17 Abr
Stasis en el Siglo VII a.C.
La situación de empobrecimiento en el campesinado durante el siglo VII a.C. lleva a una crisis social conocida como stasis, que es especialmente grave debido al sistema de propiedad de la tierra. La mayoría de la tierra cultivable está en manos de la oligarquía, dejando a la mayor parte de la población campesina como jornaleros agrícolas o incluso esclavos por deudas. Esta concentración de tierras contribuye al empobrecimiento y a la creciente desigualdad social.
A medida que se desarrolla la colonización, los artesanos y comerciantes encuentran nuevas fuentes de riqueza en la economía móvil, es decir, en el comercio. Esto crea expectativas en estos grupos sociales no vinculados a la tierra de obtener riqueza y estatus social de manera diferente a través del comercio. La economía móvil comienza a complementar la economía inmueble como sustento del sistema político y la organización de la polis.
La gran stasis del siglo VII a.C., una crisis agraria y social, no puede resolverse mediante la colonización como ocurrió en el siglo VIII a.C. En cambio, se recurre a legisladores prominentes dentro de la oligarquía. Estos legisladores aparecen a final del siglo VII a.C. (en todas las polis surgen los legisladores), para actuar como mediadores y redactar las primeras leyes por escrito. Estas leyes, publicadas y promulgadas, representan un intento de abordar las tensiones sociales y económicas que enfrenta la polis.
Legisladores: Dracón y Solón
Los legisladores, que aparecen a finales del siglo VII a.C. en Atenas, son figuras prominentes como Dracón (finales del siglo VII a.C.) y Solón (entra en el siglo VI a.C.). Dracón, el primer legislador de Atenas, es conocido por su código de leyes draconianas, que se caracterizaban por ser extremadamente severas, especialmente en lo que respecta al castigo por delitos contra la propiedad privada. Sin embargo, no abordó eficazmente la esclavitud por deudas ni la desigualdad social, lo que llevó a una continua insatisfacción entre los estratos sociales.
Solón, por otro lado, marcó un cambio significativo con su legislación. En el año 594-593 a.C., implementó una serie de reformas que buscaban abordar las tensiones sociales y económicas en Atenas. Su sisactía abolió la esclavitud por deudas retroactivamente, estableciendo un límite en la cantidad de tierra que un individuo podía poseer. También promovió el artesanado y dividió a la sociedad en cuatro clases basadas en la riqueza, conocida como una reforma timocrática.
Las cuatro clases sociales creadas por Solón, basadas en la producción de tierras medida en medimnos, determinaron no solo el estatus económico, sino también los derechos políticos. Los pentacosiomedimnos y triacosiomedimnos tenían derechos políticos y podían participar en el gobierno, mientras que los diacosomedimnos tenían limitaciones en su participación política y los thetes tenían un estatus más bajo, aunque tenían derecho a participar en la asamblea del pueblo.
A pesar de estas reformas, la insatisfacción social persistió y surgieron tensiones entre los aristócratas y el pueblo. Esta insatisfacción condujo al surgimiento de la figura del tirano, como una respuesta a las tensiones y conflictos en la sociedad ateniense.
Los Tiranos en la Antigua Grecia
Los tiranos, como Pisístrato en Atenas y sus herederos, los Pisistrátidas, desempeñaron un papel crucial en la evolución política de la Grecia antigua, abriendo camino hacia formas más participativas de gobierno, como la democracia. Aunque el término «tirano» en la actualidad tiene connotaciones negativas, en la época de la antigua Grecia no necesariamente implicaba tiranía en el sentido moderno, sino más bien un gobierno autocrático que podía surgir como respuesta a tensiones sociales y políticas.
Las características comunes de los tiranos incluyen su papel activo en el desarrollo económico y comercial de la polis, así como su impulso en las relaciones diplomáticas. También fueron mecenas de las artes y constructores de obras públicas, embelleciendo las ciudades en las que gobernaban. Aunque muchos tiranos surgieron de la clase aristocrática, mantuvieron una actitud hostil hacia ella, obteniendo su apoyo principalmente de la masa social descontenta, especialmente de los hoplitas.
El ascenso al poder de un tirano a menudo implicaba aprovechar las reivindicaciones y el descontento de la población, especialmente de los hoplitas, y tomar el control mediante un golpe de estado respaldado por el ejército. Una vez en el poder, los tiranos solían implementar políticas que favorecían al pueblo, como la redistribución de tierras y la creación de empleo a través de proyectos de obras públicas. Sin embargo, su poder carecía de legitimidad legal, ya que no eran elegidos por ninguna autoridad constituida legalmente.
Consecuencias de la Tiranía
La implantación de la tiranía en Atenas y en otras polis griegas tuvo diversas consecuencias, entre las cuales se destacan:
- Ruptura de la solidaridad aristocrática
- Abolición de la esclavitud por deudas
- División de la sociedad ateniense
- Ascenso de Pisístrato al poder
- Obras públicas y fomento del comercio
- Fin de la tiranía
Las Reformas de Clístenes
En este contexto de crisis económica y social, Clístenes llevó a cabo una reforma institucional en Atenas que resolvió la crisis y sentó las bases para el desarrollo de la democracia ateniense.
Las reformas de Clístenes marcaron un cambio significativo en la estructura política de Atenas, introduciendo reformas que democratizaron aún más el sistema de gobierno y rompieron con las tradiciones aristocráticas. Estas reformas incluyeron:
- Introducción del cálculo decimal
- División en tribus, trittyes y demos
- Creación de los demos
- Fragmentación de las tribus
- Establecimiento de nuevas instituciones
- Ostracismo y elección de estrategos
Por otro lado, la «isegoría» se refiere a la libertad de expresión o palabra. Esto significa que los ciudadanos tienen el derecho de expresarse libremente en público, ya sea en asambleas, tribunas u otros espacios de debate. La «isegoría» permite que todos los ciudadanos participen activamente en la vida política y social, expresando sus opiniones y puntos de vista. En muchas sociedades antiguas, como en la Atenas democrática, la «isonomía» y la «isegoría» eran fundamentales para el funcionamiento de la democracia. Estos principios garantizaban que todos los ciudadanos tuvieran voz y voto en los asuntos públicos, promoviendo así la igualdad y la participación ciudadana en la toma de decisiones políticas. Estas reformas democratizadoras de Clístenes sentaron las bases para el desarrollo de la democracia ateniense, estableciendo un sistema político más inclusivo y participativo que reflejaba los intereses de toda la sociedad.
Limitaciones de la Ciudadanía
Existían hombres libres que no tenían ciudadanía, así como mujeres que estaban excluidas de la vida política y carecían de derechos legales. Además, había una clase de no libres y esclavos que carecían de libertad y estaban completamente subordinados a sus dueños.
Los niños recién nacidos con deformidades o que eran considerados una carga para sus familias podían ser abandonados y, en algunos casos, convertidos en esclavos. Las niñas estaban más expuestas a esta práctica, ya que su crianza y matrimonio eran vistos como una carga económica para sus familias.
Las mujeres en la Grecia antigua tenían un papel limitado en la sociedad y se centraba en el ámbito doméstico. Su principal función era tener hijos y administrar la casa. Las mujeres no tenían acceso a la educación formal y se esperaba que aprendieran habilidades domésticas como cocinar, coser y cuidar de los hijos. Las mujeres más ricas tenían menos libertad y estaban más sujetas a las normas sociales, mientras que las mujeres más pobres podían tener cierta libertad de movimiento. Las heteras, mujeres liberadas y cultas, ofrecían compañía a hombres ricos y desempeñaban varias funciones sociales y artísticas.
El matrimonio en la Grecia antigua era un contrato establecido por los padres y no se basaba en el amor. Las mujeres se trasladaban a la casa del esposo después del matrimonio y estaban subordinadas a su autoridad masculina. El divorcio era una opción para las parejas infelices, pero generalmente estaba más disponible para los hombres que para las mujeres.
Extranjeros y Esclavos
Los extranjeros (Metecos) en griego, no tenían un estatus oficial como en Atenas. La sociedad espartana estaba muy centrada en la militarización y la pureza de la sangre espartana, lo que limitaba el papel de los extranjeros en la ciudad.
Los meticós en Esparta no tenían derechos políticos ni civiles, y no podían participar en la vida política de la ciudad. Su principal función era realizar trabajos manuales y servir a los ciudadanos espartanos. Eran considerados como una clase inferior dentro de la sociedad espartana y no tenían voz en las decisiones políticas o sociales.
A diferencia de Atenas, donde los metecos podían residir de forma permanente o temporal, en Esparta la presencia de extranjeros era limitada y regulada. No se incentivaba su asentamiento en la ciudad, y aquellos que residían en Esparta lo hacían principalmente como comerciantes o artesanos, pero siempre bajo la estricta supervisión de las autoridades espartanas.
Los esclavos, por otro lado, estaban completamente excluidos de la sociedad y no tenían derechos. Eran considerados propiedad de sus amos y podían ser comprados y vendidos como mercancía. Los esclavos podían ser adquiridos de varias maneras, como hijos de esclavos, prisioneros de guerra o incluso nacidos de una unión entre un hombre libre y una esclava. El valor de un esclavo dependía de sus cualidades físicas e intelectuales. Los esclavos podían ser utilizados para una variedad de tareas, desde trabajos domésticos hasta labores especializadas. En las polis griegas, algunos esclavos públicos trabajaban para la polis en roles como archivistas, mensajeros o guardianes de templos.
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