14 Oct

Título: El profeta
Autor: Pablo Gargallo 
Tipología:
escultura exenta
Técnica: bronce, vaciado a partir de un modelo de yeso.
Época: 1933-1936
Estilo: cubista-expresionista.
Tema: religioso
Localización: Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (Madrid), Museo Gargallo (Zaragoza), Museo de Bellas Artes de Bilbao.

Contexto: En los primeros años del S XX París se convirtió en la meca del arte moderno: una sociedad rica y culturalmente abierta favorecíó al mundo del arte desde finales del S XIX. Eso, a su vez, favorecíó los movimientos artísticos más rupturistas rompiendo con la tradición y buscando nuevos caminos. Numerosos artistas de todo el mundo acudieron a París y revolucionaron el arte. Esta obra se inscribe en estas experimentaciones. Una de esas vías de experimentación fue el Cubismo: un movimiento que en la pintura aplicó la geometrización y buscó el punto de vista múltiple.
Pablo Gargallo fue el creador de la escultura basada en el vacío.
Realizó una obra en la que alternaba un clasicismo renovado con otras obras de experimentación basada en la utilización del espacio negativo, en volúMenes virtuales dibujados en el aire y en una técnica en la que la obra se hace mediante el ensamblaje de diferentes elementos. 

Análisis formal:

Descripción:  La figura del profeta representa a un hombre barbado, enjuto y recio. Sus piernas son fuertes y están separadas dando una sensación de fortaleza y estabilidad, sus largos pies parecen asirse fuertemente a la tierra que pisa. El profeta alza el brazo derecho hacia el cielo, en un gesto de aviso o de amonestación no exento de cierta ira, infundiendo temor. Lleva una vara en el brazo izquierdo como la que llevaban algunos de los profetas. Parece estar dando voces con energía.

Composición: La forma se organiza a partir de una serie de líneas curvas que envuelven dinámicamente la figura y dirigen la mirada hacia la cabeza (donde se cruzan algunas de estas líneas) y que se rematan en el brazo alzado.


Tipo de modelado: Esta obra representa una figura humana realizada, aparentemente, a base de planchas de metal recortadas y curvadas que se desarrollan en el vacío y lo envuelven, sugiriendo un volumen.  Las diferentes partes del cuerpo se adivinan. El aire, el vacío, pasa a ser parte intrínseca de la escultura. Este vacío permite un juego de formas cóncavas y convexas, una combinación de espacios vacíos y llenos.

Materiales: Aparentemente es una obra realizada mediante soldadura de elementos de hierro forjados. En realidad el original era de yeso, hecho imitando el efecto de la técnica con hierro, y posteriormente fundido en bronce.

Forma-figura: No es una obra realista. Las formas naturales han sido simplificadas mediante la geometrización. Algunas formas son angulosas, consiguiendo expresividad; otras son curvas, para dar más movimiento. La obra es bastante dinámica aún dentro de un movimiento real todavía escaso. No solo utiliza las posturas forzadas o los escorzos propios de la escultura anterior: también lo hace por medio de fuerzas casi abstractas (diagonales del brazo y el bastón), por las líneas curvas que se enlazan alrededor de la figura y por las líneas en zig-zag que representan cabellos y ropajes. Todo ello le da una intensa vitalidad y expresividad. 

Tratamiento del volumen: El volumen no se muestra por su presencia como tal: se adivina por la combinación de superficies (planas o curvas), de líneas que delimitan los contornos y, especialmente, por los espacios vacíos, que también dibujan las formas. El volumen aparece como virtual.

Textura: Hay zonas donde por su textura pulida la luz resbala. En otras se ve una superficie con una textura que genera vibración lumínica. La pieza de bronce ha sido patinada en color oscuro, lo que ayuda a la percepción de la forma. 

Tema: opinión personal) El profeta es San Juan Bautista. Vivía en el desierto, anunciando la venida de un mesías, alimentándose de saltamontes y usando como abrigo una piel de animal. Dicho manto de piel ha sido tradicionalmente el atributo de San Juan Bautista (como ocurre en obras de Caravaggio, Ribera, El Greco) y aparece representado aquí.


Esta obra está a mitad de camino entre lo mítico y lo religioso; aunque su título (“el profeta”) nos remita a los contenidos religiosos, la actitud del autor frente a la religión (nunca demasiado explícita), así como la grandeza de su expresión y construcción volumétrica recuerda más a un  superhombre casi en el sentido de Nietzsche, un verdadero canto al hombre como generador de fuerza.

Función y significado:  Esta escultura busca la representación del furor profético y de la energía procedente de la exaltación mística y religiosa. Todo ello lo consigue Gargallo mediante la expresividad gestual y mediante recursos técnicos novedosos como los volúMenes virtuales.
Gargallo siguió los pasos del Cubismo pictórico de Pablo Picasso, superponiendo los diferentes planos de la figura para crear así puntos de vista simultáneos, como se puede apreciar en el rostro. También  hay que destacar la proximidad que muestra la figura con los principios expresionistas, tanto en su fuerza como en su sensibilidad.  La introducción del vacío como elemento volumétrico también estará presente en otros escultores contemporáneos posteriores, como por ejemplo Henry Moore o Jorge Oteiza. Esta es la mayor y más conocida escultura vanguardista de Gargallo. El autor, sin embargo, nunca pudo verla fundida en bronce por falta de recursos económicos.

Título: Mademoiselle Pogany I

Autor: Constantin Brancusi

Época: 1912

Tipología: escultura (exenta)

Técnica: mármol blanco en talla directa, pedestal de caliza.

Estilo: Cubismo.

Tema: retrato femenino (busto)

Localización: Philadelphia Museum of Art.


Contexto: En los primeros años del S XX París se convirtió en la meca del arte moderno: una sociedad rica y culturalmente abierta favorecíó al mundo del arte desde finales del S XIX. Eso, a su vez, favorecíó los movimientos artísticos más rupturistas rompiendo con la tradición y buscando nuevos caminos. Numerosos artistas de todo el mundo acudieron a París y revolucionaron el arte. Esta obra se inscribe en estas experimentaciones. Una de esas vías de experimentación fue el Cubismo: un movimiento que en la pintura aplicó la geometrización y buscó el punto de vista múltiple.

Constantin Brancusi llegó a París de su Rumanía natal; tras pasar por el taller de Rodin realizó una obra personal relacionada en parte con el Cubismo por la geometrización de las formas. Este retrato de Mademoiselle Pogany es uno de los cinco retratos que Brancusi realizó a Margit Pogany. Reúne sus carácterísticas básicas: delicadeza y perfección técnicas, formas geométricas depuradas muy pulidas, referencias a símbolos universales… tratando la realidad con un lenguaje esencial. La modelo, Margit Pogany, había venido a París a estudiar pintura. Conocíó a Brancusi y le pidió que la retratase. Tras posar para él varias veces sin resultados, Brancusi abandonó el proyecto. Finalmente la esculpíó de memoria cuando Pogany había vuelto a Hungría.

Análisis formal:

Descripción: Este retrato no es realista: ha sido simplificado geometrizando las facciones. Aún así presenta unos marcados rasgos que la singularizan: su cabeza ovoide, los ojos perfectamente almendrados, la nariz (comparada por algunos con el pico de un pájaro) y la trenza… Son rasgos físicos de Pogany.

Composición: La cabeza ovoide se enlaza con elementos cilíndricos (cuello, brazos) que giran hacia abajo hasta enlazar con la base, un bloque cúbico de caliza que se integra visualmente con el resto de la pieza. La escultura tiene un cierto ritmo descendente que, girando en forma de hélice, va desde la cabeza a la base cúbica. La escultura, por lo demás, tiende a la quietud y a la estabilidad. Esa estabilidad es asociable a su carácter ascético y a su uso de las formas elementales.


Tipo de modelado:  En esta obra domina la sensación de macizo. No aparecen espacios vacíos que tengan carácter expresivo. Apenas hay expresión: Brancusi busca el principio de la armónía universal ya que para él toda forma es producto de la interacción entre las fuerzas externas y su inercia interior.

Materiales: La obra se ha realizado en mármol blanco con un pedestal en caliza blanca. Brancusi creía que un verdadero escultor debía utilizar no el modelado sino la talla directa. Aquí afronta el material macizo (mármol) para extraer de él la forma primigenia encerrada dentro. El material evoca el arte griego y clásico.

Tratamiento de la forma, figura: La escultura se basa en formas simples, geométricas y pulidas. Destaca la forma oval de la cabeza con grandes ojos almendrados, que recuerda un huevo. La referencia al huevo procede de su interés por la filosofía hindú: el huevo cosmogónico o “Brahmanda”. Las formas no son naturalistas, sino que han sido simplificadas en un proceso basado en formas primitivas.

Tratamiento del volumen: La obra se ha realizado mediante volúMenes simples y geometrizados en los que se evoca el arte primitivo. Brancusi combina las formas redondeadas y orgánicas del rostro con el aspecto cúbico y artificial del pedestal. Para Brancusi el pedestal es parte de la obra.

Textura: Esta escultura ha recibido un refinado pulimento que contrasta mucho con el cubo que sirve como base, que tiene un aspecto más rugoso. Brancusi buscaba integrar esta obra en el espacio mediante los reflejos y para ello exageró el pulido de la forma. El pulimento, además, ayuda a evocar la imagen del huevo como símbolo de vida.

Función y significado: Más que un retrato, es un manifiesto de la ideología escultórica de Brancusi. Inspirándose en el arte primitivo africano, y sobre todo en el arte prehistórico mediterráneo y balcánico, Brancusi fue simplificando las formas hasta volverlas geométricas rozando la abstracción, aunque dejando ciertos rasgos de figuración. Son formas puras y elementales cercanas a lo espiritual, cargadas de simbolismos ancestrales (el pájaro, el cilindro alargado, el huevo…) que con un trabajado pulido del material se convirtieron en símbolos por sí mismas.


Sus obras reducen las formas hasta convertirlas en primigenias (especialmente el ovoide, como aquí). Pese a eso, nunca parecen frías o insulsas ya que están llenas de espiritualidad. Es la materia trabajada minuciosamente para buscar en ella su verdad última. Brancusi juega con la tensión: entre lo moderno y lo antiguo, entre lo abstracto y lo figurativo…

En esta obra Brancusi se relaciona con una tradición escultórica más antigua, de carácter ancestral (arte africano, prehistórico, esculturas de las cícladas) pero también con la pintura de su amigo el pintor Modigliani. Al mismo tiempo el tratamiento plástico es completamente innovador. La búsqueda de un lenguaje que vaya a lo esencial es compartida con otros artistas abstractos que trabajaban en esos mismos años (Malévich, Mondrian), aunque Brancusi siempre mantendría la representación de la realidad. Al mismo tiempo su fidelidad a la realidad, a la talla directa y al mármol acercan a Brancusi a la idea de escultor de Miguel Ángel. Su influencia podría relacionarse con la estética fría de las obras del Minimalismo de los años sesenta.

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