27 Oct

Ficha Técnica de los Elementos Escultóricos

  • Nombre: Capiteles y relieves del claustro de Santo Domingo de Silos.
  • Cronología: Finales del siglo XI – primer tercio del siglo XII.
  • Ubicación/Localización: Monasterio de Santo Domingo de Silos (Burgos).
  • Autoría: Desconocida/s.
  • Estilo: Escultura en relieve (capiteles y pilares esquineros) del Románico español.

Historia del Monasterio

La historia del monasterio debió comenzar en el siglo IX, cuando los cristianos repoblaron la zona. El primer centro estuvo dedicado a San Sebastián, pero de él nada quedó tras las aceifas de Almanzor de finales del siglo X.

En 1041, el rey Fernando I de Castilla acogió a Domingo, prior del monasterio riojano de San Millán de la Cogolla, expulsado de Navarra. Será nombrado abad de Silos y durante 32 años restablecerá el monasterio y el poder de la comunidad. Murió en 1073 y en 1076 será canonizado, tomando el monasterio la advocación del santo abad enterrado allí.

Fueron otros abades los que vieron terminada la iglesia (1088) de tres naves y cinco ábsides (hoy desaparecida), siguiendo el modelo de Cluny II, y el claustro que aún perdura. En el siglo XVIII se derribó el templo románico para sustituirlo por otro neoclásico, obra de Ventura Rodríguez. La desamortización dejó durante 45 años (1835-1880) el monasterio deshabitado, hasta que fue recuperado por una comunidad de monjes benedictinos provenientes de Francia.

Descripción del Claustro Románico

El claustro es el centro neurálgico de la vida monacal que reparte las distintas dependencias del monasterio. No es totalmente cuadrado, ni tiene el mismo número de arcos en cada lado, porque es fruto de los cambios constructivos de diversas épocas y de los distintos maestros que esculpieron en el mismo.

Estructura y Elementos Arquitectónicos

El claustro tiene planta de cuadrilátero irregular con cuatro galerías y dos pisos:

  • El piso inferior: Es el que concentra el interés escultórico, realizado entre finales del siglo XI y el primer tercio del siglo XII con notables capiteles decorativos e historiados y magníficos relieves en los pilares esquineros del pórtico.
  • El piso superior: Construido a finales del siglo XII, pero perfectamente integrado con el piso inferior.

El piso bajo está compuesto por 64 columnas dobles unidas por una doble basa y coronadas por un capitel doble. En los ángulos hay cuatro gruesos pilares, que constituyen importantes espacios escultóricos. Sobre los arcos, de medio punto, las arquivoltas decoradas se desarrollan paralelamente. Coronando el conjunto del piso inferior se encuentra un motivo decorativo muy común en el Románico: el cordón ajedrezado. El interior de las galerías está cubierto por un artesonado (techo adintelado de madera) del siglo XIV de estilo mudéjar.

La Decoración Escultórica

Centrándonos en la decoración escultórica, podemos afirmar que el Claustro de Silos es un auténtico museo del Románico. Los capiteles, en especial los del lado este, representan figuras de animales reales o fantásticos, afrontados al gusto oriental y entrelazados con temas califales, que los convierten en obra netamente española.

Sin duda, los conjuntos escultóricos más interesantes de este claustro son los relieves colocados en los ángulos del claustro bajo. En seis de ellos se trata el ciclo de la Resurrección:

  1. El Descendimiento.
  2. Las Tres Marías ante el Sepulcro.
  3. El Pentecostés.
  4. Cristo camino de Emaús.
  5. La Ascensión.
  6. La Duda de Santo Tomás (que se detalla a continuación).

Estos bajorrelieves, realizados hacia 1130, muestran influencias muy diversas: orientales, árabes, bizantinas…

El Relieve de la Duda de Santo Tomás

Contenido Iconográfico

La escena se basa en el relato evangélico del encuentro de Jesús con Santo Tomás:

Dijeron los discípulos a Tomás: “Hemos visto al Señor”. Pero él les contestó: “¡Si no veo en sus manos la marca de los clavos, si no hundo el dedo en la herida de los clavos y no le introduzco la mano en el costado, no creeré!” (…) Estando cerradas las puertas, Jesús llegó (…) Después dijo a Tomás: “Trae aquí tu dedo y mírame las manos; trae la mano y húndela en mi costado. No seas incrédulo, sé creyente”. Tomás le respondió: “¡Señor mío y Dios mío!”. Jesús le dijo: “¿Porque me has visto, has creído? ¡Felices aquellos que creerán sin haber visto!”.

Composición y Estructura

Muestra un original planteamiento compositivo: Cristo no ocupa el centro de la composición sino que está ligeramente desplazado hacia la izquierda; pero sigue siendo el centro de atención, ya que la mayor parte de los apóstoles miran hacia él. Su brazo derecho, levantado para mostrar sus llagas al incrédulo Santo Tomás, rompe la homogeneidad compositiva y reclama la mirada del espectador.

El planteamiento general sigue rigurosamente los preceptos románicos para este tipo de escultura:

  • Jerarquía y Perspectiva: Todos los personajes –excepto Jesús– quedan situados a la misma altura gracias a la ingeniosa yuxtaposición, en tres pisos superpuestos, de figuras de igual tamaño (es una perspectiva por superposición, de forma que los personajes que estarían en un plano posterior se sitúan encima de los que se encontrarían más cerca del espectador).
  • Marco Arquitectónico: Se conforma un espacio geométrico delimitado por el arco de medio punto que se apoya en dos finas columnas, rematadas con capiteles de inspiración corintia.
  • Ley de la Jerarquía: Los personajes se adaptan al marco arquitectónico y la figura de Cristo es mayor que el resto en cumplimiento de la jerarquía tradicional (mayor importancia, mayor tamaño de la figura).

Son personajes de esbeltas proporciones que cruzan convencionalmente sus piernas. La acción que inicia el brazo alzado de Jesús se completa con el gesto de Santo Tomás, que toca la herida con su dedo, y la agitación espiritual de los apóstoles, reflejadas en las posiciones totalmente antinaturales de sus piernas y en la variada gesticulación de sus manos. Estos indicios de movimiento suavizan el hieratismo característico del Románico.

Técnica Escultórica

En el plano técnico, este bajorrelieve sorprende por la delicadeza de la talla, plana y de ejecución perfecta, que remite a los bellísimos trabajos en marfil de la época y que tiene reminiscencias bizantinas y mozárabes. Las figuras, estilizadas y de proporciones esbeltas, presentan volúmenes redondeados. Los ropajes se ajustan al cuerpo gracias a un suave modelado y muestran incisiones superficiales, que producen en los pliegues sutiles contrastes de claroscuro. Por último, cabe señalar el desconocimiento y el desinterés que el escultor muestra por la anatomía, como lo demuestra la representación del brazo que levanta Cristo para permitir a Santo Tomás que toque su costado.

Conclusión

El claustro del Monasterio de Santo Domingo de Silos es uno de los más importantes y antiguos del Románico español y es la única dependencia de época románica que se conserva en la actualidad. Sus relieves pertenecen a uno de los conjuntos escultóricos más importantes del Románico peninsular y de los más destacados de Europa.

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