13 May

El Laocoonte

ANÁLISIS MATERIAL Y FORMAL


La obra que se nos presenta es una escultura de bulto redondo, en concreto un grupo escultórico. La composición crea un gran volumen compuesto por tres personajes, uno central de mayor tamaño y dos a los lados enlazados con lo que parecen ser serpientes, creando una sensación dinámica en una escena de gran tensión. Tal y como vemos, se encuentra realizada en mármol. La figura de mayor tamaño resalta por su anatomía y su expresión, con una musculatura hiperdesarrollada, que contrasta con los cuerpos menos formados de los personajes laterales. Tiene postura semisedente, puesto que parece estar apoyado en el asiento, del que cuelgan unos rígidos ropajes. Su pierna derecha está flexionada y la izquierda retrasada, lo que incrementa la rigidez de la postura. La composición puede considerarse triangular, ya que las figuras laterales se abren en forma de ángulos rompiendo la verticalidad. Por lo tanto, constituye un gran desequilibrio compositivo. El movimiento forzado y la tensión del conjunto se acentúan por la disposición de las serpientes que cierran y abren el conjunto al mismo tiempo, con sus anillos de formas sinuosas con curvas y contracurvas a la vez.  Las calidades táctiles constan de una gran calidad técnica, algo que se aprecia en la piel, los cabellos y los escasos vestidos. Podemos apreciar las asperezas y texturas de la piel, los rizos con abundante labor de trépano en las barbas (presenta profundas incisiones para lograr efecto de gran relieve de claroscuro), los cabellos que resaltan los efectos de luz y sombra y el acanalamiento rígido de los mínimos paños.  Los rostros y gestos son profundamente expresivos, reflejan angustia y dolor, algo que también sucede con los cuerpos en movimiento, el dinamismo de la composición, el ritmo marcado por brazos, piernas y serpientes. El “Pathos”, es decir, lo dramático, se ha impuesto definitivamente. Observando los personajes, concluimos que se trata de un tema de índole mitológica. Además, los personajes (tal y como comentamos) expresan dramatismo en sus rostros, en un momento de extrema tensión o dolor, lo que nos lleva a pensar que hablamos de una obra de un momento de la historia en el que aspectos psicológicos y contextuales son especialmente labrados por el artista.  En cualquier caso, no es solo una cuestión deductiva: esta obra es fundamental para la Historia del Arte, se trata del grupo del Laocoonte y sus hijos, perteneciente al período helenístico del arte griego (S.IV- I. a.C.). Sin embargo, la obra que se nos presenta es una réplica romana, dado que el original, a diferencia de este, era de bronce. Sus autores fueron Polidoro, Agesandro y Atenodoro, de la escuela de Rodas. Debido a que lo normal en la época del helenismo son las escuelas y no los autores individuales, no se conocen otras obras de estos artistas.

ANÁLISIS DEL CONTENIDO (SIGNIFICADO)

El tema aquí representado es mitológico: el sacerdote troyano Laocoonte (la figura central, de mayor tamaño) es castigado por los dioses a morir junto a sus hijos presa de dos enormes serpientes marinas. Esta obra expresa mejor que ninguna otra del mundo antiguo la ira de los dioses y los crueles condenas que imponían a los mortales. Representa la oposición entre las fuerzas poderosas de lo incomprensible y la impotencia humana. En este caso, el sacerdote troyano de Apolo es castigado por persuadir a sus compatriotas a no aceptar el caballo de Troya como regalo de los griegos; los dioses al ver frustrados sus planes de destruir Troya, enviaron dos gigantescas serpientes de mar para que apresaran al sacerdote y a sus dos desafortunados hijos entre sus anillos. En el rostro de Laocoonte se puede apreciar el dolor, tanto físico como moral, al verse incapaz de ayudar a sus hijos inocentes. No se puede afirmar que esta obra tenga una funcionalidad concreta, sin embargo sí que tiene un cierto carácter propagandístico en relación al poder social: en el periodo helenístico las obras eran encargadas por personajes poderosos tales como monarcas o sátrapas, generales, etc. También posee una funcionalidad “religiosa”: mostrar los castigos que podían recibirse al desobedecer o enfadar a los dioses.

ESTILO ARTÍSTICO

La obra corresponde al Arte Griego (S. VIII-I a.C.), más concretamente al período helenístico (323- S.I a.C.), caracterizado por la pérdida del equilibrio formal y psicológico, así como la atenuación del idealismo clásico. También crearon una tendencia a representar lo naturalista y el realismo extremo, aunque éste resulte desagradable (niños, ancianos, agonizantes…). Se prefiere lo feo antes que la belleza formal, triunfa lo anecdótico, lo recargado, lo expresivo; se alcanza la perfección en el movimiento, con escorzos, composiciones en diagonal, desequilibrio en los cuerpos, emoción y tensión en los rostros. Se pierde parte de la independencia e individualidad de los artistas al congregarse en talleres o escuelas. Pertenece a la Escuela de Rodas, una escuela que, junto a la de Pérgamo, contrasta con la de Atenas, más clásica, y la de Alejandría, más rutinaria y simbólica por el extremado movimiento, el sentido expresivo hasta lo agónico, la complicación formal y dinámica; el dramatismo y el patetismo, la acentuación del sufrimiento y el dolor, el gusto por lo recargado y lo barroco. Otras obras de esta misma escuela son La Victoria de Samotracia, el Toro Farnesio o el desaparecido Coloso de Rodas.

RELACIÓN DE LA OBRA CON SU CONTEXTO HISTÓRICO

El fallecimiento de Alejandro Magno en el 323 a.C. supuso la pérdida de la unidad de acción del mundo griego: sus generales se repartieron su inmenso Imperio y surgieron monarquías hereditarias en Egipto, Siria, Macedonia, Pérgamo… Se produjo una fusión entre la cultura griega y los gustos orientales. En este momento, las obras las encargaban estos poderosos monarcas o grandes generales, con un intenso afán propagandístico, cuyo deseo era mostrar su poder y su lujo.  Van desapareciendo progresivamente los cánones de belleza, armonía y equilibrio del clasicismo griego, algo que es claramente visible en El Laocoonte así como también se percibe el desequilibrio y el sentido de crisis y decadencia que supone el helenismo en la civilización griega, próxima a ser dominada por Roma. Esta obra ha tenido una gran trascendencia en la historia del arte. Fue ocultada en Roma y descubierta en el siglo XVI, causando un gran impacto. Miguel Ángel quedó impresionado y tuvo influencia en su obra, así como en el Manierismo. También El Greco se sintió atraído e influyó en su pintura. Incluso la Iglesia adoptó el rostro del Laocoonte como modelo del mártir cristiano por su expresión del dolor. Ya en el siglo XVIII, autores insignes para la crítica de arte (como Lessing) realizaron importantes estudios sobre su contenido, aludiendo a la trascendencia icónica de este conjunto arquitectónico.

Deja un comentario