05 Jul
1. La Ilustración y el Neoclasicismo en el Siglo XVIII
Definición de Ilustración y Neoclasicismo
La Ilustración fue un movimiento ideológico del siglo XVIII que se caracterizó por la defensa de la razón y la observación frente a la fe. Promovió la ciencia y la educación como medios para el bienestar social. A nivel social, mientras la nobleza y el clero mantenían sus privilegios, la burguesía buscaba mayor poder político, sentando las bases para la Revolución Francesa.
El Neoclasicismo fue un movimiento estético del mismo siglo que retomó los principios del arte clásico grecorromano. Defendió:
- La razón como guía de las obras literarias.
- La necesidad de reflejar la realidad (principios de verosimilitud y decoro).
- Un espíritu crítico ante la realidad.
- La imitación de autores grecolatinos, buscando la sobriedad formal, armonía, equilibrio y el rechazo a los excesos del Barroco.
- La intención didáctica del arte, buscando la síntesis entre lo bello y lo útil.
Características de la Literatura Neoclásica
La literatura neoclásica se distingue por:
- La primacía de la razón y la lógica.
- La búsqueda de la claridad, el orden y la sencillez formal.
- El respeto por las normas y los modelos clásicos.
- La intención didáctica y moralizante.
- El espíritu crítico y la reflexión sobre la sociedad.
Subgéneros Predominantes en Prosa
En el siglo XVIII, la prosa didáctica fue la más cultivada, sirviendo como medio de comunicación, educación y propaganda para modernizar la sociedad. Los subgéneros más importantes fueron:
- Artículos (periodismo): Críticas y reflexiones sobre la actualidad.
- Diarios: Registro de eventos y pensamientos personales.
- Memorias: Relatos autobiográficos.
- Cartas: Correspondencia con fines informativos o persuasivos.
- Novelas epistolares: Narraciones contadas a través de cartas.
2. El Romanticismo en la Primera Mitad del Siglo XIX
Movimiento Cultural y Género Narrativo
El movimiento cultural que dominó la primera mitad del siglo XIX fue el Romanticismo. Durante este periodo, el género narrativo se cultivó con menor intensidad en España debido a las circunstancias políticas, como la Guerra de la Independencia y el reinado absolutista de Fernando VII, que provocó el exilio de liberales que entraron en contacto con el movimiento romántico en otros países.
Subgéneros Narrativos Románticos
Los subgéneros narrativos cultivados durante el Romanticismo incluyen:
- Novela histórica: Inspirada en personajes y épocas pasadas, especialmente la Edad Media, vista como un ideal de libertad. Aunque triunfó en Europa, en España tuvo menos obras destacadas, como Sancho Saldania de José de Espronceda y El Señor de Bembibre de Enrique Gil y Carrasco.
- La leyenda: Narraciones breves con elementos fantásticos o históricos.
- Cuadros de costumbres: Descripciones de escenas y personajes populares y cotidianos para reflejar la realidad social. Destacan Ramón Mesonero Romanos y Serafín Estébanez Calderón.
- Periodismo: Contribuyó al desarrollo narrativo, difundiendo obras a través de la prensa. Mariano José de Larra es un exponente clave con sus Artículos, caracterizados por el diálogo, la ironía y la sátira, criticando la sociedad española.
3. El Realismo en la Segunda Mitad del Siglo XIX
Movimiento Artístico y Género Predominante
El movimiento artístico que surgió en la segunda mitad del siglo XIX fue el Realismo. El subgénero más cultivado fue la novela, considerada el medio más adecuado para reflejar de forma objetiva y exhaustiva la realidad contemporánea, con una actitud analítica y crítica.
Características de la Novela Realista
La novela realista se caracteriza por:
- Enfoque en la realidad contemporánea: Aborda la vida social, costumbres, ideas, problemas y conflictos de la época.
- Personajes cotidianos: Los protagonistas no son héroes idealizados, sino individuos de la vida diaria, complejos y contradictorios. Se da importancia a la figura femenina y al personaje colectivo.
- Búsqueda de la objetividad: Se prioriza la verosimilitud y el realismo, lo que lleva a los novelistas a documentarse. Incluyen descripciones detalladas y la reproducción del habla real de los personajes, aunque a veces el narrador introduce toques de emoción o ironía.
- Narrador omnisciente: El narrador conoce todos los aspectos de sus personajes.
- Diálogos vivos y estilo indirecto libre: Permiten conocer directamente el pensamiento y la forma de ser de los personajes.
- Estructura sencilla y cerrada: Los finales suelen estar resueltos.
- Tiempo lineal: Aunque se puede recurrir al flashback.
- Descripciones detalladas y minuciosas: Lenguaje sobrio y preciso, con reproducción del habla real, registros populares, coloquialismos, extranjerismos y dialectalismos.
- Propósito moral, social o político: Muchas obras buscan defender ideas o ofrecer una visión crítica de la sociedad.
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