10 Mar


TEMA 9. LA ARQUITECTURA DEL QUATTROCENTO: BRUNELLESCHI Y ALBERTI

         El Renacimiento supone la vuelta a la Antigüedad Clásica, pero no se rompe con la tradición cristiana sino que se mezcla con la tradición pagana clásica. Uno de los factores que explican el Renacimiento es que la Antigüedad Clásica se consideró durante toda la Edad Media en Italia como un legado nacional, el espíritu nacional estaba en el Arte Romano. Otro factor es la distribución de Italia en principados rivales, ciudades repúblicas que rivalizan en poder y que muestran sus benefi­cios orgullosamente invirtiendo en Arte. Las grandes familias burgue­sas como los Médicis, los Pazzi, etc.,  se convierten en mecenas que rivalizan por la cantidad y la calidad del arte.

         El Quattrocento es el Renacimiento temprano y ocupa el siglo XV (1.400-1.500).  En arquitectura aparecen las siguientes características:

         – Se intenta recuperar el concepto de Orden Arquitectónico.  Pero estas soluciones proporcionales se consiguen mediante un módulo y con soluciones mate­máticas nuevas.  (Un módulo es un cubo cuyas proporciones se aplican en todas las partes del edificio)

         – En el Renacimiento, el hombre es quien domina a la arquitectura y sus proporciones son siempre humanas. Las proporciones deben ser sencillas, basadas en una geometría simple ya que la belleza se encuentra en lo sencillo y puro.       

– Lo horizontal prevalece sobre lo vertical a base de molduras, separación de plantas, etc. La arquitectura del Renacimiento no busca la altura por lo que desaparecen los elementos góticos y se vuelve al arco de medio punto, elemento esencial del clasicismo.

         – Las obras poseen un sentido unitario, con un espacio interno que debe ser visto de una sola vez.  Este sentido de visión unitaria llevará a la arquitectura a la utilización de plantas centralizadas, circulares, cuadradas o de cruz griega. (Perdiendo importancia la planta longitudinal como la basilical o de cruz latina).

         – La rivalidad entre repúblicas y la fuerte personalidad de algunas artistas hacen que estos artistas sean reclamados, conocidos y casi adorados. Por eso a partir de ahora la Historia del Arte se escribe con artistas en vez de con obras de arte.

         – Esta nueva arquitectura empieza en la ciudad que  va a ser el centro del arte en Italia: Florencia, y empieza con dos arquitectos que serán los pioneros del Renacimiento: Filipo Brunelleschi y León Battista Alberti.

FILIPO BRUNELLESCHI



Nace en Florencia, trabaja primero de orfebre, realiza trabajos de relojería y luego de escultor. Desde joven manifiesta afición por el dibujo y la pintura, estudió Geometría y Matemáticas, abandonándolo todo para dedicarse a la arquitectura y desarrollar un nuevo modelo de espacio. Viajó a Roma donde se dedicó al estudio de restos arqueológicos y conoció los sistemas constructivos romanos. Es quien construye las primeras iglesias del nuevo estilo y quien crea el tipo de palacio renacentista. Es el artista que sienta las bases del nuevo estilo. Se le atribuye el haber sido el primero en analizar las leyes de la perspectiva Brunelleschi abre el capítulo de la arquitectura del Renacimiento con la cúpula de la Catedral de Florencia.
El proyecto era terminar con la construcción de la catedral gótica, con una cúpula que sería el símbolo de la ciudad. Se inspiró en las construcciones romanas pero aportó soluciones novedosas. La cúpula parte de un tambor octogonal y es apuntada, la novedad está en construir una doble cúpula, creando un espacio hueco entre ambas que aligera el peso y permite cerrar un espacio de 42 mts de diámetro. Ocho nervios de mármol la recorren en su exterior y se cierra con una linterna (posterior a Brunelleschi).

En la iglesia de San Lorenzo, Brunelleschi toma como modelo la planta basilical, construyendo una iglesia de tres naves, sin crucero. La novedad está en que la iglesia está construida en función de un módulo, una proporción matemática. Utiliza elementos clásicos como las columnas de orden corintio que sostienen arcos de medio punto. El conjunto de todos los elementos nos transmite sencillez, armonía y equilibrio. En esta obra se aplica la perspectiva lineal, ya que la sucesión de los distintos elementos arquitectónicos dan lugar a un punto de fuga, a la pirámide visual.

LEON BATTISTA ALBERTI


Nacido en Génova, viajó por Italia y se estableció durante una larga temporada en Roma donde estudió las ruinas clásicas. Su obra se reparte por toda Italia. A diferencia de Brunelleschi, Alberti es un teórico y especialista en remodelar edificios antiguos. Alberti es el arquetipo del hombre renacentista que, fusionando teoría y práctica, intentó dominar casi todas las áreas del saber por considerar que eran manifestaciones diversas de una única verdad. Su abundante producción teórica se orientó en dos direcciones: una, la historia de la pintura, a la que aportó un tratado donde expone la teoría de la perspectiva, «Della pittura»;
Otra, la arquitectura, a la que responden sus diez libros titulados «De re aedificatoria».

Gran parte de su obra es religiosa, uno de los ejemplos es la terminación de la fachada de la iglesia de “Santa María de Novella”, realizada en función de un modulo matemático. El estudio de los elementos clásicos queda plasmado en el “Palacio Rucellai”, donde Alberti proyecta la fachada con una superposición de órdenes clásicos, inspirado en el Coliseo de Roma. La línea horizontal queda muy marcada quedando dividido en tres pisos. Este palacio supone un modelo fundamental para la arquitectura florentina del Renacimiento. La fachada del palacio produce una sensación de equilibrio y armonía de las proporciones.

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