05 Feb

El teatro Español anterior a 1936 
A comienzos del Siglo XXX los escenarios españoles vive en una situación de anquilosamiento y atrasos dos son los motivos fundamentales:
         1. El apego a la alta comedia de Echegaray. Triunfa entre el público burgués y resulta muy productiva económicamente para los empresarios cuyo interés para la renovación es escaso.
         2. La fuerza de la ideología y la estética tradicional importante que estén a los intentos de innovación.
Los escritores con deseos de renovación de verano negarse a los Bulldog comerciales o resignarse a escribir para un público minoritario. El signo del nuevo sitio hasta 1939 estará marcado por esta dicotomía entre teatro comercial y teatro renovador. Dentro del primero se inscriben Benavente, el teatro cómico y el teatro en verso al segundo pertenece figuras como Valle-Inclán y Lorca. 
1.EL TEATRO COMERCIAL
1.1.TEATRO BENAVENTINO
Jacinto Benavente (1866-1854), Premio Nobel de Literatura en 1922, se metió en el Teatro concierto a fan rupturista con «El nido ajeno» (1894), sin embargo su escasa acogida lo llevo a amoldarse a los deseos del público burgués. En sus obras retrata la hipocresía y los convencionalismos de la clase alta. Bajo la consigna del teatro como medio de evasión y elusión consigue gran popularidad y éxito con obras como «La noche del sábado» (1903), «Rosas de otoño» (1905) y «Los intereses creados» (1907). Aunque su obra se enmarca dentro del teatro comercial la importancia del Benavente escriba en haber conseguido superar la grandilocuencia de Echegaray con propuestas escénicas de ambientes y situaciones cotidianas y con una cierta visión desengañada sí mismo y mordacidad. 
1.2.TEATRO Cómico
Representaba la modalidad epistémica preferida por las clases populares y majo este rótulo se agrupaban espectáculos muy diversos entre los que se incluye la Zarzuela el café teatro y el teatro por horas. Destacaron tres subgéneros:
            1. El sainete alcanzó con Carlos Arniches (1866-1894) un amplio desarrollo. Es autor recupera la tradición de las cosas veredes del Siglo de Oro o del Siglo XVIII para presentar una galería de tipos pintorescos madrileños con sus problemas cotidianos y su forma de hablar características y en cuya canción de monstruo Arniches como maestro consumado. El título modificativo es «El santo de la Isidra». En esta línea costumbrista hay que mencionar a los hermanos Serafín y Joaquín Álvarez Quintero que llevaron a los escenarios una Andalucía bonita y superficial en la que todos los problemas se acaban por solucionarse. 
            2. Las tragedias grotescas abandonar por completo ciertos rasgos humorísticos Arniches plantea con crudeza aspectos de la sociedad española ya tratados por los del 98 como la cerrada mentalidad de provincias el caciquismo la inmortalidad de las clases diferentes una injusticia social en títulos como «La señorita de Trevélez» «Los caciques» y «La heroica villa». 
            3. Menos interés conserva hoy el astracán subgénero cómico basado en Burgos juegos de palabras equivocas fáciles y parodia de diversos recursos teatrales. Representante máximo fue Pedro Muñoz Seca autor de «La venganza de Don Mendo». 
1.3.EL TEATRO EN VERSOO O TEATRO Poético
Llamado también teatro histórico modernista o teatro en verso y supuso la irrupción del Modernismo en la escena: besos variados y de gran musicalidad, lenguaje sonoro, ambientes exóticos, personajes de una pieza con ademanes retóricos y efectistas, y  escenografía que trata de reproducir fielmente los ambientes históricos en los que se desarrolla la acción. Desde el punto de vista ideológico este teatro se pone una reacción con su espíritu noventayochista y su visión crítica de la historia española. Algunos autores como Eduardo Marquina y Francisco Villaespesa ambos de ideas conservadoras miran con nostalgia el pasado imperial en obras protagonizadas por el «Cid Campeador» «los Reyes Católicos» «El gran capitán» o «Los tercios de Flandes» 
2.TEATRO RENOVADOR
A lo largo de este periodo no escasearon los intentos de experimentación dramática a cargo de autores de sucesivas generaciones aunque solo dos de ellos alcanzaron justo y universal reconocimiento al cabo de los años el esperpento de Valle-Inclán y la tragedia de Lorca. Dentro de la llamada Generación del 98 Unamuno trato de plasmar en las tablas con poca fortuna las ideas que ella expresaba en ensayos y novelas con obras de extrema desnudez argumental y escenografía en las que los personajes se limitan a expresar las inquietudes del autor. También Azorín busco la renovación de la escena nacional en este caso recurriendo a un teatro en el que se vale de recursos y reales y simbólicos para tratar temas como el paso del tiempo la muerte y la búsqueda de la felicidad a través de un diálogo demasiado literario en ocasiones. Entre los novecentista hay que destacar la tentativa renovadora de Ramón Gómez de la Serna el gran animador de las vanguardias en España. Ramón escribió numerosas piezas teatrales de las cuales la más conocida fue «Los medios seres» cuyo tema sea el vacío en la búsqueda de la propia identidad. Además de Lorca otros autores de la Generación del 27 probaron fortuna en las tablas como Rafael Alberti que escribe un teatro de corte político y Pedro Salinas que cultiva la obra corta con tono de farsa y sainete. Más adelante y fuera las creaciones de Max Aub (1903-1972) porque consiguió el compromiso histórico con la preocupación fundamental al acercarse al interior del ser humano por encima del condicionamiento político. 
2.1.Valle-Inclán Y LA Creación DEL ESPERPENTO
Hoy en día hay una unanimidad al considerar a Valle-Inclán como el más importante dramaturgo español del Siglo XX y uno de los grandes renovadores del teatro contemporáneo. Ello se debe a la creación de una nueva forma de reflejar la realidad denominada esperpento. Sin embargo, antes de llegar a esta fase de su producción -a partir de 1920-, la trayectoria de Valle-Inclán siguió un recorrido fecundo, en el que destaca la tendencia a superar la estética al uso y los convencionalismos burgueses, tanto en lo referente al lenguaje como a la acción dramática. En este sentido, sus piezas presentan abundante nómina de personajes, variedad de escenarios, acotaciones dramáticas irrepresentables, pero de alto valor literario, y un lenguaje de extraordinaria riqueza. En el teatro de Valle-Inclán podemos ver la siguiente trayectoria dramática. Se inicia el autor gallego en las tablas a través de una serie de «poemas dramáticos» de carácter modernista, en verso sonoro y ambientados en la Edad Media, ya sea en jardines provenzales o en las montañas navarras en guerra contra el invasor.
El ciclo de las comedias bárbaras pone en escena las brutales actividades del hidalgo don Juan Manuel Montenegro y sus violentos hijos en el marco de una Galicia rural y primitiva. Abundan hechicerías, supersticiones, sacrilegios, crueldad y muerte, rasgos que alejan estas obras (Águila de blasón, Romance de lobos y Cara de Plata) del teatro que por entonces triunfaba en los escenarios. Sigue el ciclo de las farsas, el autor utiliza elementos procedentes del guiñol y del teatro de marionetas, pero sobre todo descubre el humor para ridiculizar comportamientos de la nobleza, matrimonios desiguales o la corte de Isabel II (Farsa y licencia de la reina castiza). Estamos ya a las puertas de la deformación sistemática y caricaturesca que supone el esperpento, cuya primera manifestación se produce en 1920 con Luces de bohemia. Con la palabra esperpento (cuyo significado habitual era «persona o casa extravagante, desatinada o absurda») designa el autor a esas obras suyas en las que lo trágico y lo burlesco se mezclan, con una estética que quiere ser «una superación del dolor y de la risa. Su mejor definición se halla en la escena XII de Luces de bohemia. 
En el esperpento abunda la crítica a clases sociales e instituciones como la aristocracia, los militares, la alta burguesía o la monarquía. Son habituales las alusiones políticas y destaca una evidente preferencia por los ambientes miserables, marginales y degradados: prostitución, mendicidad, indígenas americanos. En cuanto al estilo, el esperpento permite que se manifieste en toda su plenitud la expresiva de Vaile-Inclán. Hay una amplia variedad de registros lingüísticos (habla vulgar, coloquial madrileña, andaluza e hispanoamericana, lenguaje administrativo y cursi) Predomina el humor agrio y el sarcasmo, de esta manera, los personajes aparecen animalizados o convertidos en peleles y fantoches.
2.2.García Lorca Y LA Restauración DE LA TRAGEDIA
La vocación dramática de García Lorea (1898-1936) fue temprana y orientada hacía el teatro poético-modernista. Sin embargo, al regreso de Nueva York (1931) manifestó el autor su intención de emprender una profunda renovación teatral en España Para ello contaba el precedente del Valle-Inclán, cuyos esperpentos Lorca admiraba sin reservas La producción teatral de Lorca puede agruparse en tres núcleos fundamentales: Farsas y poemas dramáticos, emparentados con ciertas obras de Valle-Inclán Se trata de textos sencillos en los que aparece ya el tema central de su dramaturgia: el conflicto autoridad Aibertad La faceta hermética de su producción teatral esta decisivamente inluida por el Surrealismo; destacan textos como Así que pasen cinco años o El público, su obra más ambiciosa y avanzada.Dentro del ciclo de las tragedias se agrupan títulos que tienen en común el protagonismo femenino, un fuerte tono dramático y el tratamiento del otro tema esencial de la dramaturgia lorquiana: la insatisfacción amorosa. Aquí incluimos sus tres grandes obras: Yerma, Bodas de sangre y La casa de Bernarda Alba. Esta última, acabada en Junio de 1936, poco antes de su muerte, es la obra que mejor refleja las enormes posibilidades del teatro de Lorca. Subtitulada Drama de mujeres en los pueblos de España, presenta el enfrentamiento entre el autoritarismo extremado de Bernarda y el deseo de libertad de sus cinco hijas, condenadas a forzado encierro para guardar luto tras la muerte del padre

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