19 Dic
El Exterminio de Millones de Judíos (La Shoá)
La ideología nazi consideraba inferiores a judíos, gitanos, discapacitados, eslavos y opositores políticos. Se instauró un sistema de campos de concentración y exterminio con trabajos forzados, hambre y asesinatos masivos.
En 1942 se aplicó la **“Solución Final”**, el plan de exterminio sistemático: unos seis millones de judíos fueron asesinados, junto con millones de gitanos, prisioneros soviéticos y opositores (incluidos unos 5.500 republicanos españoles).
Colaboracionistas y Resistentes
Colaboracionistas
Fueron gobiernos y personas que cooperaron con los nazis por miedo, interés económico o afinidad ideológica. Su ayuda facilitó el control alemán y la persecución de minorías.
Resistentes
Grupos clandestinos que sabotearon infraestructuras, difundieron información, ayudaron a perseguidos y organizaron guerrillas. Su acción dificultó la ocupación nazi y apoyó a los Aliados.
El Precio a Pagar por los Vencedores
El proceso de acuerdo entre los vencedores (EE. UU., URSS y Gran Bretaña) fue largo porque tenían distintas ideologías e intereses contrapuestos, lo que obligó a varias negociaciones. Estas se llevaron fundamentalmente a cabo en las conferencias de **Yalta** (febrero de 1945) y de **Potsdam** (julio de 1945), en las que se acordó:
- El desmantelamiento de la industria militar y la **desnazificación** de Alemania.
- La partición de Alemania y Austria en cuatro zonas de ocupación (vencedores y Francia), y de sus capitales (**Berlín** y **Viena**).
- La devolución de todos los territorios europeos anexionados por Alemania y la separación de Austria.
- La organización de elecciones democráticas en los países liberados y la creación de la **ONU** para garantizar la paz.
- La celebración de los **juicios de Núremberg**, en los que dirimir sus crímenes de guerra cometidos durante el conflicto.
El Origen del Conflicto: Una Política Expansionista
Alemania, Italia y Japón emprendieron la conquista de nuevos territorios, lo que acabó desembocando en la **II Guerra Mundial**. Destacaron:
- Alemania: Hitler defendió el pangermanismo, buscando unir territorios con población alemana, recuperar lo perdido en 1919 y obtener materias primas para el rearme.
- Japón: Pretendía ser la potencia dominante en Asia y necesitaba un espacio vital con recursos, para lo que debía controlar China.
- Italia: También actuó de forma expansionista (Etiopía, Albania).
Dos Superpotencias: EE. UU. y la URSS Dividen Europa en Bloques Rivales
La colaboración entre los aliados, que había permitido la derrota de los nazis, no pudo mantenerse en la posguerra. Aparecieron desavenencias cuando se planteó el futuro de Alemania, el control de la energía atómica y las nuevas fronteras de las naciones. La presencia de las tropas angloamericanas en la zona occidental y de las soviéticas en la oriental dibujaba una Europa dividida en dos zonas de influencia.
La reconstrucción de los países europeos aparecía mediatizada por la presencia de dos superpotencias, que se erigían en máximos representantes de dos sistemas económicos, políticos y sociales antagónicos:
- EE. UU.: De la economía capitalista de libre mercado y de la democracia parlamentaria.
- URSS: De una economía colectivizada y planificada de tipo comunista y un sistema político de partido único.
Winston Churchill sentenciaba que un **“telón de acero”** dividía Europa. El presidente Truman planteó la necesidad de aplicarla en Grecia, donde una guerra civil enfrentaba a la guerrilla comunista con los monárquicos. Envió tropas de apoyo a los monárquicos. Se iniciaba lo que un periodista norteamericano bautizó como la **“Guerra Fría”**.
La ONU: ¿La Unión Hace la Fuerza?
En 1945, en San Francisco se estableció la carta fundacional de la **Organización de las Naciones Unidas (ONU)**. Su principal órgano de gobierno es el Consejo de Seguridad, integrado por 5 miembros (los 4 países vencedores de la II Guerra Mundial, y también se agregó China), que tienen derecho de veto. Sus actuaciones están dirigidas por una Secretaría General, y se reúnen anualmente en la Asamblea General. Cada país tiene un voto.
Instituciones para la Reconstrucción
En 1944, una reunión de 44 países aliados acordaron la fundación del Fondo Monetario Internacional (FMI), que, junto con el Banco de Reconstrucción y Desarrollo (hoy Banco Mundial), proporcionaron la financiación y las directrices necesarias para promover la reconstrucción económica de la posguerra.
El Crac del 29 y la Gran Depresión
Durante los años veinte se creó en Estados Unidos una burbuja especulativa en la Bolsa, ya que el valor de las acciones subía continuamente sin corresponderse con la economía real. Muchos inversores compraban acciones con dinero prestado, convencidos de que siempre podrían venderlas más caras. Sin embargo, cuando comenzaron a sospechar que las acciones estaban sobrevaloradas, cundió el pánico y el 24 de octubre de 1929 (Jueves Negro) todos quisieron vender a la vez, sin encontrar compradores. El valor de las acciones cayó bruscamente, miles de inversores se arruinaron y muchos bancos quebraron porque no pudieron recuperar los préstamos concedidos.
Este hundimiento provocó una Gran Depresión económica, caracterizada por el cierre de fábricas, el aumento del paro, la caída del consumo y la pobreza de muchas familias. La crisis se extendió rápidamente por todo el mundo debido a la retirada de capitales y a la reducción del comercio internacional, generando una recesión global durante la década de 1930.
¿Cómo Pasó Italia de la Democracia al Fascismo?
El fascismo en Italia surgió tras la Primera Guerra Mundial, cuando el país sufrió graves problemas económicos y sociales. La guerra dejó muchas pérdidas humanas y económicas, y los italianos se sintieron decepcionados por los tratados de paz, ya que no recibieron los territorios que esperaban. La crisis económica provocó aumento del coste de la vida y del paro, lo que generó conflictos sociales como huelgas y ocupaciones de tierras y fábricas. Además, había inestabilidad política, ya que los gobiernos del rey Víctor Manuel III eran débiles y caían con facilidad.
En este contexto apareció Benito Mussolini, que en 1919 creó los Fasci de Combate, grupos paramilitares conocidos como las camisas negras, que después se transformaron en el Partido Nacional Fascista. Su objetivo era formar un Estado fuerte, evitar una revolución socialista y expandir el territorio italiano. Mussolini contó con el apoyo de la burguesía, los grandes propietarios, la Iglesia y el propio rey. Aunque en las elecciones de 1922 obtuvo pocos votos, Mussolini organizó la Marcha sobre Roma para presionar al rey, quien finalmente le nombró jefe de gobierno.
Una vez en el poder, Mussolini instauró una dictadura fascista. En 1924 se proclamó **“Duce”** (líder) y estableció un estado totalitario, caracterizado por:
- La unión entre Estado y Partido Fascista y la concesión de plenos poderes a Mussolini.
- La prohibición de otros partidos, la persecución de opositores y la sustitución del Parlamento por la Cámara de los Fasci.
- La prohibición de huelgas y sindicatos libres.
- Una política económica autárquica (autosuficiencia) con ayudas estatales a empresas privadas.
- El control de los medios de comunicación y de la sociedad por parte del partido.
Mussolini prometió crear un nuevo Imperio italiano, y en 1935 invadió Etiopía, imitando la expansión del antiguo Imperio Romano.
¿Cómo Accedió el Partido Nazi al Poder?
En 1918, tras la derrota de Alemania en la Primera Guerra Mundial, el káiser Guillermo II abdicó y se proclamó la República de Weimar, un sistema democrático que tuvo que enfrentarse a graves problemas. La situación económica era muy mala: Alemania debía pagar reparaciones de guerra, lo que provocó una gran inflación y la devaluación del marco. La población sufría pobreza y descontento, y muchos alemanes culpaban al Tratado de Versalles de la crisis.
Además, la república sufrió insurrecciones comunistas, como la de la Liga Espartaquista, que intentaban iniciar una revolución social. También había violencia de extrema derecha, formada por exsoldados que no aceptaban la derrota y realizaron intentos de golpe de Estado en 1920 y 1923.
En este ambiente de crisis apareció Adolf Hitler, un excombatiente que en 1920 ingresó en el Partido Nacionalsocialista (NSDAP) y se convirtió en su líder. Su ideología quedó recogida en el libro Mi Lucha (Mein Kampf), donde defendía:
- El rechazo a la democracia.
- El odio al comunismo.
- El antisemitismo (culpaba a los judíos de los males de Alemania).
- La superioridad de la raza aria.
- La construcción de un gran imperio alemán o Reich.
Hitler prometió trabajo y mejora de salarios, y en sus discursos atacaba a judíos, comunistas y demócratas, señalándolos como culpables de la crisis. Para imponer su fuerza, el Partido Nazi creó organizaciones paramilitares:
- SA (Secciones de Asalto).
- SS (Secciones de Protección).

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