16 May

Pintura Barroca

La pintura barroca fue el principal medio para difundir las ideas de la Contrarreforma, caracterizándose por el naturalismo y la representación de la realidad cambiante y verosímil. Surgieron nuevos temas como las escenas de género y los bodegones, además del retrato político impulsado por las monarquías absolutas. Sus principales características incluyen el predominio del color sobre el dibujo, composiciones dinámicas y el uso dramático de la luz y la sombra, especialmente en el tenebrismo.

Italia

En Italia, la pintura barroca se desarrolló en tres tendencias:

  1. Clasicista: Representada por Annibale Carracci, buscaba orden y equilibrio, recuperando la herencia del Renacimiento. Destacan los frescos del Palacio Farnese.

  2. Decorativa: Vinculada a la Iglesia, destacaba por los efectos ilusorios y perspectivas engañosas en techos y bóvedas. Su principal exponente fue Giovanni Battista Gaulli (Il Baciccio), con La veneración del Santo Nombre de Jesús. Otros representantes fueron Andrea Pozzo y Tiépolo.

  3. Naturalista: Liderada por Caravaggio, destacó por el realismo extremo, el uso del claroscuro y la introducción de personajes vulgares en escenas religiosas. Desarrolló el tenebrismo, donde la luz resalta figuras en espacios oscuros. Obras destacadas: La vocación de San Mateo, El entierro de Cristo, La conversión de San Pablo. Entre sus seguidores destaca Artemisia Gentileschi con Judith decapitando a Holofernes.

Flandes y Holanda

En los Países Bajos, la Reforma dividió la pintura en dos estilos diferentes:

  • Flandes (católico, bajo dominio español): Grandes lienzos religiosos para iglesias, retratos solemnes y escenas mitológicas llenas de sensualidad. Su principal representante fue Rubens, con un estilo dinámico basado en curvas y colores intensos. Obras clave: El rapto de las hijas de Leucipo, Las Tres Gracias, La bajada de la cruz.

  • Holanda (protestante y burguesa): Sin pintura religiosa en iglesias, los géneros más populares fueron el retrato (individual y de grupo), los paisajes y los bodegones. Destacó Rembrandt, influenciado por Caravaggio pero con un claroscuro más suave y espiritual. Obras clave: La lección de anatomía del doctor Tulp, La ronda de noche. Otros pintores importantes fueron Frans Hals y Vermeer.

Arquitectura Barroca

La arquitectura barroca nació en Italia como una expresión de la Contrarreforma, expandiéndose primero por los países católicos y luego por los protestantes. Se inspiró en arquitectos del Cinquecento como Miguel Ángel y Vignola, destacando la iglesia de Il Gesù de Roma. Carlo Maderno, con la fachada de San Pedro del Vaticano, introdujo el dinamismo y la escenografía que definirían el estilo.

Italia: Bernini y Borromini

Los dos grandes arquitectos del Barroco italiano fueron Bernini y Borromini, con estilos muy contrastados:

  • Bernini combinaba elementos clásicos con lo colosal y escenográfico. Fue el arquitecto de los papas, autor del Baldaquino de San Pedro, un enorme palio de bronce sobre la tumba del apóstol. Diseñó también la plaza de San Pedro, con columnatas monumentales que simbolizan los brazos de la Iglesia acogiendo a los fieles. Otra obra clave es la iglesia de San Andrés del Quirinal, de planta elíptica, con una fachada curva y un interior teatral que integra arquitectura, escultura y pintura.

  • Borromini, en cambio, rompe con el clasicismo y apuesta por formas dinámicas e ilusionistas. Destaca la iglesia de San Carlo alle Quattro Fontane, con muros ondulantes y planta flexible, y San Ivo della Sapienza, cuyo ciborio con lanterna en forma de hélice refleja su gran inventiva.

Francia: Clasicismo y Palacio de Versalles

En Francia, el Barroco tuvo una orientación más clasicista, reforzada por la creación de las Academias Reales, que regulaban el gusto artístico oficial. Su obra más emblemática es el Palacio de Versalles, símbolo de la monarquía absoluta de Luis XIV. El proyecto fue realizado por Louis Le Vau, Jules Hardouin Mansart y André Le Nôtre, combinando arquitectura, escultura y pintura en una demostración de grandiosidad y opulencia.

El palacio se completa con sus jardines geométricos, diseñados por Le Nôtre, que transforman la naturaleza en un escenario ordenado y teatral. Estos jardines ejemplifican la planificación barroca, integrando paisaje y arquitectura en un conjunto monumental.

Escultura Barroca

La escultura barroca nace en Italia y tiene una presencia omnipresente en fachadas, retablos y monumentos. Sirve para reforzar el carácter simbólico y escenográfico del Barroco, integrándose perfectamente con la arquitectura.

Características

Los materiales varían según la zona: en Italia se utiliza principalmente mármol, alabastro y bronce. Las temáticas son diversas, incluyendo religión, monumentos funerarios y mitología con sentido simbólico. Destaca la unifacialidad, que rompe con la multifacialidad manierista, haciendo que las esculturas se adapten a su espacio arquitectónico y al punto de vista del espectador. La arquitectura se convierte en el escenario de la escultura, favoreciendo la unidad artística barroca.

Bernini: Maestro de la Teatralidad

Bernini es el máximo exponente de la escultura barroca, combinando arquitectura, pintura y escultura en una perfecta armonía. Agrega un profundo naturalismo y un acabado detallado, haciendo que el mármol parezca cera.

En su juventud, esculpe obras mitológicas y bíblicas para el cardenal Scipione Borghese:

  • Apolo y Dafne: captura el momento exacto en que Dafne se transforma en laurel para escapar de Apolo, deteniendo la acción en una «instantánea» de gran dramatismo.

  • David: representa la tensión del héroe antes de lanzar la piedra a Goliat, con una expresión de esfuerzo y concentración.

En su etapa de madurez trabaja para varios papas, creando obras como:

  • Tumba de Urbano VIII: encima del sarcófago, un esqueleto de bronce arranca los títulos del difunto, simbolizando la fugacidad de la vida.

  • La transverberación de Santa Teresa (Capilla Cornaro, Santa María de la Victoria): obra maestra de la teatralidad barroca. Representa a la santa en éxtasis mientras un ángel le clava un dardo de oro en el corazón. La escultura parece levitar gracias al tratamiento de las ropas y nubes. En las paredes de la capilla, los miembros de la familia Cornaro aparecen esculpidos como espectadores del milagro, haciendo que el visitante también se sienta parte de la escena.

Otro escultor destacado es Alessandro Algardi, con un estilo más severo y clasicista. Destacan: Tumba de León XI y El papa San León deteniendo a Atila (basílica de San Pedro), un altorrelieve en mármol que resalta por su monumentalidad.

Arquitectura Barroca en España

La arquitectura barroca española está marcada por la crisis económica del siglo XVII, lo que redujo el número de obras e impulsó el uso de materiales baratos como el ladrillo. Frente al monumentalismo italiano, en España priman la decoración y los efectos ilusionistas con retablos, pinturas y cúpulas encamonadas (falsas cúpulas de madera cubiertas de yeso).

Etapas de la Arquitectura Barroca Española

  1. Primera mitad del siglo XVII: Influencia del estilo escurialense, con formas sobrias, geometría simple y fachadas rectas. El modelo para los templos es la iglesia de Il Gesú de Vignola.

    • Ejemplo civil: Palacio de Santa Cruz (Madrid), de Juan Gómez de Mora, con capiteles y decoración austera.
  2. Siglo XVIII: Auge de la decoración churrigueresca.

    • Fusión de columnas salomónicas, pilastras, molduras e interiores teatrales.
    • José Benito Churriguera, principal exponente, crea el retablo del Convento de Santo Estevo de Salamanca.
    • Desarrollo de las plazas mayores, como la de Madrid (Juan Gómez de Mora) y la de Salamanca (Alberto Churriguera), con planta cuadrada, soportales y un único edificio destacado: la Casa del Concejo.

El Barroco en Galicia y Santiago de Compostela

En Galicia, la Iglesia financia la construcción y reforma de monasterios y catedrales, destacando la Catedral de Santiago de Compostela y su transformación barroca. Las plazas del Obradoiro, Quintana y Praterías organizan el espacio urbano alrededor de la catedral.

Domingo Antonio de Andrade, nombrado maestro de obras de la catedral en 1676, realiza importantes reformas:

  • Torre del Reloj: estructura en cuerpos prismáticos superpuestos con templetes circulares y balaustradas, rematada con una cúpula.

  • Introduce una ornamentación con frutas y vegetales esculpidos en granito, combinada con motivos jacobeos y militares.

  • Otras obras: Pórtico Real de la Catedral, fachada de San Domingos de Bonaval, triple escalera de caracol del monasterio y las Casas de la Parra y de la Casa de la Conga en la plaza de la Quintana.

Fernando de Casas Novoa, sigue a Andrade en 1711 y realiza su obra maestra:

  • Fachada del Obradoiro: oculta el pórtico románico con una estructura piramidal, con gran sentido ascensional. Las grandes ventanas iluminan el interior, reduciendo la sensación de peso de la fachada. Se ha convertido en el modelo del barroco de placas compostelano.

Otros arquitectos gallegos

  • Simón Rodríguez: En la fachada del Convento de Santa Clara, usa placas en altorrelieve y cilindros que crean sensación de inestabilidad.

  • Clemente Fernández Sarela: La Casa del Cabildo, en la plaza de Praterías, tiene una fachada monumental pero menos de tres metros de profundidad, puro efecto decorativo.

Pintura Barroca en España

El siglo XVII español, conocido como el Siglo de Oro, fue una época de esplendor en la pintura, marcada por el realismo y la influencia del tenebrismo de Caravaggio. La pintura barroca española se destacó por una iluminación dramática y una gran intensidad emocional. La temática predominante fue la religiosa, en consonancia con el espíritu de la Contrarreforma, pero también se abordaron escenas mitológicas, históricas y de género.

Entre los principales pintores barrocos en España se encuentran José de Ribera, Francisco de Zurbarán, Diego Velázquez y Bartolomé Esteban Murillo.

José de Ribera, valenciano de origen, fue uno de los primeros en seguir la estética tenebrista de Caravaggio, aunque su obra evolucionó hacia una mayor complejidad barroca. Se especializó en temas religiosos (Martirio de San Felipe), pero también en escenas de género que representaban deformidades anatómicas (La mujer barbuda, El patizambo), un tema muy apreciado en el arte hispano. Además, realizó pinturas mitológicas como Apolo desollando a Marsias.

Francisco de Zurbarán desarrolló un estilo distinto, caracterizado por su misticismo y austeridad. Empleó el tenebrismo en casi toda su producción, con luces intensas que resaltaban los volúmenes de las figuras. Pintó fundamentalmente para órdenes religiosas, destacando obras como San Serapio o San Hugo en el refectorio. También realizó naturalezas muertas con fuerte simbolismo religioso, llamadas “bodegones místicos” (Agnus Dei). Participó en la decoración del Palacio del Buen Retiro con obras como Defensa de Cádiz frente a los ingleses y Trabajos de Hércules.

Diego Velázquez fue uno de los mayores genios de la pintura universal, dominando todos los géneros: retrato, mitología, paisaje, historia y religión. Su carrera se divide en varias etapas. Durante la etapa sevillana, siguió el tenebrismo e hizo escenas de género (Vieja friendo huevos, El aguador de Sevilla). Ya en Madrid, Felipe IV lo nombró pintor de la corte, especializándose en retratos y viajando a Italia, donde estudió la perspectiva aérea (La forja de Vulcano). En su período final, desarrolló un estilo de gran luminosidad y pincelada suelta, con obras maestras como Las Meninas y Las Hilanderas.

Bartolomé Esteban Murillo destacó por su pintura grácil e idealizada, buscando acercar la religión al pueblo. Fue autor de representaciones infantiles y femeninas (El buen Pastor, Inmaculadas, Niños comiendo melón y uvas). Su estilo evolucionó del tenebrismo inicial (La Sagrada Familia del Pajarito) a una pintura de gran luminosidad y suavidad, con influencia de Rembrandt.

Escultura Barroca en España

La escultura barroca española se caracteriza por el realismo y su temática exclusivamente religiosa. El peso de la Iglesia católica, la devoción popular y las cofradías impulsaron la creación de retablos, pasos procesionales y esculturas de bulto redondo, que conforman la imaginería religiosa española. La escultura oficial fue escasa, limitándose a estatuas de bronce como las de Felipe III en la Plaza Mayor de Madrid o Felipe IV en la Plaza de Oriente. Como símbolo de la Contrarreforma, la monarquía hispánica fomentó una religiosidad que debía expresarse públicamente, llegando a una fuerte teatralidad.

La técnica predominante fue la talla en madera policromada, con la que se buscaba reforzar el realismo. Las esculturas tienen un lenguaje sencillo y buscan el dramatismo para conmover al espectador. Para un mayor realismo, se añadían elementos postizos como pelucas de pelo natural, ojos de vidrio, lágrimas de resina, vestidos de tela, joyas o coronas. Estas imágenes, expuestas en iglesias y procesiones, fueron claves en la educación religiosa del pueblo.

En el siglo XVII destacaron dos grandes escuelas de imaginería:

  • Escuela castellana, caracterizada por su realismo extremo y expresividad dramática.
  • La escuela andaluza, que buscaba una mayor armonía estética e influencias clásicas.

En el siglo XVIII apareció una nueva escuela, la levantina, destacando Francisco Salzillo en Valencia y Murcia.

Entre los escultores más importantes del Barroco español se encuentra Gregorio Fernández, máximo exponente de la escuela castellana. Sus esculturas de bulto redondo destacan por su gran expresividad y dramatismo, con ropajes de pliegues angulosos que acentúan los contrastes de luz y sombra. Creó iconografías religiosas muy imitadas, especialmente para los pasos procesionales, con Cristos sufrientes y Vírgenes de gran dolor. Destacan sus obras Piedad, Ecce Homo y Cristo yacente.

En la escuela andaluza, Sevilla y Granada fueron sus principales centros. La influencia del clasicismo italiano es evidente, sobre todo en la decoración de los atuendos de los Nazarenos y Dolorosas, con bordados, palios, candelabros y flores. Destacan escultores como Juan de Mesa, autor del Jesús del Gran Poder, y Juan Martínez Montañés, cuya obra Cristo de la Clemencia fue modelo para otros escultores.

El granadino Alonso Cano destacó por su refinamiento clásico y delicadeza, como en su Inmaculada. Pedro de Mena, discípulo de Cano, incorporó un dramatismo contenido en obras como Magdalena penitente.

Por último, Luisa Roldán “La Roldana”, se formó en el taller de su padre, Pedro Roldán. Fue autora de varias imágenes procesionales, como la Virgen de la Estrella, y se le atribuye la Virgen de la Macarena, aunque sin confirmación documental.

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