14 Dic

Causas del Movimiento Independentista

A partir de ahí, los hechos más importantes que condujeron a la independencia de las Trece Colonias fueron los siguientes:

  1. Gran Bretaña, tras el final de la guerra, incrementó el pacto colonial y aumentó la presión fiscal sobre las colonias, obligándolas a mantener un comercio exclusivo con la metrópoli y aplicándoles nuevos impuestos.
  2. Los colonos protestaron argumentando que, si no tenían representación en el Parlamento de Londres, no tenían la obligación de pagar impuestos. El boicot a los comerciantes británicos obligó al Gobierno de Londres a suprimir la mayoría de los nuevos impuestos.
  3. Las ideas de la Ilustración se difundían también por América a través de publicaciones y tertulias, alimentando entre los círculos de intelectuales la exigencia de libertades e igualdad de derechos.
  4. Las tensiones con la metrópoli dieron lugar a varios incidentes, de los cuales el más conocido es el Motín del Té de 1773 en Boston.
  5. En 1774 se reunieron representantes de todas las colonias en el Primer Congreso Continental de Filadelfia con la intención por parte de la mayoría de los asistentes de llegar a un acuerdo con la corona y establecer unas relaciones igualitarias, sin llegar a la independencia.
  6. En 1775, en el Segundo Congreso de Filadelfia, se acordó la guerra contra las tropas británicas.
  7. En 1776, finalmente, se dio el paso definitivo hacia la independencia con la aprobación de dos documentos fundamentales:
  • La Declaración de Derechos de Virginia, que contenía los principios básicos del liberalismo político.
  • La Declaración de Independencia, aprobada en el Congreso de Filadelfia. En ella, las colonias se autoproclamaban Estados soberanos e independientes del dominio británico y anunciaban la creación de los Estados Unidos de América.

Nacionalismo y Liberalismo

El nacionalismo se puede clasificar en dos corrientes principales:

  1. Nacionalismo de carácter conservador: Según esta corriente, los pueblos son como «órganos vivos» con un carácter propio, que se manifiesta a través de su lengua y su cultura. Por tanto, todo individuo, por su origen y al margen de su voluntad, pertenece a una determinada nación.
  2. Nacionalismo de carácter liberal: Arranca del pensamiento revolucionario francés. Para esta corriente, la nación es la unidad política a la que un conjunto de ciudadanos decide pertenecer «voluntariamente»; por tanto, el nacimiento u origen no condiciona la nacionalidad del individuo.

En cualquier caso, el objetivo principal de todo movimiento nacionalista era constituir su propio Estado-nación, es decir, un Estado autónomo o independiente integrado por todos los miembros de su mismo grupo étnico.

Tipos de Nacionalismo

  • Nacionalismo centrífugo o separatista: Propio de pueblos insertos en una entidad política mayor que aspiraban a separarse de ella para crear su propio Estado-nación. Era el caso de determinados pueblos de los grandes Imperios Ruso, Austriaco o Turco, de carácter multiétnico.
  • Nacionalismo centrípeto o unificador: Propio igualmente de pueblos con identidad nacional, pero repartidos entre diferentes Estados, por lo que su aspiración era formar un solo Estado-nación que los reuniera a todos. Fue el caso, en la Europa del siglo XIX, de los alemanes e italianos.

En consecuencia, el nacionalismo y el liberalismo inspiraron las tres grandes oleadas revolucionarias de 1820, 1830 y 1848, que finalmente condujeron a la quiebra del sistema de la Restauración y a la disolución definitiva del Antiguo Régimen.

La Unificación de Alemania

Las dos grandes potencias de la Confederación Germánica, creada en 1815 en el Congreso de Viena, eran el reino de Prusia y el Imperio de Austria. Dentro de esta y en todo el reino de Prusia, la población era mayoritariamente alemana. Por tanto, para la unión política de los alemanes, se ofrecían dos alternativas, según la potencia (Austria o Prusia) que dirigiera el proceso y encabezara el futuro Estado unificado:

  1. Una Gran Alemania, presidida por Austria, que abarcaría a toda la población alemana, pero exigiría también la convivencia con otros muchos pueblos no alemanes del Imperio Austriaco, como checos, eslovacos o húngaros.
  2. Una Pequeña Alemania, bajo el predominio de Prusia y exclusivamente germana, pero sin Austria, cuyo núcleo era de población alemana, aunque el imperio fuera multiétnico. Esta fue la alternativa que acabó imponiéndose.

No obstante, el primer paso hacia la unificación fue económico: a partir de 1834 se estableció en gran parte de la Confederación Germánica una unión aduanera, sin barreras ni aranceles, promovida por la burguesía prusiana.

Pero el proceso político de unificación se debió a dos grandes figuras: Guillermo I de Prusia y su primer ministro, Otto von Bismarck, cuyo objetivo era convertir Prusia en un Reich (imperio) que incorporase el mayor número de territorios de población alemana.

Bismarck organizó un poderoso ejército y aprovechó hábilmente todas las posibilidades que le ofrecieron. De este modo, el nuevo imperio alemán se fue construyendo bajo el liderazgo de Prusia a lo largo de tres fases:

La Guerra Franco-Prusiana (1870)

Bismarck, ante la resistencia de algunos Estados alemanes del sur a someterse a la hegemonía prusiana en un nuevo Estado unificado, decidió que la mejor forma de integrarlos era implicarlos en una causa común contra un enemigo externo. Para ello, hábilmente provocó que Napoleón III de Francia, su tradicional aliado frente a Austria, declarara la guerra a Prusia por un motivo insignificante. Todos los Estados alemanes participaron en la guerra del lado de Prusia y en la batalla de Sedán, el ejército prusiano derrotó a Napoleón III, que fue hecho prisionero y arrastró en su caída al régimen imperial francés.

Tras la guerra franco-prusiana, el 18 de enero de 1871, en el Palacio de Versalles, Guillermo I se proclamó emperador (Kaiser) del Segundo Imperio Alemán o Segundo Reich.

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