13 Jun

La Narrativa Hispanoamericana de la Segunda Mitad del Siglo XX: El Boom y sus Protagonistas

La renovación de la narrativa hispanoamericana, aunque tardará en llegar, se produce con una enorme fuerza creadora y un gran esplendor que la llevará a situarse en la cumbre de la narrativa mundial. La gran expansión geográfica de Hispanoamérica influye en la diversidad de corrientes narrativas, algunas de ellas exclusivas de un país o de una región. No obstante, suelen distinguirse tres grandes etapas:

  • Dominio de la novela realista hasta 1940-45.
  • Comienzos de la renovación narrativa, entre 1945-1960.
  • Desarrollo y auge de la nueva narrativa, el Boom de la novela a partir de 1960.

Transformación Narrativa (1945-1960)

A partir de 1945, la novela realista parece exhausta. Entre 1945 y 1960 se observan en la narrativa hispanoamericana unas características diferentes. Estas características se deben a una nueva concepción del mundo y de la vida, consecuencia de los cambios sociales, políticos y económicos que se estaban produciendo en los diversos países de Hispanoamérica. A estas novedades se añaden las influencias de la narrativa europea y norteamericana del momento, tardíamente asimiladas.

En cuanto al contenido, conviven varias tendencias en las novelas y cuentos de los autores hispanoamericanos. Por un lado, destaca la narrativa metafísica de Jorge Luis Borges. Por otro lado, se desarrolla una excelente narrativa de corte existencial, con autores como Juan Carlos Onetti o Ernesto Sábato. Además, algunas de las tendencias de la narrativa de las décadas precedentes continúan y evolucionan hasta producir obras magníficas: así, la novela de la Revolución mexicana culmina en la figura de Juan Rulfo.

La novela indigenista y los relatos que buscaban una escondida identidad americana común encuentran su formulación en una corriente novelística que funde de forma extraordinaria elementos tan dispares como lo fantástico, lo mítico, lo legendario o la inmensidad de la naturaleza americana con los conflictos sociales reales y los concretos avatares históricos de la América Latina contemporánea: esta novela en la que se combinan realidad y fantasía ha recibido las denominaciones de realismo mágico y lo real maravilloso, cuenta como principales representantes a Miguel Ángel Asturias o Alejo Carpentier, y ha sido decisiva para la segunda renovación narrativa de la novela hispanoamericana, que se producirá durante los años sesenta. No obstante, la narrativa metafísica, existencial y el realismo mágico se entremezclan en las obras de todos estos autores.

Cambios Fundamentales en la Narrativa Hispanoamericana

Los cambios principales fueron:

  • Se abandona el interés prioritario por los espacios rurales y naturales y la denuncia explícita de problemas sociales, y surgen temas nuevos en los que se integra lo urbano y los problemas del hombre contemporáneo.
  • Penetra la imaginación, lo fantástico, dando lugar a lo que se ha denominado realismo mágico o lo real maravilloso. A partir de este momento, realidad y fantasía aparecerán íntimamente unidas en la novela: unas veces por la presencia de lo mítico, lo legendario, lo mágico; otras, por el tratamiento alegórico de la acción, de los personajes o de los ambientes.
  • Formalmente, se siguen las innovaciones técnicas de los grandes novelistas europeos o norteamericanos; además se introducen elementos irracionales y oníricos procedentes del Surrealismo que se adaptan a la expresión de lo mágico o lo maravilloso.

Se considera que el relato que marca el cambio de rumbo es El pozo, de Juan Carlos Onetti. El cambio quedó confirmado con Pedro Páramo, de Juan Rulfo.

La Novela de los Sesenta: Los Años del Boom

La definitiva renovación de la novelística hispanoamericana se produce a partir de los años sesenta con un fenómeno que la crítica ha denominado el Boom de la novela hispanoamericana. Surgió ligado a un fenómeno extraliterario que facilitó que esta novela fuera conocida en el exterior: el apoyo de las editoriales españolas, especialmente a partir del éxito de La ciudad y los perros (1962) de Mario Vargas Llosa. Sin embargo, a lo anterior hay que añadir la coincidencia en un corto espacio de tiempo de una sucesión de novelas (y novelistas) deslumbrantes: Sobre héroes y tumbas de Ernesto Sábato; El astillero de Juan Carlos Onetti; La muerte de Artemio Cruz de Carlos Fuentes; Rayuela de Julio Cortázar; El siglo de las luces de Alejo Carpentier; Tres tristes tigres de Guillermo Cabrera Infante… Y, sobre todo, el éxito sin precedentes de Cien años de soledad (1967), del colombiano Gabriel García Márquez.

Innovaciones de los Novelistas del Boom

Todos estos novelistas llevan las innovaciones a sus últimas consecuencias:

  • Ampliación temática: preferencia por lo urbano e insistencia en la problemática individual y social de la vida urbana contemporánea, así como la importancia del sexo y el erotismo en la conducta humana. Cuando aparece lo rural (como en García Márquez) recibe un tratamiento original.
  • El Realismo mágico será una constante en estos nuevos novelistas: lo extraordinario no solo es admisible, sino que se convierte en cotidiano y habitual. Mayor presencia de elementos fantásticos; la realidad y la fantasía se presentan enlazadas en la novela, unas veces por la presencia de lo mítico, de lo legendario, de lo mágico; otras por el tratamiento alegórico o poético de la acción, de los personajes o de los ambientes, otras por la introducción de elementos irracionales y oníricos y la mirada humorística del autor.
  • La estructura del relato sufre una profunda experimentación. Preferencia por las secuencias narrativas (influencia de la técnica cinematográfica) que integrarán las partes de la novela que sustituyen al capítulo tradicional.
  • Renovación de las técnicas narrativas: Alternancia de voces narrativas y puntos de vista, multiplicidad de voces narrativas (técnica caleidoscópica), presencia de un narrador observador (objetivismo o técnica cinematográfica).
  • Pérdida de la linealidad narrativa (retrospección y prospección). A menudo se usa el contrapunto (presencia de varias historias que se combinan y alternan).
  • Reducción del diálogo en favor del monólogo interior y del estilo indirecto libre.
  • El lenguaje se enriquece con la superposición de estilos o registros, distorsiones sintácticas y léxicas, etc.

Estas características, entre otras, precisan de lo que Cortázar denominó “lector cómplice”, que debe recomponer, organizar y dar sentido a la historia narrada. Existe, por tanto, una ruptura con la técnica realista que no quiere decir un alejamiento de la realidad, sino una voluntad de tratarla desde puntos de vista más reveladores.

Máximos Representantes del Boom Latinoamericano

Jorge Luis Borges

En la línea de la narrativa metafísica o Realismo fantástico, destaca el argentino Jorge Luis Borges, autor de relatos breves donde son constantes la presencia de mitos clásicos, el uso de símbolos, el gusto por las paradojas y los juegos intelectuales y filosóficos. Su primera obra narrativa, Historia universal de la infamia, es una colección de historias cortas en las que hay muchas alteraciones arbitrarias, sobre todo en las fechas y nombres, de modo que no pueden ser denominadas como históricas; sin embargo, todos los relatos están basados en crímenes reales. Entre estos relatos se encuentra ya una invención plenamente original: Hombre de la esquina rosada. Posteriormente escribe Ficciones y El Aleph, obras en las que combina la filosofía con la literatura fantástica; El Hacedor, que incluye también poemas; El libro de arena y Borges rosa y azul.

Los cuentos de Borges se caracterizan porque nos ponen en contacto con lo excepcional e insólito, pero Borges no es un simple autor de cuentos fantásticos, su objetivo es proponernos sutiles juegos mentales y situarnos ante problemas metafísicos. Los temas predilectos del autor son: la identidad humana, el destino del hombre, el tiempo circular o el eterno retorno, la eternidad y el infinito, el mundo como laberinto y la muerte, bibliotecas como conocimiento inaccesible, espejos como imagen del desdoblamiento de la personalidad del hombre, la muerte. Junto con este género de narrativa metafísica o Realismo fantástico, otros autores como Juan Carlos Onetti, Ernesto Sábato, Miguel Ángel Asturias, Alejo Carpentier o Juan Rulfo, cultivan la narrativa existencial.

Julio Cortázar

El escritor argentino Julio Cortázar desarrolló su actividad literaria entre París y Buenos Aires. Se reveló como un inteligente cultivador del cuento fantástico, en una línea que arrancaba de Borges, con Bestiario, Las armas secretas, Todos los fuegos, el fuego y ya, sin eludir lo fantástico, pero más cercano y reconocible, Historias de cronopios y de famas, obra surrealista, y La vuelta al día en ochenta mundos. Su consagración literaria le llega con su novela más destacada y vanguardista, Rayuela, construida a partir de la técnica del collage y a modo de improvisaciones; produjo un gran impacto por los aspectos novedosos que incorpora, especialmente, en cuanto a la técnica narrativa, ya que admite diferentes lecturas según el orden en que se lean los capítulos, se entrecruzan numerosos temas que se interrelacionan, el lenguaje se convierte en juego y recreación… El autor se centra en la vida cotidiana de los personajes urbanos, asediados por la soledad e incomunicación, rescatados por la amistad y el amor.

Mario Vargas Llosa

Mario Vargas Llosa (peruano). El inicio de su producción literaria coincidió con un boom editorial de los años 60 debido al prestigio que había adquirido la narrativa hispanoamericana en el panorama de las letras en lengua española.

Primera Etapa

En su primera etapa, utiliza el Perú contemporáneo como marco de todas sus historias y en sus obras se aúnan realidades brutales y experimentación formal. Su primera novela, La ciudad y los perros (1962), se desarrolla en el ambiente cerrado y opresivo de un colegio militar de la ciudad de Lima; este lugar cerrado contrasta con el mundo de fuera, el de la ciudad abierta. La casa verde refleja la degradación moral y sexual de un prostíbulo, Los cachorros es una novela corta que reflexiona sobre el machismo adolescente, Conversación en la Catedral analiza la dictadura de Odría (1948-1956) mediante la conversación en un modesto cabaré entre un periodista amarillo y un chófer.

Segunda Etapa

En los años setenta se aleja de las posiciones ideológicas de su primera etapa en dos novelas humorísticas: Pantaleón y las visitadoras, sobre un plan secreto del ejército para que una red de prostitutas «visite» a la tropa, y La tía Julia y el escribidor, que narra su relación sentimental con su tía Julia, entremezclada con «culebrones» radiofónicos de un compañero del «escribidor».

Tercera Etapa

A partir de los años ochenta, Vargas Llosa recupera la mirada crítica sobre la sociedad hispanoamericana, pero lejos de su izquierdismo juvenil y con una visión pesimista y escéptica de la condición humana. Destacan obras como La guerra del fin del mundo, sobre una sangrienta revuelta brasileña a finales del siglo XIX; Lituma en los Andes (Premio Planeta, 1993), sobre el grupo terrorista Sendero Luminoso; Cinco esquinas, ambientada en la sociedad peruana de la década de 1990, amenazada por la hipocresía, ambición, miseria moral y la violencia, sociedad afectada por el terrorismo de Sendero Luminoso y la corrupción política del gobierno de Alberto Fujimori; Tiempos recios, publicada en 2019, narra la agitada historia de Guatemala a mediados de los años 50 del siglo XX. Fue Premio Nobel de Literatura en el 2010.

Gabriel García Márquez

La carrera literaria del colombiano Gabriel García Márquez arranca del periodismo, que nunca ha abandonado. Practica la narración realista (como una crónica periodística) de acontecimientos sucedidos en un espacio y en un pasado mágicos que condicionan la conducta de los personajes. En 1982, tras una larga trayectoria narrativa, obtuvo el Premio Nobel de Literatura.

Primera Etapa

Tras escribir cuentos muy influidos por narradores norteamericanos y europeos (Faulkner, Hemingway, James Joyce, Virginia Woolf), desde 1955 a 1962, al margen de Relato de un náufrago, publica relatos breves en los que utiliza el realismo mágico: La hojarasca, El coronel no tiene quien le escriba, la colección Los funerales de la Mamá Grande y La mala hora. Son espléndidos relatos que giran en torno al imaginario pueblo de Macondo. La vida de ese pueblo, real y mítico, adquirió tales proporciones que acabó por tomar cuerpo en una prodigiosa novela, Cien años de soledad, que también retoma uno de sus protagonistas, el coronel Aureliano Buendía. Cien años de soledad será su obra maestra; su aparición constituyó uno de los grandes acontecimientos de la literatura en lengua castellana. Cuenta la historia de una familia, los Buendía, y del mundo que la rodea. La obra es una gran síntesis de todos los elementos que se han dado en la narrativa hispanoamericana: la naturaleza, los problemas sociales y políticos, las realidades humanas, la soledad como rasgo existencial de sus personajes e inherente a la sociedad hispanoamericana; pero todo ello aparece traspasado por fuerzas sobrenaturales, humor y tragedia. Se ha querido ver en Macondo una imagen de la realidad de América Latina: este lugar es descrito desde sus orígenes en un pasado arcaico, para luego narrar las diferentes etapas que atraviesa (feudal, colonización española, revolución, invasión de las multinacionales norteamericanas que conducen a la irremediable destrucción del pueblo). De ahí que su otra constante sea el compromiso político y moral en favor de los más desfavorecidos y de la democracia.

Segunda Etapa

Tras Cien años de soledad, abandona el referente mítico de Macondo, busca nuevos caminos y publica un volumen de cuentos, La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y su abuela desalmada; El otoño del patriarca, novela de dictador narrada bajo el prisma del realismo mágico; y Crónica de una muerte anunciada, en la que coexisten la crónica periodística y la novela policíaca. Tras recibir el Premio Nobel (1982), publica El amor en los tiempos del cólera, donde muestra el amor como una fuerza destructiva que consume al ser humano como la enfermedad del cólera. Otras obras destacadas son El general en su laberinto, Del amor y otros demonios, y su autobiografía Vivir para contarla.

Crónica de una Muerte Anunciada: Temas y Personajes

Cuando Gabriel García Márquez publica Crónica de una muerte anunciada (1981) es ya un escritor consagrado, de fama universal. Con ella rinde homenaje al periodismo, profesión que ejerció en su juventud y de la que siempre sintió nostalgia. Es su obra más realista; el relato adopta forma de crónica y representa un acercamiento entre lo periodístico y lo narrativo. Con Cien años de soledad (1967) se convierte en el más importante fenómeno de la narrativa hispanoamericana. Su obra ha sido traducida a más de treinta idiomas. Gabriel García Márquez nació en Colombia en 1928. Pertenece al grupo de narradores que impulsaron la narrativa hispanoamericana en los años 60, fenómeno literario conocido en el mundo literario como “boom” y fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1982.

Crónica de una muerte anunciada es una novela corta en la que se mezclan con acierto elementos de la crónica periodística y de la novela policíaca. El suceso real que inspiró la novela es el siguiente: el 22 de enero de 1951 se casaban, en el pueblo del autor, Sucre, Margarita Chica Salas y Miguel Reyes Palencia. En su primera noche de bodas, el esposo descubre que su mujer no es virgen y, en la madrugada del día siguiente, el burlado marido lleva a su esposa a casa de su suegra y le devuelve a su hija. A las pocas horas del hecho, Víctor Chica Salas, hermano de la esposa repudiada, da muerte a Cayetano Gentile Chimento, al parecer causante de la deshonra de Margarita y, por tanto, del agravio familiar. Fue un crimen sin misterios ni complicaciones; un suceso común y corriente en sus circunstancias, motivos y ejecución. El suceso tuvo una amplia difusión en la prensa de la época. Por presiones familiares, el autor esperó treinta años para contarla. El tiempo transcurrido entre la historia y el relato le permitió conocer el destino posterior de algunos personajes y recomponer novelescamente el conjunto. La novela narra el asesinato de Santiago Nasar a manos de los hermanos gemelos de una novia repudiada la noche de su boda, cuando el marido descubre que no era virgen.

Temas Centrales en Crónica de una Muerte Anunciada

El Tema del Honor

La obra centra su argumento en la muerte de Santiago Nasar por honor. Este es uno de los temas fundamentales de la obra y que según el propio García Márquez le movió a escribir la obra (con un final romántico y con una clara condena a un código del honor trasnochado y a la violencia, arraigada en la historia de su país). Bayardo, al descubrir que su esposa no es virgen, la devuelve a casa de su madre tras golpearla. Los hermanos planean la venganza del causante de la deshonra que, según declaración de Ángela, es Santiago Nasar. Para armar su novela, aunque lo que el autor colombiano se propone alcanzar es lo opuesto a lo que pretendía Lope en la comedia española con la ironización y la exageración de estos elementos, García Márquez ridiculiza a los personajes y su código moral para subrayar el carácter absurdo y brutal de los restos de esta herencia cultural española que aún persiste en Latinoamérica hoy.

El Fatum o Destino Trágico

La fatalidad, el destino, envuelto en un Fatum o sino trágico, pesa sobre la figura de Santiago Nasar en forma de una serie de circunstancias adversas que lo conducen a la muerte. A diferencia de las comedias griegas en las que el Fatum se caracteriza por un funcionamiento ciego e implacable que suele estar en relación con los defectos o las culpas de los personajes, en la obra se debe a un conjunto de contradicciones.

El Amor

La interpretación de la obra no se puede hacer únicamente en clave fatalista. La novela es también la historia de la pasión amorosa de Bayardo y Ángela, que crece en la separación de los amantes y que es capaz de vencer la ofensa, la soledad, el silencio e incluso el paso del tiempo.

La Violencia

Es la única forma de respuesta a la violación del rígido código del honor que rige la moral del pueblo y que exige a la desposada llegar virgen al matrimonio. Pero hay otras formas de violencia: en la personalidad de Santiago Nasar, en referencias a las guerrillas a través del personaje de Pedro Vicario, en el hecho puntual del crimen, en la descripción de la escena de la autopsia.

La Religión

Está presente a través de la visita del obispo y las expectativas frustradas que provoca en el pueblo; de la onomástica de muchos personajes (Lázaro, Pedro, Pablo, Poncio); de la dimensión de sacrificio o crucifixión pública que puede suponer la muerte de Santiago Nasar. El tema se manifiesta a modo de una fe con mucho de fetichista y santurrona y que convive con las creencias supersticiosas. El escritor da al tema un tratamiento humorístico e irónico.

Las Referencias Eróticas

Son constantes. Hay en la novela una marcada celebración del placer, de la sensualidad; una verdadera exaltación de los sentidos. Las referencias al sexo y el incontenible erotismo de algunos personajes son reiteradas. Santiago Nasar es “un gavilán pollero”; a Ángela Vicario la abrasó “el fogaje de su cuerpo en la cama” y le escribe a Bayardo sobre la huella dejada en su cuerpo de “la sal de su lengua…”; María Alejandrina “arrasó con la virginidad de toda una generación de jóvenes”; Bayardo San Román está “para embadurnarlo de mantequilla y comérselo vivo”. El narrador metaforiza coloquialmente el sexo (“panocha”, “cogollo”, “pingo”). El símbolo de la mancha en la sábana y las estrategias que las amigas le enseñan a Ángela para disimular la pérdida de su virginidad nos llevan al código que rige lo moral sexual en el pueblo.

El Humor

A veces grotesco y esperpéntico, que sirve de anticlímax a la violencia y lo macabro del crimen.

Análisis de los Personajes

Entre los personajes distinguimos tres niveles:

  1. Los protagonistas (Ángela, Bayardo, Santiago Nasar y los hermanos Vicario).
  2. El narrador y algunos testigos concretos de los hechos, copartícipes de los mismos y consultados por el narrador.
  3. El pueblo que, finalmente, se aglomera para presenciar el crimen.

Protagonistas

Santiago Nasar

Hombre de 21 años que abandona los estudios de secundaria cuando su padre fallece y tiene que actuar como padre de familia y dirigir el Divino Rostro, una hacienda que su padre le dejó en herencia. Descendiente de árabes, era considerado apuesto y de un porvenir brillante. Vive en su casa con su madre (Plácida Linero), la sirvienta (Victoria Guzmán) y la hija de esta (Divina Flor). Es emprendedor y demuestra su capacidad en el trabajo, le gusta asumir responsabilidades y ser el centro de muchas miradas, siempre desea hacer las cosas mejor de lo que las hizo otra persona. Tuvo que hacerse cargo de la hacienda familiar poniendo en práctica todo lo que su padre le había enseñado como el uso de las armas de fuego, el amor por los caballos y la maestranza de las aves. El asumir tamaña responsabilidad desde joven lo hizo madurar un poco más rápido. Esta responsabilidad le hace tener cierta estabilidad en su vida.

Bayardo San Román

Ingeniero de trenes cuya edad ronda los treinta años. Bien vestido, galán con las mujeres, es honrado, afable y buen conversador. Hombre de gran poder económico y hacía alarde de él. A su llegada, produjo admiración en el pueblo. Decidió casarse con Ángela Vicario consultando en primer lugar a la familia y no a ella, y para hacerla feliz cumplió todos sus caprichos prenupciales. Después la devolvió al descubrir que no era virgen. No logrará vencer la vergüenza del ultraje y su gesto es la huida, la búsqueda de la soledad y el olvido. Se manifiesta como un “pobre hombre”, en expresión de su abandonada esposa. Y esa pasión es la que le lleva a regresar con ella, muchos años después, con un simple “aquí estoy”.

Ángela Vicario

Es la menor en su familia; figura clave en el conflicto que lleva a la muerte de Santiago Nasar. De humilde condición, Ángela se ve obligada a un matrimonio de conveniencia que favorecerá a su familia. Prima del narrador. Flamante novia y devuelta esposa de Bayardo San Román al descubrir que no era virgen. Es la hija menor de una familia machista de recursos escasos. Vivía con su padre que estaba casi ciego (Poncio), madre (Pura) y hermanos (Pedro y Pablo). Tenía además dos hermanas mayores que ya se habían casado. Ángela era muy bonita y su aspecto era de monja. Es una persona reprimida socialmente por las costumbres que hay en su hogar donde a la vez muestra una total dependencia hacia la madre, muestra una pasividad y sinceridad enorme consigo misma y con el resto. Como se dice, ha sido educada para ser esposa. Tal vez una razón más para estar reprimida era el hecho de no ser virgen y que no se lo haya dicho a su familia, después de la paliza que le dio su madre ella se quitó un gran peso de encima, pues ya no le debía nada a nadie. Estamos ante uno de esos personajes de García Márquez a los que el autor dota de un oculto interior, de una inesperada capacidad de mutación. Madura después de lo ocurrido y se vuelve ingeniosa. Aunque nadie le pudo sacar nada de lo que pasó aquella noche ni qué pasó con Santiago, la versión más corriente era que Ángela estaba protegiendo a alguien a quien amaba de verdad.

Pedro y Pablo Vicario

Los hermanos de Ángela son los encargados de devolver la honra perdida a la familia. Ninguno de los dos deseaba pasar por ese trance porque no eran hombres violentos, de modo que intentaron, sin lograrlo, que otros realizaran ese cometido. Muestran tener una relación simbiótica, pues Pablo se ve como una persona pasivo-dependiente ante Pedro, que posee un carácter un tanto agresivo y prepotente, machista. Al final, son víctimas de la presión del código de honor del pueblo, sin llegar a desearlo del todo deben matar a Santiago, de ahí que sus bravuconadas machistas, la parafernalia de los cuchillos y su decisión en el momento de matar a Santiago Nasar contrasten con la publicidad que dan al cumplimiento de su obligación, la borrachera y las vueltas e indecisiones por las que atraviesan. La carga que pesa sobre ellos los convierte en fantoches, en autómatas dirigidos a una meta única, en asesinos a su pesar.

Cambios en los Personajes Principales

  • Ángela pasa del rechazo a Bayardo al apasionamiento por él.
  • Bayardo va de la altanería al declive al sentirse engañado por Ángela.
  • Los hermanos Vicario, débiles de espíritu, han de animarse mutuamente y recurrir a la bebida para matar.
  • Santiago suscita opiniones encontradas de amor y de odio; machista y mujeriego, es también un joven religioso y buen hijo; su inocencia, su descuido y su debilidad le hacen perder la vida.

Testigos

Su función es la de coadyuvantes de la información en cuanto a testigos y partícipes secundarios de los hechos; de unos hechos que unos no saben y otros no quieren modificar. En conjunto, son exponentes de un tercer nivel de personajes, el personaje-grupo, anónimo, que es el pueblo. Podemos mencionar algunos de los más significativos: Plácida Linero (madre de Santiago Nasar), María Alejandrina Cervantes (prostituta de la que Santiago Nasar estuvo enamorado en su adolescencia), Luisa Santiago (madre del narrador), el mismo narrador, Cristo Bedoya (amigo de Santiago y del narrador), Lázaro Aponte (excoronel y alcalde del pueblo), Carmen Amador (cura del pueblo y el que practica la autopsia al cadáver de Santiago); Victoria Guzmán

El Narrador

Mención especial merece el narrador: Gabriel García Márquez (narrador): joven estudiante no mayor de veinte años que mantenía contacto con su madre a través de cartas, solo en época de vacaciones visitaba a su familia (papá, mamá y hermanos) en Riohacha. En este pueblo tiene dos buenos amigos llamados Santiago Nasar y Cristo Bedoya y una buena amiga con quien se casaría años más tarde, Mercedes Barcha. Se le ve como un joven tranquilo, sociable e inteligente, pero no amante del estudio. Le gusta el ambiente familiar, participar de las tradiciones del pueblo. Es conservador, pero no prejuicioso, se le ve sumamente detallista y ordenado. Aunque en la obra no se especifica qué es lo que hace exactamente el narrador, se podría decir que se dedica a estudiar algo relacionado con las letras o tal vez -como se indica en una parte- aún está en el colegio, su afán objetivo e investigador es propio de un reportero. Dentro de su casa se ve claramente definida su posición de hermano mayor y en la calle se ve que es un defensor de las auténticas amistades, aunque no haya podido prevenir a su amigo Santiago.

El Pueblo

Su mezquindad se manifiesta en la serie de exculpaciones con las que trata de justificarse. Su pasividad, su impotencia o su escondido deseo de que la amenaza se cumpla, es parte esencial del destino.

Deja un comentario