21 Feb

PRIMERA PARTE: párrafo 1-2


Es el inicio del Discurso del Método, Descartes defiende la universalidad de la razón.
El buen sentido dice, es lo que mejor repartido está entre todo el mundo. Hay una prueba concluyente, que todos piensan que están bien provistos de él, y no es verosímil que todos se equivoquen. Al contrario, muestra que la facultad de juzgar y distinguir lo verdadero de lo falso, que es la razón, está naturalmente igual en todos los hombres. La diversidad de opiniones no se debe a que unos hombres sean más razonables que otros, sino a la diferente forma de dirigir nuestro pensamiento. Por eso para descartes, no es suficiente no es suficiente tener un ingenio bueno, sino que hay que aplicarlo bien. Hay ingenios más perfectos que otros, y descartes confiesa desear la rapidez, la claridad y amplia memoria de otros. Pero la razón está entera en cada ser humano, puesto que es la facultad que nos hace hombres y distingue de los animales. Según la opinión de los filósofos que él dice seguir, no es en la naturaleza de una especie donde se dan las diferencias de grado, sino en los accidentes. Para perfeccionar el ingenio lo que se necesita es aplicar bien la razón, tal como titula Descartes el discurso, tener un método para bien dirigir la razón.

BUEN SENTIDO e INGENIO BUENO:

se puede distinguir el buen sentido y el ingenio. El buen sentido o razón es la facultad natural que permite juzgar y distinguir lo verdadero de lo falso. Mientras que, ingenio es un término más amplio que comprende razón, imaginación y memoria. Es decir, el buen sentido es la facultad natural propia del ser humano y la perfección en el ingenio depende del buen uso que hagamos de la razón. Un alma grande es capaz de grandes virtudes, pero también de grandes vicios y el que va despacio si sigue el camino recto, si dirige bien la razón, puede llegar más lejos que el que corre mucho.


SEGUNDA PARTE: párrafo 13


Descartes reflexiona sobre el método que había elaborado para dirigir la razón y buscar la verdad en las ciencias. En primer lugar señala que la mayor satisfacción que le daba el método era tener la seguridad de emplear la razón lo mejor posible y en segundo lugar, su aplicación acostumbraba a su espíritu a concebir con mayor claridad y distinción. Por ello, espera que aplicar el método a otras ciencias daría los mismos frutos que en el álgebra. Como considera que los principios de las ciencias están tomados de la filosofía, pretende establecer algunos de esta clase en la filosofía. Hay que evitar la precipitación y la prevención, por lo que Descartes espera llegar antes a una edad más madura. Y prepararse, eliminando malas opiniones, acumulando experiencias y ejercitando el método para afianzarlo.

RAZÓN Y MÉTODO:

Descartes considera que con el método que él se ha prescrito emplea su razón lo mejor que le es posible. El buen sentido o razón es la facultad humana que nos permite juzgar y distinguir lo verdadero de lo falso. Es imprescindible un método, unas con reglas para aplicarla bien. Hay una referencia a la primera regla del método, cuando Descartes afirma que su aplicación le ayudaba a concebir los objetos con claridad y distinción. También a la tercera regla que no debe dejar de seguir el orden que el método prescribe. Para evitar la prevención y la precipitación, decide establecer principios en la filosofía y esperar a la madurez para acometer esa empresa.


TERCERA PARTE: párrafo 4


Se recoge la tercera máxima de la moral provisional de Descartes: “vencerme a mí mismo antes que a la fortuna, y alterar mis deseos antes que el orden del mundo”. Los argumentos que va a utilizar para mostrar la bondad de esta norma son: en primer lugar, nada está en nuestro poder salvo nuestros pensamientos. En segundo lugar, nuestra voluntad no desea sino aquello que nuestro entendimiento presenta como posible. Es conveniente apartarse de desear algo que no se puede conseguir. Si pensamos que todos los bienes son inasequibles, no sentiremos pena de aquellos que son debidos a nuestro nacimiento sin culpa nuestra. Igual que no nos sentimos desgraciados por no tener alas como los pájaros, ni por no haber nacido emperador o por estar enfermos. Descartes nos advierte, para mirar las cosas de esta forma hay que imitar a aquellos filósofos (estoicos) que se ocupaban sin descanso en considerar los límites prescritos por la naturaleza y se persuadían de que nada tenían en su poder sino sus propios pensamientos. Se impedían tener afecto hacia otras cosas, les hacía más libres y bienaventurados.

ENTENDIMIENTO Y VOLUNTAD:

el entendimiento es la facultad de conocer y la voluntad es la capacidad de decidir. Según Descartes, la voluntad no desea sino lo que el entendimiento le presenta como posible. El entendimiento debe discriminar entre posible y inasequible. La voluntad no deseará aquello que esté más allá de nuestro poder.


CUARTA PARTE: párrafo 7


Contiene la tesis de que dios es la garantía de verdad. Descartes argumenta por qué la certeza de poseer la verdad solo es posible si se presupone la existencia de Dios. En primer lugar, señala que, aunque se crea que hay cosas más seguras que la existencia de Dios y del alma, como son el cuerpo, los astros y la tierra, de ellas solo se tiene una seguridad moral pero no una certidumbre metafísica basada en la razón. Mientras esté en pie la hipótesis del sueño, la duda de los pensamientos permanece. Y sólo es posible levantarla si se presupone la existencia de Dios. El propio criterio de verdad, las verdaderas cosas que se conciben de forma clara y distinta, recibe su certeza de la existencia y perfección de Dios. De él proceden todas nuestras ideas verdaderas, las falsas ideas se deben a nuestra imperfección.  Y ello por dos razones: la falsedad y la imperfección no pueden proceder de Dios y porque de la nada no puede proceder la verdad o perfección. Si no supiéramos que todo lo que hay en nosotros de real y verdadero proviene de un ser perfecto, por claras y distintas que fueran nuestras ideas nada aseguraría la verdad. Dios es la única garantía de verdad.

CERTIDUMBRE METAFÍSICA:

descartes diferencia la seguridad moral y la certidumbre metafísica. Por certeza se entiende la posesión de una verdad que excluye toda duda, pero las verdades como la existencia del cuerpo, astros y tierra incluso de las verdades reveladas, solo se tiene una seguridad o certeza moral porque aunque se aceptan sin dudar no son evidentes. Mientras que de Dios y el alma se tiene certidumbre metafísica porque son verdades obtenidas a la luz de la razón y son evidentes.


CUARTA PARTE PARRAFO 1:


recoge el proceso de la duda al que somete Descartes todos los conocimientos y el hallazgo de la primera certeza. Se inicia mostrando una diferencia:  a veces es necesario seguir opiniones inciertas como indudables pero para indagar la verdad hay que rechazar  como falso aquello que ofrezca duda. Puesto que Descartes busca algo indudable. En primer lugar, se puede dudar de los conocimientos que vienen de los sentidos, dado que estos nos pueden engañar, lo que ellos nos presentan no es fiable. También es posible dudar de los geómetras  pues los hombres se equivocan al razonar. En tercer lugar, Descartes propone la hipótesis del sueño, puesto que podría confundirse lo que podría ser las ilusiones del sueño y lo que nos aparece estando despiertos. Pensando que todo es falso, Escartes llega asu primera certeza, que lo evidente es que yo soy. “ yo pienso, yo soy” verdad tan firme y segura que la convierte en primer principio de la filosofía.

DUDA:

el estado de incertidumbre del espíritu que se ve incapaz de afirmar o negar. Los escépticos dicen que no es posible distinguir lo verdadero de los falso. Pero la duda cartesiana no es una duda cartesiana sino una duda metódica, procedimiento de investigación que considera los concomientos provisionalmente falsos con el propósito de encontrar algo indudable. Es una duda de alcance universal porque se aplica a todo tipo de conocimiento y teorica porque solo se aplica si la indagación de la verdad.

Cuarta parte párrafo 5:

recoge la tercera prueba de la existencia de Dios que aparece en el argumento ontológico, Descarte compara entre los objetos de los geómetras y la idea de un ser perfecto. La certeza de una demostración geométrica esta fundada en que se la concibe con evidencia. Pero en las demostraciones de los geómetras  no hay nada que asegure la existencia de su objeto. Ej: triangulo con tres angulos iguales a dos rectos pero no su existencia. Sus propiedades pueden ser demostradas al margen de la existencia de triángulos.

Certeza  y evidencia:

la certeza de la demostración de la existencia de dios esta fundada en que se concibe la misma evidencia  o más que en las demostraciones geométricas. Porque del mismo modo que es evidente que una esfera todos los puntos equidisten del centro, es evidente que en la idea de ser perfecto esta comprendida su existencia. Por lo tanto es tan cierto que Dios existe como las afirmaciones del geometría.

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