21 May

La Guerra Colonial y la Crisis de 1898

Antecedentes Históricos

España, bajo el liderazgo de Cánovas, intentó mantener la neutralidad internacional y conservar sus últimas colonias: Cuba, Puerto Rico, Filipinas, las Marianas y las Carolinas.

El Conflicto en Cuba y Filipinas

Desde 1868, Cuba sufrió levantamientos independentistas. La Guerra de los Diez Años (1868-1878) concluyó con la Paz de Zanjón, que, aunque otorgó ciertos derechos a los cubanos, no resolvió el conflicto de fondo. La Guerra Chiquita (1879-1880) y la insurrección de 1895, liderada por figuras como José Martí, Máximo Gómez y Antonio Maceo, reavivaron la lucha por la independencia. España respondió con una dura represión, especialmente bajo el mando del general Weyler. En 1897, el gobierno de Sagasta concedió la autonomía, pero la medida llegó demasiado tarde.

En Filipinas, también se produjo una sublevación, con líderes como José Rizal y Emilio Aguinaldo, aunque la revuelta fue sofocada en 1897 por el general Polavieja.

La Intervención de Estados Unidos

En 1898, la misteriosa explosión del acorazado USS Maine en el puerto de La Habana sirvió de pretexto para que Estados Unidos declarara la guerra a España. La derrota española se materializó en varias batallas clave:

  • La Batalla de Cavite (mayo de 1898) en Filipinas.
  • La Batalla de Santiago de Cuba (julio de 1898) en el Caribe.
  • En 1899, los célebres “últimos de Filipinas” se rindieron en Baler tras una heroica resistencia, un símbolo de la tenacidad española.

El Tratado de Paz y sus Consecuencias

España se vio obligada a firmar el Tratado de París (diciembre de 1898), por el cual perdió sus últimas posesiones coloniales:

  • Cuba, que quedó bajo la tutela de Estados Unidos.
  • Puerto Rico, Filipinas y Guam, cedidos directamente a Estados Unidos.
  • Las Marianas y las Carolinas, vendidas a Alemania en 1899.

Este evento, conocido como el “Desastre del 98”, tuvo profundas repercusiones en España:

  1. Pérdidas económicas significativas, al perder importantes mercados y fuentes de materias primas.
  2. Un creciente antimilitarismo popular y el consiguiente desprestigio del Ejército.
  3. Una profunda crisis política, agravada por la muerte de figuras clave como Cánovas (1897) y Sagasta (1903).

El Régimen Político de la Restauración: Características y Funcionamiento del Sistema Canovista

La Restauración Borbónica en España

La Restauración (1874-1931) fue el período histórico en el que se reinstauró la monarquía borbónica en España, con Alfonso XII como monarca, tras el fracaso de la Primera República. En diciembre de 1874, el príncipe Alfonso publicó el célebre Manifiesto de Sandhurst, redactado por Antonio Cánovas del Castillo, en el que defendía la monarquía tradicional y el liberalismo parlamentario. Pocos días después, el general Arsenio Martínez Campos proclamó a Alfonso XII como rey en Sagunto, dando inicio oficial a la Restauración.

El Sistema Canovista: Pilar del Régimen

El nuevo sistema político, ideado por Cánovas, quedó plasmado en la Constitución de 1876. Esta Carta Magna establecía la soberanía compartida entre el Rey y las Cortes, defendiendo los principios de autoridad y libertad. De carácter moderado, la Constitución mantuvo el sufragio censitario, restringiendo la participación electoral a apenas el 5% de la población (según la Ley Electoral de 1878). Además, consolidó el centralismo político-administrativo, aboliendo los fueros vascos y reforzando la organización estatal.

Cánovas, líder del Partido Liberal Conservador, diseñó un sistema bipartidista inspirado en el modelo británico, en el que se turnaban pacíficamente en el poder dos partidos dinásticos:

  • El Partido Liberal Conservador (liderado por Cánovas).
  • El Partido Liberal Fusionista (liderado por Sagasta), que defendía una mayor apertura política y social.

A pesar de esta aparente alternancia pacífica, el sistema degeneró en un flagrante falseamiento electoral a través del caciquismo. El Ministerio de Gobernación designaba de antemano a los diputados que debían ser elegidos (proceso conocido como “encasillado”), asegurando su victoria mediante el “pucherazo”, un fraude electoral masivo orquestado con el control de los caciques locales.

Fundamentos Sociales del Régimen

El sistema canovista se sustentaba en la oligarquía de grandes latifundistas e industriales, que conformaban la “España oficial”. En contraste, la inmensa mayoría de la población vivía en condiciones precarias, con un índice de analfabetismo superior al 75%, representando la “España real”. El control social y político en las zonas rurales lo ejercían los caciques, figuras de gran influencia en cada región.

Evolución y Reformas del Régimen

Tras la prematura muerte de Alfonso XII en 1885, los dos partidos dinásticos firmaron el Pacto del Pardo, un acuerdo clave que garantizó la alternancia pacífica y la estabilidad política durante la regencia de María Cristina de Habsburgo (1885-1902). Durante este período, Sagasta, al frente del gobierno, impulsó importantes reformas legislativas, entre las que destacan:

  • La Ley de Prensa (1883), que amplió la libertad de expresión.
  • La Ley de Asociaciones (1887), que incluyó la libertad sindical.
  • La Ley de Sufragio Universal Masculino (1890), que permitió votar a todos los varones mayores de 25 años, ampliando significativamente la base electoral.

La Descomposición del Sistema Canovista

Desde los inicios del siglo XX, el sistema canovista comenzó a mostrar signos de agotamiento y entró en una profunda crisis, debido principalmente a la emergencia de nuevas fuerzas políticas y sociales que habían sido excluidas del sistema bipartidista:

1. Los Nacionalismos Periféricos:

  • El nacionalismo catalán, con hitos como las Bases de Manresa (1892) y la consolidación de la Lliga Regionalista.
  • El nacionalismo vasco, impulsado por Sabino Arana, quien fundó el Partido Nacionalista Vasco (PNV).
  • También surgieron incipientes movimientos autonomistas en Galicia y Andalucía, con figuras como Blas Infante.

2. Los Movimientos Obreros:

  • El socialismo, representado por el PSOE y la UGT, ambos de raíz marxista.
  • El anarquismo, que ganó fuerza y culminó en la creación de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) en 1911.

Un hito importante fue la primera huelga general en España en 1890, que reivindicaba la jornada de ocho horas y coincidió con la primera celebración del 1º de mayo.

3. La Crisis Colonial y el Desastre del 98:

  • Tras la Paz de Zanjón (1878), Cuba había logrado una autonomía temporal, pero la derrota de 1898 significó la pérdida definitiva de las últimas colonias, un evento conocido como el “Desastre del 98”.
  • El Ejército quedó profundamente desprestigiado, lo que llevó al gobierno a intentar fortalecerlo con leyes que primaban el poder militar sobre el civil, generando tensiones.

4. La Inestabilidad Política:

  • El asesinato de Cánovas en 1897 y la muerte de Sagasta en 1903 dejaron a los partidos dinásticos sin líderes carismáticos y fuertes.
  • La falta de mayorías parlamentarias estables provocó frecuentes crisis de gobierno y la formación de gobiernos de concentración.
  • La combinación de la crisis económica, la inestabilidad política y el descontento social marcó el declive progresivo de la monarquía, que finalmente caería en 1931, dando paso a la Segunda República.

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