División Sexual del Trabajo

El trabajo, la familia y los mercados laborales han sufrido una profunda transformación en el último cuarto de siglo debido a la incorporación masiva de las mujeres al trabajo remunerado.

Este proceso de incorporación masiva se debe a la información, la interconexión y la globalización de la economía, la segmentación por géneros del mercado laboral, que aprovecha las condiciones sociales específicas de las mujeres para incrementar la productividad, el control de gestión y, en definitiva, los beneficios.

En los países desarrollados, el grueso del empleo femenino se encuentra en los servicios sociales y los servicios personales. Aunque el mayor incremento se ha dado en los servicios a las empresas.

Existe discriminación porque realizan trabajos de cualificación similar a los hombres con un salario más bajo, con una gran inseguridad laboral y con menores posibilidades de hacer carrera hasta el nivel máximo.

La discriminación salarial de las mujeres es la razón principal de la expansión del empleo femenino. La otra razón es la flexibilidad como trabajadoras. Las mujeres representan el grueso del empleo a tiempo parcial y temporal, y una pequeña proporción del empleo autónomo.

Esta característica encaja con las necesidades de la nueva economía. También, el trabajo de las mujeres se ha considerado tradicionalmente complementario de los ingresos del hombre en la familia, y mientras, las mujeres siguen siendo responsables de sus hogares y de la crianza de los hijos. Así, la flexibilidad laboral se ajusta a las estrategias de supervivencia y reproducción familiares.

Al no existir en el mercado laboral indicadores para medir de forma directa la discriminación en el trabajo, se utilizan cuatro elementos informativos universalmente reconocidos como indicadores supletorios válidos. Estos son:

• Las disparidades por razón de género en las tasas de participación en la fuerza de trabajo.
• Las tasas de desempleo.
• Los salarios.
• Los trabajos en que predominan las mujeres frente a aquellos en que predominan los hombres.

La discriminación dificulta el acceso de algunos colectivos al mercado de trabajo y obstaculiza la permanencia en el empleo. Las mujeres, y particularmente aquellas con bajos niveles de educación y las de más edad, están más expuestas a perder su trabajo y encuentran mayores escollos que los varones para reincorporarse a la fuerza de trabajo.

Ello puede atribuirse a que la oferta de trabajo supone unas condiciones de empleo que: las mujeres están más dispuestas a aceptar que los hombres (es decir, contratos precarios y remuneraciones bajas) y a que los empleadores prefieren trabajadores con determinadas características (por ejemplo, mujeres en las zonas francas de exportación). No obstante, conviene ser prudente al interpretar las tendencias descendentes de las tasas de desempleo. Las mujeres y, como ellas, otros grupos que padecen discriminación, pueden adaptarse al deterioro de las condiciones en el mercado de trabajo, ya sea:

1. Aceptando menos horas de trabajo en lugar de no trabajar en absoluto y, por lo tanto, pasar a ser subempleadas.
2. Ante la discriminación, caer en el desánimo y abandonar por completo la búsqueda activa de un empleo.

El subempleo y el fenómeno de los «trabajadores desalentados» son más frecuentes entre los grupos objeto de discriminación y suelen ocultar las verdaderas y más elevadas tasas de desocupación.

La segregación en la ocupación suele considerarse como una prueba de desigualdad, ya que incluye aspectos de la estratificación social en cuanto al poder, las cualificaciones y las ganancias.

Todos estos factores están relacionados entre sí y pueden tomarse como indicadores de las ventajas o desventajas sociales. La segregación en la ocupación por razón de sexo ha sido más perjudicial para las mujeres que para los hombres: las ocupaciones «femeninas» generalmente son menos atractivas, tienden a ser menos remuneradas, tener categorías inferiores y menos posibilidades de ascenso.

Los mismos procesos discriminatorios tienen lugar respecto de la raza, el origen étnico, la edad, la invalidez y la situación sanitaria, entre otros, y redundan en la desvalorización y segregación de grupos de trabajadores a puestos de trabajo con condiciones laborales menos favorables.

División del Trabajo

Hay que diferenciar la división del trabajo en la producción (técnica) de la división del trabajo en la sociedad:

• En la sociedad, el trabajo dividido ha sido una estrategia para cubrir las necesidades de supervivencia, bienestar y calidad de vida. El desarrollo y el crecimiento económico dependen mucho de la división social del trabajo.
• En el proceso de producción, el trabajo dividido responde a un requerimiento de capacidades (técnicas) de los trabajadores, y de control y organización.

Taylorismo: Organización Científica del Trabajo

Taylor propuso y practicó la organización científica del trabajo:

• Máximo control sobre los obreros (son vagos por naturaleza y resistentes a ejecutar los planes de la dirección).
• Distribución jerárquica de tareas y responsabilidades (trabajo intelectual – organización frente a trabajo manual – ejecución).
• Planificación de tiempos y ritmos de producción.
• Incentivar económicamente para elevar los niveles de satisfacción en el empleo.

Desde el punto de vista de la empresa, la división del trabajo, junto a la innovación tecnológica, es el recurso principal para el aumento de la productividad, lo que hace aumentar sus beneficios. Pero la innovación tecnológica (IT), que aumenta productividad (P) y beneficios (B), tiene el problema de generar el mismo comportamiento (C) en la competencia, sean empresas o países.

Los Países del Sudeste Asiático

China, Japón, Taiwán, Corea del Sur, Tailandia… Países en emergencia. Estos países se han convertido en países tecnológicos, comerciantes, exportadores y sobre todo en acumuladores de capital, ya que producen tanto y venden tanto que acumulan dinero y lo invierten prestándolo a tasas de interés a los ricos (que son los que tienen capacidad para devolver el dinero con certeza); estos países que antes eran pobres se han convertido en grandes prestamistas.

Tecnología, Burocracia y Complejidad Administrativa

Hay que entender que, para Weber, la burocracia es la organización eficiente por excelencia, la organización llamada a resolver racional y eficientemente los problemas de la sociedad y, por extensión, de las empresas. La organización burocrática está diseñada científicamente para funcionar con exactitud, precisamente para lograr los fines para los cuales fue creada.

La expansión de la burocracia es inevitable en las sociedades modernas, porque es la única manera de afrontar los requisitos administrativos de los sistemas sociales a gran escala (Giddens, 1991). Entre las causas que producen este fenómeno figuran:

• Las tecnologías.
• La expansión de los mercados.
• El desarrollo de una economía monetaria.
• Las necesidades de control dentro de las fábricas y de la administración pública.

Principios del Modelo Burocrático de Weber

Distinguimos los siguientes principios del modelo burocrático de organización:

• La jerarquía de autoridad: Hay distintos niveles de autoridad, y una cadena de mando de arriba abajo, haciendo posible la adopción coordinada de decisiones, donde cada órgano controla al inferior en la jerarquía.
• Las reglas escritas: Son normas de funcionamiento, frecuentemente volcadas en documentos escritos, donde se definen tareas, lo que permite el conocimiento común de los miembros de la organización, así como su aprendizaje.
• Los miembros de la organización son empleados a tiempo completo: Cada empleo en la jerarquía tiene asignado un sueldo definido y fijo. Se está inserto en una carrera profesional, con un sistema de evaluaciones y ascensos por antigüedad y mérito.
• Las personas que ocupan puestos dentro de la organización lo hacen en virtud de su formación o capacitación: Su currículo o sus méritos profesionales corresponden a las necesidades de especialización que desarrollan las organizaciones en su expansión.
• La burocracia supone una neutralidad afectiva: De tal manera que el trabajo es impersonal, y todos los miembros tienen los mismos derechos. También todos los miembros responden con lealtad a los objetivos y a las reglas de la organización.

Etiquetas: burocracia, Discriminación Laboral, economia, Género, Productividad, tecnología, trabajo