01 Sep
La Primera Expansión del Islam
Un año después de la muerte de Mahoma, Abu Bakr venció las resistencias locales, pues muchas tribus quisieron recobrar su libertad al considerar que los pactos se habían efectuado solo con Mahoma y no con su sucesor. A partir de ahí, el Islam se expandió por Arabia, Siria, Palestina, Mesopotamia, Persia y Egipto.
En el 634, una victoria sobre los bizantinos en Agnâdayn les permitió conquistar toda Siria en poco tiempo. Un nuevo triunfo en Yarmuk (636) facilitó la ocupación de Jerusalén (638), que fue considerada desde entonces la segunda ciudad santa del Islam, después de La Meca. La debilidad del Imperio Bizantino y la existencia en Palestina y en Siria de grupos árabes que proporcionaron ayuda a los musulmanes favorecieron estas conquistas.
En su avance por Mesopotamia, conocida como Irak desde entonces, los musulmanes fundaron bases militares, como Basora y Kufa, desde donde comenzaron la conquista de Persia. La conquista de Egipto fue más fácil, al no encontrar resistencia en una población oprimida, religiosa y económicamente, por el patriarca de Alejandría. El ejército bizantino no pudo frenar el avance del ejército musulmán, que en poco tiempo se adueñó de las principales ciudades y fundó ciudades-campamento, como fue el caso de Fustat, origen del viejo El Cairo.
El Islam continuó expandiéndose debido a la debilidad de los Imperios Bizantino y Sasánida, agotados por sus propios enfrentamientos. Además, ninguno de los imperios concedió mucha importancia a la amenaza, y cuando quisieron darse cuenta, estaban invadidos por un ejército superior que disfrutaba de gran movilidad, ya que portaban un armamento muy ligero, formado por sables, arcos y lanzas. Su dominio de rutas ancestrales les permitió colocar campamentos en sitios estratégicos, pero además tuvieron califas y jefes militares brillantes, un gran sentimiento religioso y tolerancia hacia los pueblos conquistados.
La Cultura Islámica
Los árabes no tenían ninguna tradición artística, por lo que tomaron sus modelos de los pueblos conquistados, heredando elementos de las antiguas civilizaciones y creando un nuevo estilo propio adaptado a sus exigencias religiosas.
Arquitectura y la Mezquita
La mezquita se convirtió en el lugar de oración común, manteniendo elementos de la casa de Mahoma en Medina, con patio interior y pórtico lateral. En época omeya se introdujeron elementos clave:
- La qibla: muro que indica la orientación hacia La Meca.
- El mihrab: hornacina horadada en la pared de la qibla.
- El minbar: púlpito desde donde se pronunciaba el sermón en la oración de los viernes.
- El alminar: torre desde la que se llama a la oración.
- La mansura: lugar reservado para el califa.
De la época omeya destacamos la Mezquita de la Roca, en Jerusalén, y la Gran Mezquita de Damasco. Con los Abasíes comienza una nueva etapa arquitectónica, construyéndose mezquitas influenciadas por las construcciones sasánidas, como la Gran Mezquita de Samarra y la Mezquita de Ibn Tulun en El Cairo.
Desarrollo Intelectual y Científico
Durante la época de los Abasíes se produjo un gran desarrollo intelectual, creándose la Casa de la Sabiduría en Bagdad, una especie de escuela de traducciones que enriqueció la cultura árabe con ciencia y filosofía griega, así como con aportaciones persas e indias. El primer filósofo árabe fue Al-Kindi, destacando también Al-Farabi, la figura más sobresaliente del llamado Siglo de Oro, e Ibn Sina.
La ciencia se desarrolló paralela a la filosofía, adoptando en el 770 el sistema de numeración decimal y las cifras indias, que luego nosotros llamamos árabes, y comenzando a usar el 0. La astronomía, considerada por los Abasíes como la ciencia más noble, experimentó importantes progresos, así como la medicina, continuación de la griega, de la que desarrollaron especialmente el examen, diagnóstico y seguimiento de casos clínicos. Se crearon hospitales y escuelas de medicina en ciudades importantes, y la oftalmología experimentó también importantes progresos, sobre todo en la España musulmana.
Literatura Islámica
En literatura se dieron numerosas obras autóctonas. La primera obra importante es el Corán, aunque para ellos, al ser una revelación divina, no puede equipararse a ninguna obra literaria ni servir de modelo a escritores. Fue a partir del siglo VIII cuando se empezaron a escribir libros que instruían y entretenían, en un lenguaje que entendiera la mayoría de la gente. El más antiguo es el Libro de Calila y Dimna. En este siglo se creó también un nuevo estilo llamado modernista, fruto de la adopción de nuevos temas: el vino, las flores, el amor físico y la mística, destacando el poeta Abu Nuwas.
Las Bases del Estado Islámico
No se puede fijar con exactitud el momento en el que nació el Estado islámico, pero es evidente que Mahoma, al final de su vida, controlaba y mantenía una política que había ido adquiriendo las características de un Estado basado en tres pilares relacionados entre sí:
- La noción de umma, nueva en el contexto de la sociedad árabe. Si se rompían los lazos con la umma, se rompían también con Dios.
- Reconocimiento de autoridad absoluta, plasmada en forma de ley divina, basando sus leyes sociales y políticas en la religión. El Islam aportaba un sistema económico, social y político.
- El reconocimiento de Mahoma como única autoridad de la umma. Era la única unión entre Dios y el mundo, y solo pedía a los musulmanes que le aceptasen como profeta.
Al morir Mahoma (632), sin establecer sucesión, surgieron los primeros problemas en la umma, con familiares suyos y miembros de la aristocracia rivalizando por la jefatura. Fueron sus discípulos más íntimos quienes eligieron a Abu Bakr (632-634), suegro y amigo del profeta, como sucesor. Este recibió el título de califa o «sucesor del enviado de Dios», comenzando la época de los califas Rashidun (bien guiados u ortodoxos), integrada por los compañeros de Mahoma, y bajo cuyos gobiernos se produjo la primera expansión del Islam, de manera especial bajo el califato de Umar.
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