11 Oct
I. Fundación y Monarquía Romana
1. La ciudad de Roma, según he oído decir, fue denominada al principio por los troyanos, quienes, prófugos, iban de un lado a otro por lugares poco conocidos con su jefe Eneas. Junto a ellos estaban los aborígenes, una raza de hombres salvajes, sin leyes, sin gobierno, libres e independientes. Una muchedumbre tan diversa y deambulante se había convertido así en poco tiempo en una ciudad con concordia.
Rómulo y Numa Pompilio
2. Rómulo, una vez fundada la ciudad a la que dio su nombre (*Roma*), recibió una multitud de vecinos. Eligió a cien (100) entre los más viejos, a los que llamó senadores a causa de su vejez. Entonces, como él personalmente y su pueblo no tenían mujeres, invitó a los pueblos vecinos de Roma y raptó a sus muchachas.
3. Sucedió a Rómulo, Numa Pompilio, a quien los romanos reclamaron debido a su profundo sentido religioso. Él enseñó las cosas sagradas, las ceremonias y el culto de todos los dioses. Creó los pontífices, los augures y los otros colegios sacerdotales, y dividió el año en doce (12) meses. Finalmente, sometió hasta tal punto a un pueblo feroz que este ejerció el sentido de la religiosidad y la justicia.
Tarquinio Prisco y la Expulsión de los Reyes
4. Después, Tarquinio Prisco recibió el reino. Este duplicó el número de senadores, edificó el Circo Máximo, e instituyó los Juegos Romanos, los cuales permanecieron en nuestra memoria. Además, él mismo venció a los sabinos y entró a la ciudad el primero triunfante. Hizo las cloacas y las murallas, y comenzó el Capitolio. Al trigésimo octavo año de gobierno fue asesinado por los hijos de Anco, a quienes personalmente había sucedido.
5. Así pues, al haber violado su hijo a una mujer muy noble y pudorosa, Lucrecia, esposa de Colatino, y al haberse quejado ella a su marido, padre y amigos, se suicidó a la vista de todos. Debido a esta causa, Bruto sublevó al pueblo y arrebató el poder a Tarquinio. Así, en Roma se reinó por medio de siete reyes durante 243 años.
II. La República y las Guerras Púnicas
El Establecimiento de los Cónsules
6. A partir de este momento comenzaron los cónsules, dos (2) en vez de un rey, creados por esta razón: que si uno fuera malo, el otro lo corrigiera, y pareció bien que no tuvieran un gobierno más largo de lo normal. Así pues, el primer año desde la expulsión de los reyes fueron cónsules Lucio Junio Bruto y Tarquinio Colatino, marido de Lucrecia.
7. Al principio, la juventud, tan pronto como era tolerante con la guerra, aprendía el arte de la milicia en el campamento por medio del trabajo, y deseaba más las armas honrosas y los caballos militares que a las prostitutas y los banquetes. Así pues, para tales hombres no había trabajo insólito, no había lugar escarpado o difícil, ni enemigo temible.
Aníbal y la Guerra Púnica
8. Aníbal era el primero con diferencia, tanto de los jinetes como de los soldados de infantería. Iba en cabeza a la batalla; una vez entablada la batalla, se retiraba el último. A estas virtudes tan grandes del hombre las igualaban enormes defectos: una crueldad inhumana, una perfidia mayor que la púnica, nada de verdad, nada de honestidad, ningún miedo a los dioses, ningún respeto a la ética, y ninguna ética.
9. Aníbal, tras dejar a su hermano Asdrúbal en Hispania, cruzó los Pirineos. Se abrió camino en los Alpes, intransitables por esa parte. Se cuenta que llevó a Italia 8000 soldados de infantería, 1000 jinetes y 37 elefantes. Entretanto, muchos ligures y gracos se unieron a Aníbal. Sempronio Graco trasladó el ejército de Rímini a Sicilia.
Conflictos en Hispania y la Revuelta de Esclavos
10. Viriato fue asesinado por los suyos, al haber sublevado durante catorce (14) años a las Hispanias contra los Romanos. Primero fue pastor, después jefe de los ladrones, por último sublevó a pueblos importantes para la guerra, siendo considerado libertador contra los romanos en Hispania. Y al pedir sus asesinos la recompensa al cónsul Cepión, se respondió que nunca pareció bien a los romanos que los generales fueran asesinados por sus soldados.
11. Siendo cónsules Marco Emilio Lépido y Quinto Catulo, al haber restablecido Sila la República, estallaron nuevas guerras. Pues Sertorio, que había sido del partido de Mario, temiendo la suerte de los demás que habían sido asesinados, llevó a la guerra a las Hispanias. Finalmente, al octavo año fue asesinado por los suyos.
12. En efecto, 64 gladiadores, siendo los jefes Espartaco, Crixo y Enómao, rota la puerta de la escuela de Capua, se fueron y, vagando por Italia, prepararon una guerra casi no más ligera que la que había llevado a cabo Aníbal. Pues, vencidos muchos jefes y dos cónsules de los romanos al mismo tiempo, congregaron un ejército de casi 60 mil hombres armados.
III. Crisis de la República y Guerras Civiles
Lucio Catilina
13. Lucio Catilina, nacido de noble linaje, fue de gran fuerza de espíritu y de cuerpo, pero de carácter perverso y despiadado. Su cuerpo estaba acostumbrado al frío y al insomnio por encima de lo que es creíble para cualquiera. Su espíritu era audaz, engañoso, cambiante, fingidor y disimulador de cualquier cosa que quería; deseoso de lo ajeno, deseoso de lo suyo, y ardiente en pasiones; tenía bastante de elocuencia y poco de sabiduría.
César en Hispania
14. Decididas estas cosas, los jinetes y las tropas auxiliares son solicitadas por toda Lusitania por Petreyo; son exigidas por Afranio a los celtíberos, cántabros y a los bárbaros que se extienden al Océano. Reunidos estos, Petreyo llegó rápidamente a Afrania y deciden por medio de un acuerdo común llevar la guerra a Lérida debido a su situación ventajosa.
15. Ocurre también un problema repentino. En efecto, se produce una tormenta tan grande que consta que nunca había habido mayores aguas en aquellos lugares. Entonces, se fundieron las nieves de todas las montañas y superó las elevadas orillas del río, y cortó en un solo día ambos puentes que había construido Gayo Fabio. Este asunto trajo grandes dificultades al ejército de César.
16. Entretanto, los oscenses y los calagurritanos, que eran tributarios de los oscenses, le enviaban legados y prometen que ellos harán las cosas ordenadas. A estos les siguen los tarraconenses, jacetanos y ausetanos, y después de pocos días los ilugabonenses que se extienden hasta el río Ebro. Pide a todos estos que lo ayuden con trigo.
El Asesinato de Julio César
17. Desde allí, César volvió a Roma, apaciguando las guerras civiles por todo el mundo. Comenzó a comportarse muy insolentemente y contra la costumbre de la libertad romana. Al hacer cosas casi propias de un tirano, se hizo una conjura contra él por 60 o más senadores y caballeros romanos. Así que César, al haber llegado un día al Senado entre los demás, fue asesinado con 23 puñaladas.
IV. El Principado y los Primeros Emperadores
Augusto y el Fin de la República
18. Antonio, repudiada la hermana de Octaviano, se casó con Cleopatra, reina de Egipto. Fue vencida por Augusto en una batalla naval, clara e ilustre, junto a Accio, lugar que está en el Épiro. Por esta razón huyó a Egipto y, estando las cosas desesperadas al pasarse todos al bando de Augusto, él personalmente se suicidó. Cleopatra soltó un áspid sobre sí misma y se suicidó con el veneno de ella.
19. Los escitas y los indios, para quienes antes el nombre de los romanos había sido desconocido, le enviaron regalos y legados. Fue de un amor tan grande también hacia los bárbaros, que los reyes, amigos del pueblo romano, fundaron ciudades en su honor, a las que llamaron [Augusta], como en Palestina y Mauritania por el rey Juba.
La Dinastía Julio-Claudia
20. Tiberio gestionó el imperio con gran cobardía, con una dura crueldad, con malvada avaricia y con indecente deseo. Pues nunca luchó personalmente, sino que gestionó las guerras por medio de los legados. Este murió en Campania, al vigésimo tercer año de gobierno, a los 78 años de edad, con alegría de todos.
21. Lo sucedió Calígula, muy cruel y siniestro, y que incluso perdonó las deshonras de Tiberio. Asumió las guerras contra los germanos y tras su entrada en Suevia no hizo nada valientemente. Cometió incestos con sus hermanas, de una incluso reconoció una hija. Al comportarse de manera cruel contra todos, con gran avaricia, deseo y crueldad, fue asesinado en el Palatino a los 29 años de edad.
22. Después de este estuvo Claudio, tío de Calígula. Este gobernó entre dos extremos, gestionando muchas cosas sosegada y moderadamente, y ciertas cosas cruel y mediocremente. Llevó la guerra a Britania, que ninguno de los romanos después de César había alcanzado, y sometida esta por Gneo Sentio y Antonio Plautio, hombres ilustres y nobles, obtuvo un célebre triunfo.
23. Lo sucedió Nerón, que deformó y disminuyó el imperio de Roma, asesinó a una gran parte del Senado, y fue enemigo para todos los buenos. Al final se degeneró con una deshonra tan grande que bailaba y cantaba con la vestimenta de un citarista. Incendió la ciudad de Roma, para contemplar la imagen de ese espectáculo, como Troya había ardido capturada hace mucho tiempo.
Trajano y su Legado
24. Le sucedió Ulpio Trajano, nacido en la Hispania Itálica, de una familia antigua más que conocida. Extendió a lo largo y a lo ancho las fronteras del Imperio Romano que tras Augusto había sido defendido más que ampliado. Reparó las ciudades al otro lado del Rin en Germania. Conquistó la Dacia, vencido Decébalo; se creó una provincia al otro lado del Danubio en otros campos.
25. Perduró un recuerdo tan grande suyo, que hasta nuestra época no se proclama a los príncipes en el Senado de otra manera sino: “Más afortunado que Augusto, mejor que Trajano”. Hasta tal punto prevaleció en la gloria de su bondad que tanto para los aduladores como para los que realmente lo elegían proporciona una oportunidad de magnífico ejemplo.
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