01 Jun
Nueva Cultura de la Comunicación Política Digital
A medida que internet ha ido permitiendo la creación de medios de opinión autónomos, las grandes y pequeñas corrientes de opinión que los partidos políticos representaban han ido estructurándose y ganando presencia. Interactuar con ellas solicita un nuevo tipo de liderazgo que no tema el contacto directo, no influido por los mecanismos partidistas.
Internet ofrece un nuevo modelo de comunicación horizontal (sin jerarquías y descentralizada), en el que emisores y receptores a veces trazan líneas confusas. Nos referimos al concepto que Isidro Moreno introdujo como «lectoautor», como máxima expresión de un lector no solo activo, sino participante en el proceso narrativo.
En este proceso creativo es decisiva la formación del receptor (en nuestro caso, los partidos políticos) con una forma determinada de estructurar y ordenar la realidad. Moreno defiende con convencimiento la noción de interactividad digital. La interactividad, propia del diálogo, alcanza en la narrativa digital una dimensión determinante porque aúna las relaciones entre emisores y receptores, propias de toda comunicación presencial. Las posibilidades que puede ofrecer una tecnología así para que un partido hable con sus militantes son enormes. De hecho, es tan significativa que nos invita a reconsiderar la palabra «militante» y abrir una esfera más extensa, la de ciberactivista: un ciudadano interesado en participar activamente en política, que se vale de las diversas herramientas que las nuevas tecnologías digitales ponen a su disposición para lograrlo. Este protociudadano tiene una visión política propia y, aunque se sienta de izquierdas o de derechas, posee una perspectiva que le permite no vincularse exclusivamente a ningún partido político en particular.
En España empiezan a haber algunos avances en relación con el tema, pero muchas veces las aplicaciones se quedan en meros intentos. Como ejemplo encontramos la campaña de Llamazares en Second Life, de la que hablaremos más tarde, y los esfuerzos por crear canales autónomos en YouTube donde colgar vídeos propios de campañas, mítines o mensajes al ciudadano, interpelando directamente con él en un cara a cara a través de la pantalla del ordenador. Esta es una comunicación cercana a la obtenida en televisión, pero mucho más directa al mirar al espectador «a los ojos», y con la peculiaridad de que este nuevo espectador puede elegir en qué momento comenzar y terminar la comunicación.
Aspectos Clave de la Política 2.0
El nuevo escenario político no puede limitarse únicamente a un servicio web, ni siquiera a una tecnología. La blogosfera es un entorno heterogéneo que integra docenas de herramientas «sociales». Un buen ejemplo para explicar los procesos que estamos viviendo es el blog en su interacción con las cadenas de correos y los SMS. Es importante recordar que las herramientas no son el epicentro de los cambios futuros, aunque sí condicionan su contenido a través de las formas de comunicación que posibilitan.
El más importante de todos estos fenómenos es, sin duda, el que constituyen las redes sociales como espacios deliberativos monumentales: redes de usuarios que, gracias fundamentalmente a internet, estructuran su interacción según una topología distribuida que hace prácticamente inviable filtrar los mensajes y el debate que se producen en su seno.
De su impacto más profundo en política solo estamos ante la punta del iceberg: nuevas formas de movilización, liderazgo y retórica; nuevas formas de planteamiento en las campañas electorales; un lugar diferente y nuevas obligaciones para los partidos políticos. En definitiva, estamos ante una nueva forma de hacer y concebir la política, que comprende la importancia de la conversación e interacción social y el cambio cultural hacia el soporte virtual como tareas al menos tan importantes como el ejercicio de la Administración.
La Cultura Digital: Web 2.0 y Redes Sociales
La cultura digital es una ola de transformación social (de ahí su relevancia política) que conecta con comportamientos cada vez más latentes de nuestra sociedad: el gusto por la creación de información y conocimiento compartido; el rechazo al adoctrinamiento ideológico y a las jerarquías piramidales verticales; nuevas formas de relacionarse y socializarse; el reconocimiento a los liderazgos que crean valor; la sensibilidad y curiosidad por los temas más cotidianos y personales, y la creatividad latente como motor de innovación.
El software digital ha ido ganando categoría y usuarios, hasta convertirse en algo mucho más amplio: la Web 2.0. Este concepto tiene una trascendencia mucho más vigorosa en cuanto implica una evolución desde una internet inmadura (la 1.0), en la que los usuarios se limitaban a navegar pasivamente y de forma distante, hacia otra mucho más avanzada, en la que la participación es activa y heterogénea.
La nueva versión (2.0) de la web propone un entorno participativo, con autores y lectores entremezclados. Propone también un receptor activo que busca, investiga, enlaza, hiperenlaza, opina, contesta, contrasta y crea contenidos a partir de otros ya existentes.
Definición de Web 2.0 según Tim O’Reilly
Web 2.0 es la Red como plataforma, que involucra todos los dispositivos conectados. Las aplicaciones Web 2.0 son aquellas que aprovechan mejor las ventajas de esta plataforma, ofreciendo software como un servicio de actualización continua que mejora a medida que la cantidad de usuarios aumenta, consumiendo y remezclando datos de diferentes fuentes, incluyendo usuarios individuales, mientras generan sus propios datos de una forma que permite que sean remezclados por otros, creando efectos de red a través de una arquitectura de participación y dejando atrás la metáfora de la página de la Web 1.0, con el fin de ofrecer experiencias más envolventes al usuario.
Los instrumentos informáticos utilizados para reforzar la eficacia de las redes sociales en línea («software social») operan en tres ámbitos transversales:
- Comunicación: Ayudan a poner en común conocimientos.
- Comunidad: Ayudan a encontrar e integrar comunidades.
- Cooperación: Ayudan a realizar tareas conjuntamente.
El germen de las redes sociales lo encontramos en Estados Unidos con la creación de www.classmates.com. Randy Conrads pretendía así recuperar el contacto entre antiguos compañeros de la infancia y la adolescencia, algo muy del agrado del nuevo usuario social. Pero las posibilidades de este tipo de portales web aún estaban por descubrir, y no fue hasta 2002 cuando comenzó a surgir una variedad de espacios virtuales que promovían las redes de círculos de amigos en línea. Estamos, entonces, ante la «era social», comúnmente denominada «Sociedad 2.0».
Características Clave de la Web 2.0
- Ubicuidad: La información es accesible desde cualquier lugar con conexión a internet.
- Autoría de Contenidos por el Usuario: Cualquier persona puede contribuir y generar contenido.
- Viralidad: Efecto multiplicador en la difusión de contenidos.
Esto implica, consecuentemente, que las empresas e instituciones deban adaptar sus relaciones, tanto a nivel productivo como comunicativo, aprovechando los nuevos canales sociales. Con la Web 2.0, el problema o defecto de un producto, la mala calidad de un servicio o la falta de seriedad de un vendedor se difundirá rápidamente (y siempre con más insistencia que la difusión de un elemento positivo), provocando nefastas consecuencias. Sin embargo, el diseño de los productos puede concretarse a partir de la opinión de los consumidores (a través de foros, encuestas, etc., lo que reduce el presupuesto de las investigaciones de consumidores) e incluso potenciar redes afines o adictas a productos o servicios, facilitando a las empresas una interacción más directa con sus audiencias, lo que puede influir en la aplicación de la Ley de Protección de Datos.
Normas para el Blog del Político 2.0
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