28 Nov

1er Fragmento

Resumen

Este fragmento comienza en “¿Me pregunta usted…” y termina en “…si fuera real”. Pertenece a El crepúsculo de los ídolos, de Nietzsche.
En este fragmento Nietzsche comienza haciendo una dura crítica de una carácterística de los filósofos: afirma que no tienen sentido histórico, rechazan el cambio y conceptualizan todo lo que les rodea. Buscan la inmutabilidad acusando a los datos sensibles de falsos e inmorales, creando un mundo “verdadero” para justificar su ignorancia. También critica que no aceptan la muerte, el cuerpo, la vejez,…, porque son fuente de engaño y nos conducen a una falsa realidad.

Nociones: “Los sentidos y el cuerpo”

Desde Parménides y Platón se ha dicho que los sentidos nos engañan acerca de un mundo verdadero. Según Platón, los sentidos nos muestran cambio y pluralidad, por lo que debemos rechazar ambas cosas para eliminar el engaño. En su enfrentamiento con la filosofía tradicional y los valores de la cultura occidental, Nietzsche dirige sus ataques contra dos objetivos centrales: primero, la imposición de la razón hecha por Platón como única vía para acceder al conocimiento y a la verdad, con su consiguiente rechazo de la vía de los sentidos y el cuerpo; segundo, la transformación que de este planteamiento se hizo en el cristianos, con la separación y diferencia valorativa entre lo espiritual divino y lo corpóreo-humano. Para Nietzsche la razón es la causa de que nosotros falseemos el testimonio de los sentidos y es la que nos fuerza a designar unidad, identidad, causa, ser,…, a lo que nos muestran los sentidos. Sospecha que la filosofía hasta ahora no ha sido más que una mala comprensión del cuerpo. En este sentido, la muerte de Dios provocará un vuelco significativo en la historia, y dice que “la moral cristiana finge mentirosamente un “alma”, un “espíritu”, para arruinar el cuerpo”.

La existencia humana no puede hacer frente a la perfección de Dios y el hombre se ve obligado a renunciar a sí mismo,  su vida queda marcada por la decadencia. Asimismo, dice que el cuerpo nos integra en la realidad y posibilita el conocimiento del mundo y de nosotros mismos, y es manifestación de la voluntad de poder.

Síntesis teórica o doctrinal: “La crítica de Nietzsche a los filósofos”

En su libro El crepúsculo de los ídolos, Nietzsche denuncia el fin del equilibrio dionisíaco-apolíneo por culpa de unos factores que producirán la decadencia del hombre y de la cultura occidental, al ensalzar el instinto apolíneo y relegar el espíritu dionisíaco como algo antinatural. Nietzsche afirma que Platón y Sócrates fueron los grandes corruptores de la filosofía. Al introducir la dialéctica y la racionalidad como únicos caminos hacia la virtud rechazaron el instinto dionisíaco y consideraron que el espíritu apolíneo, racional y mesurado, era el único propio de seres humanos. Nietzsche afirma que Sócrates significó una época de profunda perversión en la historia de los valores, una perversión surgida del invento del bien en sí y del espíritu puro, que desvalorizaron este mundo y favorecieron la aparición del espíritu de decadencia, del temor a los instintos, del odio y el miedo a la vida. Además, Platón defendía que el desarrollo de la dialéctica nos aproximaba al mundo de las Ideas, rechazando el mundo sensible y cambiante que, según Nietzsche, es el auténticamente real.


Así, el mundo inteligible se convirtió en el mundo verdadero, accesible solo al sabio y al virtuoso. Se creó la ilusión de que lo que cambia no es, mientras que lo inmutable es lo auténticamente real; de esta manera, se originó el concepto del ser estático, que solo puede ser aprehendido por la razón, menospreciando los sentidos, que se quedan atrapados en el ilusorio mundo del devenir y la opinión. Por eso Nietzsche recupera el pensamiento de Heráclito, el único que defendíó que el ser inmutable es una ficción vacía y admitíó como real lo que se presentaba cambiante ante los sentidos; para él, el mundo “aparente” era el auténticamente real.

Por su parte, el principal error de la moral tradicional es su “antinaturalidad”, es decir, ir en contra de la vida, de la naturaleza. La base de esta moral de resignación es el platonismo: el mundo de las Ideas platónico sirve de “más allá” para los cristianos, de tal manera que acaba convirtiéndose en la metafísica cristiana. El centro de gravedad de estas ideas no lo pone en esta vida, lo pone en otra vida del más allá, en el mundo de las Ideas. Por tanto, Nietzsche critica a la moral porque mata la vida, lo único real, porque la moral es ficción, falsedad, calumnia… Nietzsche distingue dos tipos de moral: la moral de los señores, una moral que ama la vida, el poder, la grandeza, el placer. Es la moral del superhombre, la que quiere la muerte de Dios; y la moral de los esclavos, que representa los valores del judaísmo y que hereda el cristianismo: el dolor, la humildad, la amabilidad, la compasión, la resignación, la paciencia, el sacrificio… Tras examinar la historia de la cultura occidental se constata que los valores de los débiles, de la moral de los esclavos, han prevalecido sobre los de superación, sobre la moral de los señores. Para superar la decadencia de los valores cristianos, Nietzsche pretende poner otra moral en el Occidente: la moral de la vida (la vida es voluntad de poder)  va a sustituir los valores cristianos por el superhombre, libre de toda servidumbre religiosa, de todo dogmatismo cristiano. Quiere poner la moral de la exaltación de la vida en su completo desarrollo, en su creatividad y destrucción naturales, en el originario devenir del ser.

Por otro lado, hay que mencionar la crítica que hace al problema de la verdad y el lenguaje. El concepto trata de significar muchas cosas prescindiendo arbitrariamente de las diferencias individuales. Del platonismo se ha heredado que el concepto provoca la representación universal de una especia de forma original que sirve para conocer una multiplicidad de cosas. El conocimiento utiliza los conceptos como ejes de coordenadas de la realidad. La tradición occidental afirma que las formas de la realidad corresponden exactamente a los conceptos que la mente humana ha sido forjando. Nietzsche pone en duda que los conceptos aprisionen la verdadera realidad del ser, que s devenir y cambio. El hombre solo puede escapar de la gran mentira del lenguaje olvidándose de sí mismo y convirtiéndose en el hombre intuitivo, estético, que desarrolla su creatividad artística. A través del arte podemos huir de la falsedad de los conceptos porque el hombre intuitivo es el único que puede situar el arte sobre la vida.

Contextualización: “Obra u obras del autor”

Friedrich Nietzsche nacíó en 1844 en la ciudad de Röcken, en el seno de una familia muy religiosa. Es uno de los filósofos más polémicos de la historia de la filosofía. Fue ante todo un filósofo, un gran conocedor de la cultura clásica. Hijo y nieto de pastores protestantes, proclamará el ateísmo y dirigirá contra el cristianismo uno de los ataques más duros que jamás se le hayan hecho.

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