bancarios abrieron el camino a la era del consumo de masas. La prosperidad se reflejó en un gran auge de la bolsa. Los buenos resultados empresariales hicieron aumentar la demanda de acciones, cuyo valor subía constantemente.

Las contradicciones de la prosperidad

Una serie de elementos anunciaron la crisis que se avecinaba. La agricultura conoció graves dificultades: muchos campesinos aumentaron la producción; sin embargo, el mercado no pudo absorber toda esa producción. Las existencias (stock) se acumularon, los precios bajaron y muchos campesinos no pudieron devolver sus préstamos, perdiendo sus tierras, máquinas y casas. La sobreproducción (exceso de productos frente a la capacidad de compra) empezó a ser un problema.

El crac bursátil de 1929

El 24 de octubre de 1929 (conocido como el Jueves Negro), todo el mundo quería vender sus acciones y nadie deseaba comprarlas. El valor cayó en picado, desencadenando el crac bursátil de 1929. Miles de inversores se arruinaron y el pánico se extendió entre los ciudadanos que acudieron a los bancos para retirar su dinero. El crac de la bolsa precipitó la quiebra de muchos bancos. La crisis se extendió a todos los sectores de la economía (industria, comercio y agricultura) y provocó una recesión económica generalizada (la Gran Depresión). Ante el incremento del paro, el consumo disminuyó y muchas fábricas cerraron. El número de parados aumentó a 13 millones en 1932, y multitud de familias cayeron en la miseria.

La lucha contra la crisis: el New Deal

Ante la extensión de la crisis, el presidente de Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt, propuso el New Deal (Nuevo Acuerdo), un programa basado en las ideas del economista John Maynard Keynes, quien defendía la intervención del Estado en la economía. Sus principales ámbitos de actuación fueron:

  • Económico: El Estado estableció un control sobre los bancos, vigilando sus depósitos y obligándolos a facilitar préstamos con bajos intereses y subidas de salarios.
  • Social: Para luchar contra el paro, el Estado promovió un gran plan de obras públicas (carreteras, embalses), incentivó el aumento salarial y redujo la jornada laboral a 40 horas semanales, lo que, a su vez, buscaba aumentar el consumo.

1929: Crisis económica capitalista

Un ciclo de prosperidad

La prosperidad de EE. UU. en la década de 1920 se debió en gran medida a los beneficios generados por la venta de productos durante la Primera Guerra Mundial y a la enorme cantidad de préstamos con altos intereses que los países europeos debían devolver.

De la crisis bursátil a la crisis económica global

Cuando, a partir de octubre de 1929, se produjo el hundimiento de la bolsa, la primera consecuencia fue la crisis en la banca. Cuando los bancos no pudieron recuperar el dinero invertido, el sistema se colapsó y se produjo la crisis de la industria.

La mundialización de la crisis

Desde Estados Unidos, la crisis bancaria se extendió al resto del mundo. La crisis de EE. UU. en la década de 1930 arrastró a muchos países de Europa y del resto del mundo, provocando la quiebra de bancos, el descenso de la producción y el comercio, y el aumento del paro.

La Crisis de la Democracia: El Fascismo Italiano

Italia en la posguerra

Los Acuerdos de Paz supusieron una gran decepción. Por otro lado, la guerra dejó en Italia graves secuelas humanas y económicas. Muchas industrias quedaron inutilizadas y la elevada deuda exterior había aumentado la inflación. La crisis económica generó una fuerte tensión social. Todos estos movimientos fueron reprimidos, pero el miedo al estallido de una revolución social, como la ocurrida en Rusia, empezó a preocupar a las clases más conservadoras.

El ascenso del Fascismo

En esta situación de crisis apareció la figura de Benito Mussolini, quien en 1919 creó los Fasci di Combattimento (grupos paramilitares uniformados con camisas negras) con los que pretendía frenar el auge del movimiento obrero a base de atacar violentamente a los sindicatos y a sus líderes. En 1921, los Fasci se transformaron en el Partido Nacional Fascista. Estaba basado en la construcción de un Estado fuerte que garantizara la propiedad privada y una política exterior expansionista. El partido contó con el apoyo de la pequeña burguesía, con la financiación de los grandes propietarios y con la tolerancia de la Iglesia Católica y del mismo monarca Víctor Manuel III. En las elecciones de 1921, el partido fascista solo consiguió 22 diputados en un parlamento de 500. Ese mismo año, Mussolini exigió al rey que le entregara el gobierno. Para mostrar su fuerza, organizó una Marcha sobre Roma acompañado por 300.000 camisas negras. El monarca, presionado, le nombró jefe de gobierno.

El Régimen Nazi: Un Sistema Totalitario

Supresión de libertades y control político

Se suprimieron las libertades y se decretó la disolución de los partidos y sindicatos; solo fue autorizado el NSDAP (Partido Nacionalsocialista Alemán de los Trabajadores). La Judicatura quedó sometida a la voluntad del partido. La policía fue sustituida en sus tareas de represión por las SS (cuerpo de combate). Se creó la Gestapo (policía secreta), dirigida por Himmler, encargada de la represión de los opositores al régimen y del control sobre la opinión pública.

La imposición de la ideología nazi

Se creó el Ministerio de Cultura y Propaganda, confiado a Goebbels, para imponer un pensamiento basado en las ideas racistas y nacionalistas. Se reorganizó y se politizó el sistema educativo. Se depuró a profesores de universidades y escuelas y se introdujo la censura en las aulas y en los libros de texto. El mantenimiento de la pureza racial de la sociedad alemana comportó la persecución y eliminación de toda minoría considerada inferior (gitanos, judíos, etc.). Especial importancia tuvo la persecución de los judíos: se dictaron las Leyes de Núremberg, que impedían los matrimonios mixtos, y en 1938 se les obligó a llevar un distintivo.

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