05 Jul

Marruecos, la Primera Guerra Mundial y la Revolución Rusa

La Intervención en Marruecos

El control español en el norte de Marruecos estuvo influido por Francia y Gran Bretaña, que buscaban una España débil. Los límites territoriales fueron establecidos en la Conferencia de Algeciras de 1906 y en acuerdos con Francia en 1912. El Gobierno y los sectores conservadores vieron esto como una forma de asegurar Ceuta y Melilla, además de explotar recursos como hierro, plomo y zinc. Para los militares, Marruecos ofrecía una oportunidad para redimir la derrota de 1898. Sin embargo, la ocupación encontró resistencia en las tribus del Rif, generando conflictos entre 1909 y 1927.

La construcción del ferrocarril que conectaba Melilla con los yacimientos de mineral de hierro fue atacada, y en 1909 las tropas españolas fueron derrotadas en el Monte Gurugú y el Barranco del Lobo, lo que provocó la Semana Trágica de Barcelona. El Ejército avanzó entre 1912 y 1920, y en 1920 se creó la Legión por José Millán Astray y Francisco Franco como tropa de choque, formada por soldados voluntarios y mercenarios indígenas marroquíes.

En 1921, el ejército español fue derrotado en Annual por las tropas rifeñas de Abd el-Krim, que tomaron material bélico y recuperaron territorios conquistados, poniendo en peligro Melilla. La causa de la derrota fue la ineptitud de los generales Dámaso Berenguer y Manuel Fernández Silvestre, responsables del avance de las tropas. Esta derrota provocó un debate político en el Parlamento y se inició el Expediente Picasso, que acusaba de negligencia a los mandos militares, como Berenguer. Sin embargo, el golpe de Estado de Primo de Rivera en septiembre impidió que se entregara dicho informe.

La Primera Guerra Mundial (1914-1918)

España y la Neutralidad

Eduardo Dato, presidente del Gobierno, se declaró neutral, pero se formaron dos bandos: los aliadófilos y los germanófilos.

Consecuencias Económicas

Hubo un crecimiento de la demanda exterior y la balanza comercial tuvo un superávit. Las reservas del Banco de España se triplicaron, lo que provocó inflación y un empobrecimiento general de los trabajadores.

La Crisis de 1917

Esta crisis fue esencial para la descomposición del sistema político de la Restauración. Sus componentes fueron:

  • El malestar militar.
  • La protesta de la oposición política.
  • La subversión obrera.

La Protesta Militar

Los oficiales del ejército estaban descontentos con sus reducidos salarios y crearon las Juntas Militares de Defensa, que agruparon a jefes y oficiales para presionar al Gobierno. Esta protesta surgió en un momento de tensión social y política, donde el Gobierno de Dato cedió a las imposiciones de las Juntas.

La Protesta Política: La Asamblea de Parlamentarios

Un grupo de 70 diputados y senadores de la oposición se reunió en Barcelona para formar la Asamblea de Parlamentarios, liderada por la Lliga Regionalista de Cambó, debido a la suspensión de garantías constitucionales y la negativa del Gobierno a convocar las Cortes. La asamblea exigía un gobierno provisional, autonomía para Cataluña, el fin del turnismo y la convocatoria de Cortes Constituyentes. Sin embargo, fue disuelta sin violencia, y la Lliga pactó con el Gobierno por temor a una revolución social proletaria.

La Protesta Obrera

La inflación, los bajos salarios y la pobreza en el mundo rural aumentaron los conflictos sociales y la agitación obrera, que fueron canalizados por la UGT y la CNT (aliadas desde 1916). Ante la intransigencia de la patronal, la UGT convocó una huelga general para el 13 de agosto de 1917, apoyada por la CNT, que tuvo éxito en Cataluña, Madrid, etc. Para sofocar la huelga, el Gobierno recurrió al ejército, aplicando una represión brutal con detenciones, incluyendo a los socialistas Julián Besteiro y Francisco Largo Caballero.

La Revolución Rusa y su Impacto en España

El triunfo de la Revolución Soviética en Rusia en 1917, encabezada por Lenin, provocó importantes repercusiones en España:

  1. En Andalucía, los campesinos que habían denunciado el sistema de propiedad latifundista, junto a las penosas condiciones de vida, intensificaron sus protestas, iniciando el “Trienio Bolchevique”. El movimiento, dirigido por la CNT y la UGT, ocupó y repartió tierras. El Gobierno declaró el estado de guerra, lo que puso fin en 1920 a esta revolución social.
  2. Conflictos obreros en Vizcaya, Asturias y Madrid, destacando el de Barcelona. La huelga de La Canadiense en 1919, que suministraba electricidad a la ciudad, fue clave. El Gobierno negoció y se estableció la jornada laboral de ocho horas y un aumento salarial. Este conflicto dio lugar a una “guerra social” entre sindicatos y la patronal. Para contrarrestar a los anarquistas, la patronal más dura creó el Sindicato Libre, compuesto por pistoleros con apoyo policial. El Gobierno Civil de Barcelona, bajo el mando del general Martínez Anido, aplicó una represión militar y la , que permitió ejecuciones sin juicio, lo que intensificó el conflicto. La respuesta anarquista llegó en 1921 con el asesinato de Eduardo Dato, presidente del Gobierno. Además, en 1920, se fundó el PCE tras una escisión del PSOE.

Dictadura de Primo de Rivera y el Final del Reinado de Alfonso XIII

El 13 de septiembre de 1923, Miguel Primo de Rivera, Capitán General de Cataluña, llevó a cabo un pronunciamiento militar aceptado por el rey Alfonso XIII. Primo de Rivera justificó su golpe como una solución al bloqueo del régimen constitucional debido al desgobierno de los partidos tradicionales y al peligro de una revolución social. Su programa pretendía regenerar el país, acabar con el caciquismo, recuperar el orden público y garantizar la unidad nacional.

El golpe contó con el apoyo de las clases medias, y la mayoría de la población fue favorable o indiferente, con solo un intento fallido de huelga general organizado por la CNT. El Partido Socialista y la UGT colaboraron durante el gobierno de Primo de Rivera.

El Directorio Militar (1923-1925)

Tras derrocar al gobierno constitucional, se instauró una dictadura con la creación de un Directorio Militar, militarizando completamente la administración del Estado. Se intentó acabar con el caciquismo y las redes de clientelismo mediante reformas como la sustitución de gobernadores civiles por personal militar. También se disolvieron las Diputaciones y Ayuntamientos, sustituyéndolos por Juntas municipales formadas por los mayores contribuyentes, y se elaboró el Estatuto Municipal en 1924 y el Estatuto Provincial en 1925. Se adoptó una política restrictiva del autonomismo catalán, prohibiendo el uso de símbolos de identidad y restringiendo el catalán al ámbito privado, lo que aumentó el nacionalismo catalán radical y separatista.

En el ámbito del orden público, se declaró el estado de guerra en Barcelona y se crearon nuevas fuerzas represivas como el Somatén Nacional.

El Directorio Civil (1925-1930)

En 1925, después del desembarco de Alhucemas, el Directorio Militar dio paso al Directorio Civil, en el que participaron figuras como Martínez Anido, José Calvo Sotelo y Eduardo Aunós. Este régimen se caracterizó por un sistema corporativo inspirado en el modelo italiano y se sustentó en:

  1. Un partido único, la Unión Patriótica (UP), defensora del autoritarismo, el tradicionalismo, la monarquía y el catolicismo. Se reactivó el Somatén como milicia cívica.
  2. La Asamblea Nacional Consultiva (1927), de carácter corporativo, que asesoraba al dictador pero sin capacidad legislativa, inspirada en el modelo fascista italiano.

La Política Económica y Social

El régimen impulsó el intervencionismo del Estado y el nacionalismo económico, creando el Consejo de Economía Nacional en 1928. Las políticas económicas destacaron por:

  1. El fomento de la producción nacional, con proteccionismo arancelario y subsidios a empresas estratégicas.
  2. La política de obras públicas, que incluyó la construcción de embalses, carreteras y la electrificación del mundo rural.
  3. La creación de monopolios como la Compañía Telefónica (1924) y CAMPSA (1927).

En el ámbito social, la dictadura implementó una política social que favoreció la construcción de viviendas baratas, la creación de escuelas y servicios sanitarios, y estableció un nuevo modelo de relaciones laborales basado en el corporativismo. Se creó la Organización Corporativa Nacional en 1926, que agrupaba a patronos y obreros en grandes corporaciones.

La Caída de la Dictadura

A partir de 1928, el régimen de Primo de Rivera comenzó a debilitarse debido a la incapacidad de dar una salida constitucional, al enfriamiento de las relaciones entre el rey y el dictador, y al distanciamiento de sectores sociales que antes apoyaban al régimen. Los viejos partidos políticos querían regresar al sistema constitucional de 1876, y los militares seguían divididos por criterios de ascenso. También se produjo un conflicto con la cuestión catalana, especialmente por la persecución de la lengua catalana. El mundo intelectual, como Ortega y Gasset y Unamuno, se opuso al régimen. En 1929, el PSOE comenzó a distanciarse del dictador, apoyando la república junto con los anarquistas de la CNT.

Debido a la creciente oposición, la crisis económica de 1929 y la falta de apoyo, Primo de Rivera presentó su dimisión en enero de 1930 y se exilió a París, donde murió ese mismo año.

La Caída de la Monarquía

A principios de 1930, el rey Alfonso XIII intentó restaurar el sistema de la Restauración confiando el gobierno a dos militares, Dámaso Berenguer y Juan Bautista Aznar, pero sin éxito. En este contexto, los republicanos formaron la Alianza Republicana en 1926 y firmaron el Pacto de San Sebastián en 1930, creando un Comité Revolucionario para preparar el cambio de régimen.

Las elecciones municipales del 12 de abril de 1931 fueron un plebiscito en contra de la monarquía. Los republicanos y socialistas ganaron masivamente en las ciudades, demostrando el rechazo popular a Alfonso XIII. Consciente de que no podía resistir, Alfonso XIII renunció a la Corona y abandonó España. El 14 de abril de 1931, se proclamó la Segunda República Española en medio de un entusiasmo popular. Un gobierno provisional republicano y socialista asumió el poder.

La Proclamación de la Segunda República, el Gobierno Provisional y la Constitución de 1931

El Gobierno Provisional (Abril-Diciembre 1931)

Las elecciones municipales del 12 de abril de 1931 dieron el triunfo en las grandes ciudades a la coalición de republicanos y socialistas. Así, el 14 de abril de 1931 fue proclamada la Segunda República Española, y Alfonso XIII partió al exilio.

El Comité Revolucionario se hizo cargo del poder y formó un Gobierno Provisional de carácter interino durante ocho meses, presidido por Niceto Alcalá-Zamora (Derecha Liberal Republicana) y compuesto por partidos republicanos, además del PSOE. Sus objetivos y acciones iniciales fueron:

  • Controlar las instituciones locales y provinciales.
  • Conceder la amnistía para todos los delitos políticos.
  • Confiscar todos los bienes particulares de Alfonso XIII.
  • Iniciar reformas sociales, religiosas y militares que se continuarían en el Bienio Reformista.
  • Crear una policía urbana, la Guardia de Asalto, para la cuestión del orden público.

Problemas del Gobierno Provisional

  • La Cuestión Catalana: Francesc Macià proclamó el Estado Catalán dentro de los Países Ibéricos. Posteriormente, pactó con el Gobierno Provisional la creación de la Generalitat, aprobado por decreto el 21 de abril.
  • La Cuestión Religiosa: Una pastoral del Cardenal Segura, arzobispo de Toledo, que elogiaba al rey, provocó un estallido anticlerical con la quema de conventos en Madrid y Sevilla ante la pasividad de las fuerzas del orden público. Muchos católicos empezaron a ver la República como un régimen contrario a sus convicciones.
  • La Conflictividad Social: Los anarquistas iniciaron numerosas huelgas, manifestaciones y protestas que dejaron bastantes muertos en los violentos choques contra las fuerzas del orden (Sevilla).

La Constitución de 1931

El 28 de junio de 1931, se celebraron las elecciones a Cortes Constituyentes con una nueva ley electoral que implantaba el sufragio universal masculino. Las mujeres no podían votar hasta 1933, pero sí podían ser elegibles. Se estableció un sistema de mayorías y de minorías, dando lugar a un bipartidismo que polarizó progresivamente la sociedad. Los resultados electorales dieron una victoria a la coalición republicano-socialista. La suma de los diputados de esta tendencia representó casi el 90% de la cámara, aunque convivían hasta 19 partidos diferentes. La representación en la cámara de los partidos conservadores fue de 50 diputados.

Durante los meses siguientes hasta su aprobación el 9 de diciembre de 1931, se elaboró una Constitución para construir un régimen político de carácter democrático. Sus características principales fueron:

  • Forma de Estado: España se definió como una “República democrática de trabajadores de toda clase”, y la soberanía era popular. Declaraba a todos los españoles iguales ante la ley al reconocer el derecho al voto de las mujeres.
  • División de Poderes: El poder legislativo residía en el Parlamento (unicameral) con poder ejecutivo, y en el jefe del Estado. La justicia se basaba en la autonomía y la independencia de los jueces y tribunales. El presidente de la República, elegido por los diputados, tenía un mandato de seis años y derecho de veto en la elección de los presidentes del ejecutivo. Los conflictos entre los poderes del Estado y las regiones autónomas serían resueltos por un Tribunal de Garantías Constitucionales.
  • Declaración de Derechos y Libertades: Se regularon medidas de protección social y cultural de los ciudadanos y se consagró el derecho a una educación primaria, obligatoria y gratuita.
  • Sufragio Femenino: La aprobación del voto de las mujeres dio lugar a un debate en las Cortes Constituyentes. Las dos mujeres diputadas, Clara Campoamor (Partido Radical) defendió el voto de la mujer, mientras que Victoria Kent (PSOE) argumentaba que, a corto plazo, podía poner en peligro la República, ya que el voto femenino favorecía a la derecha. Este argumento también lo apoyó Margarita Nelken (diputada PSOE).
  • Separación Iglesia-Estado: El objetivo era lograr una sociedad secularizada. Se aprobó la libertad de cultos, el matrimonio civil y el divorcio; se prohibió la enseñanza a las congregaciones religiosas y se suprimió la Compañía de Jesús; y se eliminaron las subvenciones económicas del Estado a la Iglesia Católica.
  • Nueva Ordenación Territorial: La Constitución consideraba la República como un Estado integral, compatible con la autonomía de los municipios y regiones, permitiendo la elaboración de estatutos de autonomía. En Cataluña, esto llevó a la aprobación del Estatuto de Autonomía en 1932. También se elaboraron proyectos para el País Vasco y Galicia, que fueron aprobados durante la Guerra Civil.
  • Propiedad Privada: Se reconoció el derecho a la propiedad privada, pero podía ser objeto de expropiación forzosa por utilidad social, con la correspondiente indemnización. Además, se abrió la posibilidad de nacionalización de ciertos sectores de la economía.

El Bienio Reformista (Diciembre de 1931 – Noviembre de 1933)

El Bienio Reformista comenzó con la aprobación de la Constitución y la elección de Niceto Alcalá-Zamora como primer presidente de la República. Manuel Azaña, presidente del Gobierno entre 1931 y 1933, obtuvo su cargo gracias a su prestigio en los debates y al apoyo de los republicanos de izquierda y los socialistas. Los gobiernos republicano-socialistas bajo su liderazgo fueron los más estables, responsables de las reformas clave del régimen. Sin embargo, la oposición del Partido Radical y otras fuerzas de derecha se intensificó desde finales de 1932. La crisis mundial de 1929 complicó las reformas, aumentando los conflictos sociales y los problemas para la República.

Reformas Sociales

El ministro de Trabajo, Francisco Largo Caballero, promulgó una legislación social que incluyó el Decreto de Términos Municipales, que prohibía contratar jornaleros fuera del municipio. Se aprobó la jornada laboral de 8 horas, el seguro de accidentes laborales y la Ley de Jurados Mixtos (organismos de conciliación y arbitraje entre obreros y patronos). Se prohibió el desahucio de tierras a jornaleros y pequeños arrendatarios rurales.

Reformas Militares

Azaña buscaba modernizar el ejército, reducir el número de mandos y corregir el atraso técnico. Se adoptaron medidas como la Ley de Retiro, la supresión de la Academia General de Zaragoza, la derogación de la Ley de Jurisdicciones (1906) y la revisión de los ascensos obtenidos durante la dictadura de Primo de Rivera. Azaña no logró sus objetivos por la resistencia de mandos militares y las limitaciones presupuestarias.

La Reforma Educativa

Los ministros Marcelino Domingo y Fernando de los Ríos aumentaron el número de escuelas primarias, bibliotecas y crearon las Misiones Pedagógicas para llevar la cultura a áreas rurales. También apoyaron la expansión universitaria y promovieron la enseñanza mixta y el aumento de maestros para una educación gratuita y laica como derecho universal.

Reforma Religiosa

Para reducir la influencia de la Iglesia en la sociedad, el Gobierno desarrolló la Ley del Divorcio de 1932 y la Ley de Confesiones y Congregaciones Religiosas de 1933, por las que el Estado dejaba de realizar aportaciones a la Iglesia y ordenaba el cierre de los centros religiosos docentes. Estas leyes fueron consideradas por la Iglesia como una persecución anticlerical.

Reforma Agraria

Para mejorar la distribución de la tierra, en manos de terratenientes, en su mayoría monárquicos, se promulgó la Ley de Reforma Agraria en 1932 tras el fracaso de la sublevación de Sanjurjo. Esta ley expropiaba tierras de aristócratas sin indemnización, y declaraba expropiables los latifundios y terrenos incultos con indemnización.

Las tierras expropiadas pasaban a ser propiedad estatal para el asentamiento de campesinos. Los resultados fueron limitados debido a la complejidad del proceso y miles de jornaleros hambrientos apoyaron a los anarcosindicalistas. Incluso el PSOE y la UGT criticaron la lentitud de la reforma.

Ordenación Territorial y Ley de Defensa de la República

La Constitución de 1931 permitía que algunas regiones elaboraran sus estatutos de autonomía. En 1932 se aprobó el Estatuto de Autonomía para Cataluña (Estatuto de Nuria), a pesar de la oposición de diputados de derecha, republicanos y socialistas. La Generalitat fue presidida por Francesc Macià. El Estatuto Vasco se aprobaría durante la Guerra Civil (1936), mientras que el Estatuto Gallego no llegó a las Cortes.

También se promulgó la Ley de Defensa de la República, una medida preventiva frente a cualquier posible ataque al régimen republicano.

La Política de Obras Públicas

Diseñada por Indalecio Prieto para fomentar las obras hidráulicas y ferroviarias.

Oposición al Bienio Reformista

El Bienio Reformista enfrentó una fuerte oposición desde diversos frentes:

  • La Iglesia Católica: Acusó al Gobierno de pasividad frente a la quema de conventos de mayo de 1931. La expulsión de España del arzobispo de Toledo, el Cardenal Segura en 1931, fue otro episodio de tensión entre Gobierno e Iglesia. Por otra parte, el Vaticano, con el Papa Pío XI, condenó las medidas secularizadoras del Gobierno.
  • Mandos Militares Derechistas y Monárquicos: Se produjo la fallida sublevación del general Sanjurjo en 1932 en Sevilla y Madrid. Sanjurjo fue encarcelado junto con otros militares, además del cierre de periódicos derechistas por su supuesta implicación en la conjura antirrepublicana.
  • Sectores Empresariales: Protestas contra las reformas laborales y agrarias. Lucha entre el Gobierno y el magnate financiero Juan March, acusado de fraudes financieros y negocios ilegales durante la dictadura.
  • Los Anarcosindicalistas: Apoyados por el proletariado debido al paro causado por la crisis de 1929, lanzaron una ofensiva insurreccional. La CNT organizó huelgas, como las de Telefónica en Madrid, y la protesta de Castilblanco en 1932, que incluyó el linchamiento de guardias civiles. También la matanza de campesinos en Casas Viejas a manos de la Guardia Civil, lo que desató una campaña de desprestigio contra el Gobierno y Azaña, a quien se le acusó injustamente de ser responsable.
  • La Oposición Política: Desde el Partido Radical y Niceto Alcalá-Zamora, hasta los monárquicos y los católicos. La labor de oposición más eficaz correspondió a la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas), dirigido por José María Gil Robles.

Desde junio de 1933, la situación del gobierno de Azaña se complicó por falta de confianza en el presidente Alcalá-Zamora y las divisiones internas en la coalición gubernamental. El sector socialista de Francisco Largo Caballero se distanció, porque la gestión era lenta y fracasada. En septiembre de 1933, Alcalá-Zamora nombró a Diego Martínez Barrio como presidente del Gobierno para convocar nuevas elecciones generales y formar unas nuevas Cortes.

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