23 Oct

La educación en la Antigua Grecia

Para los antiguos griegos, los únicos que podían tener acceso a la educación formal eran los varones. Las mujeres, salvo las espartanas, recibían la poca educación que podían aprender de sus madres y abuelas. Esta se enfocaba primordialmente en las labores del hogar: cocina, tratamiento de la lana, tejidos, algunos cálculos, música y un poco de lectura.

La enseñanza no era obligatoria; el padre podía educar o encargar la educación de sus hijos a otras personas hasta que cumplieran los dieciocho años.

Durante los primeros siete años, el niño griego recibía la educación por parte de su madre o de una nodriza. Esta formación inicial consistía en el aprendizaje de mitologías e historias tradicionales.

A partir de los siete años, iniciaba su formación cultural, o Paideia, donde cursaba gramática, música y gimnasia.

El niño comenzaba a leer y a escribir. Esta última actividad la realizaba sobre una tablilla de madera barnizada con cera, en la que trazaba caracteres con la ayuda de un estilete.

Después de aprender a leer y escribir, debía memorizar versos y fragmentos de poetas. El autor principal era Homero, ya que consideraban que sus obras enseñaban todo lo que un hombre digno debía saber: las actividades a realizar en tiempos de paz o de guerra, así como los oficios, la política, la diplomacia, la sabiduría, el valor, la cortesía y el deber para con los padres y los dioses.

La música era muy importante para los griegos, ya que con esta se educaba el alma. El instrumento por excelencia era la lira y, al parecer, los jóvenes aprendían a la par de la música, el canto y la danza.

El concepto de Areté en la educación griega

El Areté es la máxima expresión de todas las virtudes y representa el desarrollo de lo esencialmente humano. Integra la perfección física y espiritual, considerándose la cima del valor humano. Se alcanza a través del esfuerzo, la destreza y el desarrollo de las capacidades. Es un concepto de origen noble y aristocrático, motivo por el cual se vincula estrechamente con la educación. Se reconoce socialmente a través del honor.

La educación en la Antigua Roma

La educación del joven en la Antigua Roma se limitaba a lo que podía enseñarle el padre. Esta enseñanza se basaba fundamentalmente en el respeto a las costumbres (mos maiorum).

Hasta los siete años, la madre se encargaba de la educación de los hijos. A partir de esa edad, el padre tomaba la responsabilidad, enseñándoles a leer, escribir, usar las armas y cultivar la tierra. También les impartía los fundamentos de la moral, la religión y el conocimiento de la ley.

El niño acompañaba a su padre a todas partes: al campo, a los convites, al foro. Mientras tanto, la niña seguía bajo la tutela de la madre, quien la instruía en el telar y en las labores domésticas.

A partir de los siglos III y II a. C., Roma entra en contacto con la cultura griega al conquistar la Magna Grecia. La superioridad de la cultura helénica marcó profundamente la cultura y educación romana. Llegaron maestros y rétores que impartían docencia, primero como esclavos y, luego como libertos, abrieron sus propias escuelas. La educación adquirió un carácter aristocrático, configurándose en torno a la civitas, y se centraba en la población urbana y libre.

El sistema educativo griego fue implementado por los romanos. De esta manera, gran parte de pedagogos, gramáticos, retóricos y filósofos comenzaron a enseñar en las calles.

Niveles de la educación romana

  • Elemental (Litterator)
  • Medio (Grammaticus)
  • Superior (Rhetor)

La educación actual tiene como bases a la educación griega y romana, siendo esta última la de mayor peso y trascendencia. El sistema educativo actual tiene mucha similitud con el sistema grecorromano. Para ellos, la formación académica elemental comenzaba a los siete años, mientras que para nosotros comienza a los seis, siendo el equivalente a la educación primaria.

La educación mapuche

La cosmovisión mapuche estaba orientada hacia la inmortalidad. El principal objetivo no estaba vinculado al éxito, lograr popularidad, riqueza, tener más mujeres o incluso ser lonko; eso no era lo esencial en la vida. Lo más importante era ser kimche (hombre sabio), y la sabiduría solo se alcanzaba aprendiendo todos los conocimientos de la tierra, es decir, conociendo las leyes naturales que dominan y dirigen la vida.

Kimche nge aymi (ser persona sabia) era el horizonte más preciado para este pueblo. La educación mapuche era esencialmente una transmisión oral que realizaban los ancianos, los más sabios, y debe ser comprendida a partir de la concepción de mundo de su cultura. Se consideran a sí mismos brotados de las entrañas de la Ñuke Mapu (Madre Tierra).

Jean-Jacques Rousseau y su teoría educativa

«Emilio o De la educación» (1762)

Rousseau planteaba que el sistema educacional debe ser tanto para la aristocracia como para los pobres, basado en los principios de libertad, igualdad y fraternidad. Consideraba la educación como una condición necesaria para la reforma social.

Etapas del desarrollo evolutivo del niño

Este desarrollo se percibe como un progreso continuo, y Rousseau proponía un profesor diferente para cada etapa:

  1. De 0 a 12 años: Etapa de las sensaciones afectivas de placer y dolor. Predomina la actividad físico-fisiológica y el conocimiento espontáneo.
  2. De 12 a 15 años: Edad intermedia entre la infancia y la adolescencia. Se caracteriza por el desarrollo intelectual, pasando de la sensación a la idea. El conocimiento se adquiere a través de la experiencia concreta.
  3. De 15 a 20 años: Adolescencia. Se completa la etapa de formación y el individuo se prepara para integrarse como adulto.
  4. A partir de los 20 años: Participación directa en la vida social y el orden civil. Es la edad del matrimonio y el inicio de la madurez.

El conocimiento espontáneo de la primera etapa es fundamental, ya que ayuda a desarrollar la razón, a no limitarse a repetir lo que dicen los libros, y a fomentar la capacidad de creer y crear.

Deja un comentario