19 Sep

3. LA METAFÍSICA ARISTOTÉLICA. Aristóteles (384-322 a.C.) fue un filósofo de origen macedonio (su padre era el médico de la Corte Real de Macedonia), que estudió durante 20 años en la Academia de Platón. A la muerte de su maestro, tras varios viajes, fue durante 7 u 8 años el tutor personal de Alejandro Magno. Tras la subida al trono de Alejandro regresó a Atenas, donde fundó su propia escuela, el Liceo. Crítica de Aristóteles a la metafísica de Platón: Platón, durante su última etapa en la Academia, realizó una revisión crítica de su Teoría de las ideas, que reflejó en sus últimas obras (el Parménides). Tras su abandono de la Academia, Aristóteles desarrollará su propio pensamiento en contraposición al de su maestro, tomando como punto de partida la crítica a la división de la realidad (mundo sensible / mundo inteligible). Aristóteles considera que esta división es un error, pues supone duplicar la realidad de forma innecesaria, y duplicar por tanto los problemas para explicar ambos mundos. Para Aristóteles existe una única realidad que podemos entender de dos formas distintas: percibimos por los sentidos la naturaleza en constante movimiento, y captamos con la razón lo universal que hay en las cosas. No es necesario dividir la realidad pues solo existe un mundo y es sensible e inteligible a la vez. Aristóteles niega la división de la realidad, pero al igual que Platón defiende la existencia de lo Universal fuera de nuestra mente. Los conceptos universales tienen existencia real pero no en otro mundo: la Idea no tiene existencia separada de las cosas, existe dentro de ellas como su esencia. ¿Qué es el ser? La sustancia o entidad (ousía). Aristóteles establece que debemos emprender el estudio del ser, sus causas y principios, y que esta es la Filosofía primera, a la que llamamos metafísica. Para determinar lo que es el ser debemos remitirnos al significado del término ser en nuestro lenguaje. Para Aristóteles, el ser tiene varios significados, pero todos ellos se unifican en torno a un significado principal: la sustancia. El lenguaje evidencia que cuando hablamos siempre nos referimos a algo que posee existencia y que Aristóteles denomina ousía, que traducimos como entidad o sustancia. El significado del ser se concreta, por tanto, en la ousía. Aristóteles lo explica así en el libro IV de la Metafísica: “La expresión algo que es se dice en muchos sentidos, pero en relación a una sola cosa y una sola naturaleza y no por mera homonimia, sino que, al igual que “sano” se dice en todos los casos en relación con la salud (…) así también algo que es se dice en muchos sentidos, pero en todos los casos en relación con un único principio: de unas cosas [se dice que son] por ser entidades, de otras por ser afecciones de la entidad, de otras por ser un proceso hacia la entidad, o bien corrupciones o privaciones o cualidades o agentes productivos o agentes generadores (…). Así pues, del mismo modo que de todas las cosas sanas se ocupa una sola ciencia, igualmente ocurre esto en los demás casos. (…) Es, pues, evidente que el estudio de las cosas que son, en tanto que cosas que son, corresponde también a una sola *ciencia+.” 10 La sustancia es lo contrario a aquello que existe de forma accidental. Los accidentes (las categorías del ser: cantidad, cualidad, lugar, tiempo, posición, estado…) necesitan de una sustancia para manifestarse. Por ejemplo, una vaca puede ser blanca, negra o estar en la montaña o en el prado, estar viva o muerta, de pie o tumbada… y todos estos “estados accidentales” requieren de un objeto o de una cosa para existir (en este caso, una vaca). La sustancia no son estos estados accidentales sino lo que los sustenta, la sustancia es lo que define a ese objeto o cosa. La esencia. Cuando definimos un objeto hacemos referencia a lo universal, que para Aristóteles tiene existencia real dentro de las cosas y que constituye su esencia. Lo que define a un objeto no es su tamaño, color, forma o cualquier cualidad accidental que pueda ser modificada, sino su concepto universal. La esencia es lo que define a las cosas concretas que existen, y es universal e inmutable. Sustancia primera y sustancia segunda. Para Aristóteles, podemos entender la entidad de dos formas: -De forma prioritaria, la sustancia son todas las cosas concretas que poseen existencia y que percibimos por los sentidos: la sustancia primera. -Pero cuando conocemos un objeto, lo hacemos a través de su definición universal, nuestra inteligencia capta su esencia: la sustancia segunda. Para Aristóteles, el mundo que percibimos y que constantemente cambia posee una esencia inmutable y eterna: dentro de las cosas hay una esencia que no va a desaparecer nunca y que constituye el fundamento de la realidad. Pero la esencia solo existe dentro de las entidades concretas que poseen existencia y no tiene ninguna realidad separada. La teoría hylemórfica. Todo lo que existe es un objeto concreto que podemos percibir por los sentidos y que posee una esencia universal que podemos captar por la razón. Aristóteles explica esta doble naturaleza de la sustancia en su teoría hylemórfica, según la cual todos los seres naturales están compuestos de dos aspectos:  Materia: es el sustrato material, como la madera, el barro, la carne y los huesos, el plástico… Su cualidad es la potencia: la capacidad de soportar cambios.  Forma: es la esencia universal, lo que es cualquier objeto o cosa que exista, su definición. Su cualidad es el acto: ser algo concreto en un momento determinado. Por ejemplo, un armario de madera posee una forma determinada que define lo que ese objeto es, y también tiene una materia que tiene la potencialidad de cambiar y de ser cosas diferentes, como una mesa, una silla, estanterías, leña, etc. 11 Explicación aristotélica del movimiento. A partir de estos dos principios Aristóteles explica el movimiento, que consiste en el paso de una potencia a un acto. Todos los seres naturales están compuestos de materia y forma, por lo que todos ellos tienen en sí mismos la capacidad de cambiar, el movimiento es una carácterística inherente a la naturaleza. Existen dos tipos de movimiento:  El movimiento accidental supone el cambio de una propiedad secundaria, como la cantidad (aumentar o disminuir de tamaño, por ejemplo), o la cualidad (cambiar de color, aprender un idioma), o de posición. En este tipo de movimiento la sustancia no sufre ningún cambio.  El movimiento sustancial se produce cuando cambia la forma o esencia. En este caso lo que se modifica es la materia, que es la que soporta los cambios de forma, pero las formas, las esencias, no pueden modificarse. En todo movimiento subyace siempre la materia, por lo que el problema del no-ser en el movimiento planteado por los presocráticos queda resuelto. La teoría de las cuatro causas. El ser se explica a partir de cuatro principios, que son la causa de su existencia. Tomaremos como ejemplo la estatua del David de Miguel Ángel:  Causa material: la materia de la que se compone (el mármol).  Causa formal: la forma o esencia que lo define (el David).  Causa eficiente: el artífice que lo ha realizado (Miguel Ángel).  Causa final: el motivo que lo ha provocado (el deseo de plasmar la belleza). El motor inmóvil como causa final del movimiento de la naturaleza. En los objetos artificiales es sencillo encontrar una explicación a la causa eficiente y la causa final, pero no ocurre lo mismo con los seres naturales: ¿por qué la naturaleza está en constante movimiento?, ¿por qué las cosas no se limitan a ser lo que son y cambian? Para explicar el movimiento como carácterística fundamental de la naturaleza, Aristóteles introduce una concepción teleológica o finalista de la realidad: todo lo que existe tiende hacia una finalidad, que es su perfección, y consiste en actualizar plenamente sus potencialidades. Pero, ¿por qué ocurre esto?, ¿cuál es la causa final de esta tendencia que poseen todos los seres naturales? Aristóteles introduce aquí la existencia de un ser, el Theos o motor inmóvil, que no es un ser natural, pues carece de materia y es acto puro, pura esencia, y se define como la perfección absoluta del ser. Este Theos ejerce una influencia sobre la naturaleza, a la que atrae hacia su perfección, provocando el constante movimiento en esta. 12 4. LA REFORMULACIÓN DE LA METAFÍSICA ARISTOTÉLICA POR TOMÁS DE AQUINO. La obra aristotélica será redescubierta por el pensamiento occidental a partir de los siglos XI y XII. La primera reacción por parte de las autoridades religiosas será su prohibición, pues su descripción de la realidad excluye algunos de los principios fundamentales del cristianismo, como la creación o la inmortalidad del alma. La difusión de las traducciones de los escritos aristotélicos pese a la prohibición hará que se procure una enseñanza “depurada” de su filosofía, reinterpretada a partir de los dogmas del cristianismo para procurar la compatibilidad de ambas explicaciones de la realidad. A esta tarea de conciliación se dedicaron autores como Tomás de Aquino, en el Siglo XIII. Tomás de Aquino (1225-1274) fue un filósofo y teólogo alumno de Alberto Magno, que desarrolló parte de su actividad en la Universidad de París en el contexto de la filosofía escolástica, de la que es su máximo representante. La metafísica tomista está expuesta en su obra más importante, Suma Teológica. Aristóteles planteaba una visión del mundo claramente incompatible con el cristianismo, pues supónía que este era eterno y excluía la intervención de Dios en su creación. Para salvar estas contradicciones, Tomás de Aquino introducirá cambios importantes en la teoría hylemórfica. Para Aristóteles esencia y existencia son dos aspectos que se implican mutuamente: todo lo que existe tiene una esencia, pues es algo concreto, y a su vez, toda esencia posee en sí misma la existencia. Por lo tanto, todo lo que existe lo hace por sí mismo, sin necesidad de creación ni de que nada lo mantenga en la existencia. Esta interpretación de la realidad excluye la necesidad de Dios como creador y fundamento de todo lo que existe. Para introducir la necesidad de Dios en la explicación de la realidad, Tomás de Aquino diferencia entre esencia y existencia como dos aspectos diferentes en el ser:  La existencia es el hecho de existir.  La esencia es la definición universal que determina lo que algo es, y que incluye tanto lo universal como la materia individual. Para Tomás de Aquino, todos los seres naturales poseen esencia y existencia de forma separada, de forma que la existencia no les pertenece y se la ha dado Dios. Estos seres son contingentes, no necesarios, y su estudio corresponde a la metafísica. En cambio, el ser de Dios está definido directamente por la existencia, su esencia incluye la existencia, por lo que existe de forma necesaria y es el fundamento de todo lo demás. Este ser necesario es estudiado por la teología.

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