13 Jun

FRASES DE Descartes


Descartes distingue entre tres tipos de ideas, las ideas innatas, las FACTICIAS y las ADVENTICIAS. Las ideas innatas son CLARAS y DISTINTAS.

La metafísica cartesiana distinguió́ tres SUSTANCIAS, la divina, que es INFINITA, la corpórea, caracterizada por la EXTENSIÓN, y la PENSANTE, que es inmaterial.

La duda cartesiana era una duda metódica, pero no ESCÉPTICA. Los motivos en los que Descartes fundaba la duda eran las falacias de los SENTIDOS, la confusión del sueño con la VIGILIA y la existencia de un GENIO MALIGNO.

Aquello que no necesita de otra cosa para existir, Descartes lo denomina SUSTANCIA. Distingue entre una res COGITANS O PENSANTE y una res EXTENSA. Pero lo infinito solo puede atribuirse a Dios.

Descartes defiende un DUALISMO antropológico radical entre CUERPO y ALMA porque compartí́a el determinismo científico de la época, pero quería salvaguardar la LIBERTAD humana.

La duda METÓDICA es una estrategia con la que Descartes pretende combatir el ESCEPTICISMO. Su objetivo es alcanzar una

Idea


CLARA y DISTINTA.

Las reglas del MÉTODO cartesiano son cuatro: la primera es la EVIDENCIA, la segunda es el ANÁLISIS, la tercera es la SÍNTESIS y la cuarta es la enumeración.

Según Descartes la RAZÓN es la única facultad que puede conducir al hombre al conocimiento de la verdad. Para ello es preciso que se siga un MÉTODO. Que consta de cuatro REGLAS. La primera de ellas es la EVIDENCIA.

Según Descartes, la RAZÓN es la única facultad que puede conducir al hombre al conocimiento de la verdad. Solo se debe aceptar como verdadero aquellas ideas que aparecen con absoluta EVIDENCIA. Para ello las ideas deben ser CLARAS y DISTINTAS de modo que no quepa ninguna duda.


CONTEXTO CULTURAL, Filosófico, Histórico

El nacimiento de la Edad Moderna se suele asociar con el Renacimiento, en los siglos XV y XVI. Desde el punto de vista histórico, la Edad Moderna se caracteriza por la consolidación de los Estados nacionales y las monarquías absolutas, además del crecimiento de la burguésía y el capitalismo comercial. No obstante, tras las grandes esperanzas del Renacimiento, la época que vive Descartes, el Siglo XVII, el siglo del Barroco, es una época de crisis. En el orden religioso la desintegración de la Iglesia culmina con la Reforma protestante en la primera mitad del Siglo XVI. Precisamente una de las guerras que devasta Europa en esta época y en la que participa Descartes siendo joven, la Guerra de los Treinta años, tiene un importante componente religioso. Desde el punto de vista cultural, la Edad Moderna es una época de grandes cambios, que se podrían resumir en tres hechos fundamentales:

En primer lugar, se produce una vuelta a los gustos y cánones clásicos por la llegada a Occidente de textos clásicos griegos. Todo ello contribuye al desarrollo del pensamiento humanista. En segundo lugar, la época moderna es la época de los descubrimientos. El desarrollo de la cartografía, las técnicas de navegación y la brújula hacen posible la expansión marítima y comercial, como el descubrimiento de América. El uso de la pólvora con fines bélicos y  el descubrimiento de la imprenta constituyen avances técnicos. En tercer lugar, quizás el factor que supone un mayor impulso del pensamiento europeo hacia la modernidad sea el desarrollo de la nueva ciencia, particularmente en el ámbito de las matemáticas, la física y la astronomía. Copérnico, Galileo, Kepler y Newton son las figuras más relevantes de esta nueva ciencia.

Desde el punto de vista filosófico, el Renacimiento supone, una mayor confianza en las fuerzas del hombre para alcanzar respuestas a las preguntas que le interesan, además de un rechazo del criterio de autoridad. Todo ello contribuye al desarrollo del pensamiento humanista. El humanismo es quizás el rasgo más destacado de toda la cultura moderna frente a la cultura medieval y su teocentrismo. Frente al teocentrismo medieval, el humanismo supone una visión antropocéntrica y naturalista de la realidad. Se extiende la convicción del que el ser humano es dueño de su propio destino, que decide con autonomía y libremente su propia conducta. 


La época en que vive Descartes, el Barroco, es una época de crisis, un periodo pesimista, donde todo es mudanza, movimiento y fugacidad. El tiempo se convierte en una obsesión y todo aparece como contingente y azaroso, sin orden ni necesidad. En este contexto hay que entender la filosofía de Descartes como búsqueda de la certeza en medio de la duda y las apariencias. El vacío dejado por la caída de la imagen medieval del mundo, intenta ser cubierto por el Racionalismo cartesiano que intenta construir una nueva imagen de la realidad basada en la razón y la nueva ciencia.

El Racionalismo concede una especial importancia a la razón y realiza una serie de afirmaciones a las que se opondrá la otra gran corriente de comienzos de la filosofía moderna, el Empirismo. La carácterística fundamental del Racionalismo es la autonomía de la razón, de modo que ésta no puede ser coartada ni regulada por nada exterior a ella misma, además de constituirse en el tribunal último que decide sobre lo que es verdadero y sobre la conducta más adecuada desde el punto de vista moral y político.

IDEAS

Pertenece este fragmento al Discurso del Método, que es la obra más representativa del llamado giro cartesiano en la historia de la filosofía. A partir de Descartes, en la historia de la filosofía hay que tener en cuenta al sujeto en cualquier reflexión filosófica.

El texto objeto de comentario pertenece a la segunda parte del Discurso del Método. En esta parte se plantea Descartes la cuestión del método más adecuado para alcanzar la verdad. Después de analizar el método empleado por la lógica y las matemáticas, llega a la conclusión que el método que busca debe inspirarse en ellas, pero superando sus defectos. Así, reduce el método a cuatro preceptos fundamentales. Después de realizar algunas apreciaciones generales sobre la aplicación del método, concluye que este método debe ser aplicado al campo de la filosofía, de cuyos principios depende todo el edificio de nuestros conocimientos.


JUSTIFICACIÓN

Partiendo de la intuición y la deducción como formas básicas de conocimiento, expone Descartes como vemos en este fragmento perteneciente a la parte II del Discurso del Método, un método basado en la razón, que consta de las siguientes cuatro reglas:

1- La primera regla es la regla del análisis, que supone que hay que empezar por descomponer cualquier problema o cuestión hasta llegar a sus elementos más simples. Esta regla tendría que ver con el descubrimiento de las intuiciones.

2- La segunda regla proporciona un criterio de verdad, es decir, sólo se considera como verdadero aquello que es evidente y algo es evidente cuando es percibido por la razón con total claridad y distinción.

3- En tercer lugar, hay que aplicar la regla de la síntesis, a partir de la cual se construyen verdades más complejas a partir de las naturalezas simples. Esta regla tiene que ver con la deducción.

4- La cuarta regla recomienda hacer enumeraciones y revisiones constantemente en nuestro razonamiento y seguir un orden riguroso.

Según Descartes, este método basado en la estructura de la razón, sólo se ha aplicado con éxito hasta ahora en el campo de las matemáticas, proporcionando importantes resultados. Nada impide que se puede aplicar en otros ámbitos del saber, como por ejemplo la filosofía, esperando obtener también resultados importantes. 


RELACIÓN

Tanto Platón como Descartes defienden que el conocimiento es innato, aunque para Platón eso significa que las ideas las conoce el alma desde antes de estar unida al cuerpo, mientras que para Descartes significa que las ideas verdaderas son connaturales a la Razón, y por tanto por el mero hecho de usarla, van a surgir en mi entendimiento.

Ambos defienden la dualidad del hombre, constituido por dos sustancias, alma y cuerpo, y para ambos, el alma es el lugar donde “reside” la verdad y el cuerpo la fuente de nuestros errores. El alma de Platón preexiste a su uníón con el cuerpo en el mundo de las Ideas. Platón con su dualismo lo que pretende es subrayar la existencia de dos ámbitos ontológicos diferentes; por eso, el alma es definida como una Idea que, tras la muerte, se une al mundo de las Ideas al que pertenece. Descartes lo que intenta sobre todo es señalar la independencia de la razón respecto a la materia, para encontrar así un lugar en su filosofía para la libertad. En definitiva, la motivación platónica es más ontológica o metafísica y la cartesiana más antropológica e incluso moral.

Existen unas realidades psíquicas intermedias a las que Platón denomina partes inferiores del alma (ánimo y apetito) y Descartes pasiones. Estas realidades surgen por el contacto entre lo puramente racional y lo físico, de modo que, aunque no tienen su origen en la razón pueden llegar a afectarla. Los dos coinciden en que la tarea del hombre sabio y prudente es dominar y someter estas partes inferiores del alma o pasiones a la razón. Platón y Descartes se inspiran en las matemáticas para hacer su Filosofía,

Dentro de la filosofía tradicional, se pueden englobar los dos autores en el pensamiento idealista, dado que reservan a las ideas o conceptos el más alto grado de veracidad y certeza, entre los distintos tipos de conocimiento. Pero la concepción de “idea” que nos presentan es completamente diferente, sobre todo porque para Platón las Ideas, o formas, tienen una “realidad separada”, una existencia real fuera de mi, mientras que para Descartes son, fundamentalmente, contenidos mentales que están en el pensamiento.

En definitiva, ambos autores sostienen que es mediante la razón, y no los sentidos, como se puede llegar a alcanzar el conocimiento verdadero sin posibilidad de error.

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